La
revitalización del Centro Histórico de Zacatecas y la conciencia social
The revitalisation the Historic Centre of Zacatecas
and social conscience
Guadalupe Margarita
González-Hernández*
Abstract
The
historic centre of the city of Zacatecas (Mexico) has been transformed in the
ideal place for tourists and high-income consumers through the usage of a
colonial quarter that, as a part of cultural heritage, has imposed
rehabilitation policies. In parallel, a
suburbanisation and conurbation process towards the neighbouring city of
Guadalupe has generated a spatial segmentation by increasing displacement
costs. The historic centre of Zacatecas is nowadays a public space with private
usage that is thought of as being visually stunning, ideal for free time
activities, leaving behind its image as a place where class struggles converge.
Keywords:
Historic
Centre, transmutation, social conscience, suburbanisation.
Resumen
El Centro
Histórico de la ciudad de Zacatecas (México) se ha convertido en el lugar ideal
para turistas y consumidores de altos ingresos, mediante el aprovechamiento de
un casco colonial que, en tanto patrimonio cultural, obliga a implantar una
política de rehabilitación. Paralelo a ello, el proceso de suburbanización y
conurbación hacia la vecina ciudad de Guadalupe ha generado una segmentación
espacial, al incrementarse los costos de desplazamiento. Actualmente el Centro
Histórico de Zacatecas es un espacio público con uso privado que se concibe
como estéticamente espectacular, idóneo para actividades de ocio, dejando atrás
su imagen como un lugar donde convergen las luchas de clases.
Palabras clave: Centro Histórico, transmutación, conciencia social,
suburbanización.
*
Universidad Autónoma de Zacatecas, México. Correo-e: gmgonzh@uaz.edu.mx.
Introducción
Las
remodelaciones que se llevaron a cabo en el Centro Histórico de la ciudad de
Zacatecas (chz) en los últimos
años coinciden más con el proyecto neoliberal de hacer agradable un casco colonial para los turistas y
los consumidores de altos ingresos, quienes fomentan actividades –muy
lucrativas– de ocio, que con crear un espacio público donde se reproduzcan las
prácticas cotidianas sociales. Se trata de un proceso en el que la idea de
protección del patrimonio cultural sirve para usar un espacio público con fines
económicos privados sin que los pobladores lo perciban de manera clara.
Al mismo tiempo
que se llevan a cabo las obras de revitalización del Centro Histórico, en la
ciudad se desarrollan dos procesos de forma tardía y subdesarrollada: la suburbanización y la conurbación
con la vecina Villa de Guadalupe, los cuales, en cierto modo, han ocultado los
intereses de clase creados.
La expansión de
la ciudad de Zacatecas hacia Villa de Guadalupe se caracteriza principalmente
por, primero, el desplazamiento de pobladores de ingresos altos y medios hacia
la zona Campestre-Bernárdez provocado por políticas de fomento a la vivienda
residencial y semirresidencial donde los capitales inmobiliarios y de
construcción cumplieron un papel fundamental; segundo, una política de creación
de infraestructura (basada casi exclusivamente en complejos viales) que
sustenta la expansión urbana y permite el traslado diario de la población a sus
centros de empleo, comercios y servicios en medios de transporte privados; y
por último, una política de revitalización del Centro Histórico de la ciudad de
Zacatecas (chz) llevado a cabo por
el Estado y alentado por el capital local y nacional, desplazando las actividades
no centrales
(comercio al por mayor, actividades artesanales y manufactureras)
y a pobladores de
bajos ingresos hacia la periferia mediante mecanismos formales (dotación de
vivienda de interés social) y no formales (invasión de terrenos). Las consecuencias
son una clara segregación socioespacial en beneficio de las clases con mayor
poder económico y político, así como el fomento, casi exclusivamente, de la
actividad turística que, aunque no tiene un efecto económico importante en la
ciudad, sí modifica las percepciones sobre el uso y fines del chz.
Para fundamentar
dicha aseveración utilizamos datos económicos del chz,[1]
y también se identificaron procesos de estructura de centros[2]
para tres periodos (1990-1993, 1995-1998 y 2000-2003) con el fin de resaltar la
importancia del chz en la economía
de la ciudad Zacatecas-Guadalupe (czg).
Además se aplicó una encuesta a visitantes del chz
(turistas, visitantes regionales y pobladores de la ciudad) y finalmente se
entrevistó a funcionarios de dependencias turísticas para conocer sus
percepciones acerca del chz.
Este artículo
consta de ocho apartados. El primero se refiere al debate sobre las tendencias
teóricas de los estudios sobre centros históricos. El segundo trata acerca de
nuestra concepción sobre la centralidad y la especificidad de aquellos centros
históricos donde se expresan las prácticas sociales. En el tercer apartado se
expone el papel de la czg en su
dinámica regional. En el cuarto se habla de los cambios de la czg en su estructura urbana en la década
de los noventa y cómo se ha beneficiado el chz.
El quinto presenta la evolución del proceso de revitalización y el papel del
Estado en su éxito. El sexto plantea la importancia del turismo en la economía
de la czg. El séptimo muestra el
efecto espacial que ha tenido el turismo en el chz
y expone cómo se convirtió en un espacio público de uso privado que cambió la percepción de un lugar
donde se resolvían los conflictos sociales al espacio dedicado al ocio y donde
se disfruta la belleza estética. Finalmente se dan las conclusiones.
1. Tendencias y
diferencias teóricas
Los estudios
sobre la decadencia del distrito central de negocios (dcn), donde se mostraba su desaparición y el surgimiento de
otros centros basados principalmente en negocios financieros, fueron el punto
de partida para el ingreso de nuevas ideas y corrientes teóricas acerca de la
función de los centros históricos y el papel de las políticas urbanísticas
sobre su mantenimiento.
Las tendencias
surgidas en Estados Unidos a comienzos de los noventa (Richardson y Gordon,
1994; Gordon y Richardson, 1995, 1995a y 1996) planteaban la desaparición de
los dcn a pesar del impulso de
regenerarlos y modernizarlos, debido a que había, primero, otras áreas que
ofrecían bienes y servicios más competitivos y, segundo, los dcn habían sido poblados por grupos
étnicos segregados que los convirtieron en su área de
control. Las
políticas de remodelación y regeneración de los dcn[3]
fueron altamente segregadoras pues los repoblaron con grupos de altos ingresos,
que demandan ciertos bienes y servicios (moda, entretenimiento y cultura)
expulsando a quienes no cumplían con esos requisitos (grupos étnicos, familias)
(O’Sullivan, 1996).
Desde aquellos
primeros estudios se ha cambiado y redirigido el análisis del centro histórico:
la idea de su desaparición decayó (salvo excepciones como en Los Ángeles, que
es el prototipo de una ciudad descentralizada). Incluso en Estados Unidos se ha
escrito que los centros históricos se pueden seguir manteniendo mediante la
especialización (Kotkin, 1999; Staley, 2004), ya no digamos en Europa y
Latinoamérica, donde los centros históricos tuvieron un estado de decadencia
menor que aquellos (Rossi, 2003).
El nivel de
desarrollo y el papel que juega la dinámica internacional es un factor que se
debe considerar. El grado de deterioro del centro histórico depende del papel
que cumple la organización económica y política en el ámbito mundial. Las
ciudades de Estados Unidos han sufrido fuertemente los procesos mundiales de
relocalización productiva. Ante la constante búsqueda de reducción de costos de
transporte y mano de obra, la mayor parte de la industria ubicada en los dcn buscó nuevos lugares que le
proporcionaron mayor rentabilidad, como en el caso de las ciudades
latinoamericanas en un primer momento (durante los sesenta y setenta) y
posteriormente las ciudades asiáticas.
Además, el
deterioro de los dcn fue mayor
debido al papel que cumplió el espacio y las rentas del suelo, cuyo costo
permitió que aquellas actividades económicas que no podían costearlas, buscaran
la manera de atraer población hacia los suburbios o hacia áreas con rentas del
suelo más baratas aprovechando la proliferación de tecnologías de comunicación
(telefonía, fax, computadora y la Internet) y transporte (automóviles y
camiones). Las actividades dominantes mundialmente abandonaron el dcn, el cual fue ocupado por actividades
y pobladores que no tenían relevancia de acuerdo con la dinámica capitalista
(comercio ilegal y grupos étnicos, entre otros).
Con el fin de
devolverle su esplendor, los gobiernos locales regeneraron el dcn en dos sentidos: a) repoblarlo, restaurar sus edificios o
construir nuevos para convertirlos en departamentos habitacionales y oficinas
para actividades que requieren de contacto cara a cara; los empleados de
actividades como la moda, la cultura y el entretenimiento serían quienes le
darían nueva vida; y b) especializarlo, dinamizar su economía
con base en actividades que requieren un contacto cara a cara o que permiten
convertirlo en zona de entretenimiento o de cultura (principalmente
posmodernista). En términos analíticos, el dcn
seguirá siendo un área importante dependiendo del grado de desarrollo y
especialización que incentive su economía.
A pesar de los
esfuerzos, las políticas de regeneración tuvieron consecuencias poco exitosas
en el repoblamiento, pues la llegada de jóvenes solteros con altos ingresos no
contribuyó a que aumentara su demografía, y en la mezcla social, debido a la
expulsión hacia otras áreas de grupos étnicos por jóvenes blancos con nivel de
vida alto (O’Sullivan, 1996).
Aunque en Europa
se dio esta tendencia, el resultado es diferente. El centro histórico cumplió
otras funciones que impidieron su deterioro tanto como en las ciudades
estadounidenses. Un factor importante es el turismo. Desde hace tiempo las
ciudades europeas son uno de los destinos preferidos por este sector, lo que
permite que actividades de ocio (entretenimiento, moda, cultura, gastronomía)
busquen el centro histórico como su objetivo de ubicación, y de esta manera
mantenerlo y conservarlo. Otro factor es el espacio y la renta de suelo. La
disputa por el suelo es mayor en Europa y por tanto su costo se ha
incrementado. Ante esta situación, las actividades económicas no tienen motivos
suficientes para desplazarse fuera del centro histórico; sin embargo, el exceso
de actividades en estos sitios ha traído costos de aglomeración
(congestionamento vial, contaminación, etc.) que lo han deteriorado, aun cuando
se le dé mantenimiento (Rossi, 2003). No obstante, estas políticas implican
que, en aras de aprovechar la actividad turística, se expulsen grupos sociales
que deslucen el
casco central. En las ciudades europeas se hizo lo necesario para que el centro
histórico sea un lugar chic,
cultural y asocial
(Ortiz, 2005).
Al igual que en
Estados Unidos, sólo las ciudades con presencia mundial llevaron el proceso de
manera rápida y de acuerdo con la dinámica mundial; el resto mostró síntomas y
ritmos diferentes (Gamarra, 2005).
