Evaluando al gobierno electrónico: avances en la
transparencia de las finanzas públicas estatales
Laura Sour-Vargas*
Abstract
The
adoption of the electronic government system by the public administration has
created a new relationship between the citizenry and the Government. However,
in the case of Mexico, the question of whether the electronic government system
can actually improve its transparency has still not been answered. Following
the literature about the effect of the pressure of globalisation
on bureaucratic change, this paper compares the transparency of the figures for
public finances found on various State web pages (electronic government)
against the information that each State is required to publish according to the
Ley de Transparecia y Accesso
a la Información Pública -
LTAIP
(Transparency and access to public information act). In 70% of the cases the
results show that the electronic government on its own cannot affect the
transparency of the public finances. In order to change the transparency it is
necessary to modify the institutional context and the characteristics of the
different organisations.
Keywords:
electronic
government, transparency, State public finances,
Mexico.
Resumen
La adopción del
sistema de gobierno electrónico por parte de la administración pública ha
creado una nueva relación entre la ciudadanía y el gobierno. Sin embargo, la
pregunta de si puede el gobierno electrónico mejorar la transparencia permanece
todavía sin ser contestada para el caso de México. De acuerdo con la literatura
del efecto de las presiones de la globalización sobre el cambio burocrático, en
este trabajo se compara la transparencia de las cifras de finanzas públicas
encontradas en las páginas Internet estatales (gobierno electrónico) con lo
que, de acuerdo con la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública (ltaip), cada estado está obligado a
publicar. En 70% de los casos, los resultados confirman que el gobierno
electrónico por sí solo no puede afectar la transparencia de las finanzas públicas.
Para cambiar la transparencia es necesario modificar el contexto institucional
y las características de las organizaciones.
Palabras clave:
gobierno electrónico, transparencia, finanzas públicas estatales, México.
*
Centro de Investigación y Docencia Económicas, a.c. (cide). Correo-e: laura.sour@cide.edu
Introducción
Durante los
últimos años, en todo el mundo ha surgido una nueva forma de hacer gobierno,
una forma que ha revolucionado la relación entre la ciudadanía y los
funcionarios públicos. Dicha forma de gobierno es denominada gobierno
electrónico, la cual funciona por medio de las Tecnologías de Información y
Comunicación (tic). El nacimiento
del gobierno electrónico prometió que las dependencias gubernamentales
ofrecerían sus servicios de una manera más eficiente, mejorando así la
administración pública.
El gobierno
electrónico es considerado y promocionado en todo el mundo como un promotor de
la rendición de cuentas: en la medida que más información es entregada en un
tiempo mucho más razonable a los ciudadanos, se espera que aumente la
transparencia del gobierno y que se permita a los ciudadanos monitorear más de
cerca el desempeño de los funcionarios públicos (La Porte et.
al., 2002). Además,
la mejora en la interacción que supone el uso de la tecnología facilitará la
rendición de cuentas al hacer al gobierno más responsivo a las necesidades y
demandas de los individuos (Demchak et
al., 2000).
Sin embargo,
algunos autores argumentan que el gobierno electrónico sólo mejora la
eficiencia técnica de las organizaciones públicas, sin lograr un cambio
significativo en su naturaleza. Es decir, el contexto en el cual las tic son aplicadas constituye una fuerza
mucho más influyente que la aplicación de la tecnología misma para generar un
cambio en las estructuras organizacionales. Por ejemplo, existe evidencia de
que gobiernos cuya naturaleza es autoritaria utilizan la tecnología para
controlar el acceso a la información con el propósito de monitorear el
comportamiento de los ciudadanos y aumentar así el control político del régimen
(Wong y Welch, 1998). Entonces, el papel del gobierno
electrónico se reduce a reforzar las “tendencias ya existentes” dentro de las
organizaciones (Kraemer y Dedrick,
1997: 101; Agre, 2002).
Aplicando esta
lógica al impacto del gobierno electrónico sobre la transparencia, las tic pueden limitarse a ampliar la
naturaleza de las organizaciones, mejorando o reduciendo los niveles de
transparencia sólo en la medida en la que el marco institucional o las
circunstancias ya existentes así lo permitan. Desde esta perspectiva, la
relación entre gobierno electrónico y el cambio en la transparencia está
condicionada al contexto y las características de las organizaciones públicas.
La respuesta a esta relación se encuentra en la literatura que estudia las
presiones que la globalización impone a la burocracia local: por ejemplo, la
globalización puede presionar a las burocracias locales para generar
modificaciones en su comportamiento, como lo es su transparencia. Sin embargo,
estas presiones que ejerce la globalización son filtradas por el entorno que
rodea a las organizaciones locales. Así, el contexto local puede reforzar,
ampliar o cancelar el cambio generado por las fuerzas de la globalización. Wong
y Welch (2004) analizan una muestra de 14 países y
concluyen que la sola introducción del gobierno electrónico, sin las
correspondientes reformas institucionales a las organizaciones y su burocracia,
no representa una mejora significativa en la rendición de cuentas de los
países.
En el caso
específico de México, la implantación de la tecnología para adoptar nuevas
formas de gobierno comenzó durante la administración del presidente Ernesto
Zedillo, y el boom se presentó con la llegada de Vicente
Fox a la presidencia de la República. En suma, desde hace casi cinco años tanto
el gobierno federal como los gobiernos estatales se han preocupado por
incursionar en la nueva cultural mundial del gobierno electrónico. Por otra
parte, la Ley Federal de Acceso a la Información Pública Gubernamental (ltaip) aprobada en el 2002 incorporó un
nuevo marco institucional a la cultura del gobierno electrónico en México cuyo
impacto no ha sido igual en las entidades federativas del país. Así, ante la
popularidad que ha cobrado el gobierno electrónico y la creciente interacción
entre gobierno y ciudadanos a través de la Internet, surge la pregunta: ¿hasta
qué punto el gobierno electrónico ha promovido la transparencia en los estados
de México ante el cambio en el entorno local que trajo la promulgación de las ltaip estatales?
