Diagnóstico de
las unidades de producción familiar en pequeña irrigación en la subcuenca del río Yautepec, Morelos
Diagnostics of the small irrigation family production
units in the sub-basin of the Yautepec river, Morelos
Gregorio
Bahena-Delgado*
Mario
Alberto Tornero-Campante**
Abstract
In 2002 a
field study was carried out in order to identify the capabilities and shortages
of the resources that limit the agricultural modernisation
processes of the family production units with small irrigation. The results
showed that these producers have natural and human resources but are older,
have limited education and present higher emigration. Only one member in each
family works in agricultural activities.
Keywords: training, innovation, techonology
transfer, rural family, family production unit, small
irrigation.
Resumen
En 2002 se
llevó a cabo un estudio para identificar las potencialidades y carencias de
recursos que limitan los procesos de modernización de la agricultura en las
unidades de producción familiar con pequeña irrigación. Los resultados
mostraron que los productores cuentan con recursos naturales y humanos pero
presentan edad avanzada, escasa escolaridad y alta emigración; sólo un miembro
de cada
familia
trabaja en
actividades agrícolas.
Palabras clave:
capacitación, innovación, transferencia de tecnología, familia rural, unidad de
producción familiar, pequeña irrigación.
*
Universidad Autónoma del Estado de Morelos, México. Correo-e: gbahena20@
yahoo.com.mx.
**
Colegio de Postgraduados, campus Puebla, México. Correo-e: mtornero@colpos.mx.
Introducción
Actualmente el
diagnóstico vuelve a tener vigencia en los programas y proyectos locales
encaminados a mejorar las condiciones que prevalecen en los pequeños
agricultores y se considera una herramienta de gran utilidad que sirve de base
para avanzar en las siguientes etapas de los procesos de desarrollo social. Su
importancia cobra mayor relevancia cuando su finalidad no sólo es identificar
las potencialidades y carencias de un determinado lugar, sino que también debe
llevar a identificar y priorizar los problemas que pueden solucionar los
propios agricultores a partir de los recursos con que cuentan. El diagnóstico
debe considerar aquellas potencialidades y oportunidades que difícilmente los agricultores
llegan a comprender y que constituyen el punto de partida para lograr un
desarrollo fundamentado en problemáticas reales y sus necesidades concretas. Es
necesario que dicha herramienta identifique con mayor precisión las causas que
limitan el desarrollo de los agricultores y no los efectos, como
tradicionalmente se ha venido interpretando en los procesos de desarrollo
aplicados en el medio rural, debe proporcionar los conocimientos necesarios de
cómo usan los productores los recursos de que disponen y que por
desconocimiento o mal manejo están subutilizados. Al respecto, Axel Dourogeanni (2000: 123) considera que teóricamente el
diagnóstico es una explicación precisa de las causas que originan las
desviaciones observadas en la fase evolutiva. Por su parte, Diez y García
(2002: 8) establecen
que el diagnóstico es una herramienta de gran utilidad cuando se trata de
identificar en qué condiciones se encuentra un sector de la población, ya que
este toma formas diferentes en cada territorio de acuerdo con sus condiciones
específicas, de su especialización productiva, de los recursos naturales y
humanos con que cuenta, así como de la apertura local a los mercados nacionales
e internacionales. En el mismo sentido, Lacki (2005:
49) considera que el diagnóstico se debe hacer de manera más positiva y más
constructiva, que priorice aquellos problemas cuya solución esté al alcance de
los propios agricultores, que considere lo que el extensionista puede
ofrecerles (conocimientos) y no lo que no puede proporcionarles (créditos,
subsidios, insumos, maquinarias, etcétera).
Por tanto, el
diagnóstico debe proporcionar información que sirva de base para el diseño de
estrategias necesarias para hacer frente a las condiciones actuales que
prevalecen en las unidades de producción. Debe ser punto de partida para la
realización de futuros trabajos de desarrollo, indicando las formas de
interacción entre los agentes de cambio y los productores de ese medio. A
través del diagnóstico es posible encontrar las limitaciones y potencialidades
con que cuenta la comunidad agrícola y a partir de ellas desarrollar de manera
tanto teórica como práctica las actividades a desempeñar, para lograr los
objetivos planteados con anterioridad por los distintos actores que promueven
el desarrollo. Este conocimiento del medio permite priorizar las actividades
que requieren de acciones para mejorar a corto, mediano o largo plazos las
condiciones que prevalecen en el entorno que se va a trabajar, considerando la
participación de los productores no sólo para conocer su realidad, sino también
en los futuros procesos de planificación. El objetivo de este artículo es
identificar las variables que limitan el proceso de innovación y transferencia
de tecnología agrícola en el sistema de pequeña irrigación en la subcuenca del río Yautepec, en el estado de Morelos, el
cual es importante desde el punto de vista agrícola, social y económico, de
acuerdo con diferentes variables relativas al productor (edad, integrantes de
la familia, personas dedicadas al trabajo de campo, número de hijos en el
extranjero por familia, escolaridad, ingreso económico, tecnología agrícola,
problemas en el manejo del agua) y a la unidad de producción (tenencia de la
tierra, agricultura).