Desde los años
sesenta y hasta los ochenta las ciudades latinoamericanas se convirtieron en el
lugar por excelencia de localización del capital internacional, ya que en ellas
se encontraba abundante mano de obra barata (que creció con las migraciones del
campo a la ciudad), privilegios fiscales y recursos naturales sin control
legal. Posteriormente, ante el cambio en las condiciones económicas
internacionales (el proceso de reestructuración productiva), estas ciudades
fueron abandonadas por el capital transnacional para irse a Asia, lo que
intensificó problemas de sobrepoblación ampliada y de acumulación. Las ciudades
tuvieron que reestructurarse.
En
Latinoamérica, a diferencia de Europa, el espacio no es un problema, pero sí la
restricción de ingresos. Por su condición de región subdesarrollada, la población
y las actividades económicas no han tenido los recursos suficientes para
ubicarse en la periferia ni para acceder a la última tecnología en comunicación
y transporte. Por ello, las clases sociales altas fueron quienes primero
poblaron el centro histórico y después convivieron con los cinturones de
miseria en la periferia (Jaramillo, 1997), con la característica de que al
convivir y distinguirse de los que no eran de su condición, se autosegregaron
en colonias amuralladas (Thuillier, 2005). Al igual que las ciudades europeas,
sólo las más importantes de Latinoamérica (ciudad de México, Santiago, Río de
Janeiro, Buenos Aires) mostraron tendencias a la descentralización en forma
relevante, el resto tuvo ritmos y fases distintas de desarrollo urbano y económico.
Ante las
diferencias, los estudios urbanos han identificado que no es posible seguir las
tendencias estadounidenses como modelo; por el contrario, es necesario hacer un
estudio detallado con el fin de encontrar las especificidades y, si existen generalidades,
ponerlas en evidencia. En la actualidad los casos específicos han permitido
identificar dos tipos de estudios: a) quienes plantean que el centro
histórico se remodeló y recobró su brillo gracias a los planes maestros de
urbanismo gestionado por el Estado, financiado por el capital y ejecutado con
la participación ciudadana (Rossi, 2003; Carrión, 2005), y b) aquellos que muestran que el centro
histórico presenta una revitalización inducida por el capital y gestionada por
el Estado, es decir, una política de regeneración y/o remodelación agradable
para las clases altas (Gamarra, 2005; Hiernaux, 2005; Low, 2005).
El análisis del
centro histórico no se debe separar del estudio de la suburbanización, o por lo
menos así debe ser para las ciudades que no cumplen con lo que requiere la
dinámica capitalista internacional. Mientras que en las ciudades donde dominan
las innovaciones en el proceso productivo (Los Ángeles, Tokio, Sydney, Nueva
York) la suburbanización se dio antes que la reestructuración, en las ciudades
subdesarrolladas la suburbanización se traslapa con el proceso de
revitalización de la ciudad. No es contradictorio, simplemente son ritmos
diferentes y tardíos.
2. Desde los centros
de comercio y servicios hasta los centros de prácticas sociales
Los centros se
han definido de acuerdo con la posición teórica y la disciplina que los
estudie. Desde las investigaciones económicas que definen principalmente a un
centro como la concentración de actividades económicas establecidas en un lugar
específico aprovechando las economías de escala,[4] de
aglomeración y de alcance[5]
(González, 2004: 30), hasta los estudios antropológicos que definen a los
centros como lugares donde los imaginarios de prácticas sociales se expresan de
manera dominante (Hiernaux, 2005).
Consideramos los
centros como sitios de servicios y comercios que se originan como lugares donde
se concentra la mayor cantidad de actividades de servicios o comerciales que
abastecen un área de mercado o zona de influencia contigua. Se expresan en el
espacio urbano como centros de servicios y comercios en ciudades
predominantemente terciarias. Se ubican en el territorio urbano de manera
espaciada y de modo jerárquico en sus funciones. Los mecanismos de mercado
provocan que “los centros de mayor jerarquía estén asociados con las zonas
donde se localizan los grupos de altos y medios ingresos” (Alegría, 1994a: 21).
El fuerte poder de compra de los grupos de ingresos altos y medios permite
mayor cantidad, diversidad y frecuencia de productos (González, 2004 y 2006).
El acceso y la densidad del empleo, así como la infraestructura se asocian
espacialmente a la localización de los centros de servicios y comercios
(Alegría, 1994). En general, en las ciudades tradicionales mexicanas los
centros de mayor envergadura se ubican en el mismo espacio del casco histórico,
lo que crea una simbiosis entre centro y centro histórico.
En términos
simbólicos, los centros son el lugar donde confluyen todas las prácticas
sociales cotidianas, es donde se expresan las contradicciones individuales y
colectivas de los habitantes de las ciudades; aunque en las ciudades globales
los centros han dejado de ser expresión de los imaginarios urbanos (Hiernaux,
2005: 19).
Desde nuestra
perspectiva, los centros históricos se han convertido en los lugares idóneos
donde se aprovechan ciertos imaginarios urbanos y los espacios públicos para
fines privados. Se trata de reelaborar una conciencia social[6]
que proteja el casco histórico para hacer rentables actividades de ocio o
entretenimiento. El centro histórico dejó de ser el sitio donde divergen o
convergen las luchas de clases para convertirse en un lugar donde se disfruta
de un patrimonio cultural que nos ofrece artículos suntuarios, sobre todo en
ciudades donde es parte fundamental de su estructura económica. Existe un
proceso de transmutación
de la conciencia social que acepta comercializar un centro histórico y desterrar
a quienes no coinciden con sus intereses económicos. El motivo más importante
es el económico, aunque que disfraza de orgullo por lo estético, lo histórico y
lo cultural.
3. La ciudad
Zacatecas-Guadalupe y su papel en la región
Ésta se conforma
con la unión espacial de la capital del estado de Zacatecas y su vecina Villa
de Guadalupe. Localizada en la parte centro-norte del país, su economía se
fundamenta en la administración pública, así como en los servicios educativos,
personales y turísticos[7] (inegi, 2006). De tamaño medio[8] y
con origen minero colonial, la czg
ha dependido del gasto público que se derrama en la actividad local mediante
recursos destinados a la actividad primaria,[9]
infraestructura básica, servicios urbanos y para sustentar una política social
(cada vez más restringida por un Estado federal neoliberal) “cuyo objetivo no
es más que el de aminorar los efectos del escaso desarrollo económico
prevaleciente” (Esparza, 1996: 43).
Las relaciones
sociales capitalistas de producción no se establecen como las dominantes, ya
que la relación capital-trabajo es marginal. El empleo asalariado no lo
representa el proletariado sino los burócratas gubernamentales y los
trabajadores de la educación[10]
(Delgado et al.,
1991: 33-34). El capital sólo se maneja en pequeña escala (principalmente
industria de la construcción y comercio local) o por grandes cadenas
transnacionales (Wal Mart, Sam’s Club) o nacionales (Soriana) que controlan el
comercio local. Por tanto, la población que no está en el trabajo asalariado o
en el sector empresarial simplemente es sobrepoblación absoluta, es decir,
población redundante o excedente que vive en condiciones de subsistencia y cuya
única válvula de escape es la emigración o el trabajo subsidiario a la
acumulación: trabajo por cuenta propia, a destajo, no remunerado,
subcontratación, entre otros (Delgado et al., 1991; Figueroa, 1986).
4. Cambios en la
estructura de centros en la ciudad Zacatecas-Guadalupe
Como la gran
mayoría de las ciudades mexicanas, la czg
ha cambiado en su estructura urbana, los procesos económicos, demográficos y
sociales han determinado una dinámica que se resume de la siguiente manera.
1. En la czg
los procesos de reestructuración,[11]
suburbanización y revitalización del Centro Histórico han sido casi
simultáneos, en contraposición con la tendencia estadounidense de evolucionar
desde la suburbanización hacia la descentralización económica y luego a la
revitalización del distrito central de negocios (González, 2004, 2006, 2006b).
La suburbanización incluye a todos los estratos sociales en fases
diferenciadas, pero destaca que los grupos sociales de menores ingresos se
trasladaron hacia las zonas periféricas en virtud de los costos de la tierra y
de la construcción (González et al., 2007), en tanto que los grupos de
ingresos medios y altos se asentaron en áreas a las que se dotó de
infraestructura urbana que incluyó accesos viales y espacios para su
explotación comercial (plazas y centros comerciales). Por tanto, las clases de
altos ingresos pueden realizar cerca de su domicilio buena parte de sus
actividades de compra y consumo, mientras que las poblaciones de menores
ingresos al no recibir equipamiento urbano, vial o comercial cerca de sus
asentamientos debe efectuar dichas actividades en establecimientos que permitan
la ventaja de la aglomeración (González, 2004, 2006).
2. La czg
reestructuró sus centros en tres periodos relativamente cortos (1990-1993,
1995-1998 y 2000-2003) en los que se evidencia, en el primer periodo, cómo
transita de una estructura monocéntrica (en la que coinciden el centro
principal con la chz) hacia una
estructura policéntrica (donde se configura la extensión del centro principal
hacia las ageb, Área
Geoestadística Básica, colindantes con el chz)
para el periodo 1995-1998. En las figuras i
y ii se da cuenta de esta primera
transformación. La aparición de nuevos subcentros en áreas a las que se dotó de
equipamiento urbano y vocación comercial en torno a los cuales se asentaron
grupos de medios y altos ingresos, así como un crecimiento de la actividad de
servicios al turismo explican esta transformación (González, 2004). Finalmente,
en el periodo 2000-2003 la czg
retoma su carácter monocéntrico, con lo que refuerza la identificación entre chz y centro principal. La mayor
concentración de actividades económicas en el casco histórico con respecto a
otras áreas de la czg se puede
explicar por la conjunción de varios factores: pérdida de población; cambio de
uso de los edificios localizados en el chz,
de habitacionales a comerciales y de servicios; incremento del personal ocupado
en sus establecimientos y, sobre todo, el fortalecimiento de las ventajas que
otorgan las economías de escala: alcance y aglomeración. Es decir, el chz recuperó su competitividad como área
geográfica atractiva para las actividades económicas que cubren las demandas de
la población local, pues en ese periodo las actividades relacionadas con el
turismo se encontraban estancadas (figura iii).
Asimismo es posible afirmar que los bienes y servicios producidos en el área
geográfica de nuestro estudio no cubren las necesidades básicas, sino que están
dirigidos a mercados de ingresos medios y altos, pues los establecimientos
corresponden a giros de entretenimiento y venta de productos especiales como
regalos, teléfonos, moda y muebles, o bien a servicios de restaurantes,
cafeterías, bares y antros (González, 2006).