Para contestar
esta pregunta, en el presente trabajo se hizo un análisis de las agencias
estatales que dentro de su misión consideren que la publicación de información
es un símbolo de confianza y modernidad. Por ello, se compara el desglose y
actualización de las cifras de finanzas públicas divulgadas en los portales de
las entidades federativas mexicanas con lo que la Ley de Transparencia y Acceso
a la Información Pública (ltaip)
en cada estado señala que deben reportar.[1]
El trabajo está
organizado en cuatro secciones. En la primera se presenta una introducción al
tema del gobierno electrónico y a su desarrollo e implantación en México y en
los estados del país. En la segunda sección se presenta una explicación del
concepto de transparencia y del desarrollo y los alcances de su marco normativo
en las entidades federativas de México. En la tercera parte se presenta el
marco teórico para analizar el efecto del gobierno electrónico sobre la
transparencia. En la cuarta sección se evalúa el progreso alcanzado por el
gobierno electrónico para mejorar la transparencia de las finanzas estatales en
México y fortalecer la rendición de cuentas. Finalmente, se presenta un
apartado dedicado a las conclusiones.
1. Gobierno
electrónico
El gobierno
electrónico es una forma de organización que, por medio de las tic, conforma un ambiente virtual en el
cual los ciudadanos y el gobierno pueden interactuar vía Internet. Este tipo de
tecnología tiene su antecedente en la industria privada, la cual desarrolló
sistemas electrónicos de negocios en aras de mejorar la eficiencia tanto en sus
procesos productivos como en sus ventas. Dichos sistemas se denominaron e-business
y e-commerce. A partir de éstos surgió como una
posibilidad viable sistematizar algunos procesos gubernamentales para beneficio
de la sociedad. Las posibilidades que presenta el gobierno electrónico son
mucho más diversas y complejas que las de sus antecesores, por ello su
implantación requiere de un esfuerzo mayor y la tarea resulta más complicada.
Es necesario
establecer una definición clara de lo que es el gobierno electrónico para
delimitar sus alcances. En primer lugar, gobierno electrónico no es un simple
contacto vía Internet entre el gobierno, la industria y los ciudadanos.
Gobierno electrónico debe entenderse como una interacción entre política,
gobierno, administración, ciudadanos, industria privada y organizaciones
civiles. Así pues, gobierno electrónico “es una forma de organización del
Estado que integra las interacciones e interrelaciones entre el Estado y los
ciudadanos, industrias privadas, clientes e instituciones públicas a través de
la utilización de tecnologías de información y comunicación modernas” (Schedler et al., 2004: 5).[2]
Una pregunta que
no podemos dejar de lado es: ¿por qué le puede interesar al Estado instrumentar
un sistema de gobierno electrónico? El gobierno tiene como ejemplo los
beneficios que obtuvieron las empresas que introdujeron los sistemas de e-business,
con los que lograron que la comunicación cliente-empresa y empresa-empresa se
efectuara de una forma más rápida y barata, y que se redujeran costos y se
propiciara el surgimiento de una cultura de atención personal, apertura y
respuesta inmediata en el sector privado. Así pues, el gobierno puede trasladar
este mecanismo para generar una vía de interacción con la ciudadanía y obtener
resultados similares en materia de eficiencia, participación y rendición de
cuentas. Sin embargo, “El proceso de diseño, implementación, y mantenimiento de
un programa de gobierno electrónico es caro y complejo” (Kossic,
2003a: 11).
El esfuerzo
económico que requiere el desarrollo de un sistema de gobierno electrónico es
bastante grande, pues los proyectos de ese tipo son difíciles de instrumentar,
y requieren de grandes sumas de capital. El adecuado retorno de capital en los
proyectos de gobierno electrónico se mide por el nivel de adopción generalizada
por parte de la población, su funcionamiento eficiente y por su impacto
positivo. El plan del gobierno para establecer este tipo de sistemas debe tener
en cuenta que se logre dicho retorno de capital. Aquellos que fallen en este
aspecto corren el riesgo de que el diseño de su sistema sea inadecuado o
incluso que el proyecto quede inconcluso (Lenihan,
2002).
El proceso del
programa de gobierno electrónico es complejo porque requiere la cooperación de
cuerpos administrativos para lograr un funcionamiento eficiente. Una de las
características principales de los sistemas que utilizan las tic es la integración. Ello implica que
las dependencias gubernamentales no pueden desarrollar sistemas de gobierno
electrónico de forma individual. En caso de que alguna lo hiciera o tomara la
decisión de no cooperar en la conformación del gobierno electrónico como una
sola entidad articulada, más allá de mejorar la eficiencia de los servicios
gubernamentales, la perjudicaría (Lenihan, 2002).
Uno de los
objetivos principales de los programas de gobierno electrónico es la
interacción entre la ciudadanía y el gobierno. Por medio del gobierno
electrónico se debe brindar la posibilidad de que los ciudadanos accedan por
los portales electrónicos a los servicios públicos que brindan las dependencias
gubernamentales. Estas nuevas tecnologías no sólo deben ir encaminadas a
agilizar trámites, sino que también habrán de constituirse en una “herramienta
fundamental de los procesos de transparencia y rendición de cuentas y para el
impulso de la calidad en el servicio público” (López, 2003: 28).