Partimos de la
hipótesis de que el diagnóstico permite identificar las potencialidades y
oportunidades con que cuentan los pequeños productores agrícolas de la región
para lograr el desarrollo de la agricultura y el bienestar de la familia.
1. Metodología de
investigación
Para identificar
los principales factores que existen en la región de estudio se realizaron 184
entrevistas en tres municipios seleccionados en el ciclo agrícola 2002. Para
estimar la muestra se utilizó la fórmula de Cochran
(1976). El universo de la muestra se compuso de 13 ejidos distribuidos en tres
municipios: siete en Yautepec, cinco en Tlaltizapán y
uno en Tlaquiltenango.
El tamaño de
muestra determinado (K) para cada municipio fue de: 65, 65 y 54, mediante un
esquema de muestreo aleatorio con varianza máxima, con un nivel de confiabilidad
de 95% y el error asignado fue de 10%.
Figura 1
Localización de la zona centro del estado de Morelos
La fórmula que
utilizamos para calcular las unidades de muestreo fue la siguiente:
K =
N(Z±/2)² pq
Nd² + (Z±/2)² pq
Donde K = tamaño
de la muestra, N = tamaño de la población, (Z±/2)² = confiabilidad, en este
caso se propone ± = .05, pq = 0.25, d = error
estándar, en este caso se propone 10% (0.10).
En la estimación
de la muestra para la aplicación de cuestionarios se identificó el número de
ejidatarios que se encontraban inscritos legalmente en el padrón de usuarios de
agua del Distrito de Desarrollo Rural número 16 de Galeana Morelos, se
seleccionaron ejidatarios con superficies de cultivo de hasta dos hectáreas y
que fueran jefes de familia, sin importar sexo, edad, escolaridad y nivel
socioeconómico y con disponibilidad de agua. El enfoque fue de tipo
cuantitativo. En cuanto al enfoque cualitativo, se realizaron reuniones
informales con presidentes municipales, comisariados ejidales, instituciones
públicas y privadas.
La presentación
de los indicadores y el tipo de análisis de las variables fueron: frecuencias,
porcentajes y medidas de estadística descriptiva (media, moda, máximo y
mínimo).
Para el
procesamiento de la información se elaboró una base de datos en Microsoft
Excel, la cual se analizó utilizando el paquete estadístico Statistical
Package for the Social Sciences (spss) versión 11.5.
Variables
determinantes. Las variables de estudio fueron: características de las unidades
de producción familiar, escolaridad, tenencia de la tierra, agricultura,
tecnología agrícola, sistemas de riego, manejo de cultivos, organización para
la producción, comercialización, administración y servicios.
2. Resultados y
discusión
2.1. Características
de las unidades de producción familiar
Los resultados
que obtuvimos con la aplicación de los cuestionarios muestran que los
ejidatarios dedicados a la agricultura son personas de edad avanzada, tanto en
Yautepec, Tlaltizapán y Tlaquiltenango.
A partir de esta variable se observa que las unidades de producción familiar en
los tres municipios de estudio se caracterizan porque son familias de tamaño
medio, en promedio se componen de tres a cuatro integrantes. También se
encontró que solamente una persona de cada familia se dedica a las actividades
del campo y existe una migración, principalmente de jóvenes, al extranjero
(cuadro 1). Al respecto, Lacki (2002: 24) establece
que la emigración de la gente joven de las comunidades rurales se debe a la
escasa posibilidad de encontrar fuentes de empleo en los campos agrícolas, ya
que persisten los bajos salarios y las pocas oportunidades de desarrollo. Por
ese motivo, en los últimos años las personas de edad avanzada son quienes
realizan las labores de siembra, cosecha y comercialización de productos
agrícolas.
De acuerdo con
la información proporcionada por el Instituto Nacional de Estadística,
Geografía e Informática (inegi,
2000: 54), la distribución de la población por edad indica que la mayor parte
de la gente joven en México oscila entre 15 y 19 años, por lo que los jefes de
las unidades de producción familiar son personas de edad avanzada cercana a los
60 años, población que a partir de esta edad representa 10% del total nacional.