Figura
i
Jerarquía
de centros en la zona conurbada Zacatecas-Guadalupe (1990-1993)
Fuente:
Elaboración propia con base en datos de ageb
(inegi, 1992, 1994).
Figura ii
Jerarquía de
centros en la zona conurbada Zacatecas-Guadalupe (1995-1998)
Fuente: Elaboración propia con base en datos de ageb (inegi,
1996, 1998)
Figura iii
Jerarquía de centros en la zona conurbada
Zacatecas-Guadalupe (2000-2003)
Fuente: Elaboración propia con base en datos de ageb (inegi,
2000, 2004).
3. Al consolidarse la actividad económica en el chz a comienzos del siglo xxi, los costos de desplazamiento se
incrementaron debido a que la población ya vive en la periferia y la actividad
económica se encuentra sobre todo en dicho centro. Es decir, la expansión y
conurbación de la ciudad significó un aumento en la distancia promedio que
recorre buena parte de la población para realizar sus actividades diarias de
trabajo, estudio u ocio. Este fenómeno implica dos cosas: la primera se refiere
a un mayor gasto para desplazarse, en especial para quienes viven en la
periferia de Guadalupe y llevan a cabo sus actividades en el chz, lo que les significa un problema de
tiempo, dinero y esfuerzo; la segunda tiene que ver con las repercusiones que
tiene ese desembolso en la distribución del gasto de los hogares (González,
2006). Lógicamente, las familias de menor ingreso sacrifican satisfactores
importantes (educación, vestido, entretenimiento) para solventar los costos y
tiempos de transporte (González et al., 2007). En síntesis, quienes tienen
menor ingreso y viven en la periferia tienen un mayor costo de desplazamiento y
peor distribución del gasto que aquellos que viven cerca del chz y cuentan con salarios más altos. El
deterioro del ingreso de la población se ha dado conforme se expande la ciudad
(González, 2004, 2006). La característica principal del periodo 1990-1993 fue
que quienes viven cerca del chz
gastaron notablemente menos en transporte en comparación con los pobladores de
las periferias, quienes tuvieron menor capacidad de compra porque tienen costos
de desplazamiento más altos. Para el periodo 1995-1998 la tendencia siguió
siendo la misma, pero la intensidad fue mayor. El ingreso se deterioró más al
aumentar el número de centros, pues, como ya se mencionó, los grupos de ingreso
alto y medio se localizan cerca de ellos. Para ejemplificar bastaría conocer
que la diferencia entre el costo promedio de desplazamiento entre los grupos de
ingresos bajo y alto fue de 19.7 veces. Durante este lapso la población con
menores ingresos sufrió efectos muy negativos (González, 2004). Por último, en
el periodo 2000-2003 el desarrollo del chz
en cuanto a comercios y servicios tuvo consecuencias contradictorias: por una
parte, permitió disminuir el costo de desplazamiento de la población cercana al
chz y de los grupos de ingresos
altos y medios que tienen la posibilidad de trasladarse sin inconvenientes
hacia las áreas comerciales y de servicios, así como a sus centros de trabajo;
y por otra, los habitantes de áreas lejanas a éste (en general de menores
ingresos) incrementaron su costo de desplazamiento, lo que afecta sus patrones
de consumo. Así, se puede afirmar que los fenómenos de reestructuración y
suburbanización de la czg
contribuyeron al deterioro espacial del ingreso de la población con menores recursos
(González, 2006, 2006a).
5. El Centro
Histórico de Zacatecas y sus políticas de revitalización
Como vimos, en la
czg no hay una diferencia clara en
los tiempos históricos; por el contrario, la ciudad parece traslapar varias
etapas históricas y solapar sus contradicciones inherentes.
En la czg los espacios públicos, aquellos
lugares donde pueden estar y expresar sus ideas e intereses todos los individuos,
se reducen a pequeñas plazas situadas en lugares poco redituables para la
actividad inmobiliaria y frecuentemente invadidos por intereses privados
comerciales (bien en forma de ambulantaje[12] o
extensión de negocios establecidos[13]).
Ante la ausencia de dichos espacios, las calles se vuelven expresión e
identidad de los zacatecanos.
Con capital
estatal se decidió renovar el Centro Histórico,[14] focus de la vida social, económica,
política y simbólica de la ciudad. Identificamos tres etapas a partir de que se
llevó a cabo el primer proyecto de regeneración del chz (1980).
La primera
durante el lapso de 1980 a 1985, donde los montos destinados a su regeneración
y embellecimiento son los más altos de la historia. En este periodo la
característica del destino del presupuesto fue embellecer las calles, las
fachadas y restaurar edificios abandonados (templos, teatros, casonas); a pesar
del claro retraimiento de la actividad económica en la década de los ochenta en
el país –que llevó a que se aplicaran políticas restrictivas en el gasto
público– el proyecto de regeneración y rehabilitación del chz tuvo su mejor momento (cuadro 1). El
origen del financiamiento corrió a cargo exclusivamente del gobierno estatal,
por medio del gasto programado en obra pública originado por los recursos
extraordinarios provenientes del boom petrolero de 1980-1981. El objetivo
de embellecer
la ciudad fue dar los primeros pasos para atraer turistas y convertir esta
actividad en el motor de desarrollo no sólo del chz,
sino de la ciudad misma.
La segunda etapa
fue de 1986 a 1996 y se caracterizó por una clara austeridad, pues sólo se
ocupó en acciones de mantenimiento y conservación, pero no de regeneración. La
mayor parte del presupuesto (principalmente del año 1993) se destinó a obras del
cableado subterráneo y gastos de organización y representación de los
evaluadores de la unesco para
declarar el Centro Histórico Patrimonio Cultural de la Humanidad. Los recursos
se distribuyeron casi por igual entre los gobiernos federal (por medio de la
Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología) y estatal (mediante su programa de
obra estatal).
En 1996 se
incrementa un poco el presupuesto y se destina sobre todo al pago de servicios
profesionales, técnicos y especializados a agencias nacionales e internacionales
para elaborar estrategias y proyectos de conservación solicitados por la unesco y la recién creada Asociación de
Ciudades Patrimonio. A partir de entonces, e inaugurando la tercera etapa, se
aumenta de manera sustancial el presupuesto financiado principalmente por
recursos de la unesco (2007), de
la Asociación Nacional de Ciudades Mexicanas del Patrimonio Mundial (ancmpm, 2007) y de los gobiernos estatal
y municipal. Además, la inversión privada aparece como un detonante importante
de rehabilitación, pues en este periodo bancos (Banamex, Bancomer) y empresas
de telecomunicaciones (Telmex, Televisa y TV Azteca) invierten en la
restauración de museos, casonas, etc., por medio de sus fundaciones y
fideicomisos para el fomento de la cultura, con lo que dan sus primeros pasos
como empresas socialmente responsables que ven la protección del patrimonio
cultural como una forma de rentabilizar su capital. La característica de este
nuevo periodo es nuevamente regenerar el chz,
introducir nuevas áreas de atracción (museos, parques, templos, etc.) y
mantener o conservar lo que ya se había rehabilitado.
Como se muestra
en el cuadro 1, es muy evidente que los montos invertidos en el chz en su primera etapa no se han
superado. Sólo queda destacar que en 2007 el estado decidió situar al turismo
cultural como la punta de lanza del desarrollo con la creación de un rubro
financiero (autónomo) de fomento turístico cultural[15]
que, aun cuando promueve proyectos en otros sitios,[16]
el chz sigue siendo el principal
destino de inversiones y visitantes, por lo que las inversiones públicas se
dispararon en ese año.
Cuadro 1
Presupuesto
ejercido en el Centro Histórico de la ciudad de Zacatecas y su ritmo de
crecimiento, 1981-2007 (en pesos constantes, 2002=100)
Año |
Miles de pesos |
Incremento porcentual |
1981 |
25,839.06 |
|
1982 |
93,217.55 |
360 |
1983 |
59,901.46 |
-35.8 |
1984 |
7,443.12 |
-88.6 |
1985 |
3,304.48 |
-55.7 |
1987 |
32.62 |
-999.7 |
1988 |
17.69 |
-45.8 |
1991 |
25.75 |
45.5 |
1993 |
463.82 |
1800 |
1994 |
23.36 |
-95 |
1995 |
0.98 |
-95.8 |
1996 |
38.61 |
39 |
1997 |
191.2 |
495.1 |
1998 |
123.05 |
-35.7 |
1999 |
286.09 |
232.5 |
2000 |
39.67 |
-86.3 |
2001 |
92.44 |
235.3 |
2002 |
242.94 |
262.7 |
2005 |
140 |
-42.4 |
2006 |
53.02 |
-62.2 |
2007 |
541.59 |
102.1 |
Fuente: Informes de gobierno y anexos de informes de
gobierno, 1991-2007; presupuesto de egresos para el año fiscal 2007; Godezac
(1981-2007) e índice de precios al consumidor (inegi,
2007a).
¿En qué consiste
este proyecto? El proyecto actual de revitalizar el Centro Histórico no es un
movimiento ciudadano para recuperar su ciudad, ni para reproducir sus prácticas
sociales en este espacio, sino para transmutar la conciencia social[17] de la población acerca de su derecho
a un espacio público y a sus experiencias cotidianas para rentabilizar un
espacio público. Dicho proyecto pretende hacer creer que el espacio remodelado
es para su disfrute y goce incrementando las actividades de ocio (proliferación
de antros,
restaurantes, cafés) que atrae a jóvenes, turistas y pobladores de altos
ingresos y despojando de espacios a actividades comerciales-artesanales
tradicionales (venta de dulces, tamales, tunas) y a sus visitantes más comunes:
familias de ingresos bajos (Gamarra, 2005; Hiernaux, 2005; Low, 2005). La idea
de remodelar el chz es el
instrumento empleado para, por un lado, excluir a quienes no se sienten
involucrados con la nueva imagen y, por el otro, atraer mayor número de
visitantes que aprecian espacios modernos y bien cuidados que, en consecuencia,
crean un efecto multiplicador para la actividad turística. La aceptación de esa
imagen por parte de los zacatecanos es el reflejo de la pérdida de su identidad
y cambio en su conciencia social que acepta, sin postura crítica, un espacio
público que induce a la segregación y al uso privado.
Las principales
acciones del proyecto de revitalización del casco central histórico son:
1. La inversión estatal en la remodelación
estética de plazas y plazuelas con el fin de preservar el patrimonio cultural
colonial y en las cuales se ha retirado el comercio ambulante tradicional
(venta de dulces o tunas, por ejemplo).