Así pues, “con
el apoyo de la tecnología, es posible establecer espacios más amplios de
participación ciudadana y por lo tanto mayores flujos de demandas hacia las
instancias de gobierno” (López, 2003: 28). Un sistema de gobierno electrónico
bien articulado y establecido debe propiciar una participación más activa de la
ciudadanía en los procesos de toma de decisiones de los representantes
políticos. El alcance del gobierno electrónico debe permitir la participación e
interacción en todos los niveles de gobierno.
El gobierno
electrónico puede incrementar la rendición de cuentas permitiendo que las
instituciones externas al aparato gubernamental tengan acceso a los datos y se
abra así la posibilidad de analizarlos (Schedler et
al., 2004). Dicha
apertura debe construirse con una secuencia de objetivos. En primer lugar, debe
incrementarse el acceso a la información; posteriormente, asegurarse que las
reglas sean transparentes y que se apliquen en la toma de decisiones, y
finalmente que se construya la habilidad para rastrear las acciones y
decisiones de los servidores públicos. En la medida en que dichos objetivos se
persigan al mismo tiempo, la corrupción podrá reducirse de manera significativa
(Subhash, 2003: 2).
Los programas de
gobierno electrónico deben generar apertura per se, la cual va encaminada a mejorar el
servicio gubernamental. “En términos generales, gobierno electrónico es
concebido como una herramienta para el logro de los principios asociados al
buen gobierno, entre los que destacan una gestión transparente y responsable” (Güémez, 2003: 33-34).
1.1. Gobierno
electrónico en México
Los primeros
pasos que dio México en materia de gobierno electrónico fueron durante la
administración de Ernesto Zedillo (1994-2000). Durante ese periodo, diversos
países de América Latina, como Argentina, Chile y Brasil, ya habían utilizado
las tic para la prestación de
servicios públicos. México, ante la presión que ejerce la globalización,
decidió entrar a esa corriente como parte del programa de reformas
administrativas y regulatorias de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos (ocde). El desarrollo de un sistema de
gobierno electrónico durante la administración de Zedillo se fue dando tanto
con dificultades como con una clara descoordinación entre dependencias, las
cuales establecían estrategias de forma independiente.
No obstante las
dificultades que se vivieron durante el surgimiento de los primeros sistemas de
gobierno electrónico en México, para el año de 1998, por ejemplo, el Sistema de
Administración Tributaria (sat)
había logrado establecer una página de Internet interactiva en donde los
contribuyentes y la población en general podían tener acceso a las leyes y
regulaciones tributarias, así como realizar operaciones de forma electrónica.
Ello constituyó un gran avance y la culminación del esfuerzo del gobierno en
turno por introducir a México en la corriente mundial de gobierno electrónico,
aunque claramente faltaba mucho por hacer.
El boom
del gobierno
electrónico en México se dio con la llegada de Vicente Fox a la presidencia de
la República en el año 2000. Fox había “basado parcialmente su campaña en la
promesa de seguir perfeccionando la calidad y eficiencia de los servicios
gubernamentales y, fundamentalmente, de transformar la relación
ciudadano-gobierno” (Kossic, 2003b: 3-4). En este
sentido se creó el Sistema Nacional e-México, precisamente con el afán de
desarrollar un gobierno menos corrupto y más cercano a las necesidades y
demandas del pueblo.[3]
La introducción
del gobierno electrónico por medio del Sistema Nacional e-México se estructuró
de manera vertical, en donde el Consejo depende directamente de la presidencia
de la República. Debajo de éste se encuentra la Secretaría de Comunicaciones y
Transportes (sct),
encargada del desarrollo técnico del programa. Concretamente, desde el año 2003
la promoción e instrumentación de estrategias para el desarrollo del gobierno
electrónico es responsabilidad de la Dirección General de Gobierno Electrónico,
la cual radica en la Secretaría de la Función Pública.[4]
Las dificultades
a las que se enfrentó el gobierno de Fox fueron las propias de la introducción
de un nuevo sistema que se contrapone a prácticas arraigadas en la prestación
de servicios públicos. La burocracia que se vive día con día en las
dependencias gubernamentales responde a un sistema anticuado de papeleo excesivo
y largas filas para la realización de trámites comunes.
Uno de los
objetivos principales de establecer un sistema de gobierno electrónico es
precisamente agilizar los trámites y garantizar una prestación de servicios
públicos eficiente. El esfuerzo de la administración de Fox ha logrado hasta el
momento perfeccionar el e-sat,
facilitando con ello a contribuyentes cualquier trámite en materia de
declaración de impuestos, esto por medio del portal Declaranet. Otro gran avance fue el desarrollo
del portal Tramitanet, el cual “consiste de un catálogo en
línea de aproximadamente 2,064 trámites federales y estatales” (Kossic, 2003a: 4); con ese portal se pretende hacer más
eficientes los trámites al reducirse la burocracia.
Es evidente que
toda implantación de gobierno electrónico exige transparentar el accionar del
gobierno. En este sentido, durante el gobierno de Fox el portal de las
secretarías ha vivido una verdadera transformación. Todas están vinculadas
desde la página electrónica del gobierno y están interrelacionadas entre sí.[5] Es
decir, continuamente se hace referencia y se proporcionan vínculos a los
portales de otras secretarías según la información que se busque.