Cuadro 1
Características
de las unidades de producción familiar
|
Municipios |
Conceptos |
Media |
Mínimo |
Máximo |
Yautepec |
Tamaño de la familia |
4.2 |
2 |
9 |
3 |
|
Edad del jefe de familia |
55.46 |
24 |
85 |
52 |
|
Fuerza de trabajo familiar |
1.2 |
1 |
4 |
1 |
|
Hijos en el extranjero |
1.1 |
0.00 |
4 |
1 |
|
Otras actividades |
0.37 |
0.00 |
4 |
0.00 |
Tlaltizapán |
Tamaño de la familia |
3.5 |
1 |
8 |
3 |
|
Edad del jefe de familia |
56.58 |
19 |
85 |
65 |
|
Fuerza de trabajo familiar |
0.95 |
0.00 |
3 |
1 |
|
Hijos en el extranjero |
1.1 |
0.00 |
4 |
0.00 |
|
Otras actividades |
0.55 |
0.00 |
4 |
0.00 |
Tlaquiltenango |
Tamaño de la familia |
3.6 |
1 |
8 |
4 |
|
Edad del jefe de familia |
59.52 |
32 |
80 |
62 |
|
Fuerza de trabajo familiar |
1.05 |
0.00 |
3 |
1 |
|
Hijos en el extranjero |
1.1 |
0.00 |
8 |
0.00 |
|
Otras actividades |
0.31 |
0.00 |
3 |
0.00 |
Fuente: Elaboración propia con datos del diagnóstico.
Cuadro 2
Grado de
escolaridad de los productores
Escolaridad |
Municipios |
Total de observaciones |
|||
|
|
Yautepec |
Tlaltizapán |
Tlaquiltenango |
|
1. |
No asistió a la escuela |
3(4.6)+ |
9(13.7) |
32(59.2) |
44(23.8) |
2. |
1° de primaria |
|
|
|
|
3. |
2° de primaria |
5(7.7) |
|
|
5(2.7) |
4. |
3° de primaria |
4(6.2) |
|
|
4(2.2) |
5. |
4° de primaria |
3(4.6) |
|
|
3(1.6) |
6. |
5° de primaria |
1(1.5) |
|
|
1(0.5) |
7. |
6° de primaria |
18(27.7) |
41(62.1) |
15(27.8) |
74(40) |
8. |
1° de secundaria |
1(1.5) |
|
|
1(0.5 |
9. |
2° de secundaria |
1(1.5) |
|
|
1(0.5) |
10. |
3° de secundaria |
15(23.1) |
9(13.7) |
6(11.1) |
30(16.2) |
11. |
Educación
técnica terminada |
1(1.5) |
1(1.5) |
|
2(1.0) |
12. |
Preparatoria
terminada |
5(7.7) |
2(3.0) |
1(1.9) |
8(4.3) |
13. |
Normal
terminada |
5(7.7) |
1(1.5) |
|
6(3.3) |
14. |
Licenciatura |
3(4.6) |
2(4.5) |
|
5(2.9) |
|
Total |
65(35.3)* |
65(35.3) |
54(29.4) |
184(100) |
+Porcentaje en relación con a n = 65, 65, y 54.
*Porcentaje en relación con a n = 184.
Fuente: Elaboración propia con datos del diagnóstico.
En cuanto al
número de hijos que emigraron al extranjero, el inegi (2000: 18) informó un
promedio de 4.2% miembros, incluyendo hombres y mujeres; y la edad de la población del estado
de Morelos que emigró en mayor porcentaje oscila entre 25 y 39 años, y su
destino final fueron los Estados Unidos.
Lo anterior
posiblemente se deba a la escasa rentabilidad de las actividades agrícolas.
Sobre esta variable, Berdegue et
al. (2000: 120)
señalaron que el trabajo rural no agrícola constituye más de un tercio del
empleo de los hogares rurales y aporta alrededor de 40% de su ingreso total.
2.2. Escolaridad
En el cuadro 2 se
observa que 23.8% de la población total no asistió a ningún plantel de
enseñanza formal y que 40% sólo cursó hasta el sexto grado de educación
primaria. También se muestra que el mayor grado de analfabetismo se presentó en
el municipio de Tlaquiltenango, lo que probablemente
tenga que ver con las limitaciones que tienen los productores para utilizar
nuevas tecnologías. De acuerdo con el inegi (2001: 52), en la zona de
estudio los grados de analfabetismo son los siguientes: 7.59% en Yautepec, 11.28% en Tlaltizapán y
11.29% en Tlaquiltenango, lo que quizá sea una de las
causas que dificulta la aplicación de programas de transferencia y adopción de
tecnología.
Por su parte,
Galindo (1994: 12), en un estudio en la región central de Zacatecas, encontró
correlación entre el grado de escolaridad y las variables exposición a medios
de comunicación, relación con agentes de cambio y contacto con casas
comerciales.
2.3. Tenencia de la
tierra
El ejidal es el
tipo de tenencia de la tierra que predomina en los tres municipios de estudio,
son tierras propias, poseen superficies pequeñas con la modalidad de riego y en
ocasiones rentan tierras para hacer más grandes las áreas de cultivo (cuadro
3). Resultados similares informan Palerm y Martínez
(2000: 10), quienes encontraron que en el estado de Morelos los campesinos de
la región oriente siembran en parcelas ejidales cuyas extensiones van de 2 a
2.5 ha-1 en promedio, casos excepcionales de 5 y 6 h-1 y
de menos de 2. Según el inegi
(1998: 129), en Morelos 72.3% de la tierra es de tipo ejidal, 16.2% de los
productores poseen tierras de pequeña propiedad y el restante 11.5% es tanto de
tenencia ejidal como de pequeña propiedad. Lo anterior indica que la
agricultura de pequeña irrigación que existe hoy en día en la región centro de
Morelos es de tipo minifundista.