2. La restauración de edificios estratégicos con
cada vez menor renta del suelo, obras que están a cargo de empresas de
prestigio nacional: Sanborns, VIPS, entre otras. Aparentemente es una inversión
privada, pero internamente está auspiciada por el gobierno estatal.
3. También está la tendencia contraria de
abandono del mantenimiento de edificios públicos (iglesias, conventos, museos,
teatros, casonas) que tienen poco valor turístico y muchos de los cuales
albergan oficinas gubernamentales. Incluso hay zonas (barrios viejos) que se
podrían aprovechar para aumentar la atracción y los recorridos turísticos, pero
que en general requieren inversiones exorbitantes y cuya población mayoritaria
es de ingresos medios y bajos (en la figura iv
se muestran esas zonas potenciales).
4. La reestructuración de algunos edificios y
lugares que no tienen ningún atractivo cultural ni turístico pero que formaban
parte de la construcción del imaginario urbano y donde se reproducían ciertas
prácticas cotidianas, con el objetivo de convertirlas en áreas rentables y
atractivas para el ocio (Parque Sierra de Álica, Plaza 450, Plaza del Vergel).
5. La ruptura de la conciencia social del
ciudadano con la construcción de complejos viales posmodernos en áreas que
fueron creadas para fortalecer la identidad (la vieja Ciudad Universitaria o la antigua
estación del ferrocarril).
6. Los complejos viales en los suburbios y zonas
residenciales conjugados con obras de arte de escultores zacatecanos muestran,
consciente o inconscientemente, que la ciudad se moderniza y que esas zonas son áreas chic, donde los pobladores de ingresos
altos viven y se mueven diariamente (Hidráulica-Campestre-Bernárdez).
7. Se trata de la creación de toda una política
de promoción de imagen que fortalece la usurpación en dos niveles: el objetivo
(promocionales hechos
por el gobierno del estado para enaltecer el embellecimiento del Centro
Histórico y el beneficio que traerá a la sociedad) y el subjetivo
o
subliminal
(comentarios de boca en boca, reportajes en noticieros y programas de
televisión y radio, opiniones de columnistas en prensa, entre otros).
La propuesta de
una ciudad turística manejada desde los años ochenta, y apoyada por un proyecto
nacional (ancmpm, 2007), se
conjuga con la que el gobierno del estado clasificó como ciudad
cultural y que se
basa en la utilización del casco histórico en dos sentidos. Por un lado,
instituir el imaginario de la preservación colonial como una inversión; crear
la idea de lo nostálgico colonial sin respeto a la cultura e historia de la
ciudad de Zacatecas y que permite actividades económicas lucrativas, por
ejemplo, un automotor con casco de tranvía que, como tal, nunca existió en la
ciudad.[18] Y
por otro, la usurpación de prácticas y actividades propias de los pobladores
por parte del capital privado y del gobierno para hacerlas propias y
rentabilizarlas: fiestas religiosas,[19]
populares,[20] o cívicas,[21]
así como la creación de otras que nada tienen que ver con la idiosincrasia
zacatecana.[22]
Ante este
proceso, la actitud de los pobladores es de dos tipos. Por una parte, la pasiva
y de presencia: disfrutan la imagen que proyectan los monumentos y realizan[23] actividades de ocio. Es común que los
habitantes (en especial los jóvenes) invadan las calles del Centro Histórico,
sobre todo los fines de semana, los puentes y las vacaciones sin un objetivo
específico, sólo pasear, pasarla bien y consumir los bienes y servicios que
ofrece el casco histórico. En ese tenor, es posible clasificar a los pobladores
de la ciudad en aquellos que sólo pasean y quienes pueden acceder a lo que
produce la industria del ocio. Se trata de un proceso excluyente o elitista.
Por la otra, se identifica la presencia de grupos aislados que se manifiestan
por medio de asociaciones civiles o culturales para transmitir su visión de la
ciudad y cómo quisieran que fuera. Entre ellos identificamos dos tipos: el
primero más institucionalizado (en asociaciones civiles[24])
pero muy heterogéneo[25] y
cuyos puntos de vista algunas veces son críticos y otras superficiales de las
acciones urbano-culturales estatales, pero siempre respetando los principios de
fomento al patrimonio colonial y la actividad económica establecida. El segundo
es menos organizado y más homogéneo,[26]
pero mucho más crítico, pues aunque se enfoca en la política cultural estatal,
busca un acceso equitativo a los recursos de la ciudad y evidencia las acciones
fácticas de quienes no congenian con sus intereses.
Figura iv
Localización de áreas de visita
actual potencial del turismo en el chz
(2007)
Fuente: Elaboración propia a partir de los resultados de
la encuesta realizada a visitantes del chz.
6. Importancia del
turismo en la economía del chz
De acuerdo con
los censos económicos del inegi (1989,
1994, 1999, 2004), los servicios de hotelería y demás tipos de hospedaje, así
como los de restaurantes, bares y centros nocturnos concentraron más de 34% del
personal ocupado en servicios ofrecidos en el chz
durante 2004; sin embargo, su aportación en términos de productividad
ingreso/trabajador deja mucho que desear. Las derramas económicas que en esas
fechas dejaba el turista por hospedaje o alimentación en sitios localizados en
el Centro Histórico eran relevantes, pero han disminuido de manera notable. Su
mejor momento fue en 1999. En cambio, el resto de los servicios –que son los
que demanda la población zacatecana– además de que son importantes en cuanto al
ingreso promedio por trabajador (servicios profesionales, personales,
financieros, médicos, odontológicos, veterinarios, de alquiler de equipo,
bienes inmuebles, de esparcimiento o de transporte), han demostrado
estabilidad, incluso algunas de esas ramas han crecido de manera importante
(servicios profesionales, de asistencia o recreativos). En el cuadro 2 se
muestra el ingreso promedio que obtuvieron los trabajadores de los
establecimientos que ofrecen servicios localizados en el chz en el periodo 1989-2004.
Cuadro 2
Promedio
de ingresos derivados de la actividad/personal ocupado en las ramas de
servicios del Centro Histórico 1989-2004 (en pesos constantes 2002=100)
Rama/Año |
1989 |
1994 |
1999 |
2004 |
Servicios crediticios, bancarios |
||||
y auxiliares de crédito |
12.7 |
1 |
||
Servicios financieros |
2.1 |
|||
Aseguradoras y fianzas |
0.4 |
|||
Alquiler de bienes inmuebles |
2 |
1.1 |
1.4 |
0.9 |
Otros servicios inmobiliarios |
||||
(intermediación) |
0.2 |
4 |
1.5 |
1.1 |
Alquiler de equipo, |
||||
maquinaria y mobiliario |
1.1 |
1.7 |
0.8 |
0.6 |
Otros servicios de alquiler |
0.6 |
1.6 |
||
Servicios educativos privados |
0.6 |
0.8 |
0.6 |
0.8 |
Servicios privados de investigación |
||||
científica |
0.8 |
|||
Servicios privados médicos, |
||||
odontológicos y veterinarios |
0.8 |
1 |
0.8 |
0.8 |
Servicios públicos médicos, |
||||
odontológicos y veterinarios |
1.1 |
|||
Servicios privados de asistencia social |
0 |
0 |
0 |
|
Servicios de asistencia comercial, |
||||
profesional y laboral |
0.5 |
0.1 |
0 |
0.9 |
Organizaciones políticas, civiles |
||||
y religiosas |
0 |
0 |
||
Servicios de restaurantes, bares y |
||||
centros nocturnos |
0.9 |
1.2 |
1 |
1 |
Servicios de hoteles y alojamiento |
||||
temporal |
1.5 |
1.3 |
1.9 |
1.5 |
Servicios privados de esparcimiento |
||||
(cine, radio, teatro y televisión) |
2.4 |
2.8 |
2.2 |
1.4 |
Centros privados recreativos, |
||||
deportivos y de diversión |
0.7 |
0.8 |
1.1 |
1.4 |
Servicios profesionales, técnicos, |
||||
especializados y personales |
1.6 |
1.2 |
0.9 |
1.2 |
Servicios personales diversos |
0.4 |
0.7 |
0.5 |
0.6 |
Servicios de tintorería |
0.6 |
1.7 |
0.8 |
0.6 |
Servicios de reparación y |
||||
mantenimiento de maquinaria |
0.2 |
0.2 |
0.4 |
0.9 |
Servicios de reparación y |
||||
mantenimiento automotriz |
1 |
0.4 |
0.5 |
0.4 |
Otros servicios de reparación |
0.4 |
0.4 |
0.5 |
0.4 |
Servicios relacionados con |
||||
actividades agropecuarias |
0.5 |
|||
Servicios relacionados con |
||||
la construcción |
0.8 |
|||
Servicios relacionados |
||||
con transportes terrestres |
0.8 |
0.9 |
0.8 |
1.5 |
Servicios relacionados con |
||||
instituciones financieras |
1.5 |
0.9 |
1.3 |
|
Servicios de agencias de viaje, |
||||
mensajería y almacenaje |
0.4 |
13.6 |
2 |
Fuente: Cálculos propios con base en censos económicos y
en el índice de precios al consumidor (inegi,
1989, 1994, 1999, 2004 y 2007a).
A pesar de los
proyectos para convertir el chz en
un sitio de atracción turística, en la actualidad su economía dice lo
contrario, pues continúa siendo un centro de comercios y servicios que demanda
la población local (González, 2006) y los datos que aparecen en el cuadro 2 lo
confirman. En 1999 las ramas de servicios al turista (hoteles, agencias de
viajes, restaurantes y bares) mostraban un alto rendimiento ingreso/trabajador,
pero en 2004 se evidencia un decaimiento y, por tanto, el renacimiento de las
actividades económicas tradicionales.
Desde la
perspectiva de afluencia de turistas, en el cuadro 3 se muestra el número de
turistas que visitaron la ciudad anualmente de 1988 a 2006. La primera idea que
expresa es su comportamiento errático: el más evidente es de 1988 a 1990. Y
aunque la tendencia a largo plazo es aumentar dicha afluencia, ésta no se ha
dado de manera espectacular. Incluso, llama la atención que la declaración del chz como Patrimonio Cultural de la
Humanidad en 1993 pareciera que tuvo un efecto negativo en la cantidad de
turistas en los años siguientes, pues cayó en 61% y fue hasta cinco años
después que recuperó el número de visitantes.
Cuadro 3
Afluencia
de turistas al Centro Histórico de la ciudad de Zacatecas y su ritmo de
crecimiento (1988-2006)
Año |
Turistas |
Incremento porcentual |
1988 |
46,400 |
|
1990 |
322,613 |
6.95 |
1991 |
371,313 |
1.5 |
1992 |
400,790 |
7.9 |
1993 |
555,457 |
38.5 |
1994 |
341,024 |
-38.7 |
1995 |
372,688 |
9.2 |
1996 |
392,590 |
5.3 |
1997 |
554,041 |
41.1 |
1998 |
694,946 |
25.4 |
1999 |
584,386 |
-16 |
2000 |
612,417 |
4.7 |
2001 |
665,000 |
8.5 |
2003 |
698,586 |
5 |
2006 |
748,842 |
7.1 |
Fuente: Informes de gobierno y anexos de informes de
gobierno (Godezac, 1988-2006).