1.2. Gobierno
electrónico en los estados
Por medio del
programa público e-local, se realiza un gran esfuerzo para conjuntar en un solo
portal información relativa a los estados y municipios de la República
Mexicana.[6] El
encargado directo de esa tarea es el Instituto Nacional para el Federalismo y
el Desarrollo Municipal (inafed),
órgano desconcentrado de la Secretaría de Gobernación. Su función principal es
“orientar y dirigir las políticas en materia de federalismo, descentralización,
desarrollo municipal y descentralización del gobierno federal hacia los estados
y los municipios” (Caballero, 2003: 3). Dicho portal contiene documentos,
publicaciones e información estadística en general. Así pues, e-local funciona
en realidad como un portal informativo y es, a su vez, un vínculo hacia las
páginas electrónicas de cada uno de los estados, donde son éstos los
responsables directos de la información que presentan y de los servicios que
brindan. Lo anterior se refleja en una clara heterogeneidad en los servicios
electrónicos de cada una de las entidades federativas. El esfuerzo que le
corresponde al inafed
no consiste en unificar en los sistemas de gobierno electrónico, ni mucho menos
en unificar los métodos estatales de rendición de cuentas y transparencia.
Intentarlo sería ir en contra del esquema federalista mexicano. El reto del inafed
consiste en procurar que los sistemas de gobierno electrónico reflejen la
separación de los niveles de gobierno, y que dentro de los portales estatales
se brinde información de calidad y se responda a las necesidades de la
ciudadanía.
Esa libertad de
que gozan los estados para construir sus medios electrónicos de información y
servicios públicos evidentemente ocasiona que se desarrollen portales a
conveniencia del gobierno en turno. Desafortunadamente, en muchos de los casos
éstos se convierten en meros sitios de publicidad turística. En suma, cada
portal estatal presenta una interfase distinta que en
ocasiones se caracteriza por el difícil acceso y la falta de información
relevante.
2. Transparencia en
México en los ámbitos federal y estatal
Los orígenes del
concepto de transparencia se encuentran en la reforma constitucional de 1977,
cuando se modificó la parte final del Artículo 6º Constitucional
introduciéndose la frase “el derecho a la información será garantizado por el
Estado”. Así, a lo largo de más de veinte años tanto la transparencia como los
mecanismos de acceso a la información fueron abriéndose paso modestamente en la
legislación mexicana, y no fue sino hasta el año 2000, con la consolidación de
la democracia electoral, que esas ideas fueron consideradas en serio como un
paso prioritario para que los ciudadanos pudieran evaluar la gestión del
gobierno.
El acceso a la
información por sí mismo no genera una ciudadanía más informada y responsable,
pero crea el contexto necesario para que ésta pueda orientar mejor su acción
política. Es decir, en un sistema político plural el acceso a la información es
fundamental para que el ciudadano tenga la capacidad de hacer un juicio
informado y fundamentado que le permita controlar a los poderes de la Unión por
medio de su voto. Entonces, tanto la transparencia del gobierno como el acceso
a la información pública son condiciones necesarias para el funcionamiento
adecuado de los sistemas democráticos (López-Ayllón,
2005).
Tal vez porque
nacieron juntos, que no gemelos, el concepto de transparencia se relaciona con
los mecanismos de acceso a la información. Sin embargo, el concepto de
transparencia puede definirse como un instrumento cuyo propósito explícito es
vigilar que las cosas ocurran según lo establecen las reglas del juego, a pesar
de todas sus restricciones. También sirve como un instrumento y como un
incentivo para recordarles a los funcionarios públicos que sus funciones
solamente se justifican en la medida en que se correspondan con el interés
público, que se atengan a las reglas del juego públicamente fijadas, y que
rindan cuentas de las decisiones que toman a nombre de todos (Merino, 2005a:
17).
La publicación
de la ltaip
constituyó un gran avance porque delimitó las obligaciones de transparencia del
gobierno federal. Sin embargo, la vida jurídica de la transparencia reside en
todos los servidores públicos en las diferentes entidades federativas.
Desafortunadamente, la evaluación del avance de la legislación estatal no es
alentadora: la apertura de la información no ha sido homogénea en todo el país.
Merino (2005b), con base en el análisis de los documentos publicados por la
Dirección General de Vinculación con Estados y Municipios del Instituto Federal
de Acceso a la Información Pública (ifai), bajo el título de Estudio
comparativo de leyes de acceso a la información pública, así como en la revisión de las
páginas electrónicas de los órganos estatales, concluye que no hay un criterio
compartido por todas las entidades en materia de transparencia (Merino, 2005b:
74). Por ello la relevancia de cuestionarse hasta qué punto el gobierno
electrónico ha afectado la transparencia de las finanzas públicas estatales
como respuesta al cambio en el marco institucional generado por las nuevas ltaip
estatales.
3. Marco teórico
Para determinar
si el gobierno electrónico genera cambios en la transparencia se aplicará el
modelo teórico de presiones de la globalización y cambio burocrático (Wong y Welch, 1998 y 2001). La
globalización trae consigo una serie de estímulos, desafíos y oportunidades en
el contexto y características de las organizaciones que ejercen presión sobre
las burocracias locales para generar cambios. Ejemplos de esas presiones de la
globalización incluyen el arreglo institucional de acuerdos internacionales, la
revolución de las tic y la
iniciativa de la reforma en la administración pública. En la medida en que las
organizaciones públicas son sistemas abiertos que afectan y son afectados por
su entorno, el conjunto de presiones globales puede generar cambios en la estructura
y comportamiento de las burocracias públicas, incluyendo la transparencia de
las mismas (Scott, 1998).
La cultura del
gobierno electrónico es considerada como parte de la presión global de las tic; sin embargo, aun frente a la
presión de la globalización, la respuesta en cada burocracia no es
necesariamente homogénea. Las presiones de la globalización afectan a las
organizaciones públicas de acuerdo con el contexto local, de tal suerte que ese
contexto puede reforzar o cancelar los cambios inducidos por las presiones
globales sobre la burocracia (Wong y Welch, 2001).
