Estrategias que favorecen u obstaculizan el desarrollo
local en el marco de la globalización
José Alejandro
Vargas-Castro*
Prudencio Óscar Mochi-Alemán**
Abstract
This
paper analyses the strategies undertaken by local areas within the globalisation framework. We emphasise
how some of these strategies can favour or hinder the
ranking of the local area. We present three case studies in the State of
Mexico: San Mateo Atenco, Valle de Bravo and Villa
Guerrero. We identified some capacities of the intervening social players that
allow a region to establish strategies that strengthen its local development.
Nonetheless, the development is obstructed where no strategy is in place. The
analysis of these capacities is carried out from three independent variables: organisational, instrumental and systemic capacities. We
demonstrate that local development depends on these variables at international,
national and local levels in a globalised context.
Keywords: globalisation, local
development, citizen participation, political and economical planning.
Resumen
En este
artículo se analizan las estrategias emprendidas desde los ámbitos locales en
el marco de la globalización y se destaca cómo, si bien algunas de ellas
favorecen su posicionamiento, otras lo obstaculizan. Se presentan tres casos de
estudio en el Estado de México: San Mateo Atenco, Valle de Bravo y Villa
Guerrero. Se logró identificar ciertas capacidades de los actores sociales que
permiten recurrir a estrategias de concertación que favorecen el desarrollo local;
sin embargo, ahí donde se carece de ellas el desarrollo se obstaculiza. El
análisis de estas capacidades se hace a partir de tres variables
independientes: capacidad organizacional, capacidad instrumental y capacidad
sistémica. Se pretende demostrar cómo el desarrollo local depende de estas
variables en los ámbitos internacional, nacional y local, en un contexto
globalizado.
Palabras clave:
globalización, desarrollo local, participación ciudadana, planeación política y
económica.
*Universidad
Autónoma del Estado de México. Correo-e: avargas@uaemex.mx,
alejandro@siagem.com.mx.
**Universidad
Nacional Autónoma de México. Correo-e: mochiprudencio@hotmail.
com, pom@correo.crim.unam.mx.
Introducción
En las últimas
décadas los procesos de globalización alientan y acompañan importantes cambios
estructurales de tipo económico, tecnológico, político, social y cultural. En
realidad, todos estos cambios han puesto a prueba la capacidad de las
economías, las instituciones y el conjunto de actores sociales para adaptarse a
las nuevas circunstancias.
Si bien existe
una gran variedad de aproximaciones y énfasis distintos sobre la globalización:
integración funcional de actividades económicas internacionalmente dispersas (Gereffi, 1995); concentración del tiempo y del espacio
(Harvey, 1995); articulación en tiempo real de actividades sociales localizadas
en espacios geográficos diferentes (Castells, 1998);
articulación directa de lo global y lo local en prácticas de lo glocal (Featherstone, 1990);
rebasamiento del Estado nacional por las nuevas relaciones transnacionales o
mundiales (Petrella, 1992; Beck, 1998; Dabat, 2000); mosaico global emergente de sistemas
regionales de producción y cambio (Scout, 1998); sistematicidad de las nuevas
interacciones (Axford, 1995) o nueva geoeconomía (Dicken, 1998). Como
bien señala Dabat (2002: 66), tales diferencias no
implican tantos puntos de vista excluyentes sobre la naturaleza del fenómeno,
sino más bien, énfasis y jerarquizaciones distintas de aspectos diferentes de
un mismo proceso complejo.
En este sentido
ubicamos la globalización como nueva configuración espacial-territorial (Mochi y Girardo, 1998), haciendo
énfasis no sólo en la variable espacial sino más específicamente en la
territorial. El espacio se entiende como soporte geográfico donde se
desenvuelven las actividades socioeconómicas –lo cual lleva implícita la idea
de homogeneidad– como procesos que unificaron el mercado mundial, la
liberalización comercial, el papel de las comunicaciones y las reducciones de
los costos de transporte. La variable territorial, en cambio, incluye la
heterogeneidad y complejidad del mundo real expresada en el territorio como
actor del desarrollo.
En este contexto
es importante destacar que muchos países de industrialización tardía (como
India, Irlanda, Israel, Taiwán, China, Singapur, Tailandia, Corea, Filipinas,
Vietnam, entre otros) tuvieron un papel destacado, alcanzando buenos niveles de
crecimiento e inserción en los mercados internacionales. Estos nuevos
escenarios planteados a partir de la nueva división global del trabajo (Gereffi, 1995), durante los años noventa también ofrecen
oportunidades a algunos países de América Latina (Brasil, Argentina, México,
Costa Rica, Uruguay, Chile, Venezuela, entre otros) aunque de manera mucho más
acotada y desigual. Muchas naciones y regiones no se pudieron incorporar a
estas dinámicas y por ende se agudizaron aún más sus problemas económicos y
sociales. Por ejemplo, políticas arancelarias en los países desarrollados
impiden el acceso a sus mercados a productos decisivos en las exportaciones de
países en desarrollo.
A pesar de ello,
los retos impuestos por los cambios estructurales y la globalización conllevan
conjuntamente a un contexto donde cobran mayor importancia los territorios.
Dicho de otra manera, la competencia internacional introduce también de manera
progresiva mayores exigencias y oportunidades a todos los espacios locales.
Basta citar, por ejemplo, la existencia de sistemas productivos locales en una
gran diversidad de países –de acuerdo con investigaciones realizadas durante
los últimos años (Albuquerque, 2005, 2003, 1997; Madoery,
2001; Boisier, 2005; Vázquez Barquero, 2001; Vargas,
2006)– como Italia (Terza Italia), España (Comunidad
Valenciana, Barcelona), Portugal (Val do Ave y región norte), Argentina
(Rosario, Rafaela-Santa Fe), Brasil (Río Grande do Sul), México (Guanajuato,
San Mateo Atenco, Valle de Bravo, Villa Guerrero, éstas tres últimas en el
Estado de México), Pakistán (Sialkot), India (Tiruppur), entre muchos otros municipios y regiones.
Diversas experiencias internacionales han pasado a ser referentes para otras
intervenciones en ciudades o contextos locales de características similares. Si
bien no se puede hablar de aplicar recetas estándar a realidades sociales que siempre
son diferentes en algún grado, no es menos cierto que ya existe un cierto
bagaje metodológico y teórico que podemos tomar como referencia.
Es posible
señalar, entonces, que la adecuación de los sistemas económicos nacionales a
este nuevo entorno de competitividad ha dado lugar a que en los ámbitos locales
se generen, por un lado, condiciones de apertura y acceso a información,
recursos y mercados internacionales para algunos productores locales y, por
otra parte, una competencia franca en términos de calidad y precio que algunos
productores locales no están en condiciones de afrontar.
En este contexto
de retos y oportunidades, la respuesta de los ámbitos locales ha sido
diferenciada en forma e intensidad, pues en algunos casos se observa la
creación de condiciones que permiten una inserción competitiva en el ámbito
internacional y, en otros, un retraimiento de los actores locales que, ante el
embate del nuevo contexto global, ven fragmentada y vulnerada su organización
económica y aun la social.
Así, cada
territorio necesitará articularse con la globalización en función de su propia
historia, de sus posibilidades específicas (perfil productivo, características
medioambientales, problemática sociolaboral y
cultural), así como de su capacidad para adaptarse a las exigencias de
eficiencia productiva y competitividad no sólo en actividades industriales sino
en el conjunto de la economía, bien en el ámbito rural o urbano, bien en los
sectores agrario, minero o de servicios (Vázquez Barquero, 2005).
En el caso del
Estado de México, y particularmente en los municipios que se toman como
referente empírico en este artículo, se observan diferentes formas de afrontar
esta situación, en la que destaca la capacidad de organización de los actores
locales para definir cómo aprovechar o enfrentar las condiciones de un contexto
caracterizado por la irrupción de factores o elementos de carácter
internacional, convencionalmente relacionados con la globalización.