Incluso si
analizamos la derrama económica que dejaron los turistas, los resultados
tampoco son tan favorables para el sector turístico en la economía de la czg. En el cuadro 4 se señala, a precios
constantes, que no ha habido un efecto económico importante y que los ritmos de
crecimiento realmente son desdeñables. O lo que es peor, la afluencia de
turistas ha sido más bien errática. Lo que significa que el turismo no ha
crecido, y aunque así lo hiciera, no necesariamente se traduce en una derrama
económica para la ciudad. Por tanto, y de acuerdo con estas cifras, el sector
turístico realmente no parece ser la punta de lanza de la economía de la
ciudad. En 2003 sólo el comercio al por menor de artículos para el cuidado de
la salud (las farmacias) aportó a la economía del chz la cantidad de 115’691,000 pesos, monto muy superior a
cualquier año de la derrama económica turística (inegi, 2004). Entonces, ¿por qué insistir en el proyecto de
un chz para turistas que gastan
poco en comparación con otras actividades económicas?
Cuadro 4
Derrama
económica dejada por los turistas y su ritmo de crecimiento 1998-2001 (en miles
de pesos constantes, 2002=100)
Año |
Derrama económica (miles de pesos) |
Diferencia porcentual |
1988 |
3,193.26 |
|
1989 |
3,408.05 |
6.7 |
1990 |
3,508.85 |
2.9 |
1991 |
3,337.45 |
-0.5 |
1992 |
6,655.44 |
99.4 |
1993 |
6,744.23 |
1.3 |
1994 |
8,888.09 |
31.7 |
1995 |
6,144.34 |
-30.9 |
1996 |
4,825.80 |
-21.5 |
1998 |
6,037.18 |
25.1 |
1999 |
5,468.86 |
-9.5 |
2000 |
5,474.35 |
0 |
2001 |
5,029.59 |
-8.2 |
Fuente: Informes
de gobierno y anexos de informes de gobierno (Godezac, 1988-2001) e índice de
precios al consumidor (inegi,
2007a).
7. Efecto espacial
del turismo en el chz
A pesar de que
este sector no ha mostrado un efecto en la economía urbana, la actividad
turística como política se convierte en un elemento esencial para cumplir con
los propósitos de rentabilidad del chz, lo
cual se entiende dada la necesidad urgente de crear valor y empleos en la czg. Sin embargo, en las condiciones
actuales el proyecto de revitalización del chz
contribuye a reforzar los efectos negativos: desvinculación con prácticas
populares, exclusión social y transmutación de la conciencia social. Asimismo
debemos apuntar que la actividad turística promueve la estructura monocéntrica
de la czg y sus consecuencias en
el deterioro del ingreso de buena parte de la población citadina.
Estudios
realizados recientemente acerca de este tema nos permiten reforzar los
argumentos planteados[27] y
exponer los referentes espaciales de la actividad económica del Centro
Histórico que ayudan a explicar la conservación de su carácter monocéntrico.
El primer punto
es el que se relaciona con la ubicación y extensión geográfica del chz. La unesco
(1993: 34-35) definió espacialmente al chz
de forma muy diferente a la que aquí presentamos.[28]
En este estudio del chz se
determinan su extensión y límites por la percepción que tienen sus visitantes y
pobladores, quienes emitieron opiniones sobre su área geográfica a partir de
dos criterios: el primero que se identificó fue el de aglomeración, los
entrevistados determinaron el espacio físico de concentración de actividades de
todo tipo (económicas, culturales, sociales y políticas); y el segundo criterio
se determinó por la estructura física, es decir, con base en la observación e
identificación de los edificios que fijaron dónde comienza y termina el chz. Después de analizar las encuestas y
entrevistas se identificó que el chz
lo determina exclusivamente una columna vertebral de tres avenidas (Hidalgo,
Tacuba-Guerrero y Genaro Codina-Fernando Villalpando de norte a sur, y de este
a oeste las avenidas Juárez-Hidalgo). En la figura iv se observa la extensión del chz, de acuerdo con la opinión de pobladores y turistas. Los
zacatecanos conciben la extensión del Centro Histórico más pequeña que lo que
determinó la unesco, que no
necesariamente contabiliza todo el patrimonio histórico y cultural de la
ciudad, pues los habitantes generalmente asocian el chz con la concentración de actividades en un espacio
determinado que permite la interacción social y con los monumentos que mayor
simbolismo tienen en la memoria colectiva.
Los pobladores
de la czg están bastante de acuerdo con las inversiones
realizadas en el chz. Para ellos
es motivo de orgullo el estado de conservación de calles, edificios, monumentos
y plazas. Existe una plena identificación con el proceso de revitalización, ya
que consideran que beneficia a la ciudad en especial por su potencial
turístico. Los pobladores entrevistados que visitan el chz en su mayoría son adultos jóvenes y prácticamente a
todos les agrada que haya turismo, sólo 16% opina lo contrario porque prefieren
la tranquilidad, porque usurpan su cultura o porque se comercia la cultura
zacatecana.
Para los
habitantes de esta ciudad la razón principal por la que los turistas visitan el
chz es conocer sus edificios
históricos, así como su herencia cultural y su tranquilidad. Los zacatecanos
jamás asocian los eventos culturales y de entretenimiento organizados por el
gobierno estatal con la llegada de turistas. De las entrevistas se desprende la
opinión muy arraigada de que las actividades en el chz son para generar beneficios económicos (aunque sea sólo
para algunos): el turismo es la única manera que tiene la ciudad para salir
adelante.[29]
Como es lógico,
la delimitación física del chz que
expresan los turistas es aún más reducida, ya que sólo consideran como área
histórico-turística la parte central de la zona determinada por los zacatecanos
(14 manzanas de las 45 definidas por los pobladores) y muy por debajo de la que
definió la unesco (156 manzanas),
que tiene a la avenida Hidalgo como su referente. Esto tiene fuertes
implicaciones en la economía zacatecana y en especial en la implementación de
políticas de fomento al turismo y desarrollo económico ya que, en primer lugar,
los limitados recorridos que realizan los turistas provocan una fuerte disputa
por el uso de espacios comerciales (y su consecuente elevación de costos) y, en
segundo lugar, porque al no visitar el resto del chz, el turista tiene pocas opciones de entretenimiento y
reduce su estadía y montos de gasto en la ciudad.[30]
Así, esta reducida área de 14 manzanas se compone de negocios dedicados a la
gastronomía (restaurantes, cenadurías, cafeterías, loncherías), venta de souvenirs (joyería, dulces y artesanías), de
entretenimiento nocturno (antros, bares, cantinas), hospedaje (hoteles,
hostales, moteles y casas de asistencia), arte y cultura (galerías, museos,
librerías) y de prestación de servicios turísticos (agencias de viajes y
recorridos).
El área definida
y visitada por los turistas se caracteriza porque es visualmente atractiva
(palacios, iglesias, casonas, calles, callejones, plazas y plazuelas de origen
colonial con fuerte significado histórico), lo que promueve actividades de
esparcimiento: recorridos y consumo de bienes y servicios tradicionales (souvenirs, gastronomía, hospedaje). Para el
visitante, el atractivo de la arquitectura colonial es el principal motivo. El
conocimiento de aspectos históricos y simbólicos sólo es interesante para muy
pocos visitantes. Tampoco son motivo de visita los servicios, comercio o
entretenimiento que pueda proporcionar el chz,
es más, la escasez y calidad de estos son limitantes para incrementar la
estancia en la ciudad. El consumo turístico principal es el alojamiento, del
cual se han beneficiado las cadenas hoteleras y, en menor medida pero de manera
creciente, pequeños hoteles y hostales de empresarios locales. Otro sector
beneficiado es el restaurantero, aunque las evaluaciones sobre la calidad y
precio de estos servicios son divergentes. El uso de otros servicios turísticos
es limitado, salvo por las compras en tiendas de conveniencia.[31]
Debido a los
cortos recorridos realizados por los turistas en los últimos años (1998-2008),
se implementaron políticas de conservación, remodelación y difusión de lugares
situados fuera de esta zona turística básica con la intención de aumentar y
mejorar la oferta (figura iv). Es
conocido que muchas de ellas no tienen el valor histórico ni simbólico de los
espacios y edificaciones característicos del chz,
pero se les considera con potencial de atracción. El éxito ha sido relativo,
las encuestas realizadas a turistas indican que no visitan ni reconocen como
parte del atractivo turístico de la ciudad áreas como el Parque Sierra de Álica
o el monumento al poeta López Velarde en la vieja Ciudad Universitaria. En realidad
estos espacios, en especial el primero, los aprovechan los pobladores locales y
los visitantes de corta estancia de la región.
Al entrevistar a
los visitantes con menos de un día para recorrer la ciudad, fue posible
identificar entre ellos a un segmento cuyos patrones de visita son por demás
interesantes para el sostenimiento del monocentrismo de la czg. A estos no se les ha dado la
atención debida y es posible que incluso compitan en importancia con los
turistas tradicionales. Sus prácticas de consumo son significativas no sólo por
sus montos, también por el efecto económico que provocan en los diferentes
sectores de la ciudad. Es el tipo de visitante que llega a la ciudad con
motivos muy específicos y tiempo limitado; tiene la característica de que viene
de lugares muy cercanos a la capital (generalmente de la misma región o del
propio estado) a realizar actividades de compras, entretenimiento o trámites
burocráticos.[32] Debido a su frecuencia de
viaje (visitan la ciudad en promedio tres veces al año), es bastante observador
y crítico de la oferta del chz;[33]
por otro lado, su radio de acción es mucho más amplio que el del turista
clásico, pues recorren las áreas que son el motivo principal de su visita:
compras de celulares, víveres, ropa, juguetes, etc. Este tipo de visitante
regional circula por las áreas este, sur y sureste del chz[34]
(figura iv). Además de los motivos
específicos que lo llevaron a visitar la ciudad, realiza (aunque en menor
grado) actividades turísticas tradicionales: visita lugares de atracción,
compra souvernirs,
asiste a eventos de entretenimiento y utiliza servicios turísticos. Su efecto
económico se debe determinar pues complementa el consumo local y fortalece la
rentabilidad de los establecimientos comerciales y de servicios dedicados a la
demanda local. Aun cuando no existen datos duros al respecto, las entrevistas
realizadas a algunos comerciantes permiten suponer que existen negocios en el chz que dependen del consumo de este
segmento de visitantes, por lo menos debemos suponer que sus adquisiciones de
bienes y servicios complementan los que realizan los pobladores de la ciudad,
reforzando las economías de escala, alcance y aglomeración que permite la
concentración de la actividad productiva en el chz.