La presión
global de la revolución de las tic
apunta a un impacto directo y positivo del gobierno electrónico, en la
transparencia. Sin embargo, también hay impactos indirectos en el contexto de
las organizaciones que pueden reforzar o cancelar la influencia del gobierno
electrónico en la transparencia. Entonces, es posible que el nivel de
transparencia de un gobierno determinado disminuya debido a que el contexto
cancela el impacto positivo y directo del gobierno electrónico.
En este caso,
para cuantificar el impacto indirecto del contexto de las organizaciones, se
considera el reciente cambio institucional generado en materia de transparencia
en México a partir de 2002 con la publicación de la ltaip. De hecho, ante los
claroscuros que muestra el análisis de las leyes estatales de acceso a la
información pública resulta pertinente preguntarse si los estados han
encontrado en la adopción del gobierno electrónico una oportunidad para mejorar
su transparencia. En principio, se esperaría una correlación positiva entre la
presencia de la ltaip
estatal y la calidad de los reportes en línea de las finanzas públicas
estatales. Si éste fuese el caso positivo, se verificaría que el gobierno
electrónico utiliza las tic para
reproducir el cambio institucional generado en el entorno de las organizaciones
locales.
Subhash (2003) argumenta que el simple acceso
a tecnología no garantiza una mejor rendición de cuentas. Generalmente, los
portales que se construyen son meras copias de los folletos gubernamentales
impresos, lo que refuerza los sistemas antiguos en vez de constituir un
esfuerzo notable para garantizar una mayor transparencia. ¿Cómo se podría
explicar que, a pesar de la introducción de las tic
y del cambio que representan las ltaip, los estados no hayan logrado mejorar la
transparencia en sus finanzas públicas, necesaria para una mejor rendición de
cuentas? Agre (2002) propone la utilización del
modelo de reforzamiento para explicar justamente aquellos casos en los que el
gobierno electrónico no genera cambios cualitativos importantes en las
organizaciones. Así, se observa que la introducción de la Internet produce más
de lo mismo que ya existía. La explicación de esa falta de cambios es atribuida
a que las estructuras organizacionales permanecen literalmente inalteradas. En
este caso, a pesar del cambio institucional que representa la ltaip estatal,
el gobierno electrónico reforzará el sistema de la organización, en vez de
modificarlo (Agre, 2002). Es decir, los sistemas de
gobierno electrónico instrumentados por los gobiernos estatales sólo estarían
perpetuando el nivel de transparencia existente, en vez de alterarlo.
4. Gobierno electrónico y transparencia
en el reporte de las finanzas públicas estatales
Un esquema
federalista como el mexicano permite que sean los gobiernos subnacionales
los responsables del manejo de sus finanzas públicas. Es decir, el federalismo
fiscal es un sistema de gobierno que otorga diversas responsabilidades a los
gobiernos estatales y locales, lo cuál “sugiere una
división de funciones tanto de gasto como impositivas entre órdenes de gobierno
basada en criterios relacionados con la eficiencia y la equidad” (Merino, 2001:
146). Entonces, al gozar de plena autonomía, son los gobiernos estatales los
que determinan el contenido de los reportes de las finanzas públicas.
A partir del año
2002 y hasta el 2005, la mayoría de los estados publicaron su ltaip. “Esto
indica que existe un gran interés por parte de los gobiernos estatales en hacer
más accesible la información que éstos generan, lo que es un buen principio
para tratar de recuperar la confianza de los ciudadanos hacia los servidores
públicos” (Gutiérrez, 2005: 7).
El objetivo de
esta sección es analizar hasta qué punto el sistema de gobierno electrónico de
cada estado ha mejorado la transparencia de las cifras de ingreso, gasto y
deuda pública a partir del cambio institucional que generó la ltaip estatal.[7]
Para ello, primero se construirá un indicador del “Reporte mínimo esperado” de
las cifras de ingreso, gasto y deuda de cada estado de acuerdo con lo que la ltaip señala
en cada caso. Posteriormente, se construirá una “Calificación Transparencia”
que refleje tanto el desglose como la actualización de las cifras en cada una
de las páginas Internet de los estados. Finalmente, se compararán ambas
calificaciones para analizar hasta qué punto el gobierno electrónico, a partir
de lo que establece la ltaip
estatal, ha contribuido a mejorar la transparencia de las finanzas públicas en
los estados de México.
4.1. Reporte mínimo
esperado de acuerdo con la ltaip
estatal
Para conocer lo
que la ltaip
señala que cada estado debe publicar en cuanto a ingreso, gasto y deuda se
utilizó el estudio de Gutiérrez (2005), quien analizó cuatro subcategorías de las finanzas públicas estatales: i) presupuesto, ii)
remuneración, iii) plazas disponibles, y iv)
sistema de integración financiera. De las subcategorías
mencionadas, la que más peso tiene es la de presupuesto, dentro de la cual se
toma en cuenta lo que por ley se debe publicar en cuanto a estados financieros,
cuenta pública y deuda pública. En esos rubros se encuentran las cifras de
ingresos, egresos y deuda pública, objeto de análisis del presente trabajo. En
el cuadro 1 se muestran, a partir de los resultados de Gutiérrez (2005), las
obligaciones de cada estado. En la cuarta fila se ubica el Reporte mínimo
esperado a partir de los rubros que la ltaip marca como obligatorios.