En este sentido
cabe preguntarnos: ¿qué relación guardan los procesos globales con los locales?
¿Cómo se manifiestan estos procesos en el ámbito local? ¿Qué circunstancias
podrían explicar el éxito de algunos territorios y el estancamiento de otros?
¿Cuáles estrategias de los actores locales pueden favorecer u obstaculizar el
desarrollo local?
Con la finalidad
de tener referentes empíricos para analizar las relaciones que implican estas
interrogantes, se consideran tres casos de estudio ubicados en el Estado de
México, la entidad federativa con mayor población del país, que además se
distingue por la heterogeneidad de su composición social y económica. Se trata
de tres municipios pequeños con una población de alrededor de sesenta mil
habitantes.
Se consideró a
San Mateo Atenco, cuya producción de calzado sufre fuertes presiones por la
introducción de zapatos de procedencia oriental y con una respuesta
desarticulada por parte de los actores locales; Valle de Bravo, que se
distingue por su vocación turística, la riqueza de sus recursos naturales, el
valor relativo y relacional de su territorio, así como la confrontación de
objetivos, posiciones y proyectos por parte de los actores locales; y Villa
Guerrero, por la consolidación de la organización e iniciativas de los actores
locales y el posicionamiento de su producción florícola en el ámbito
internacional. Estos tres municipios muestran un cierto dinamismo económico y,
sobre todo, una compleja relación entre los actores locales. El desafío que nos
propusimos con esta investigación es precisamente identificar qué tipo de estrategias
de los actores locales pueden favorecer u obstaculizar el desarrollo local en
el marco de la globalización.
1. Las peculiaridades
que distinguen la relación entre lo global y lo local
En la producción
teórica sobre el desarrollo local se hace referencia de manera constante a las
implicaciones del proceso de globalización desde diferentes perspectivas, las
cuales tienen consideraciones que resultan divergentes en relación con los
efectos que la globalización genera en los ámbitos locales.
Una de las
perspectivas señaladas estriba en considerar la globalización como un proceso
que genera las condiciones propicias para impulsar el desarrollo local, en
función de la posibilidad de explorar nuevas opciones para comercializar los
productos y servicios locales, acceder a información, tecnología y formas
novedosas de organizar la producción, así como para incrementar la
competitividad del territorio, como estrategia para atraer la inversión
extranjera (ocde,
2002).
Por otra parte,
algunos autores enfatizan los aspectos de ese proceso que desarticulan y
avasallan a las sociedades y economías locales, planteando que ante el
incremento de la competencia en los mercados internacionales, los
requerimientos de mayor apertura de las fronteras nacionales y la eliminación
gradual de restricciones a los flujos de mercancías y dinero entre países, la
capacidad de respuesta de algunas comunidades es limitada, lo que origina
fuertes cambios en la organización social y económica de las mismas (Vázquez
Barquero, 2001).
Los
planteamientos anteriores no indican que los autores referidos se ubiquen
necesariamente a favor de una u otra postura; generalmente se reconoce que para
las sociedades locales el proceso de globalización representa retos y
oportunidades, sin embargo, según su enfoque, enfatizan alguna de las dos
posibilidades.
Es importante
destacar, como se señaló en la Introducción, que asumimos que la globalización
implica cambios sociales, culturales, territoriales e, incluso, ideológicos en
los ámbitos locales; sin embargo, existe consenso sobre la importancia que
tienen los procesos de carácter económico, lo que se puede explicar si
consideramos que es precisamente en este aspecto donde se pueden identificar
con mayor claridad los vínculos entre ambas facetas de la realidad: lo local y
lo global.
Dentro de las
dimensiones que nos permiten identificar de qué manera se manifiesta la
globalización en lo local, podemos sintetizar algunas de sus peculiaridades más
sobresalientes:
El paradigma del desarrollo endógeno
Los procesos
corporativos de integración vertical que signaron el siglo xx se caracterizaron por estructuras de
representación corporativas centradas en el Estado-nación donde predominaron
sujetos como burocracias estatales, organizaciones empresariales, élites
modernizantes, vanguardias iluminadas, actores privados corporativos, entre
otros. Esto tuvo su correlato en las disciplinas sociales que analizaban los
procesos económicos, políticos y sociales desligados del territorio. Los
municipios no intervenían en las estrategias centralizadas del desarrollo,
durante décadas desarrollo y territorio tuvieron un punto de encuentro
exclusivamente nacional (Madoery,
2001). En los últimos años, sin embargo, gran parte de los actores y
disciplinas sociales parten de la dirección opuesta, o sea, de la perspectiva
de los ambientes locales. La atención se centra en el desarrollo de los
territorios –particularmente regiones–, las localidades, las ciudades y las
metrópolis para identificar las características de su desarrollo basado en su
identidad, su historia y en sus recursos materiales e inmateriales. En este
sentido, los procesos endógenos de los territorios cobran especial relevancia
para este nuevo enfoque, el cual considera que las economías de las regiones y las
localidades pueden crecer utilizando el potencial de desarrollo existente en el
territorio.
El desarrollo es
endógeno debido a su estrecha asociación con la cultura local y con los valores
que ella incluye. Desarrollo endógeno significa, en efecto, la capacidad para
transformar el sistema socioeconómico, la habilidad para reaccionar ante los
desafíos externos, la promoción del aprendizaje social y el talento para
introducir formas específicas de regulación social en el ámbito local que
favorecen el desarrollo de las características anteriores. En otras palabras,
desarrollo endógeno es la habilidad para innovar en el ámbito local (Garófoli, 1995).
Esta posición
del desarrollo constituye un modelo alternativo al propuesto por el paradigma
del desarrollo exógeno (en boga durante los años cincuenta y sesenta), según el
cual el crecimiento económico era producto de los procesos de industrialización
y concentración de la actividad productiva –a través de grandes plantas–, en
unos cuantos centros urbanos grandes.
La novedad de
estos procesos consiste en que ya no cuentan sólo las elecciones derivadas del centro –de políticas nacionales
centralizadas del Estado– o determinantes espaciales –como la dotación de
particulares recursos naturales y ambientales– o la cercanía con algunos
mercados, sino que el elemento determinante en el nuevo contexto es el
protagonismo de actores organizados y de las instituciones locales que
desarrollan experiencias de cooperación y concertación innovadora mediante la
construcción de acuerdos que involucran y favorecen al conjunto de actores en
el territorio.
Adicionalmente,
el desarrollo endógeno puede plantearse como una interpretación de la
interacción entre tecnología, organización de la producción, desarrollo urbano
e instituciones en la dinámica económica que permite proponer medidas para
estimular los procesos de acumulación de capital a partir de aprovechar el
potencial de desarrollo endógeno, constituido por los recursos naturales,
humanos, históricos, tecnológicos y culturales de que dispone un territorio.
Articulación entre lo global, lo
nacional, lo regional y lo local
Otra peculiaridad
evidente en la relación global-local es que los modelos de desarrollo local no
tienen que ver con un localismo autorreferencial ni con un regreso al rol de las
economías autárquicas del medioevo, más bien se trata de la capacidad para
articular y gestionar las políticas globales con las nacionales y las subnacionales.
El protagonismo
de los actores locales se lleva a cabo considerando los niveles nacionales, macrorregionales o globales, atrayendo de manera
inteligente recursos externos bien de tipo político (inversiones públicas
calificadas o recursos para atraer empresas privadas), económico o cultural
(vinculados con decisiones de inversiones o de localización de actores
privados).
Entre los
elementos de desarrollo local identificados con claridad en la literatura
especializada destacan la disponibilidad de mano de obra calificada –o la
posibilidad de formarla–, la existencia o viabilidad de construir redes de
solidaridad e intercambio de conocimiento, dependencias gubernamentales que
apoyen a las nuevas empresas y factores como el liderazgo de algunos actores,
tradición participativa y conocimiento del mercado de trabajo local y global.