Por tanto, se
puede afirmar que cada grupo social que visita el chz tiene conceptos distintos acerca de éste: la población
residente lo concibe de manera más integral mediante consideraciones
económicas, históricas y físicas. En cambio el turista lo identifica más con
edificios coloniales y los sitios de esparcimiento. Ambas concepciones permiten
ubicar áreas específicas de apropiación y uso del espacio urbano. En el chz existen por lo menos dos zonas
distintas de aprovechamiento turístico integradas a un área más amplia
identificada por los pobladores de la ciudad. Por otro lado, las percepciones
de los visitantes y pobladores sobre el significado y función del chz tienden a coincidir con la idea de
su potencial explotación económica, más que en su valor histórico y cultural.
Lo anterior
coincide con algunos análisis teóricos como el de Troncoso y Almirón (2005),
quienes opinan que el patrimonio histórico lo determinan los procesos sociales
que expresan conflictos de intereses entre grupos y que le dan simbolismo a un
conjunto de bienes tangibles e intangibles, modificando su significando y su
inventario con el paso del tiempo. Sin embargo, dicha resignificación adquiere
mayor importancia cuando alcanza utilidad y valor por los visitantes. El
patrimonio adquiere un valor comercial que, por un lado, induce una actividad
económica redituable (en muchos casos se vuelve la panacea para disminuir la pobreza o el
estancamiento económico) y, por el otro, se hace atractivo con base en un
conjunto de ideas, imaginarios y percepciones que se crean los turistas
–incluso desde sus lugares de origen– y que pueden variar dependiendo de su
práctica turística y la satisfacción que les proporcione el inventario
patrimonial.
Sin embargo, es
el Estado o los poderes políticos legalmente constituidos quienes llevan a cabo
el proceso de selección patrimonial, a pesar de que es la sociedad quien pueda
proponer y sustraer sus representaciones. La selección del patrimonio como
valor universal u homogéneo no siempre lo comparten los distintos grupos
sociales o sectores de la comunidad, de manera que el espacio determinado como
patrimonio se considera un lugar de conflicto, tensión, lucha y negociación
entre grupos que se miden de acuerdo con sus relaciones de poder (Troncoso y
Almirón, 2005, 61).
Conclusiones
Quizás la idea de
etapas de expansión y crecimiento urbano que tuvo validez hace décadas, hoy se
deba evaluar otra vez. Las ciudades que tienen un papel mundial poco relevante
no sólo presentan estados de subdesarrollo económico y social, también padecen
un estado tardío de expansión y de regeneración de la estructura urbana. En
ciudades donde la relación capital-trabajo se manifiesta en el dominio de
actividades terciarias de relevancia exclusivamente local, las etapas de
expansión y reestructuración urbana se retrasan y traslapan intensificando las
contradicciones inherentes.
El proceso de
suburbanización se entremezcla con un retorno a la ciudad, en especial un
regreso a hacer del Centro Histórico el lugar por excelencia de la actividad
económica urbana en beneficio de quienes tienen mayor poder adquisitivo. La
estructura de ciudades como Zacatecas-Guadalupe, a finales del siglo xx y comienzos del xxi, vive un proceso de suburbanización
lento y auspiciado sobre todo por los grupos de ingreso alto que se conjuga con
un proceso de reestructuración económica interna que aún no puede consolidar la
actividad turística y donde los principios de localización de negocios es
inestable. La población ha tenido que adaptarse a esos cambios.
Tal vez algunas
ciudades se han transformado de excluyentes a participativas (Rossi, 2003;
Carrión, 2005) planteando que la revitalización de los centros históricos ha
permitido revalorar los imaginarios urbanos y las prácticas colectivas que se
traducen en una mayor participación ciudadana en las decisiones urbanas; pero en
las ciudades subdesarrolladas, por el contrario, el capital y la gestión
estatal han intensificado su voraz política neoliberal de reestructuración del
espacio urbano, aunque la innovación ahora es utilizar la identidad urbana y
los imaginarios del patrimonio cultural colonial como los instrumentos que
permiten transmutar la conciencia de las clases sociales hacia la
inercia, por un lado, y excluir a quienes no pueden acceder a la industria del
ocio, por el otro. La centralidad sigue teniendo un fin económico.
La
revitalización del chz, efectuada
a partir de expectativas de explotación turística, es un elemento que ha
reforzado el carácter monocéntrico de la estructura urbana de la cgz. Las encuestas realizadas perfilan
referentes espaciales distintos para el chz
que implican áreas de intercambio económico diferenciadas por el tipo de
visitante. La política gubernamental ha privilegiado la dotación de servicios a
los turistas tradicionales y sus espacios de disfrute dejando de lado la
atención y el fomento de servicios para visitantes de características
distintas, como los que aquí denominados visitantes regionales. Las áreas que
frecuenta este grupo no han sido receptoras de mejoras urbanas sustanciales y
constituyen una zona de oportunidad para las políticas de mantenimiento urbano.
Las demandas de los visitantes regionales contribuyen a la actividad económica
local en dimensiones no estudiadas, pero que pueden ser significativas.
Por otro lado,
las percepciones sobre la funcionalidad del chz
acerca de la generación de beneficios económicos han ganado terreno en la
población residente, en tanto que para los turistas el valor principal de estos
espacios está en su estética, omitiendo su valor como elementos simbólicos de
un pueblo con herencia histórica. La transmutación de la conciencia social es
cada vez más evidente. Actualmente, las reivindicaciones y protestas sociales
existen en el espacio urbano zacatecano, pero el Centro Histórico ya no se
concibe como el escenario de esas manifestaciones, pues los imaginarios
sociales lo consideran el lugar idóneo para rentabilizar el ocio.
De acuerdo con
la aquí expuesto, es necesario reformular el proyecto para el chz que integre no sólo los intereses
relacionados con la producción económica, también que sea respetuoso de los
valores culturales que representa y que permite recrear.
Bibliografía
Alegría, Tito
(1994), “Condiciones espaciales de la pobreza urbana y una propuesta para su
disminución”, Frontera Norte, 1, núm. esp., El Colegio de la
Frontera Norte, Tijuana, pp. 61-76.
Alegría, Tito
(1994a), “Consideraciones teóricas y metodológicas de estructura urbana”,
Reporte de Investigación, El Colegio de la Frontera Norte, Tijuana.
ancmpm
(2007), Financiamiento, Asociación Nacional de Ciudades Mexicanas del Patrimonio
Mundial, a. c., México,
http://www.ciudadesmexicanaspatrimonio.org/index_fla.htm.
Carrión,
Fernando (2005), “El Centro Histórico como proyecto y objeto de deseo”, Eure, xxxi
(93), Santiago, pp. 89-100.
Delgado, Raúl,
Víctor Figueroa y Margarita Hoffner (1991), Zacatecas.
Sociedad, economía, política, cultura,
Universidad Nacional Autónoma de México, México.
Esparza, Miguel
(1996), Elementos básicos; la estructura económica y el cambio
regional en Zacatecas durante la década de los ochenta, Universidad Autónoma de Zacatecas,
Zacatecas.
Figueroa, Víctor
(1986), Reinterpretando el subdesarrollo. Trabajo general,
clase y fuerza productiva en América Latina, Siglo XXI, México.
Gamarra,
Garikoitz (2005), “Ciudad, poder, identidad. Bilbao: pasión y muerte de lo
urbano”, Bifurcaciones, 2, Santiago, pp. 1-11.
Godezac (1986), Zacatecas,
6 años de gobierno 1980-1986,
José Guadalupe Cervantes Corona, Zacatecas.
Godezac (1987), Primer
Informe de Gobierno,
Genaro Borrego Estrada, Zacatecas.
Godezac (1987a),
Anexo, acciones y estadísticas. Desarrollo social, Primer Informe de Gobierno, Genaro
Borrego Estrada, Zacatecas.
Godezac (1987b),
Anexo, acciones y estadísticas. Desarrollo económico, Primer Informe de Gobierno, Genaro
Borrego Estrada, Zacatecas.
Godezac (1988), Segundo
Informe de Gobierno,
Genaro Borrego Estrada, Zacatecas.
Godezac (1988a),
Anexo estadístico III. Desarrollo económico, Segundo Informe de Gobierno, Genaro Borrego Estrada,
Zacatecas.
Godezac (1988b),
Anexo estadístico IV. Infraestructura para el desarrollo, Segundo Informe de Gobierno, Genaro
Borrego Estrada, Zacatecas.
Godezac (1989) Tercer
Informe de Gobierno,
Genaro Borrego Estrada, Zacatecas.
Godezac (1989a),
Anexo estadístico III. Desarrollo económico, Tercer Informe de Gobierno, Genaro
Borrego Estrada, Zacatecas.
Godezac (1990), Cuarto
Informe de Gobierno,
Genaro Borrego Estrada, Zacatecas.
Godezac (1990a),
Anexo estadístico III. Desarrollo económico, Cuarto Informe de Gobierno, Genaro
Borrego Estrada, Zacatecas.
Godezac (1991), Quinto
Informe de Gobierno,
Genaro Borrego Estrada, Zacatecas.
Godezac (1991a),
Anexo Estadístico III. Desarrollo económico, Quinto Informe de Gobierno, Genaro
Borrego Estrada, Zacatecas.
Godezac (1991b),
Anexo estadístico IV. Infraestructura para el
desarrollo, Quinto
Informe de Gobierno, Genaro Borrego Estrada, Zacatecas.
Godezac (1992), Sexto
Informe de Gobierno,
Pedro de León Sánchez, Zacatecas.
Godezac (1992a),
Anexo estadístico III. Desarrollo económico, Sexto Informe de Gobierno, Pedro de
León Sánchez, Zacatecas.
Godezac (1993), Primer
Informe de Gobierno,
Arturo Romo Gutiérrez, Zacatecas.
Godezac (1993a),
Tomo III. Desarrollo económico, Primer Informe de Gobierno, Arturo
Romo Gutiérrez, Zacatecas.
Godezac (1993b),
Tomo IV. Desarrollo Social, Primer Informe de Gobierno, Arturo
Romo Gutiérrez, Zacatecas.
Godezac (1994), Segundo
Informe de Gobierno,
Arturo Romo Gutiérrez, Zacatecas.
Godezac, 1994a, Anexo
III. Desarrollo económico,
Segundo Informe de Gobierno, Arturo Romo Gutiérrez, Zacatecas.