Cuadro 3
Superficie
agrícola de las unidades de producción en los tres municipios de estudio
Conceptos |
Obs. |
Frecuencia |
Media |
Mínimo |
Máximo |
Moda |
|
|
(porcentaje) |
|
|
|
|
Superficie agrícola |
184 |
100 |
2.18 |
0.80 |
4.0 |
2 |
Propia |
184 |
98.5 |
2.14 |
0.80 |
3.5 |
2 |
Con riego |
184 |
100 |
2.13 |
0.03 |
4.0 |
2 |
Rentada |
184 |
2.7 |
1.58 |
0.8 |
8.0 |
1 |
Fuente: Elaboración propia con datos del diagnóstico
2.4. Agricultura
Los cultivos
principales de las unidades de producción familiar son de tipo industrial,
granos básicos y, en menor cantidad, hortalizas y flores de corte. En el cuadro
4 se observa que el cultivo principal es la caña de azúcar, siendo éste la
especialidad de las unidades de producción familiar. Sin embargo, no han
logrado rendimientos que les permitan obtener suficientes ingresos para el
sostenimiento de la familia, por lo que deben complementar sus ingresos con
otras actividades agrícolas y pecuarias fuera de la unidad familiar.
Al respecto, Mier (2002: 140) encontró que en los cultivos considerados
como básicos se aprecia con mayor efecto la escasa rentabilidad. Por su parte, Baldovinos (2002: 225) informa que donde se percibe con
mayor claridad el efecto de una apertura comercial es en cultivos perennes y granos
básicos como el maíz y el sorgo, de los que se obtiene poca rentabilidad
económica por parte de los pequeños productores de temporal y riego. Según el inegi (1998:
135), 53% de la superficie del estado se destina a la agricultura (caña de
azúcar, arroz, maíz, frijol, cacahuate, sorgo, hortalizas, flores y sandía).
Las tierras de riego (17%) se ocupan para sembrar caña de azúcar, arroz y,
recientemente, flores (rosas, gladiolas, claveles, ave del paraíso), hortalizas
(jitomate, pepinos, tomate de cáscara, calabacitas y cebollas), así como
hierbas de olor.
Cuadro 4
Principales
cultivos sembrados en la región de estudio y
porcentajes
de productores dedicados a ellos
(2000-2001)
Observaciones |
Caña |
Maíz |
Maíz |
Sorgo |
Agave |
Gladiola |
Frijol |
Arroz |
Caña |
Jícama |
|
|
|
grano |
elote |
tequilana |
|
|
|
fruta |
|
65 |
66.2 |
4.6 |
4.6 |
12.3 |
4.6 |
3.1 |
1.5 |
1.5 |
1.5 |
0.00 |
65 |
90.8 |
1.5 |
3.1 |
0.00 |
1.5 |
0.00 |
0.00 |
0.00 |
0.00 |
3.1 |
54 |
96.3 |
0.00 |
0.00 |
0.00 |
0.00 |
0.00 |
0.00 |
3.7 |
0.00 |
0.00 |
Fuente: Elaboración propia con datos del diagnóstico.
En términos generales
se observa que en Yautepec existe mayor
diversificación de cultivos, en comparación con los otros dos municipios. Lo
anterior indica que los productores de este municipio han tenido que buscar
opciones distintas al cultivo de la caña de azúcar debido al cierre del Ingenio
de Oacalco, por lo que diversificaron en mayor grado la producción de cultivos
para hacer frente a las condiciones actuales de mercado, caracterizadas por la
apertura comercial al exterior, la liberalización de la economía, la caída
internacional de los precios, el retiro del Estado de las funciones de
comercialización y almacenamiento que ocasionó el abandono de la actividad
agrícola, la urbanización de las tierras de cultivo, la emigración y la
marginación que enfrentan las unidades de producción familiar.
Acerca de esta
variable, Kenneth (2005: 5) considera que el Tratado de Libre Comercio ha
provocado descenso en los precios de los productos, lo que implica la creación
de un excedente para el consumidor a costa del productor. Los productores
agrícolas esperaban mejorar su desempeño en la economía del país, así como su
calidad de vida en lo que se refiere a la economía agrícola. La caída de este
sector en términos de producción provoca problemas sociales como el aumento de
la pobreza y la emigración hacia otros países, caída de los precios y el
notable aumento en los costes de producción, y en consecuencia, en la
disminución de la superficie cosechada y la caída en la producción. Para los
productores de los cultivos básicos esta situación no ha generado ingresos para
mejorar su calidad de vida, pero sí cambió su ubicación en la estructura
económica del país. Además, se aumentó la vulnerabilidad campesina a la
marginación y afectó las relaciones de la economía nacional.