Cuando se logran
captar las oportunidades que la extensión de los mercados ofrece, se potencian
nuevas estrategias de producción de bienes y servicios que valoran competencias
específicas y bienes comunes (como el patrimonio ambiental e
histórico-artístico). Desde esta perspectiva, el desarrollo local implica
identificar en la globalización posibles oportunidades de desarrollo y adecuar
sus estrategias para corresponder a las exigencias de la misma.
No se trata, por
tanto, de resistir la globalización sino de rechazar los elementos nocivos de
los procesos globales en el ámbito local y al mismo tiempo usar de manera
inteligente –es decir, con capacidad de proyectar– las mayores y mejores
oportunidades potenciales que los diversos niveles territoriales (globales, nacionales,
macrorregionales) ofrece del lado de los procesos
productivos más flexibles y con salidas diferentes hacia mercados locales,
nacionales y globales.
Asimismo, el
Estado nación no desaparece, como lo auguran las posiciones más conservadoras,
sino que se reconfigura en función de estas nuevas necesidades de cambios
estructurales. Quedan bajo su predominio los controles macroeconómicos
(inflación, déficit público, balanza de pagos) así como otras funciones que
debe garantizar (salud, educación, vivienda, etc.). Las administraciones subnacionales se articulan con la administración central
pero bajo otro protagonismo, que les confiere que puedan atender problemas
dentro del territorio.
Valorización
de los recursos locales
Otro elemento
distintivo en el marco de la globalización del desarrollo local es su capacidad
para atraer recursos externos que tengan efecto en el territorio. Esta dinámica
consiste en la capacidad de los territorios para atraer recursos externos para
valorizar los internos: inversiones, empresas, recursos científicos y
culturales no sólo como ocasión para el crecimiento de la producción, del
rédito y de la ocupación, sino como instrumento que enriquece las competencias
y las especializaciones locales.
Es fácil y
recurrente confundir desarrollo local con crecimiento o dinamismo local,
incluso, muchas veces es difícil de diferenciar ya que en una fase inicial los
dos fenómenos pueden convivir. Los procesos de beneficios fiscales,
financieros, niveles educativos, políticas de formación, costos del trabajo,
servicios e infraestructura de un territorio deben servir para atraer inversiones siempre y cuando se
combinen con la posibilidad de valorizar los recursos y capacidades locales. Si
estos procesos no se dan de manera integral en el contexto actual de la
globalización y en la redefinición e interacción entre distintos espacios y
territorios, se corre el peligro de que no se genere un verdadero desarrollo
local.
La competencia
es cada vez más grande entre territorios y no entre empresas (Albuquerque,
2003) e implica que si un territorio no brinda la combinación justa para los
flujos de capital, las empresas emigran o otros
lugares donde les permitan generar más réditos. Muchos sitios sufren una
inestabilidad fuerte y continuamente están sometidos a la competitividad de
otros lugares y oportunidades (Coraggio, 2005). En
este sentido, no cualquier territorio sirve a este objetivo ya que el
desarrollo local se puede concebir sólo en los contextos donde las capacidades
de cooperación y de concertación estratégica de los actores locales sirvan a la
construcción de proyectos comunes. No se trata de basar la competitividad en la
desregulación del medioambiente, en mano de obra a bajo costo, con baja
calificación, sin derechos establecidos o subsidiando inversiones que no
aportan mejoras a las comunidades locales.
Desde esta
perspectiva, la búsqueda del desarrollo local surge en el contexto de la
globalización como una respuesta de los actores locales para contener los
efectos de la absorción mecánica de las economías y sociedades locales por un
proceso amorfo y utilitario, y como una estrategia que revaloriza el potencial
de los propios actores locales como agentes activos en la búsqueda de mejores
condiciones de vida para su población, así como en dinamizadores de la economía
local como palanca del desarrollo.
Los actores
locales y sus iniciativas han permeado el proceso de globalización y ahora
resurgen –como lo evidencia la prolífica literatura que aborda las experiencias
del desarrollo local– con fuerza y mayores elementos de cohesión que les
permiten incidir paulatinamente en los procesos de cambio de las relaciones
institucionales, así como para dar paso a nuevas formas de relación entre
sociedad y gobierno en la promoción del desarrollo local.
En este sentido,
la globalización puede jugar un papel fundamental para incorporar nueva
vitalidad a los agentes locales, quienes ahora encuentran formas novedosas de
interrelacionarse, gracias al avance de la tecnología en comunicaciones y
transportes, para de este modo formar redes de solidaridad y apoyo, así como
nichos particulares de consumo para productos de carácter endémico,
aprovechando procesos como la estandarización del consumo y la personalización
de las preferencias, pues de lo que se trata más bien es de aprovechar las
oportunidades de la globalización teniendo en cuenta la competitividad de la
economía local, la democratización, la gobernabilidad y la sustentabilidad
medioambiental.
La importancia que adquiere el
conocimiento y los nuevos procesos de innovación
En esta nueva
fase del desarrollo el conocimiento adquiere un valor fundamental, así como la
articulación con el sector científico-educativo y el conjunto de la producción
y los servicios sociales. En este marco, el concepto de competitividad como
fenómeno sistémico ya no tiene que ver con los factores macroeconómicos y
sectoriales tradicionales, sino con la conducta de los agentes, la creación de
redes y con el grado de desarrollo del medio local (entornos innovadores).
En el marco de
los procesos de innovación concebidos como desarrollo interactivo de
aprendizaje en el que se introducen nuevos conocimientos o se combinan otros ya
existentes para generar nuevas competencias (Lundvall,
1992; Gregersen y Johnson, 1996), el papel del entorno
local y de sus instituciones en el desarrollo de la capacidad innovadora de las
empresas adquiere nueva significación. La creciente importancia del
conocimiento tácito,[1]
fuertemente anclado al territorio, resulta cada vez más relevante para absorber
el conocimiento codificado.[2] La
innovación, en particular, parece fuertemente ligada a las interacciones
específicas entre agentes y a los conocimientos tácitos que los unen (Veltz, citado por Boisier, 2005).
En este nuevo
escenario internacional, ambiente local y economía global no son términos
antagónicos, ya que la globalización debe su fuerza a la complejidad del
conocimiento y de la sinergia que se produce a partir de la confrontación
competitiva de diferentes variantes territoriales y redes de agentes (Yoguel, 2005).
En este sentido,
el desarrollo económico y la dinámica productiva dependen de la introducción de
innovaciones (en los productos, en los procesos y servicios, en nuevos estilos
de dirección y gestión empresarial, en las relaciones interempresariales,
en la gestión pública, en la concertación de actores, etc.) que impulsen la
transformación del sistema productivo y social del lugar. Para que ello sea
posible, es necesario que los actores que forman parte del entorno tomen
decisiones adecuadas de inversión, tecnológicas y organizativas. En esta
capacidad reside la característica de innovación actual.
La capacidad de
aprendizaje de los agentes locales, en un entorno que se transforma, orienta
las decisiones de inversión y, por tanto, la respuesta de los sistemas locales
a los desafíos de la competencia (Maillat, citado por
Vázquez Barquero, 2005: 39).
Este proceso de
innovación es posible gracias a las relaciones formales e informales entre
actores públicos y privados (asociatividad),
y la competitividad
de estos entornos territoriales se logra cuando se neutralizan los costos de
transacción producto de las redes entre empresas, centros de investigación,
laboratorios tecnológicos, entre otros. Si la innovación en las empresas no va
acompañada de una innovación difusa en el territorio, no se generarán
modificaciones cualitativas que dinamicen todo el sistema en su conjunto.
La formación de
redes (otro eje fundamental del desarrollo local en su vínculo con la
globalización) permite el intercambio de productos, el flujo de información, la
circulación de conocimientos, la transmisión de datos y las pautas de
comportamiento que propician la difusión de las innovaciones, aumentan la
productividad y mejoran la competitividad. El dinamismo del entorno local
dependerá fundamentalmente de la densidad de estas redes.