Godezac (1994b),
Anexo IV. Desarrollo social, Segundo Informe de Gobierno, Arturo
Romo Gutiérrez, Zacatecas.
Godezac (1995), Tercer
Informe de Gobierno,
Arturo Romo Gutiérrez, Zacatecas.
Godezac (1995a),
Anexo III. Desarrollo económico, Tercer Informe de Gobierno, Arturo
Romo Gutiérrez, Zacatecas.
Godezac (1995b),
Anexo IV. Desarrollo social, Tercer Informe de Gobierno, Arturo
Romo Gutiérrez, Zacatecas.
Godezac (1996), Cuarto
Informe de Gobierno,
Arturo Romo Gutiérrez, Zacatecas.
Godezac (1996a),
Tomo III. Desarrollo económico, Cuarto Informe de Gobierno, Arturo
Romo Gutiérrez, Zacatecas.
Godezac (1996b),
Tomo IV. Desarrollo social, Cuarto Informe de Gobierno, Arturo
Romo Gutiérrez, Zacatecas.
Godezac (1997), Quinto
Informe de Gobierno,
Arturo Romo Gutiérrez, Zacatecas, México.
Godezac (1997a),
Tomo III. Desarrollo económico, Quinto Informe de Gobierno, Arturo
Romo Gutiérrez, Zacatecas.
Godezac (1997b),
Tomo IV. Desarrollo social, Quinto Informe de Gobierno, Arturo
Romo Gutiérrez, Zacatecas.
Godezac (1998), Sexto
Informe de Gobierno,
Arturo Romo Gutiérrez, Zacatecas.
Godezac (1998a),
Tomo III. Desarrollo económico, Sexto Informe de Gobierno, Arturo
Romo Gutiérrez, Zacatecas.
Godezac (1998b),
Tomo IV. Desarrollo económico, Sexto Informe de Gobierno, Arturo
Romo Gutiérrez, Zacatecas.
Godezac (1999), Primer
Informe de Gobierno,
Ricardo Monreal Ávila, Zacatecas.
Godezac (1999), Anexo
IV. Desarrollo social, vol.
III, Primer Informe
de Gobierno, Ricardo Monreal Ávila, Zacatecas.
Godezac (1999), Anexo
IV. Desarrollo social, vol.
V, Secretaría
de Desarrollo Social, septiembre-diciembre 1998, Primer Informe de Gobierno,
Ricardo Monreal Ávila, Zacatecas.
Godezac (1999), Anexo
II. Desarrollo económico, vol.
I, Secretaría
de Turismo, enero-septiembre 1999, Primer Informe de Gobierno, Ricardo Monreal
Ávila, Zacatecas.
Godezac (1999), Anexo
II. Desarrollo económico,
vol. II, Secretaría
de Obras Públicas, enero-septiembre 1999, Primer Informe de Gobierno, Ricardo
Monreal Ávila, Zacatecas.
Godezac (2000), Segundo
Informe de Gobierno,
Ricardo Monreal Ávila, Zacatecas.
Godezac (2000), Tomo
III. Desarrollo económico,
Segundo Informe de Gobierno 1999-2000, Ricardo Monreal Ávila, Zacatecas.
Godezac (2001), Tercer
Informe de Gobierno,
Ricardo Monreal Ávila, Zacatecas.
Godezac (2002), Cuarto
Informe de Gobierno,
Ricardo Monreal Ávila, Zacatecas.
Godezac (2003), Quinto
Informe de Gobierno,
Ricardo Monreal Ávila, Zacatecas.
Godezac (2005), Primer
Informe de Gobierno,
Amalia García Medina, Zacatecas.
Godezac (2005a) Tomo
II. Hacia un desarrollo económico sustentable, Primer Informe de Gobierno, Amalia
García Medina, Zacatecas.
Godezac (2006), Cuenta
pública. Ejercicio 2005,
Ingresos, Secretaría de Finanzas, Zacatecas,
www.zacatecas.gob.mx/CuentaPublica/2005/ingresos.pdf.
Godezac (2006a),
Segundo Informe de Gobierno, Amalia García Medina, Zacatecas.
Godezac (2006b),
Tomo II. Hacia un desarrollo económico sustentable, Segundo Informe de Gobierno, Amalia
García Medina, Zacatecas.
Godezac (2007), Decreto
no. 430, Presupuesto de egresos del estado para ejercicio fiscal del año 2007, Periódico Oficial del Gobierno del
Estado de Zacatecas, tomo CXVI, núm. 104, Suplemento, 30 de diciembre de 2006,
Zacatecas.
Godezac (2007a),
Programa de Desarrollo Regional, Innovación y Capital Humano (Proderic),
Secretaría de Planeación y Desarrollo Regional, Zacatecas.
González,
Guadalupe, 2004, “Del monocentrismo al policentrismo intraurbano: un modelo
explicativo del cambio en la estructura de centros en la zona conurbada
Zacatecas-Guadalupe (1990-2000)”, tesis doctoral, El Colegio de la Frontera
Norte, Tijuana.
González,
Guadalupe (2006), “Segregación socioespacial en la zona conurbada Zacatecas-Guadalupe
(1990-2000), Boletín de los sistemas
Nacionales Estadístico y de información geográfica, 2 (2), inegi, México, pp. 79-94.
González,
Guadalupe (2006a), “Reforzamiento de una estructura monocéntrica: el Centro
Histórico de la ciudad de Zacatecas (1990-2003)”, Revista
Electrónica Zacatecana sobre Población y Sociedad, tercera época, año 6, 27,
Universidad Autónoma de Zacatecas, Zacatecas, pp. 1-23.
González,
Guadalupe (2006b), “Revitalización del Centro Histórico de la ciudad de
Zacatecas: exclusión y transmutación de la conciencia social”, en José Gasca
(coord.), La construcción de perspectivas de desarrollo en
México desde sus regiones,
Memoria del 11° Encuentro Nacional sobre Desarrollo Regional en México,
Amecider, Mérida, pp. 1-19.
Gordon, Peter y Harry Richardson (1995), “Employment
Decentralization in U. S. Metro Areas: is Los Angeles an outlier or the norm?”, Working Paper, Lusk Center Research Institute, ucla, Los Ángeles.
Gordon, Peter y Harry Richardson (1995a), “Travel Time
Distributions in a Dispersed Metropolis”, Working Paper, School of Urban and
Regional Planning, ucla, Los
Ángeles.
Gordon, Peter y Harry Richardson (1996), “Beyond
Polycentricity: The Dispersed Metropolis, Los Angeles 1970-1990”, Journal of the American Planning Association, 62
(3), ucla, Los Ángeles, pp.
289-295.
Hiernaux, Daniel
(2005), “Imaginarios y lugares en la reconquista de los centros históricos”, Ciudades, 65, Puebla, pp. 15-21.
inegi (1989),
Censos económicos 1989, Aguascalientes, disco compacto.
inegi (1992),
XI Censo General de Población y Vivienda 1990,
Zacatecas,
Aguascalientes, disco compacto.
inegi (1994),
Censos económicos 1994, Aguascalientes, disco compacto.
inegi (1996),
Conteo 95, Resultados definitivos. Tabulados básicos, Aguascalientes, disco compacto.
inegi (1999),
Censos económicos 1999, Aguascalientes, disco compacto.
inegi (2000),
XII Censo General de Población y Vivienda 2000.
Sistema para la consulta de Información Censal (Scince), Aguascalientes, disco compacto.
inegi (2004),
Censos económicos 2004, Aguascalientes, disco compacto.
inegi (2005),
Encuesta Nacional de Empleo, Aguascalientes, Sistema de Consulta
en línea,
http://www.inegi.gob.mx/est/contenidos/espanol/sistemas/ene/ene_trim/datos/2004trim4/03/03/2006.
inegi (2006),
Encuesta Nacional de Empleo Urbano, Aguascalientes, Banco de Información
Económica, Sistema de Consulta en línea,
http://dgcnesyp.inegi.gob.mx/cgi-win/bdieintsi.exe/Consultar/25/09/2006.
inegi
(2006a), II Conteo de Población y Vivienda 2005, Zacatecas. Resultados
definitivos. Tabulados básicos.
Aguascalientes, disco compacto.
inegi
(2007a), Índice Nacional de Precios al Consumidor (Mensual)
2002=100, Banco de
Información Económica, Sistema de Consulta en Línea,
http://dgcnesyp.inegi.gob.mx/cgi-win/bdieintsi.exe/Consultar.
Jaramillo,
Samuel (1997), “El papel del mercado del suelo en la configuración de las
ciudades latinoamericanas”, Lincoln Institute of Land Policy, Reporte de
Investigación, ucla, Los Ángeles.
Kotkin, Joel (1999), “The future of the Center: The
Core City in the New Economy”, Policy Study no. 264, Reason Public Policy
Institute, Boston.
Low, Setha
(2005), “Transformaciones del espacio público en la ciudad latinoamericana:
cambios espaciales y prácticas sociales”, Bifurcaciones, 5, Santiago, pp. 1-14.
Ortiz, Anna
(2005), “Renovación social y transformación urbanística: el barrio de Raval,
Barcelona, Ciudades, 65,
Puebla, pp. 54-59.
O’Sullivan, Arthur (1996), Urban Economics, Irvin-McGraw
Hill, Boston.
Richardson, Harry y Peter Gordon (1994), “New Data and
Old Models in Urban Economics”, Working Paper, Lincoln Institute of Land Policy,
ucla, Los Ángeles.
Rossi, Ugo
(2003), “Nápoles, ciudad democrática: la construcción del Centro Histórico como
un espacio público”, Economía, Sociedad y Territorio, iv
(13), El Colegio Mexiquense, Toluca, pp. 1-26.
Staley, Samuel (2004), Can Downtows survive the 21th Century?, Reason Public Policy Institute, Boston.
Thuillier, Guy
(2005), “El impacto socioespacial de las urbanizaciones cerradas: el caso de la
región metropolitana de Buenos Aires”, Eure, xxxi
(93), Santiago, pp. 5-20.
Troncoso,
Claudia y Analía Almirón (2005), “Turismo y patrimonio. Hacia una relectura de
sus relaciones”, Aportes y Transferencias 1 (9), Universidad Nacional del Mar
de Plata, Mar de Plata, pp. 56-74.
unesco (1993), Advisory Body Evaluation, World Heritage List
no. 676, unesco, París,
http://whc.unesco.org/archive/advisory_body_evaluation/676.pdf.
unesco (2007), Financial Regulations for the World Heritage Fund, unesco, París,
http://whc.unesco.org/en/financialregulations.
Recibido:
13 de octubre de 2006.
Reenviado:
28 de julio de 2008.
Aceptado:
1 de agosto de 2008.