2.5. Ingreso
Como se muestra
en el cuadro 5, el ingreso que perciben las unidades de producción familiar por
la venta de maíz y sorgo para grano es muy bajo. En el caso de la caña de
azúcar, durante el año 2000 se obtuvo una utilidad neta anual de $ 14,260.00
por hectárea; visto de esta manera, se puede pensar que es un ingreso
aceptable, pero las liquidaciones se retrasan hasta 15 meses, si esta utilidad
se divide entre los meses que tarda en pagar el ingenio, se tiene que cada mes
el productor sólo obtiene un ingreso de $ 1,188.00. Lo anterior muestra de que
con esa cantidad es imposible cubrir las necesidades; por tanto, los miembros
de la unidad de producción deben dedicarse a otras actividades para aumentar
sus ingresos y hacer frente a los gastos de alimentación, vivienda, servicios,
educación, etcétera.
En el caso del
maíz grano, los resultados indican que en ese mismo año los productores no
tuvieron ingresos netos, ya que en cinco meses se tuvo una pérdida de $ 1,100.
En el caso del sorgo grano, también en ese periodo, los agricultores sólo
recuperaron los costos de producción. Sobre esta variable, Galindo et
al. (2000: 85)
concluyeron que los ingresos de los productores son bajos, lo que los limita
seriamente para adoptar innovaciones en sus predios. Sin embargo, aunque los
pequeños productores tienen pérdidas o bajas utilidades con la siembra de estos
productos, siguen cultivando maíz para su sustento y utilizan los esquilmos
para alimentar a su ganado o animales de trabajo. En el caso del sorgo, lo
siguen cultivando debido al bajo riesgo y lo utilizan como base para elaborar
alimentos complementarios de aves y ganado.
2.6. Tecnología
agrícola
2.6.1. Semillas
mejoradas
Sobre el uso de
este insumo, se determinó que 95.7% de los productores mencionaron que sembraron
semillas mejoradas durante el periodo señalado, sobre todo en cultivos de caña
de azúcar, maíz y hortalizas, básicamente en los municipios de Tlaltizapán y Tlaquiltenango. De
entre quienes siembran este tipo de semillas, 95% tiene de uno a diez años de
hacerlo y 10% de uno a cinco años.
Cuadro 5
Costos
e ingresos de los tres cultivos más importantes en la región de estudio (2000)
Cultivos |
Costos |
Rendimiento |
Precio por |
Ingreso
bruto |
Ingreso
neto |
|
$
ha-1 2000 |
t.ha-1 |
tonelada
($) |
$
ha-1 2000 |
2000
($ ha-1) |
Caña |
27,740 |
150 |
280 |
42,000 |
14,260 |
Maíz |
7,500 |
4 |
1,600 |
6,400 |
-1,100 |
Sorgo |
5,500 |
5 |
1,100 |
5,500 |
0 |
Fuente: Elaboración propia con datos del diagnóstico.
2.6.2.
Fertilizantes
Se encontró que
la totalidad de los entrevistados aplican fertilizantes, tanto en Yautepec, Tlaltizapán y Tlaquiltenango. Sin embargo, lo hacen siguiendo el
conocimiento empírico de los productores.
2.6.3. Herbicidas
Asimismo, 84.9%
de los productores aplican herbicidas en sus cultivos. Yautepec
y Tlaquiltenango son los municipios donde con mayor
frecuencia se aplicó este insumo durante los años 2000 y 2001.
Al respecto,
Mata (2000: 71) menciona que existe una gran variedad de factores que influyen
en la posibilidad de tomar una decisión para adoptar o rechazar un procedimiento
nuevo: las experiencias tradicionales, su cultura, el conocimiento acerca de la
existencia y el origen del nuevo procedimiento, sus objetivos personales y del
núcleo familiar, la influencia de otros productores, así como de otras
entidades. Por su parte, Arriaga et
al. (1999: 293)
consideran que las modificaciones en los sistemas se ven como innovaciones
tecnológicas cuyo objetivo es lograr un equilibrio dinámico entre los
productores y su medio ambiente. A su vez, Mendoza (1984: 64) dice que la
adopción y uso de innovaciones es un proceso de cambio que se inicia con el
conocimiento de una innovación y termina con la adecuación y uso de la misma.
2.7. Sistemas de
riego
De los
productores entrevistados durante los años 2000 y 2001 en el municipio de Yautepec, 96.92% respondió que utilizan el sistema de riego
por gravedad, 1.54% usó el sistema por inundación en el cultivo de arroz y
1.54% el sistema por aspersión. En Tlaltizapán y Tlaquiltenango todos los productores utilizan el sistema de
riego por gravedad (cuadro 6). Sobre esta variable, Aldama (1998: 10) y la
Comisión Nacional del Agua (cna,
2002: 5) informaron que, en la agricultura de México, los sistemas de riego por
gravedad operan con eficiencias de aplicación a nivel parcelario promedio del
orden de 34.5% a 50%, lo que indica que de cada 100 litros de agua aplicados al
cultivo se pierden 65 y 50, respectivamente, lo cual reduce la superficie que
se puede regar y sobreexplota los acuíferos del país.