Allí, la letra “E” se refiere a excelente, la “S” a satisfactorio y la “M” a
malo. Los nueve estados que no han aprobado su ltaip (Baja California, Baja
California Sur, Campeche, Chiapas, Chihuahua, Guerrero, Hidalgo, Oaxaca y
Tabasco), automáticamente tienen un Reporte mínimo esperado malo (M). Al
analizar el cuadro 1 se observa que el contenido de cada una de las ltaip
estatales en México es desigual, lo que indica que las entidades federativas no
comparten el mismo criterio de transparencia.
Cuadro 1
Reporte
mínimo esperado por estado de acuerdo con los requerimientos de la ltaip
|
Categoría |
Aguscalientes |
Coahuila |
Colima |
Discrtito
Federal |
Durango |
Guanajuato |
Jalisco |
México |
Michoacán |
Morelos |
Nayarit |
Nuevo León |
Puebla |
Querétaro |
Quintana Roo |
San Luis Potosí |
Sinaloa |
Sonora |
Tamaulipas |
Tlaxcala |
Veracruz |
Yucatán |
Zacatecas |
|
Cuenta pública |
a |
a |
a |
|
|
|
a |
a |
a |
a |
|
a |
|
a |
a |
a |
a |
a |
a |
a |
|
|
a |
|
Estados financieros |
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y balances generales |
a |
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a |
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a |
a |
a |
a |
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a |
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a |
a |
a |
a |
a |
a |
a |
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a |
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Deuda pública |
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a |
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a |
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a |
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a |
a |
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Reporte mínimo esperado |
S |
S |
S |
M |
M |
M |
S |
S |
S |
S |
M |
S |
M |
S |
E |
S |
S |
E |
S |
S |
M |
M |
E |
Fuente: Elaboración propia.
4.2. Calificación
transparencia estatal
Debido a que la
forma en que los estados reportan sus ingresos, egresos y saldos de deuda
pública es muy variada, fue indispensable tomar en cuenta dos aspectos al
momento de evaluar sus cifras publicadas en la Internet. El primero es el grado
de desglose de los
estados financieros, es decir, qué tan detallada se presenta la información. El
segundo es el grado de actualización
de las cifras, es
decir, hasta qué año y trimestre tienen disponible su información en la
Internet.[8]
Entonces, para evaluar el grado de desglose de las cifras, se estableció un
mínimo de rubros de ingreso, gasto y deuda pública que deberían estar
disponibles en los portales estatales.[9]
Por otra parte, en principio, los gobiernos estatales tienen la obligación de
mantener sus cifras actualizadas hasta el último trimestre de su gestión. Por
ello, para valorar esa actualización se consideró como mínimo la publicación de
las cifras al menos del año inmediato anterior.[10]
Una vez
calificados tanto el desglose como la actualización de las cifras de cada
estado, se construyó la “Calificación transparencia”, misma que refleja la
calificación más alta obtenida en cualquiera de esos aspectos. Por ejemplo, si
el estado de Sinaloa obtuvo una calificación de desglose “Regular” y una de
actualización “Satisfactoria”, su calificación promedio será “Satisfactoria”.
En el Cuadro 2 se analiza si existe correspondencia entre el Reporte mínimo
esperado de acuerdo con la ltaip
y la Calificación transparencia obtenida por cada estado, a partir de las
cifras que aparecen en sus páginas de Internet.
De los 23
estados que ya cuentan con una ltaip, 39%
obtuvieron una Calificación transparencia mayor a su Reporte mínimo esperado;
es decir, esas nueve entidades federativas publican sus cifras de finanzas
públicas mejor de lo que su ley los obliga a hacerlo. Otros nueve estados
obtuvieron una Calificación transparencia igual al Reporte mínimo esperado; es
decir, muestran una correspondencia entre lo que publican y lo que por ley
están obligados a reportar. Sumando los casos donde la Calificación
transparencia es mayor o igual al Repote mínimo
esperado, podemos decir que en 78% de los estados con una ltaip se observa que el gobierno
electrónico está reforzando el cambio institucional que representa la ltaip en lo
que se refiere a transparencia. En otras palabras, se comprueba que el gobierno
electrónico está replicando el cambio institucional en el contexto de las organizaciones.
Cuadro 2
Comparación
entre Reporte mínimo esperado por la ltaip y Calificación Transparencia para los estados
que ya cuentan con una ltaip
(*)
|
Estados |
Reporte |
Calificación |
Comparación |
|
con ltaip |
mínimo |
Internet |
|
|
|
esperado |
|
|
|
Aguascalientes |
S |
E |
Da un extra respecto a su ley |
|
Coahuila |
S |
B |
Da un extra respecto a su ley |
|
Colima |
S |
S |
Reporta según su ley |
|
Distrito Federal |
M |
S |
Da un extra respecto a su ley |
|
Durango |
M |
B |
Da un extra respecto a su ley |
|
Guananjuato |
M |
B |
Da un extra respecto a su ley |
|
Jalisco |
S |
R |
Reporta menos de lo esperado |
|
México |
S |
M |
Reporta menos de lo esperado |
|
Michoacán |
S |
S |
Reporta según su Ley |
|
Morelos |
S |
M |
Reporta menos de lo esperado |
|
Nayarit |
M |
M |
Reporta según su Ley |
|
Nuevo León |
S |
B |
Da un extra respecto a su ley |
|
Puebla |
M |
S |
Da un extra respecto a su ley |
|
Querétaro |
S |
R |
Reporta menos de lo esperado |
|
Quintana Roo |
E |
S |
Reporta menos de lo esperado |
|
San Luis Potosí |
S |
S |
Reporta según su Ley |
|
Sinaloa |
S |
S |
Reporta según su Ley |
|
Sonora |
E |
S |
Reporta menos de lo esperado |
|
Tamaulipas |
S |
M |
Reporta menos de lo esperado |
|
Tlaxcala |
S |
M |
Reporta menos de lo esperado |
|
Veracruz |
M |
S |
Da un extra respecto a su ley |
|
Yucatán |
M |
S |
Da un extra respecto a su ley |
|
Zacatecas |
E |
B |
Reporta menos de lo esperado |
(*) La letra “E” se refiere a Excelente, “B” a Bueno, “S”
a Satisfactorio, R” a Regular, y “M” a Malo.