Guadalupe
Margarita González Hernández. Es doctora en ciencias sociales por El Colegio de la
Frontera Norte, a. c.; licenciada
y maestra en economía por la Universidad Autónoma de Zacatecas (uaz). Actualmente es docente
investigadora de la Unidad Académica de Ciencia Política de la uaz. Es profesora con perfil deseable en
el Programa de Mejoramiento del Profesorado (Promep) y candidata a investigador
en el Sistema Nacional de Investigadores (sni).
Su línea de investigación actual es: procesos económicos, sociales y políticos
en las ciudades mexicanas. Entre sus publicaciones destacan: “Segregación
socioespacial, integración al mercado de trabajo y deterioro de los grupos de
ingreso medio en la zona conurbada Zacatecas-Guadalupe, México 2000”, Papeles
de Población, año
11, 46, Universidad Autónoma del Estado de México, Toluca, pp. 79-108 (2005);
“Segregación socioespacial en la zona conurbada Zacatecas-Guadalupe
(1990-2000)”, Boletín de los Sistemas
Nacionales Estadístico y de Información Geográfica, 2 (2), inegi, Aguascalientes, México, pp. 79-94 (2006); en
coautoría, Reproducción precaria familiar.
Conceptualización y evidencias en Zacatecas-Guadalupe (1990-2004),
Fomix-Conacyt-Godezac-Universidad Autónoma de Zacatecas, Zacatecas (2007);
“Mercado de trabajo en la zona conurbada Zacatecas-Guadalupe, 2000: realidades
y disyuntivas”, en Silvana Figueroa (comp.),
Economía, trabajo y educación en
Zacatecas. Temas de interés actual, Gobierno del
Estado de Zacatecas-Universidad Autónoma de Zacatecas, Zacatecas, pp.113-136
(2007).
[1] Tomados
de los censos económicos del inegi
(1989, 1994, 1999 y 2004).
[2] Con
técnica de Alegría (1994a: 42-43) en área geoestadística básica (ageb), utilizando datos económicos y de
población del inegi (1992, 1994,
1996, 1999, 2000 y 2004).
[3] En
Estados Unidos les llaman políticas de gentrification
y en Europa de elitización.
[4] El
incremento del tamaño productivo de un negocio debido al aumento de las
unidades de algún factor de producción (capital o trabajo) (González, 2004).
[5] La
capacidad productiva de los negocios para ofrecer gran variedad de servicios o
de bienes.
[6] Percepciones, ideas, imaginarios sobre
las diferencias sociales e intereses de clases que se modifican de acuerdo con
las dinámicas sociales, económicas y políticas en un contexto definido en
tiempo y espacio.
[7] De
acuerdo con la Encuesta Nacional de Empleo Urbano (eneu), 39.4% de la población ocupada en la czg en el año 2004 se encontraba en la
rama de servicios, 23% en el comercio, 12.9% en el gobierno (federal, estatal o
municipal), 9.4% en la industria de la transformación, 8.7% en la industria de
la construcción, 4.3% en comunicaciones y transportes, 1.3% en actividades
primarias y, finalmente, 1% en la industria extractiva y eléctrica. Este
comportamiento se mantiene desde 1992 (inegi,
2006).
[8] Según
el II Conteo 2005, la czg cuenta
con 222,461 habitantes (inegi,
2006a).
[9] Las
aportaciones y subsidios para estimular la producción que obtienen campesinos y
pequeños productores del estado de programas como Procampo, los acapara la czg ya sea en la compra de herramientas
o insumos, pues es la capital quien controla el comercio regional.
[10] Con
base en la Encuesta Nacional de Empleo (inegi,
2005), en el último trimestre de 2004 la población ocupada asalariada estuvo
contratada en servicios educativos y sociales (40%), comercio (39%) y en la
administración pública (21%).
[11] Es
decir, la modificación en las concentraciones de actividad económica en los
distintos espacios urbanos y en la jerarquía que algunas de estas áreas ejercen
sobre las otras.
[12] Venta
de comida o productos chatarra.
[13] Colocación
de mesas y sillas de cafeterías, restaurantes, así como estantes de recuerdos
turísticos, dulces y joyería.
[14] Aunque
en la czg existen dos centros
históricos (de las ciudades de Zacatecas y de Guadalupe), hablaremos sólo del
de la capital del estado de Zacatecas, por dos razones. La primera, porque su
poder político y económico es mayor que el de Guadalupe y porque acapara más
recursos financieros (municipales, estatales, federales e incluso
internacionales) para su mantenimiento. Y la segunda, porque aunque la política
neoliberal también se ha aplicado en el Centro Histórico de Guadalupe, la
transmutación de la conciencia social es mucho más evidente en la ciudad de
Zacatecas que en Guadalupe, debido a que esta ciudad se ha visto afectada por
diversos factores que hemos expuesto en otros espacios (González, 2004, 2006)
pero que podemos resumir en lo siguiente: la expansión de la ciudad de
Zacatecas hacia Guadalupe ha inhibido el papel justo y equilibrado en los
conflictos de la conurbación que pudiera cumplir la última. En lo urbano, el
gobierno del estado, por medio de la Secretaría de Obras Públicas (y en menor
medida el ayuntamiento de Zacatecas), tiene el control de la planeación y
ejecución de acciones, según declaraciones hechas en entrevistas a funcionarios
involucrados, dejando de lado al ayuntamiento de Guadalupe.
[15] Llamado
“Zacatecas como destino turístico cultural” (Godezac, 2007: 13).
[16] El
gobierno del estado de Zacatecas (Godezac, 2007a) lanzó el Programa de
Desarrollo Regional, Innovación y Capital Humano (Proderic) para financiar
proyectos que impulsen el desarrollo económico en todo el estado, pero es
evidente, por lo menos en sus primeras tres versiones (2007-01, 2007-02 y
2008-01) que el turismo es el rubro más importante, pues es el que recibe la
mayor parte del presupuesto y concentra el mayor número de proyectos.
[17] Cuando
hablamos de transmutación
de la conciencia social nos referimos a la acción
que realiza un aparato con poder político para cambiar el sentido de la
conciencia social sobre la diferencias entre clases sociales e intensificar su
explotación. No creemos que el término ausencia
de conciencia social sea el correcto, pues las clases sociales explotadas han
demostrado en diferentes etapas históricas que sí cuentan con ella, sólo que en
el momento actual está inhabilitada, inerte o dormida.
[18] En la
ciudad de Zacatecas nunca existió un tranvía como medio de transporte urbano,
sólo foráneo, hasta finales de los treinta, que la comunicaba con Villa de
Guadalupe.
[19] Romerías
del Patrocinio, Semana Santa, Quema de Judas.
[20] Morismas
de Bracho.
[21] Procesión
de la Fundación de la Ciudad y la Feria Nacional de Zacatecas.
[22] Festivales
del Baile Folclórico, Otoño Musical, Teatro en la Calle y Semana Santa en la
Cultura.
[23] Nos
referimos, en términos marxistas, a la mercancía ocio. El consumidor como el
puente final de la realización de mercancía y la obtención de una ganancia.
[24] Por
ejemplo, el Grupo Chicomostoc y el Grupo Amigos del Parque Arroyo de la Plata.
[25] Compuesto
de académicos e intelectuales, empresarios, comerciantes, funcionarios
estatales, políticos, profesionistas, entre otros.
[26] Cuenta
con escultores, pintores, escritores, artesanos, etc. Todos de alguna forma
están involucrados con la cultura popular zacatecana.
[27] Durante
el periodo octubre-diciembre de 2007 efectuamos diversas actividades de campo
para obtener información sobre la actividad turística en el chz. Recibieron especial atención los
aspectos económicos, simbólicos y de referenciación espacial de la actividad de
los turistas y visitantes del chz.
Se efectuó la Encuesta a Visitantes del Centro Histórico de la ciudad de
Zacatecas (con financiamiento Proderic 2007-01), compuesta por 250 entrevistas
distribuidas por cuotas entre sus diferentes perfiles. No se presentan todos
los resultados estadísticos considerando el objeto del presente artículo. Se
realizaron distintas encuestas dirigidas a tres tipos de visitantes: 1)
pobladores de la czg, 2)
turistas nacionales y extranjeros, y 3)
visitantes y turistas con menos de un día disponible para recorrer la ciudad.
La ubicación de los encuestados, los motivos y destinos de sus recorridos
permitieron, junto con las entrevistas a personajes clave (funcionarios,
académicos, etc.), definir algunas variables importantes para este análisis.
[28] El
espacio físico comprende de norte a sur desde el Barrio de la Pinta y el ex
Templo de Mexicapan hasta la interconexión de las avenidas Juárez e Hidalgo,
anexando la parte vieja de las avenidas Rayón, Morelos y el boulevard López
Mateos; y en dirección este a oeste desde el monumento a Ramón López Velarde a
La Alameda (unesco, 1993).
[29] En palabras de un entrevistado:
“Porque no hay más para la ciudad que el turismo”. Sin embargo, al
cuestionarlos sobre los efectos en el empleo consideran que la actividad
turística no ha tenido ningún efecto en la creación de
empleos.
[30] De
acuerdo con el Godezac (1999), el promedio que permanece un turista en la cgz es de 1.6 días; según un ex
secretario de Turismo (entrevista realizada en diciembre de 2007), en 2004 el
promedio aumentó a dos días; y los datos de nuestra encuesta dan un resultado
de 2.8 días.
[31] Es
bastante complicado generalizar, pues la utilización de servicios depende
fuertemente del tiempo de estadía, edad, origen e interés, pero podemos afirmar
que sólo un tercio de los entrevistados utilizó los recorridos turísticos, de
los cuales se quejaron por la calidad de la información ofrecida, lo reducido
del recorrido y el costo excesivo. Los antros,
bares y cantinas los frecuentaron exclusivamente jóvenes que también se
quejaron de la calidad del servicio y su costo. Sólo un tercio de los turistas
visitó los múltiples museos que ofrece el chz.
[32] De
acuerdo con nuestras encuestas, este tipo de visitante provenía de municipios
cercanos a la czg: Guadalupe,
Morelos, Panuco y Villanueva.
[33] La
mayor parte de ellos se quejaron del servicio turístico, en especial del que
ofrece el transporte público (taxis y camiones) y de los eventos de
entretenimiento. A pesar de que califican al chz
como muy
bonito y que constantemente lo encuentran remozado,
consideran que la oferta de servicios es pobre, de mala calidad y/o de costo
excesivo.
[34] Parque Independencia, Plazuela de Vivac, Plazuela Genaro Codina, avenidas Rayón, Juárez, Torreón, Aldama, Arroyo de la Plata, Guerrero, Primero de Mayo y López Velarde.