Cuadro 6
Porcentaje
de productores que utilizaron diferentes
sistemas
de riego (2000-2001)
Municipio |
Riego por |
Riego por |
Riego por |
Riego por |
Riego por |
Riego por |
|
gravedad |
gravedad |
aspersión |
aspersión |
inundación |
inundación |
|
2000 |
2001 |
2000 |
2001 |
2000 |
2001 |
Yautepec |
96.92 |
96.92 |
1.54 |
1.54 |
1.54 |
1.54 |
Tlaltizapán |
100 |
100 |
0.00 |
0.00 |
0.00 |
0.00 |
Tlaquiltenango |
100 |
100 |
0.00 |
0.00 |
0.00 |
0.00 |
Fuente: Elaboración propia con datos del diagnóstico.
Lo anterior
muestra que es indispensable la tecnificación de los sistemas de riego ya que
ofrece posibilidades de mejorar la eficiencia y el ahorro de agua utilizada en
agricultura.[1] Al respecto, Bahena y Tornero (2007: 42) consideran que es posible
incrementar las superficies de riego y los rendimientos. Lo anterior lleva a
responder algunas preguntas para romper el círculo vicioso: si los ingresos de
los productores son bajos o nulos, entonces, ¿de dónde invertir en un sistema
de riego que permita hacer más eficiente el uso del agua y un incremento en los
rendimientos? ¿Y el conocimiento sobre el manejo de los nuevos sistemas?
Si bien es
cierto que existe una escasa generación de recursos económicos con la siembra
de cultivos tradicionales por parte de los productores agrícolas, también es
cierto que estos bajos rendimientos se deben en parte a la poca o nula
tecnificación de sus predios y a una escasa capacitación de los productores
para poder diversificar su producción. Entonces, una de las primeras acciones
para efectuar un proceso de tecnificación de los sistemas de riego es organizar
a los productores en sociedades de producción rural (spr) para lograr los apoyos
económicos de los gobiernos federal y estatal en un esquema de aportación de
recursos de 50:50 o de 70:30. O bien de forma directa con la formulación de
proyectos para conseguir recursos económicos con otras organizaciones
gubernamentales, como la Secretaría de la Reforma Agraria (sra) y la Organización de las
Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (fao), así como la formación de
cooperativas donde cada socio aporte una cantidad de recursos económicos.
Además de los
recursos económicos, como punto de partida es indispensable que se lleve a cabo
un proceso de capacitación de los productores para lograr con éxito un programa
de transferencia de tecnología (modernización de los sistemas de riego) que les
permita, por una parte, cuidar sus recursos naturales utilizando de forma más
racional sus recursos productivos y, por otra, diversificar los cultivos y ser
competitivos en la actividad productiva, aumentando no sólo la cantidad sino
también la calidad de sus cosechas para que de manera organizada aprovechen las
oportunidades que brinda la apertura comercial con otros países exportando su
producción, ya sea en materias primas o dándole valor agregado.
Por su parte,
Ortiz y Amado (2003: 60) consideran que en agricultura el manejo convencional
del agua y la eficiencia global de riego a nivel parcelario es de 45%, lo cual
es un pobre aprovechamiento del recurso, por lo que es necesario que se
utilicen y adopten sistemas de riego modernos, eficientes y de bajo costo por
parte de los pequeños productores.
José Medina
(2000: 16) menciona que el sistema de riego por goteo supone una mejora
tecnológica importante que contribuye a una mayor productividad, pues significa
un cambio profundo dentro de los sistemas de aplicación de agua al suelo que
también incide en las prácticas culturales, hasta el punto que se puede
considerar una nueva técnica de producción agrícola.
2.8. Manejo de
cultivos
En el cuadro 7 se
muestra que en los municipios de Yautepec, Tlaltizapán y Tlaquiltenango los
productores entrevistados respondieron que contrataron mano de obra para
realizar los trabajos en el campo, es decir, existe disponibilidad de mano de
obra en la región. Esto probablemente se debe a que el cultivo de caña de azúcar
requiere poca mano de obra y poco tiempo para desempeñar las labores agrícolas,
de esa manera, los productores tienen la oportunidad de trabajar fuera de su
parcela y de emplearse para sembrar otros cultivos como maíz, hortalizas,
flores de corte y agave tequilana.
Cuadro 7
Porcentaje
de productores que emplearon trabajadores
Municipio |
Contrató |
Problema |
Menos |
Maquinaria |
Tracción |
|
mano de |
con mano |
mano de |
agrícola |
animal |
|
obra |
obra |
obra |
|
|
Yautepec |
98.1 |
24.6 |
81.2 |
96.9 |
44.6 |
Tlaltizapán |
90.8 |
27.7 |
33.3 |
98.5 |
30.8 |
Tlaquiltenango |
98.1 |
100 |
100 |
100 |
0 |
Fuente: Elaboración propia con datos del diagnóstico.