2. Capacidades y
estrategias de los actores locales
Ante los nuevos
escenarios descritos, signados por los cambios estructurales y el nuevo
dinamismo que adquieren los territorios, la institucionalidad local adquiere un
papel central en el desarrollo de las personas, las sociedades y las ciudades,
es decir, en la búsqueda del desarrollo local. Entendido éste como resultado de
la conjugación de las capacidades de los individuos para articular sus
iniciativas y diseñar instrumentos que les permitan mejorar su calidad de vida,
según sus propias percepciones, lo cual se encuentra determinado precisamente
por el marco institucional en el que se desenvuelven los actores locales.
Dicho marco se
integra convencionalmente por las normas y reglamentaciones sociales que
condicionan y orientan las acciones y decisiones de los individuos, así como
por las características de su entorno, al cual se agrega, desde esta
perspectiva, una serie de condicionantes exógenas derivadas del proceso de
globalización, cuya consideración resulta insoslayable en el concepto integral
del desarrollo local en el contexto global.
Las capacidades
de los actores locales a que se hace referencia se constituyen por sus
posibilidades de acción, habilidades y recursos en función de tres vertientes:
la organización en torno a un objetivo común, de mejoramiento permanente de las
condiciones de vida de la sociedad local; la generación de instrumentos
adecuados y útiles para conseguir el objetivo señalado; y el conocimiento y visión de la posición que
mantiene el ámbito local en un contexto más amplio, el de la globalización. En
este sentido, para analizar los procesos de desarrollo local en los estudios de
caso referidos, se identificaron tres capacidades fundamentales de los actores
locales, a las que se denominó organizacional, instrumental y sistémica
(Vargas, 2006).
La articulación
de iniciativas corresponde a la capacidad organizacional y se refiere a las
habilidades, posibilidades de acción y recursos que utilizan los actores
locales para organizarse en torno a un objetivo común, de transformación
cualitativa y sostenida de las condiciones de vida de una sociedad local.
Desde una
perspectiva compatible con los postulados de Amartya Sen (2000), esta capacidad implica la aptitud de los
actores para transformar sus recursos en instrumentos para promover el
mejoramiento de su calidad de vida y expectativas de progreso, en este caso,
tomando como base su organización y la formulación de un proyecto explícito de
desarrollo local.
La capacidad
instrumental corresponde a las habilidades y posibilidades de los actores
locales para generar los instrumentos concretos que les permitan conseguir los
objetivos de desarrollo local que pretenden, así como realizar las acciones
específicas con la finalidad de afrontar cambios en su entorno, manifestada por
la existencia de instrumentos de planeación, concertación, gestión y de
comunicación social.
La tercera
capacidad analizada es la sistémica, que alude al conocimiento e interpretación
que hacen los actores locales del complejo esquema de relaciones y factores
exógenos que inciden en la configuración de la sociedad y la economía local, e
incluye los ámbitos regional, estatal, nacional e internacional y, puede
inferirse adicionalmente, por la existencia de vínculos específicos con actores
externos, así como por el acceso y uso de las nuevas tecnologías de información
y comunicación para apoyar sus iniciativas o proyectos de desarrollo.
Este tipo de capacidades
está en función de las cualidades de agentes específicos, del conocimiento que
tengan de la lógica de actuación de los actores involucrados, así como del
marco institucional que les rige y del contexto nacional e internacional en que
se insertan. En los casos de estudio analizados en este artículo, estas
capacidades pueden considerarse determinantes.
Desde esta
perspectiva, el desarrollo local se entiende como un proceso multidimensional,
de formación y aprovechamiento de las capacidades de los actores locales y de
los recursos disponibles con el objetivo de mejorar la calidad de vida de la
población y de ampliar sus expectativas de progreso.
Se trata de un
cambio estructural en los sistemas locales originado por la articulación de las
iniciativas de los actores locales en torno a un factor de cohesión interna,
que es la actividad económica fundamental de la localidad. Para ello diseñan
estrategias, crean y utilizan diversos instrumentos e incluyen en su
formulación la visión y percepción que tienen acerca de factores de índole
internacional, cuya incidencia en el ámbito local se manifiesta de diferentes
maneras para dar lugar a una serie de estrategias específicas.
3. Análisis de los
casos de estudio
A partir del
esquema de capacidades de los actores locales referido en párrafos anteriores,
es importante señalar que en nuestra investigación de campo logramos recabar
información que permitió caracterizar las diferentes respuestas y estrategias
que implementaron los actores locales ante las manifestaciones de la
globalización, donde se destaca el papel tan importante de la concertación
entre agentes y la articulación de sus lógicas e iniciativas para impulsar un
proyecto común, o bien, para afrontar condiciones adversas que modifican los
equilibrios precarios en términos sociales, económicos y políticos en el
territorio.
3.1 San Mateo Atenco
El municipio de
San Mateo Atenco tiene una población de alrededor de 60,000 habitantes y se
ubica en el centro del Estado de México. Forma parte de la Zona Metropolitana
de la Ciudad de Toluca y su localización resulta privilegiada para el
desarrollo de la actividad económica que le caracteriza: la producción y
comercialización de calzado. Su ubicación tiene muchas ventajas ya que se
encuentra relativamente cerca de la capital del país y de la ciudad de Toluca,
capital del Estado de México y sitio en el que se concentran las principales
unidades administrativas estatales.
Lo anterior le
proporciona acceso directo a infraestructura y equipamiento regional de primer
orden, como autopistas, aeropuertos, centros comerciales y expendios de
materias primas e insumos secundarios para la elaboración del calzado,
elementos de gran importancia para la principal actividad productiva del
municipio y, de manera especial, para la comercialización del calzado.
En términos
socioeconómicos, con base en información del Consejo Estatal de Población del
Estado de México, San Mateo Atenco tiene un grado de marginación bajo, con un
índice de -0.6792, determinado según los indicadores del cuadro 1.
Cuadro 1
Indicadores de
marginación, 2002
Indicadores |
San Mateo Atenco (porcentaje) |
Población |
59,647 |
Población analfabeta mayor de 16 años |
5.87 |
Población sin primaria completa mayor de 16 años |
17.2 |
Ocupantes de viviendas sin drenaje ni excusado |
4.77 |
Ocupantes de viviendas sin energía eléctrica |
1.45 |
Ocupantes de viviendas sin agua entubada |
24.21 |
Viviendas con hacinamiento |
54.28 |
Ocupantes de viviendas con piso de tierra |
5.98 |
Población en localidades con menos de 6,000
habitantes |
3.7 |
Población ocupada con ingreso menor a dos
salarios mínimos |
51.87 |
Índice de marginación |
-0.6792 |
Grado |
Baja |
Fuente: Consejo Estatal de Población, Estado de México, Índices
de marginación 2000. 124 municipios,
2002.
Por su parte, el
Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal establece en
el Sistema Nacional de Información Municipal que San Mateo Atenco tiene un
grado de marginación muy bajo y presenta cifras que evidencian la disminución
gradual en los indicadores considerados[3]
(cuadro 2).
Cuadro 2
Comparativo del
índice y grado de marginación, 1980-2000
Año/aspecto a considerar |
1980 |
1990 |
1995 |
2000 |
Índice de marginación |
-18.41 |
-1.314 |
-1.195 |
-1.356 |
Grado de marginación |
Media |
Baja |
Baja |
Muy baja |
Posición en el contexto nacional |
2,267 |
2,158 |
2,238 |
Fuente: Instituto Nacional para el Federalismo y el
Desarrollo Municipal, Sistema Nacional de Información Municipal.
Esta misma
institución establece que en el año 2000 San Mateo Atenco tenía un nivel de
desarrollo humano medio alto, estimado en un puntaje de 0.776, que incluye
94.6% de personas mayores de 15 años alfabetas; 61.7%
de personas entre 6 y 24 años que asistían a la escuela y un producto interno
bruto (pib)
de 4,353 dólares entre sus principales indicadores.
