Presentación
Hablar de
desarrollo local en una época donde lo nacional parece convertirse en provincia
de lo global, resulta quizá una paradoja. Sin embargo, dadas las coincidencias
temáticas que se advierten en este segundo número del 2007 de nuestra revista Economía,
Sociedad y Territorio,
consideramos preciso reflexionar sobre el papel de lo local en el mundo
contemporáneo.
Sin lugar a
dudas, una de las transformaciones más importantes que viven nuestras
sociedades se ha manifestado en la revalorización de lo local como el espacio
de definición de las formas de convivencia, de organización social y colectiva,
y de realización de anhelos y logros de bienestar.
En este
contexto, el rescate de lo local significa que los principios generales de las
diversas formas y estilos de desarrollo no son automáticamente aplicables en
todos los ámbitos; pues, por el contrario, los criterios y líneas directrices
de las estrategias de desarrollo deben establecerse adaptándose a
circunstancias específicas, que a su vez incluyen múltiples dimensiones: los
procesos económicos, sociales, políticos, ambientales y demográficos que se
manifiestan conjuntamente en el tiempo y el espacio.
Condiciones que,
en el espacio de lo local, pueden adquirir rasgos fundamentales para hacer viables
las políticas encaminadas a generar situaciones adecuadas de desarrollo: la
historia regional, las tradiciones culturales y políticas, las estructuras de
poder, el concepto de gobierno predominante, la riqueza, el nivel de ingresos y
el gasto que ejercen las administraciones locales, las pautas de comportamiento
(urbano, rural, social e individual). Aspectos que se potencian o inhiben
conforme a las características de un contexto socioeconómico y político
determinado.
Es por ello que
espacios como éste, que buscan difundir el punto de vista de los interesados en
analizar las problemáticas que enfrentan los espacios locales deben servir —al
menos eso esperamos quienes participamos, de una u otra forma en este órgano de
difusión académica— para definir el marco de actuación que la sociedad espera,
en un contexto en el que los ámbitos locales estén cerca de la ciudadanía en
ese tránsito de lo local a lo global.
En este sentido,
es importante reconocer el movimiento —a veces imperceptible— que han sufrido las
diversas corrientes de pensamiento, acerca de la planeación del desarrollo en
general, y en particular las vinculadas a la planeación del desarrollo urbano y
regional. De hecho, este paulatino viraje parece desdibujar el enfoque
regulatorio jerarquizado, que se caracteriza por un marco nacional
institucional de la planeación que da enorme peso al diseño de estrategias de
desarrollo establecidas a nivel macro, ya sea nacional, regional o estatal, y
que sobrestima, por un lado, el papel del Estado como formulador, regulador y
ejecutor de planes, programas y proyectos; y, por el otro, el carácter
económico de la planeación.
En los años
recientes hemos sido testigos del paso de un carácter preeminente de la
administración urbana, a un escenario donde el papel de la gestión urbana es
cada vez más evidente. Ello ha implicado una necesaria redefinición del ámbito
de la planificación del desarrollo local a partir de un modelo en el que se
mide la actuación institucional de los órganos planificadores, y de los instrumentos
destinados a atender las demandas sociales que se expresan principalmente en el
medio urbano. En esta redefinición, la gestión urbana aparece como la
combinación de actuaciones y trámites que son necesarios para asegurar el
desarrollo ordenado y eficaz de las ciudades, y para garantizar el mejoramiento
de las condiciones de vida y de trabajo de los habitantes urbanos.
No obstante,
bien sabemos que la definición de lo local en general y de la gestión del
desarrollo local (urbano) en particular, como objetos de estudio, es aún
incipiente. Quizá esto es así porque representan nuevos objetos de estudio
dentro de la investigación urbana y regional, que más bien habían sido
abordados por áreas afines pero no necesariamente compenetradas con el tema: administración
pública, el análisis de políticas públicas, la evaluación del desempeño
gubernamental, los estudios del medio ambiente, entre otros.
El análisis de
lo local puede establecerse desde cualquiera de dichas perspectivas,
predominando en una primera aproximación el enfoque de carácter sociopolítico.
Sin embargo, el acercamiento a este campo de estudio se puede realizar también
a través de las herramientas conceptuales que proporcionan disciplinas tales
como la geografía social, la geografía de las finanzas públicas, la economía
regional, la economía urbana y la disciplina en ciernes, o ciencia
híbrida, denominada
administración urbana, entre otras áreas del conocimiento.
Cada una de
estas disciplinas pone énfasis en distintos aspectos relacionados con la
gestión del desarrollo local, con sus antecedentes, sus implicaciones,
resultados y limitaciones, el papel de los distintos agentes sociales
(promotores, beneficiarios, población-objetivo, etc.), así como en las
posibilidades y/o perspectivas de su evolución en el mediano y largo plazos.
Por ello, es
importante señalar que, en este contexto, resalta como un elemento fundamental
para el desarrollo de este campo de estudio establecer vínculos y puntos de
confluencia entre las diversas líneas de investigación interesadas en este
tema. Es evidente que la creación de tales vínculos depende, en gran medida,
del enfoque inter y transdisciplinario del objeto de
estudio de cada una de las líneas de investigación, lo cual implica que los
puntos de confluencia no pueden establecerse a priori; por el contrario, requieren de una
previa delimitación y un acercamiento de carácter teórico-conceptual, lo cual
es básico para la comprensión de las complejas relaciones que puedan existir
entre objetos de estudio diversos y para vincularlos con otros ámbitos de
similar importancia en el análisis urbano y regional: el estudio del espacio
(territorio), de lo social, del desarrollo, de las teorías del bienestar social
y las políticas urbanas, de las condiciones de vida de la población, entre
otros aspectos.
Este ha sido el interés de
la revista Economía, Sociedad y Territorio que, desde hace ya diez
años, edita El Colegio Mexiquense. A lo largo de estos años se ha intentado
sentar las bases de la discusión en torno a los temas urbano-regionales en
América Latina, los ocho artículos compilados en este número son una muestra de
ello.