En relación con
la mano de obra contratada para realizar los trabajos de campo, se encontró que
en los tres municipios de estudio los entrevistados respondieron que siempre
utilizan la misma cantidad de personas para realizar las actividades
productivas y de cosecha. En cuanto a las labores de preparación de los suelos
que corresponden a las etapas de barbecho, rastreo y surcado, entre 97 y 100%
de los entrevistados en los tres municipios contestaron que utilizan maquinaria
agrícola, no así en las labores de cultivo.
En lo referente
a la tracción animal, los productores entrevistados en los municipios de Yautepec y Tlaltizapán
contestaron que sólo utilizan tracción animal principalmente en beneficios al
cultivo (escarda y despacho); mientras que en Tlaquiltenango
ningún productor la utiliza, esto se debe a que en este municipio el principal
cultivo es la caña de azúcar y el arroz, cultivos que no requieren de este tipo
de actividades.
2.9. Organización
para la producción y comercialización
En el municipio
de Yautepec, 81.54% de los productores entrevistados
respondieron que están organizados para llevar a cabo la producción de
cultivos, 43.07% mencionó que se organizan para comprar insumos y 83.08% para
la comercialización de sus productos. En Tlaltizapán
todos contestaron que están organizados para la producción de cultivos y para
la compra de insumos, y 85.20% explicó que se organizan para comercializar sus productos.
En Tlaquiltenango 87.70% respondió que están
organizados para la producción, 55.40% para la compra de insumos y 89% para la
comercialización de sus productos.
Sin embargo, al
parecer su concepto de organización se relaciona con los programas de
financiamiento y créditos que reciben por parte de los ingenios azucareros de Zacatepec y Casasano, ubicados en
la región, cuando los productores siembran caña de azúcar. No obstante, se
evidencia que sólo se organizan para adquirir insumos cuando se trata de este
cultivo, ya que son los ingenios azucareros quienes les proporcionan al inicio
del ciclo de siembra y les descuentan al momento de la cosecha; cuando los
productores se dedican a otros cultivos adquieren sus insumos de forma
individual, lo cual aumentan los costos.
En cuanto a la
comercialización de sus productos, entre 83 y 89% de los entrevistados
respondieron que se organizan cuando el cultivo es caña de azúcar, mientras que
quienes siembran otros cultivos como hortalizas y flores de corte consideraron
que no existe organización para la venta de sus cosechas y normalmente lo hacen
en las centrales de abasto de la región, sobre todo a los intermediarios, por
lo que obtienen precios bajos. De manera general se puede interpretar que no hay organización
sistemática para la producción, ni para obtener insumos, ni en la
comercialización de sus cosechas.
2.10. Administración
y servicios
Los resultados
obtenidos en cuanto a la administración de sus predios muestran que 55% de los
productores en el municipio de Yautepec llevan un
control de los gastos e ingresos en la producción de sus cultivos, mientras que
en Tlatizapán sólo 23% de ellos lo hacen y en Tlaquiltenango 44% llevan ese registro, lo que demuestra
que la gran mayoría de quienes se dedican a la actividad agrícola en estos
municipios no tienen una idea clara de cómo aplicar sus recursos en la
producción y las utilidades reales que obtienen en un ciclo productivo. En
cuanto a los servicios, los resultados muestran que en Yautepec
32.3% de los productores entrevistados recibieron asistencia técnica durante
los años 2000 y 2001, 61.5% contó con seguro médico y 10.8% tuvo seguro
agrícola. En Tlaltizapán 56.7% recibió asistencia
técnica, 92.3% contó con seguro médico y 3.1% con seguro agrícola. En cambio,
en el municipio de Tlaquiltenango ningún productor
tuvo acceso a la asistencia técnica, pero 96.3% contó con seguro médico y 3.7%
con seguro agrícola.
El servicio
médico (Instituto Mexicano del Seguro Social, imss) lo proporcionan los
ingenios azucareros a quienes venden su producción, quizá sea una de las
razones por las que siguen cultivando caña a pesar de que económicamente no es
rentable en comparación con la producción y venta de hortalizas. Así, prefieren
seguir con este cultivo debido a la seguridad que representa el precio pagado
por su cosecha, al poco tiempo de trabajo que dedican en su parcela y a que no
necesitan capacitación adicional para las labores de cultivo y cosecha. En los
tres municipios de estudio, la asistencia técnica la recibieron principalmente
de los ingenios azucareros cuando sembraron caña de azúcar, cuando fueron
cultivos diversos la asistencia provino de las casas comerciales y en menor
porcentaje de instituciones de gobierno o de educación. En los tres municipios,
estas diferencias en cuanto a asistencia técnica se deben principalmente al
grado de organización de los productores, al trabajo que desarrollan sus
autoridades ejidales, así como a la disponibilidad para implementar
innovaciones en sus sistemas productivos.