De la
caracterización territorial y socioeconómica de San Mateo Atenco se desprenden
las siguientes consideraciones:
·El municipio cuenta con una serie de
ventajas de ubicación que representan activos importantes para el desarrollo de
la actividad económica predominante en el municipio, entre las que destacan su
cercanía con los principales mercados nacionales y regionales, centros de
investigación, diseño y comercialización, así como el acceso a infraestructura,
equipamiento y servicios.
·Sus características socioeconómicas permiten
inferir una dinámica importante, fundamentalmente en términos comparativos
respecto de los indicadores estatales en cuanto al nivel de empleo, ingresos,
así como de personal ocupado por unidad económica censable.
·No obstante lo anterior, y como se
plantea posteriormente, ante la introducción de calzado proveniente de China y
de León (Guanajuato), en México, los actores locales se encuentran en franca
desventaja y con pocas posibilidades de competir de manera exitosa, con base en
las características de sus capacidades organizacional, instrumental y
sistémica.
La importancia
de la producción de calzado en San Mateo Atenco se aprecia con claridad si se
considera que, de acuerdo con Francisco Torres (2002: 47), de las 133 empresas
productoras en el año 2000 en el Estado de México, 72.93% se localizan en este
municipio, teniendo como característica principal que 81.95% de ellas se
consideran microempresas, es decir, que tienen entre uno y nueve trabajadores.
En la
actualidad, la industria manufacturera –en la que se inscribe la producción de
calzado– ocupa más de 50% de la población económicamente activa (pea) y en el sector terciario –en el que
se ubica la comercialización y prestación de servicios a productores y
consumidores de calzado– se ocupa 43% aproximadamente.
Como se puede
observar en el cuadro 3, la distribución porcentual de la pea disminuyó drásticamente en el caso
de las actividades agrícolas, ganaderas y lacustres en el municipio, para
acumularse de forma mayoritaria en la producción de manufacturas y en
actividades comerciales y de prestación de servicios.
Cuadro 3
Distribución
porcentual de la pea, 1970-2000
Sector
económico |
Porcentaje del total |
||
1970* |
1990 |
2000 |
|
Primario |
27.94 |
4.66 |
1.69 |
Secundario |
41.13 |
57.75 |
51.78 |
Terciario |
24.15 |
35.21 |
43.41 |
No
especificado |
6.78 |
2.38 |
3.11 |
Total |
100 |
100 |
100 |
*Datos referentes a 1969.
Fuente:
sic-inegi,
1972-2001: ix-xii Censos Generales
de Población y Vivienda 1970-2000, resultados definitivos.
Cabe destacar el
incremento que ha tenido el sector terciario en relación con el comercio,
actividad que complementa la producción del calzado. Aunque también se registra
un decremento de aproximadamente seis puntos porcentuales en la pea dedicada al sector secundario. Una
posible explicación de este hecho estriba en que, de acuerdo con las personas
entrevistadas, muchos de los pequeños productores han encontrado más redituable
dedicarse al comercio de calzado chino o de León (Guanajuato) que a la
producción en pequeña escala.
Si bien el
desplazamiento de los productos locales por otros de procedencia externa dio
lugar, en fechas recientes, a la formación de una organización general de los
productores locales que pretende articular las iniciativas específicas
existentes, es persistente la preeminencia de sus intereses particulares ante
los de la sociedad municipal en su conjunto, dado que se mantiene como
principal objetivo para cada uno de ellos el mismo nicho de mercado.
La focalización
de la producción hacia el mercado interno exclusivamente, así como la competencia
que esto genera entre los productores locales, impide el intercambio de
técnicas, tecnología y diseños que podrían incrementar la calidad y mejorar el
precio de sus productos, que aunado al desconocimiento, o el soslayamiento, de la importancia de las características
funcionales y estructurales del contexto internacional para la producción y
comercialización del calzado, evidencian también la baja capacidad instrumental
y sistémica de los actores locales en los términos en que éstas se han definido.
Esta situación
ha generado diversos efectos en la organización social y económica del
municipio, representados fundamentalmente por la transferencia de recursos
entre los sectores convencionales de la economía local, lo que da lugar a un
incremento en las actividades comerciales en detrimento de las manufactureras,
pues cada vez es más común observar a pequeños productores que cambian su
actividad económica, es decir, dejan de fabricar zapatos en sus propios
talleres para dedicarse a vender o revender calzado foráneo.
Si bien la
evolución de la fabricación de zapatos, como factor de cohesión interna, ha
congregado esfuerzos y recursos de los productores locales –que por otra parte
son los principales actores del desarrollo local–, la forma en que se presenta
tal congregación no corresponde con un ejercicio de complementariedad o
coordinación que redunde en beneficio de los propios productores locales, pues
se trata sobre todo de la organización de diferentes asociaciones de un mismo
gremio cuyo objetivo fundamental es la competencia por el mercado interno, en
términos de la producción local, más que su fortalecimiento para afrontar la
competencia del calzado foráneo.
Lo anterior
evidencia los efectos devastadores de la irrupción de este tipo de productos,
que junto con la poca capacidad de respuesta de los productores locales y su
baja competitividad, permite suponer que en breve tendrán que enfrentar no sólo
la competencia que representa el volumen y calidad de los productos foráneos
que invaden el mercado local, sino que en lo sucesivo se encontrarán ante el
desafío de nuevos estándares de calidad y precio, para ajustarse a las
especificidades de la demanda de los consumidores.
De este modo, la
existencia de condicionantes socioculturales, institucionales y las
provenientes del contexto de la globalización dan como resultado una baja
capacidad organizacional en San Mateo Atenco, que se manifiesta también en la
carencia de un proyecto concreto de desarrollo local.
3.2 Valle de Bravo
Este municipio se
localiza en la zona surponiente del Estado de México,
a una distancia aproximada de 130 km del Distrito Federal y a 75 km de la
ciudad de Toluca. Tiene una población estimada en más de 60,000 habitantes. Se
distingue por sus atractivos turísticos, principalmente la combinación de
bosques y una presa artificial, que generan el interés especial de varias
empresas inmobiliarias.
Es importante
señalar el incremento poblacional que tuvo lugar en la década de 1990-2000,
años en los que pasó de 36,135 a 57,375 habitantes, es decir, 21,240 nuevos
pobladores que representan un aumento de 37% en tan corto tiempo, situación
cuyo impacto social, territorial y, sobre todo, ambiental ha tenido resultados
dramáticos que en las posibilidades de desarrollo local de Valle de Bravo deben
valorarse con detenimiento, pues como se señaló, es precisamente la combinación
de su belleza paisajística, recursos naturales y arquitectura vernácula lo que
ha dado lugar al auge económico sostenido de este municipio; y son justo estos
recursos los que peligran por la forma que asume actualmente el desarrollo
urbano.
En términos
socioeconómicos, el Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo
Municipal establece que en 1980 el grado de marginación era medio, sin embargo,
a partir de los años noventa éste se considera bajo, como se observa en el
cuadro 4, lo que permite inferir el mejoramiento paulatino de las condiciones
de vida de su población.
Cuadro 4
Comparativo del
índice y grado de marginación, 1980-2000
Año/aspecto a considerar |
1980 |
1990 |
1995 |
2000 |
Índice de marginación |
-13.54 |
-0.873 |
-0.909 |
-0.733 |
Grado de marginación |
Media |
Baja |
Baja |
Baja |
Posición en el contexto nacional |
2,161 |
1,895 |
1,802 |
Fuente: Instituto Nacional para el Federalismo y el
Desarrollo Municipal, Sistema Nacional de Información Municipal.
Por su parte, el
Consejo Estatal de Población del Estado de México establece en su índice de
marginación 2000 para los municipios del Estado de México, que Valle de Bravo
presenta un grado de marginación medio, sustentado en la valoración de los
indicadores que se muestran en el cuadro 5, que evidencian la polarización de
los niveles de vida que se observan en el municipio.