Fuente: Elaboración
propia.
El resto de los
estados (22%) obtuvo una Calificación transparencia menor a su Reporte mínimo
esperado. En esos casos no se encontró en las páginas electrónicas ni siquiera
lo que por la ltaip
los estados están obligados a publicar. Se trata de cinco entidades federativas
en donde las presiones que ejerce la introducción de una ltaip, aunadas a las fuerzas de la globalización, no logran una
correspondencia entre las características del contexto local y la transparencia
observada. Habría que estudiar qué otro aspecto del contexto local puede estar
ocasionado ese resultado. Como Wong y Welch (2004) señalan, pudiera tratarse de cuestiones
organizacionales locales, como las características de la burocracia, las que
pudieran explicar ese comportamiento.
En el Cuadro 3
se registran los nueve estados que no tienen una ltaip, por lo que su Reporte mínimo esperado es malo. Se
encuentra que cuatro de esos estados, al no contar con una ltaip, obtienen una Calificación transparencia también mala. En
esos casos, la aplicación del gobierno electrónico también está repitiendo el
cambio en las características del contexto local: ante la ausencia de un cambio
en el marco institucional, el nivel de transparencia es malo (véase cuadro 3).
Cuadro 3
Comparación
entre Reporte mínimo esperado por la ltaip y Calificación Internet para los estados que no
cuentan con una ltaip
(*)
|
LTAIP |
Reporte |
Calificación estados |
Comparación |
|
|
minimo
esperado |
sin promedio |
|
|
Baja California |
M |
B |
Da un extra respecto a lo esperado |
|
Baja California Sur |
M |
R |
Da un extra respecto a lo esperado |
|
Campeche |
M |
M |
No está obligado a reportar y su reporte es malo |
|
Chiapas |
M |
S |
Da un extra respecto a lo esperado |
|
Chihuahua |
M |
M |
No está obligado a reportar y su reporte es malo |
|
Guerrero |
M |
M |
No está obligado a reportar y su reporte es malo |
|
Hidalgo |
M |
R |
No está obligado a reportar y su reporte es malo |
|
Oaxaca |
M |
S |
Da un extra respecto a lo esperado |
|
Tabasco |
M |
S |
Da un extra respecto a lo esperado |
(*) La letra “E” se refiere a Excelente, “B” a Bueno, “S”
a Satisfactorio, R” a Regular, y “M” a Malo.
Fuente: Elaboración propia.
Sorprendentemente,
cinco de esas nueve entidades federativas tienen una Calificación transparencia
mayor al Reporte mínimo esperado. Una posible explicación es que la burocracia
local esté orientada hacia la transparencia y, aunque el cambio institucional
de la ltaip
no se haya dado, se ha reforzado el efecto con la introducción del gobierno
electrónico.[11]
Conclusiones
La tecnología
avanza día con día y ofrece mayores ventajas para la sociedad; y, en ese marco,
el uso de la Internet ha revolucionado la forma de prestar servicios públicos.
Así, los países transitan hacia la tecnificación de sus administraciones y
hacen un uso cada vez mayor de las tic.
El aprovechamiento de la tecnología para la comunicación y el manejo de la
información es lo que ha permitido crear sistemas como el del gobierno
electrónico.
Los estados de
la República tienen una ardua labor por delante. Un problema claro es que no
todos están evolucionando al mismo ritmo ni en la introducción de sistemas
locales de gobierno electrónico ni en la aprobación de sus respectivas ltaip. Lo que
sí es un hecho es que las ltaip
estatales crearon un nuevo marco institucional dentro del esquema de gobierno
del país. El reto está en lograr amplificar dichas fuerzas con la adopción del
gobierno electrónico. Específicamente, los portales deben servir como sitios de
ampliación de la transparencia para una mejora de la rendición de cuentas que
garantice gobiernos efectivos y comprometidos con el buen desempeño.
De acuerdo con
la literatura de los efectos de la presión global de las tic sobre el cambio burocrático, se
encuentra que en 22 entidades federativas el gobierno electrónico amplia la
naturaleza y características del contexto local de las organizaciones. Es
decir, el efecto que se logra sobre la transparencia depende de las
características del contexto local que rodea a las organizaciones. Ante el
cambio institucional en el contexto local que representa la presencia o
ausencia de la ltaip,
el sistema de gobierno electrónico reproduce ese elemento sobre el nivel de
transparencia observado en las cifras de las finanzas públicas estatales.
Entonces, la tecnología fue adoptada y luego adaptada para satisfacer las
necesidades tanto institucionales como organizacionales de los estados.
Sin embargo, en
cinco estados, aun ante la presencia de la ltaip, no se observa el nivel de
transparencia esperado. Es decir, hay algo en el contexto local que está
cancelando el efecto directo de la presión que ejerce el gobierno electrónico,
de forma que, a partir del análisis del reporte de las finanzas públicas
estatales vía electrónica, se observan deficiencias en algunos estados en materia
de desglose y actualización de sus cifras. Por otra parte, cinco estados
presentan sus reportes de finanzas públicas de manera desglosada y actualizada
incluso sin contar con una ltaip.