Conclusiones
Actualmente los
productores que trabajan la tierra en las unidades de producción familiar son
personas de edad avanzada y poseen bajos niveles educativos, si bien es cierto
que hay un avance en su desarrollo, todavía existen limitantes de índole
económico y educativo que se deben superar para tener mayores posibilidades de
éxito. Estas unidades de producción familiar se caracterizan porque tienen
pocos miembros y sólo el jefe de la unidad se dedica a las actividades del
campo, el cual, debido a que se obtienen bajos ingresos por las ventas de sus
cosechas, debe dedicarse a actividades complementarias para sostener a su
familia. Esto ocasiona altas tasas de emigración de la gente joven,
principalmente hacia Estados Unidos, que no cuenta con fuentes de trabajo
permanentes y que considera que la agricultura es una actividad poco rentable.
Otra
característica de estas unidades de producción es que son de tipo ejidal, con
pequeñas superficies de cultivo, disponibilidad de agua y suelos de buena calidad,
sin embargo, aunque cuentan con estos recursos no se han podido organizar de
manera eficiente para adquirir insumos, producir cosechas a mayor escala y
comercializar sus productos, lo que limita sus posibilidades de acceder a
diversos mercados. Sus cultivos son sobre todo de tipo industrial y granos
básicos, y debido a los altos costos de producción y a la competencia con
productos provenientes del extranjero, sus ingresos se ven mermados lo que les
dificulta acceder a mejores niveles de bienestar para sus familias. Aunque
utilizan tecnología en sus cultivos, ésta se ve limitada por la falta de
conocimientos suficientes para su aplicación.
El sistema de
riego que predomina en los tres municipios es el de gravedad o riego rodado, lo
que resulta en un gran desperdicio del recurso. Aunque en la actualidad se
cuenta con cantidad suficiente de agua, se percibe una preocupación por
aprender nuevas técnicas para ahorrarla. En cuanto al manejo de cultivos, si
bien es cierto que contratan la misma cantidad de personas para trabajar en sus
predios, éstos son los mismos productores que al terminar las labores en sus
parcelas se contratan para trabajar en otras unidades de producción debido a
que hay poca disponibilidad de mano de obra en las comunidades. Aunque existe
una organización para la producción, ésta sólo se da en el cultivo de caña de
azúcar porque son los ingenios azucareros quienes se encargan de ello, mientras
que cuando son cultivos diferentes no se organizan y siguen produciendo y
comercializando de manera individual, sobre todo con intermediarios. La
formación de organizaciones para crear redes de producción y comercialización
puede contribuir a que las unidades de producción familiar se desarrollen de
forma más eficiente con pequeñas superficies de riego y para que accedan a
mejores oportunidades de mercado.
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Recibido:
4 de marzo de 2007.
Reenviado:
20 de julio de 2007.
Reenviado:
27 de noviembre de 2007.
Aceptado:
25 de mayo de 2008.
Gregorio Bahena-Delgado. Es doctor por el Colegio de
Postgraduados Campus Puebla; realizó estudios de licenciatura y maestría en la
Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Autónoma del Estado de
Morelos. Actualmente es investigador de tiempo completo nivel C y maestro de
diversas disciplinas en el área agrícola. Su línea actual de investigación es
el sistema maíz-frijol y la transferencia de tecnología. Entre sus
publicaciones destacan: “La tecnología de microirrigación,
una alternativa para el manejo sustentable del agua en la producción de maíz en
el estado de Morelos, México”, Revista Agricultura, Editorial Agrícola Española, 892, año
72. “Evaluación de genotipos de maíz elotero y para
grano (Zea mays L.) en México”,
Revista Agricultura, Editorial
Agrícola Española, 903, año 72.
Mario A. Tornero-Campante. Es doctor y maestro por el Colegio de
Postgraduados (becado por Conacyt); hizo la licenciatura
en la Escuela de Agricultura de la Universidad de Guadalajara. Realizó una
estancia de investigación en la Universidad de Florida con beca de la Fundación
Kellogg. Actualmente es profesor-investigador del posgrado en Estrategias para
el Desarrollo Agrícola Regional en el Colegio de Postgraduados, campus Puebla.
Sus líneas de investigación son: sistemas de producción agrícola, pecuaria,
forestal, acuícola y pesquera, así como manejo sustentable de recursos
naturales. Entre sus publicaciones más recientes destacan: “La tecnología de microirrigación, una alternativa para el manejo sustentable
del agua en la producción de maíz en el estado de Morelos”, Revista
Agricultura,
Editorial Agrícola Española, Madrid, pp. 42-49 (2007); “Uso eficiente del agua
en la agricultura bajo pequeña irrigación” (2006), Publicación especial del
Colegio de Postgraduados y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. pp.
1-15.
[1] En Morelos, como en muchos estados
del país, la disponibilidad de agua dedicada a la agricultura se agudiza cada
vez más, por eso es necesario que se efectúen mayores trabajos de validación y
transferencia de tecnología en distintos cultivos en cuanto al manejo del agua
y del suelo, con sistemas tecnificados de riego que no sólo cuiden este
recurso, sino que contribuyan a elevar la productividad y mejorar los ingresos
de los productores y de sus familias.