Cuadro 5
Indicadores de
marginación, 2002
Indicadores |
Valle de Bravo (porcentaje) |
Población |
57,375 |
Población analfabeta mayor de 16 años |
11.95 |
Población sin primaria completa mayor de 16 años |
36.29 |
Ocupantes de viviendas sin drenaje ni excusado |
18.06 |
Ocupantes de viviendas sin energía eléctrica |
6.12 |
Ocupantes de viviendas sin agua entubada |
7.54 |
Viviendas con hacinamiento |
52.66 |
Ocupantes de viviendas con piso de tierra |
15.3 |
Población en localidades con menos de 6,000
habitantes |
44.37 |
Población ocupada con ingreso menor a dos
salarios mínimos. |
55.95 |
Índice de marginación |
0.0238 |
Grado |
Medio |
Fuente: Consejo Estatal de Población, Estado de México, Índices
de marginación 2000. 124 municipios,
2002.
En relación con
el índice de desarrollo humano de este municipio, el Instituto Nacional para el
Federalismo y el Desarrollo Municipal establece que es de 0.738, lo que se
considera como medio alto.
De la
caracterización territorial y socioeconómica de Valle de Bravo se desprenden
las siguientes consideraciones:
·El municipio cuenta con una serie de
elementos que lo posicionan como el principal destino turístico del Estado de
México. Esta situación genera una dinámica económica intensa, caracterizada por
el predominio de las actividades propias del sector terciario, fundamentalmente
el que se relaciona con el comercio y la prestación de servicios al turismo.
·La industria de la construcción se
observa como la segunda actividad económica en cuanto a la distribución de la pea municipal, lo que genera una
relación de complementariedad ya que la mayor parte de las edificaciones del
municipio corresponde a casas de fin de semana, que constituyen el alojamiento
de quienes se catalogan como turismo residente.
En el cuadro 6
se aprecia la evolución de la pea
del municipio, lo que nos permite conocer el comportamiento de los tres
sectores convencionales que denotan las variaciones más importantes en los
sectores primario y terciario: el primero presenta una fuerte tendencia
decreciente, mientras que en el caso del sector terciario, su incremento es de
tal magnitud que para el año 2000 representa más del doble de la registrada en
la década anterior.
Cuadro 6
pea,
1970-2000
Sector económico |
Año-habitantes de 12 años y más |
||
1970 |
1990 |
2000 |
|
Primario |
2,214 |
2,174 |
1,717 |
Secundario |
1,609 |
3,205 |
4,622 |
Terciario |
1,318 |
4,346 |
9,901 |
No especificado |
686 |
732 |
632 |
Total |
5,827 |
10,457 |
16,872 |
Fuente: sic-inegi, 1972-2001: ix-xii
Censos Generales de Población y Vivienda 1970-2000, resultados definitivos.
Si bien los
indicadores cuantitativos del municipio reflejan una economía dinámica y con
amplias posibilidades de expansión, la existencia de factores como
incompatibilidad de proyectos, tensiones sociales y deterioro ambiental hacen
evidente la necesidad de analizar con detenimiento las características
específicas del desarrollo local en Valle de Bravo.
Es necesario
destacar la confrontación social que prevalece como resultado del proceso de
asentamiento de nuevos pobladores, que paulatinamente han desplazado a los
habitantes locales en las esferas sociales y económicas, dando lugar a una
sociedad local dividida en la que los intereses y objetivos de sus integrantes
se enfrentan de manera constante.
La evidente
contraposición de las iniciativas locales identificadas en Valle de Bravo –en
especial en torno a dos visiones diferentes para el aprovechamiento y
protección del territorio y sus recursos naturales, que son su principal
atractivo y fuente de recursos– impide la conformación de un proyecto común que
aglutine el potencial y capacidades manifiestas de los actores locales.
Aunado a lo
anterior, también es importante considerar que en este municipio se observan en
algunos sectores de la población costumbres y estándares de vida de carácter
internacional, derivados de la presencia de quienes aunque radican de manera
definitiva en la Ciudad de México, o en alguna otra gran ciudad del país, poseen
alguna casa de fin de semana en Valle de Bravo.
Al respecto,
cabe señalar que aunque los productos y servicios que se generan en el
municipio están orientados hacia el mercado interno más que al internacional
(sólo 0.8% de turismo que visita el municipio proviene de otros países), deben
cumplir con la calidad de los establecimientos que se ubican en el Distrito
Federal, y aun en el extranjero, pues quienes los consumen o tienen acceso a
tales bienes, tienen esas preferencias y estándares.
De este modo, en
el municipio se observa que el contexto de la globalización está determinado en
lo fundamental por los efectos que genera la presencia de consumidores
nacionales, pero habituados a estándares internacionales de calidad en materia
de servicios y productos de consumo inmediato, y aunque evidentemente éstos no
son de acceso generalizado para la población local, la demanda ha dado lugar a
que los proveedores locales estén en condiciones de afrontarla.
En este
contexto, la valoración de las capacidades de los actores locales permitió
identificar dos organizaciones paralelas de actores locales, mutuamente
excluyentes, en las que los objetivos y proyectos comunes son diferentes, e
incluso, opuestos.
La
incompatibilidad de proyectos y visiones complica determinar una organización
general de los actores locales y, por tanto, de un proyecto común. Lo anterior
implica, en el caso de la organización, la existencia de liderazgos con
capacidad de convocatoria y reconocimiento de la sociedad local, en el segmento
que corresponde a cada una de las dos partes identificadas. Se considera que
precisamente esta divergencia, o contraposición, de visiones y objetivos le da
un carácter polarizado a la capacidad organizacional de los actores locales de
Valle de Bravo.
Esta situación
subyace en la valoración de las capacidades instrumental y sistémica de los
actores locales de este municipio, pues aunque durante nuestro trabajo de campo
identificamos elementos que confirman su existencia para cada una de las dos
organizaciones generales referidas, precisamente esa situación de sociedades
paralelas induce su caracterización en términos de parcialidad.
La
caracterización de las capacidades de los actores locales analizadas en el caso
de Valle de Bravo, indica que éstas no se encuentran estructuradas en torno a
objetivos y proyectos comunes, sino alrededor de dos posiciones contrapuestas,
aparentemente irreconciliables, que evitan su aprovechamiento en aras de un
proceso integral de desarrollo local que promueva la transformación cualitativa
y sostenida de las condiciones de vida de la sociedad local y de sus
expectativas de progreso.
3.3 Villa Guerrero
El municipio de
Villa Guerrero se localiza en la zona sur del Estado de México. En el año 2005
contaba con una población estimada en más de 54,000 habitantes. Tiene una
superficie de 20,773 hectáreas, de las cuales 53.28% son de uso forestal;
42.10%, agropecuario y 4.62, urbano.
Su ubicación le
proporciona una serie de características climáticas favorables para el
desarrollo de la floricultura, factor que influyó de manera determinante en la
realización de esta actividad de manera empresarial a partir de las décadas de
los años cincuenta y sesenta del siglo pasado.
La preeminencia
de las actividades primarias como base de la economía municipal prevalece hasta
nuestros días y tiene tal relevancia que se constituye en un caso de referencia
obligado en materia de análisis del desarrollo local, por el progreso que ha
detonado en Villa Guerrero. La distribución de la pea por sector hace evidente el hecho de que, en sentido
contrario a la distribución estatal de la misma, en este municipio predominan
las actividades primarias.
Cuadro 7
Distribución de
la pea por sector
Año |
Primario |
Secundario |
Terciario |
Porcentaje |
|||
1960 |
87.61 |
3.7 |
8.69 |
1970 |
78.2 |
4.3 |
17.5 |
1980 |
78.76 |
5.82 |
15.42 |
1990 |
81.25 |
5.63 |
13.12 |
2000 |
74.4 |
6.4 |
19.2 |
Fuente: Elaboración propia con base en datos del inegi, Censos
Generales de Población y Vivienda, 2000, 1990, 1980, 1970 y 1960.