Para poder comprender a fondo que está pasando en ese 30% de los casos sería
conveniente describir con más detalle el contexto local que rodea a las
agencias encargadas de producir y publicar la información de las finanzas
públicas en la Internet. Un posible camino es captar con más detalle las
características de la burocracia a la que se le está pidiendo que adopte el
sistema de gobierno electrónico.
Los logros
alcanzados a la fecha con la introducción del gobierno electrónico no deben ser
considerados como un logro final, sino como los primeros pasos hacia un país
más transparente que permita una mejora en la rendición de cuentas, para así
contribuir a la construcción de un mejor gobierno. La pronta solución a las
deficiencias aquí presentadas, depende del compromiso que adquieran los
gobiernos estatales en materia de transparencia y rendición de cuentas.
Mientras no se amplifiquen los esquemas exitosos, los resultados estatales en
materia de transparencia y rendición de cuentas no mejorarán.
Bibliografía
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An International Journal of Policy, Administration, and Institutions,
17 (2): 275-297.
Recibido: 4 de octubre de 2005.
Reenviado: 8 de febrero de 2006.
Reenviado: 30 de mayo de 2006.
Aceptado: 12 de junio de 2006.
Laura
Sour-Vargas es doctora en políticas públicas por
la Escuela Irving. B. Harris School de Políticas
Públicas de la Universidad de Chicago, asimismo realizó sus estudios de
Licenciatura y Maestría en Economía en el Instituto Tecnológico Autónomo de
México (itam).
Actualmente es investigadora nivel I en el Sistema Nacional de Investigadores (sni) y es la
Coordinadora Ejecutiva del Programa de Presupuesto y Gasto Público del Centro
de Investigación y Docencia Económicas (cide). Sus líneas de
investigación actuales son el presupuesto y gasto público, finanzas públicas,
descentralización, cumplimiento del pago de impuestos y economía experimental.
Entre sus publicaciones destacan: “Cumplimiento fiscal y bienes públicos ¿Son
realmente compatibles?”, El Trimestre Económico, vol. 73, núm. 292, pp.
863-880, octubre-diciembre, 2006; “El Sistema de Transferencias Federales en
México:¿Premio o castigo para el esfuerzo fiscal de los Gobiernos Locales
urbanos?” Gestión y Política Pública, vol. xiii, núm. 3.
[1] Los gobiernos estatales enfrentan
diversos retos en su camino hacia la instrumentación exitosa del gobierno
electrónico. Por ejemplo, uno de ellos consiste en garantizar el acceso a los
servicios electrónicos a la mayoría de la población. Esta problemática se
conoce en la literatura como brecha digital, misma que no se aborda por rebasar
el objetivo del presente trabajo.
[2] Cabe mencionar que la definición de Schedler enfatiza más el aspecto de las interacciones entre
los actores que el aspecto de los procesos para la toma de decisiones de
política pública.
[3] El Sistema Nacional e-México, como
proyecto presidencial, es el proyecto de Sociedad de la Información para México
que opera desde la Secretaría de Comunicaciones
y Transportes (sct),
http://www.e-mexico.gob.mx.
[4] La Dirección General de Gobierno
Electrónico, dirigida por Abraham Sotelo, instrumenta
iniciativas vinculadas con la Oficina de la Presidencia para la Innovación
Gubernamental (a cargo de Ramón Muñoz), la cual ha tenido un papel protagónico
en la modernización de Estado en general y del gobierno electrónico en
particular.
[5]
Disponible en http://www.gob.mx.
[6]
Disponible en
http://www.e-local.gob.mx.
[7] El Instituto Federal de Acceso a la
Información Pública (ifai)
ha realizado evaluaciones a los sitios de Internet de dependencias de la
Administración Pública Federal para determinar el grado de cumplimiento de cada
una de ellas con las obligaciones de transparencia establecidas en la Ley
Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental (lftaipg). En
dichas evaluaciones se considera un apartado de estudio denominado
“financiero”, en el cual se verifica que en los portales se presenten cifras
del gasto público, sueldos, subsidios y contrataciones. Así, “los resultados no
reflejan toda la información disponible en los sitios de Internet, sino la
proporción de las fracciones que incorporan efectivamente los conceptos que
marcan efectivamente la Ley y su Reglamento. Para mayor detalle, consultar el
comunicado del ifai,
México df,
19 de mayo de 2004,
http://www.ifai.org.mx/textos/gaceta/comunicado22-190504.pdf. Este análisis
difiere de los objetivos del presente trabajo porque verifica la existencia de
los datos antes mencionados en los portales de las dependencias de la
Administración Pública Federal y no de los gobiernos estatales.
[8] En el Anexo 1 se encuentra un
compendio de las páginas electrónicas estatales que fueron consultadas. Los
datos en los que se basan los resultados aquí presentados fueron verificados al
5 de abril del 2005.
[9] En los anexos 2, 3 y 4 aparecen los
rubros que se consideraron para calificar el grado de desglose de la cifras de
ingreso, gasto y deuda, respectivamente.
[10] En el Anexo 5 se presentan las
calificaciones que cada estado obtuvo en el desglose y la actualización de sus
cifras.
[11] Cabe destacar que el análisis no califica la veracidad de las cifras, sino que se centra en comparar la evolución en términos de transparencia con base en el establecimiento de sistemas de gobierno electrónico. Futuros análisis en materia de reporte de finanzas públicas permitirán conocer la evolución de los gobiernos estatales en el fortalecimiento del federalismo fiscal y, a su vez, verificar si las tic han sido aprovechadas para contribuir a la veracidad de las finanzas públicas estatales.