Esta
característica –singular en el Estado de México– aporta evidencias empíricas
que contradicen la creencia generalizada acerca de la poca rentabilidad de las
actividades en el sector primario, pues la floricultura no sólo genera empleos
directos en el municipio, sino que ha trascendido las fronteras nacionales
ocupando mano de obra de otros países.[4]
En términos
socioeconómicos, en Villa Guerrero se tiene un grado de marginación que se
considera medio, cuyos indicadores se aprecian en el cuadro 8.
Cuadro 8
Indicadores de
marginación, 2002
Indicadores |
Villa Guerrero (porcentaje) |
Población |
50,829 |
Población analfabeta mayor de 16 años |
12.65 |
Población sin primaria completa mayor de 16 años |
45.69 |
Ocupantes de viviendas sin drenaje ni excusado |
22.91 |
Ocupantes de viviendas sin energía eléctrica |
4.19 |
Ocupantes de viviendas sin agua entubada |
13.99 |
Viviendas con hacinamiento |
59.17 |
Ocupantes en viviendas con piso de tierra |
28.86 |
Población en localidades con menos de 6,000
habitantes |
83.62 |
Población ocupada con ingreso menor a dos
salarios mínimos. |
70.93 |
Índice de marginación |
0.714 |
Grado |
Alto |
Fuente: Consejo Estatal de Población, Estado de México, Índices
de marginación 2000. 124 municipios,
2002.
En cuanto a su
índice de desarrollo humano, Villa Guerrero se considera dentro de los
municipios que tiene un grado medio alto; ocupa el décimo lugar regional en
cuanto al índice de marginación. Al respecto, el cuadro 9 proporciona
información más amplia en cuanto a la evolución del municipio en términos de su
grado de marginación en el contexto nacional.
Cuadro 9
Comparativo del
índice y grado de marginación, 1980-2000
Año/aspecto a considerar |
1980 |
1990 |
1995 |
2000 |
Índice de marginación |
-0.78 |
-0.073 |
-0.185 |
-0.124 |
Grado de marginación |
Alta |
Media |
Media |
Media |
Posición en el contexto nacional |
1,629 |
1,259 |
1,304 |
Fuente: Instituto Nacional para el Federalismo y el
Desarrollo Municipal. Sistema Nacional de Información Municipal.
Un dato que
resulta interesante es el de la emigración, pues aunque Villa Guerrero se ubica
en una región que se distingue por el fenómeno cultural y económico del bracerismo,[5] su
porcentaje de emigración es muy bajo, pues se estima en aproximadamente 321
personas al año, que representa 0.63% de la población. Esto resulta de suma
importancia en la definición y caracterización del desarrollo local de Villa
Guerrero, pues posee una dinámica propia que le permite, entre otras cosas,
generar los suficientes incentivos en el territorio municipal para tener un
índice de desempleo de sólo 0.32%, así como una emigración de 0.63% anual, que como
se verá más adelante, es la más baja en relación con los otros dos casos de
estudio seleccionados.
De la
caracterización territorial y socioeconómica de Villa Guerrero destacan, para
efectos de la presente investigación, los siguientes aspectos:
·En Villa Guerrero se mantiene la
vocación económica del territorio, teniendo como actividades principales las
relacionadas con el cultivo de la tierra.
·A pesar de que se encuentra en una
región caracterizada por altos índices de marginalidad, en el municipio se
observa un bajo nivel de desempleo y de emigración, como resultado de la
dinámica laboral generada en torno a la floricultura.
·La floricultura ha producido una serie
de efectos multiplicadores en los otros sectores de la economía, donde se
advierte la proliferación de negocios y actividades industriales relacionadas
con la principal actividad económica del municipio.
·No obstante lo anterior, los altos
índices de analfabetismo y los bajos niveles de ingreso de los habitantes del
municipio contrastan con la dinámica económica del mismo.
En este
municipio se identificó una organización general dinámica de los actores
locales, con objetivos claros y proyectos definidos en el contexto de la
globalización, impulsados de manera decisiva por líderes con gran capacidad de
convocatoria y reconocimiento de la sociedad local.
Dicha
organización, impulsada por los liderazgos referidos, generó el posicionamiento
de los floricultores de Villa Guerrero a la vanguardia de la producción
florícola nacional, encabezando los organismos cúpula del sector y dio lugar a
una relación de complementariedad entre los actores locales del municipio.
En este caso de
estudio cabe señalar la capacidad instrumental de los actores locales, que va
desde la concertación y el cabildeo de alto nivel con autoridades federales y
estatales, hasta la realización de eventos de promoción local, regional y
nacional en los que participan los pequeños productores, apoyados por los
grandes productores de manera solidaria.
En términos de
la capacidad sistémica de los actores locales de Villa Guerrero, 90% de la
producción florícola nacional que se exporta proviene de los invernaderos de
este municipio, y en especial de los que localmente se consideran grandes
productores, quienes
cuentan con el conocimiento de la dinámica de los mercados internacionales, con
vínculos específicos de utilidad para la promoción de su desarrollo y tienen
acceso a tecnología de vanguardia para la promoción y realización de
transacciones relacionadas con su actividad económica, que redundan en
elementos positivos en cuanto al proceso de desarrollo local en el municipio.
No obstante lo
anterior, un elemento a considerar en cuanto a la connotación de integralidad
del proceso de desarrollo local de Villa Guerrero, es el que corresponde a la
sostenibilidad, pues durante el trabajo de campo se observó que, en aras de
incrementar la productividad y la calidad, se utilizan fertilizantes,
plaguicidas y herbicidas sin un control regular por parte de las autoridades
locales.
Otra asignatura
pendiente en este caso de estudio es el reflejo de los indicadores del tipo de
desarrollo local articulado en mejores condiciones de vida para la población,
puesto que indicadores como el grado de analfabetismo y los bajos niveles de
ingresos de los trabajadores contrastan con las capacidades y la articulación
de iniciativas, objetivos y estrategias observadas en este municipio.
Conclusiones
En la búsqueda
del desarrollo local resulta fundamental la capacidad de organización de los
actores en torno a un objetivo y proyecto común, pues la agregación de
esfuerzos y recursos en este sentido permite elaborar e instrumentar
estrategias para el aprovechamiento de los recursos endógenos y da cohesión y
sentido a las iniciativas locales. La distinción de los actores del desarrollo
local es importante, pues la preeminencia de las decisiones e iniciativas de
los actores locales sobre las de actores externos, pero con incidencia en el
ámbito local, da continuidad y viabilidad a los proyectos de desarrollo.
El contexto de
la globalización es un elemento insoslayable en la búsqueda del desarrollo
local, pues la incidencia de los aspectos estructurales de la misma genera
cambios en la composición del factor de cohesión interna, trastocando así las
relaciones sociales y económicas en los ámbitos locales.
La globalización
como contexto para el desarrollo local se presenta de formas concretas, a
través de elementos que afectan de manera diferenciada a las localidades:
·En San Mateo Atenco se manifiesta en
los cambios generados en las preferencias de los consumidores, lo que da lugar
al desplazamiento paulatino del producto local por el de procedencia externa y
enfrenta a los productores locales a la necesidad de reestructurar sus procesos
productivos para mantener su posición en el mercado interno.
·En Valle de Bravo el turismo es una
actividad directamente vinculada con el mercado internacional, sin embargo, el
nexo de este municipio con el contexto de la globalización no se observa en
este sentido, sino en las modificaciones generadas en el factor de cohesión
interna por parte del turismo residente a través de la generación de estándares
de consumo de calidad internacional, así como en el planteamiento de
estrategias de desarrollo propuestas por los actores locales.
·En Villa Guerrero la vinculación con
el contexto global se manifiesta en función de la organización interna de los
actores locales tanto en la producción como en la distribución de la flor.
Elementos estructurales de la globalización como la consideración del conocimiento
como fuerza productiva, la generación de innovaciones y de tecnología propia,
así como la unión de la planta productiva con las instituciones de educación
superior, hacen evidente la capacidad sistémica de los actores locales.
De
lo anterior se infiere que la búsqueda del desarrollo local en el contexto
global implica la valorización del ámbito local, más que la subordinación del
mismo a las exigencias del primero. Implica la procuración de estándares
internacionales de calidad y precio en los productos y servicios locales, aun
cuando el destino de éstos sea el mercado interno.
Si
bien el objetivo de esta investigación no fue realizar comparaciones entre
realidades evidentemente diferentes, sí es posible hacer algunos señalamientos
en relación con el resultado observado en la conjugación de las diferentes
capacidades de los actores locales en cada municipio estudiado.
De
este modo, se puede señalar que la capacidad organizacional de los actores
locales resulta determinante en cuanto al impulso y enfoque de los procesos de
desarrollo local revisados, lo cual a su vez se encuentra condicionado por el
marco institucional que prevalece en cada localidad, así como por factores de
índole sociocultural, económica y, por supuesto, de las externalidades relacionadas
con el proceso de globalización.
En
el cuadro 10 se muestra cómo visualizamos la estrategia de los actores en los
procesos de desarrollo local estudiados.
Cuadro 10
Caracterización
abreviada de los procesos de desarrollo local en los casos de estudio
Caso de
estudio |
Factor de cohesión interna |
Capacidades de los actores locales |
Condicionantes de los procesos de
desarrollo local |
Tipos de desarrollo local observado |
||
Organizacional |
Instrumental |
Sistémica |
||||
San Mateo Atenco |
Producción y comercialización de calzado |
Iniciativas desarticuladas. Élites y liderazgos locales poco consolidados. |
Planes y programas elementales, de corto alcance, limitada capacidad
de gestión. |
Desconocimiento del contexto internacional, carencia de vínculos con
actores de otras latitudes. |
Falta de confianza entre los productores locales; dependencia de
programas y recursos estatales. |
Fragmentado |
Valle de Bravo |
Servicios al turismo e industria de la construcción |
Iniciativas confrontadas. Élites y liderazgos locales consolidados pero contrapuestos. |
Planes y programas contrapuestos, recursos utilizados para imponer
visiones particulares. |
Conocimiento y percepción claras de la posición local en el contexto
internacional, ambos enfocados a las posiciones específicas de los actores locales |
Confrontación de intereses y visiones antagónicas sobre cómo
aprovechar el territorio, preeminencia de las decisiones de actores no
locales. |
Polarizado |
Villa Guerrero |
Producción y comercialización de flores |
Iniciativas articuladas. Élites y liderazgos locales consolidados. |
Planes y programas de largo alcance, alta capacidad de gestión de los
líderes y élites locales. |
Conocimiento y percepción claras de la posición local en el contexto
internacional. |
Daños al medio ambiente por agroquímicos, bajos niveles de vida de la
mayor parte de la población local. |
Tendencia a la articulación. |
Fuente: Elaboración propia.
Al
respecto, el papel de las capacidades que dan lugar al desarrollo local es
fundamental y tienen una connotación específica: la organizacional depende del
marco institucional; la instrumental y sistémica dependen de la calificación de
los actores locales. En todo caso, se puede señalar que el marco institucional
local incide de manera determinante en los procesos de desarrollo local.
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Recibido: 10 de agosto de 2006.
Reenviado: 11 de diciembre de 2006.
Aceptado: 2 de enero de 2007.
José Alejandro Vargas Castro. Es doctor en ciencias sociales por El
Colegio Mexiquense. Actualmente labora en la Facultad de Arquitectura y Diseño
de la Universidad Autónoma del Estado de México (uaem). Su línea de investigación
se centra en: desarrollo local, desarrollo urbano, municipios y
descentralización. Entre sus publicaciones destacan: El
desarrollo local en el contexto de la globalización. Tres casos de estudio en
el Estado de México: San Mateo Atenco; Valle de Bravo y Villa Guerrero, México, inap-uaem-gem (2006); “Las nuevas teorías del
desarrollo y el desarrollo local”, Páramo del Campo y la Ciudad, Órgano del Centro de Estudios sobre
Marginación y Pobreza del Estado de México, 10, pp. 3-11 (2006); “La
participación social en la planeación del desarrollo urbano municipal: retos y
perspectivas para el Estado de México”, Legado de
Arquitectura y Diseño,
Universidad Autónoma del Estado de México, México, 3, pp. 21-36 (2006).
Prudencio
Óscar Mochi Alemán. Es doctor en estudios latinoamericanos
por la Universidad Nacional Autónoma de México (unam). Actualmente se encuentra
adscrito al Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (unam). Su línea
de investigación se centra en: globalización y desarrollo local, tecnologías de
información y comunicación, la industria del software en México. Entre sus
publicaciones destacan: La industria del software
en México en el contexto internacional y latinoamericano, México, crim-unam
(2006); “Las formas de organización, los procesos de calidad y los trabajadores
del conocimiento en la industria del software”, en Carlos Massé Narváez (coord.), La
complejidad de las ciencias sociales en la sociedad de la información y la
economía del conocimiento,
Toluca, El Colegio Mexiquense. pp. 239-272 (2005), “Las tecnologías de la
información y la comunicación como herramientas para el desarrollo”, en Karla
Valverde y Alejandra Salas Porras (coords.), El
desarrollo. Diversas perspectivas en las ciencias, las instituciones, el
Estado, la democracia, la cultura, la sociedad civil, México, Gernika, pp. 379-410 (2005).
[1] La
idea de conocimiento
tácito la introdujo Polanyi,
quien sostiene que “se conoce más de los que se puede decir” (1966). El
concepto lo retomaron otros autores quienes señalan que “conocer tácitamente
significa conocer sin distancia de las cosas y los actos, y la interacción
cognoscitiva entre las personas se caracteriza porque es inconsciente” (Nonaka y Takeuchi (1995: 61-74).
En nuestros términos, se define tácito el conocimiento difícil de definir y de
expresar de manera formalizada porque está vinculado con el contexto de
referencia y tiene una matriz profundamente personal.
[2] Conocimientos
codificados: también llamados conocimientos explícitos para indicar esa parte
del conocimiento que puede ser codificado, trasmitido y usado en contextos
diversos de los que fue generado, como el conocimiento encerrado en un manual
de instrucciones. Se trata de un conocimiento claro, determinado, de inmediata
comprensión, simple de recoger y de mucho valor para las organizaciones, porque
es fácil de guardar y difundir (Zack, 1999). Sin
embargo no siempre al interior de una organización el conocimiento explícito
está realmente codificado en documentos formales o con un lenguaje compartido,
sino que por el contrario muchas veces ese conocimiento se mantiene
implícitamente y compartido de manera informal.
[3] Porcentajes
de población analfabeta de 15 años o más; sin primaria completa; en localidades
con menos de 5,000 habitantes; de población con ingresos de hasta dos salarios
mínimos; de viviendas sin drenaje ni excusado, sin energía eléctrica, sin agua
entubada, con hacinamiento y con piso de tierra.
[4] Según
información proporcionada por un funcionario del Consejo Mexicano de la Flor,
con sede en Villa Guerrero, entrevistado en mayo de 2004, algunas empresas,
fundamentalmente de capital japonés, cuentan con un sistema establecido de
captación de mano de obra en estados como Chiapas y Oaxaca, y en países como
Ecuador y Guatemala, desde donde se traslada la mano de obra que se utiliza en
los invernaderos durante todo el año.
[5] El bracerismo es la emigración temporal, y en ocasiones definitiva, de hombres jóvenes hacia algunas poblaciones de los Estados Unidos, donde se emplean como peones o jornaleros y desde donde hacen llegar dinero a las familias que dejan en sus lugares de origen.