Políticas municipales de fomento de
exportaciones locales en Argentina: implicancias de su condición de territorios
periféricos
Germán Dabat*
Abstract
The promotion of exports of local producers by the Argentinean local
municipal governments in the past decade has been influenced by two diverging
theories of the local productive development: one aims to achieve development
through the dynamics provided by the market, whereas the other one aspires to
the construction of social development. In order for the process to gather
momentum, it is necessary to establish a positive feedback loop between
exporting and the local productive development, which requires a strengthening
of the market mechanisms to counteract the intense weaknesses shown in
Argentina, and at the same to reinforce the incipient strengths. To solve this
problem, we elucidate about different ways in which the available assets are
valued for the development in the centre and in the periphery, emphasising on the different resources available in each
place. We classify these assets into those that have the capacity to
self-reproduce, to self-value or value the rest of the available assets and
those that have a static character.
Keywords: international trade, local development, policies.
Resumen
El
fomento de exportaciones de los productores locales por gobiernos municipales
argentinos en la década pasada se ha regido por dos influencias teóricas
divergentes sobre el desarrollo productivo local: una pretende el desarrollo
mediante el dinamismo que provee el mercado y la otra aspira a la construcción
social del desarrollo. Para que cobre im-pulso el
proceso esperado por los gestores de estas políticas, debe conformarse un
círculo virtuoso entre la exportación y el desarrollo productivo local, lo que
requiere reforzar los mecanismos del mercado que contrarreste las fuertes
debilidades mostradas en Argentina y afiance sus incipientes fortalezas. Para
solucionar este problema, aquí se
propone la reflexión en torno a las diversas maneras en que se valoran los
activos disponibles para el desarrollo en el centro y en la periferia, con
énfasis en la diferente dotación de activos disponibles en cada lugar,
clasificando entre aquellos que tienen capacidad de autorreproducción,
de autovaloración o de valoración del resto de los activos disponibles, y aquellos que tienen un carácter estático.
Palabras
clave:
comercio internacional, desarrollo local, política/s.
*Universidad
Nacional de Quilmes. Correo-e: gdabat@unq.edu.ar.
Introducción[1]
En
la década pasada, un número considerable de gobiernos municipales argentinos se
hizo cargo de la realización de actividades de fomento de exportaciones de los
productores locales. Esto constituye un fenómeno nuevo en la Argentina y muy
poco usual en otros países. Esas actividades anteriormente sólo eran realizadas
por instancias gubernamentales nacionales y provinciales. Como lo demuestra A.
Villar (2004), esa descentralización acompañó a un proceso más amplio de
derivación hacia los municipios de otras actividades productivas, en el marco
de un intento de fomentar procesos de desarrollo local endógeno[2] (dle). En este artículo se mostrará que
esas iniciativas comerciales pretenden realizar un aporte positivo a los
procesos de desarrollo local respectivos, aunque hasta el momento han mostrado
resultados muy modestos.[3]
El
desafío planteado aquí consiste en analizar la capacidad de la exportación de
bienes para promover procesos de evolución productiva territorial. Más
particularmente, se pretende analizar la potencialidad que existe en Argentina
para que las exportaciones catalicen el desarrollo del territorio y la función
que cumplen los gobiernos municipales para favorecer ese proceso. De acuerdo
con el enfoque asumido aquí, esto nos lleva al análisis de las diferencias existentes
entre las potencialidades de incidencia de la exportación de bienes sobre el dle en ciudades periféricas situadas en
países periféricos (cppp), por un
lado, y en ciudades periféricas situadas en países centrales (cppc), poniendo énfasis en problemas de
reproducción endógena, entre los que destacan los vinculados con el aprendizaje
productivo.
El
tema está tratado desde la perspectiva de las teorías del comercio
internacional que se apoyan en el análisis de características estructurales
territoriales, ya sean naturales o construidas socialmente, más que en la
habilidad empresarial para hacer negocios. En ese contexto, la estructura
económica local está definida por el tipo de sectores que operan en ella
(industrial, semi-industrial, agropecuaria, minera o
de no transables, por ejemplo), su dotación de factores, su tamaño, la
tradición exportadora de los productores locales, la composición de su
producción potencialmente exportable (commodities o diferenciados), etc., y, muy
especialmente en las últimas décadas, por factores que se autorreproducen
y autovaloran, como el conocimiento y la organización
de la producción, dentro lo cual un ejemplo significativo es el trabajo de Porter (1991).
Para
ello se toman los siguientes antecedentes teóricos:
· Finquielevich (2001) aporta la distinción entre
ciudades periféricas y ciudades centrales. En el marco del proceso de aumento
de las relaciones internacionales que caracteriza a la globalización se va
conformando una estructura reticular en la que se diferencian crecientemente
ambos tipo de ciudades. Las ciudades centrales son las que se vinculan
activamente con el resto del mundo, y las periféricas son las que tienden a
quedar cada vez más aisladas.
· Una significativa cantidad de
investigaciones empíricas de las dos últimas décadas destaca la trascendencia
de la relación existente entre la exportación de bienes y el aprendizaje de las
firmas exportadoras. Los resultados de muchos de esos análisis están reflejados
por una serie creciente de autores que discuten la investigación pionera de Johanson y Wiedersheim-Paul
(1975) y Johanson y Valhne
(1977), entre los que se encuentran Lee y Brasch
(1978); Johanson y Vahlne
(1990), Brown y Cook (1990), Cavusgil, (1998) y Ellis (2000).
· Otros autores, como Krugman
(1992), tratan extensamente la relación entre comercio internacional y
geografía económica, como un mecanismo de retroalimentación en el que la
estructura territorial posibilita y potencia el comercio y éste fortalece la
competitividad internacional del territorio.
· Kosacoff y López (1998) destacan la reemergencia
de pequeñas y medianas empresas (pymes) como protagonistas de la
reestructuración económica en países desarrollados, cuando están arraigadas a
territorios competitivos internacionalmente.
· Saba (1997) analiza la estrecha relación
entre exportación de bienes diferenciados a mercados de alto poder adquisitivo
de la Unión Europea y desarrollo de los distritos industriales.
· Bianchi (1997) sostiene que el éxito de
las empresas en Europa se basa en aglomeraciones de firmas con diversas
especialidades que trabajan en forma complementaria y que se convierten en el
sujeto que protagoniza la competencia.
· Becattini y Rullani
(1996), a partir de sus estudios empíricos en el norte de Italia, sostienen que
el territorio, además de ser un espacio de realización de actividades
económicas, es un recurso específico y un actor principal del desarrollo
económico.
· Vázquez Barquero (1999) aporta la teoría
del dle, en la que se observa la importancia de
la acción social para construir el desarrollo y la inserción internacional. En
ese sentido, sostiene que las estrategias de construcción del entorno
competitivo deben “incluir tanto al comercio internacional como a la inversión
extranjera, ya que ambos pueden influir en el logro de mayores niveles de
productividad y competitividad”. Puede verse en ella cierta influencia
favorable de la exportación de bienes diferenciados en el desarrollo de
ciudades periféricas situadas en países centrales o en el desarrollo de algunos
sectores o clusters
productivos pertenecientes a ciudades centrales situadas en aquellos países.
Esa teoría fue enunciada después de observarse tendencias en el proceso de
desarrollo de ciertas ciudades periféricas situadas en países centrales. En
general se observaron procesos del norte de España y del norte de Italia. Es
decir, en las regiones más ricas de cada uno de esos dos países.
· Dabat (2003), Dabat
y Le Clech (2004), Leal (2004) y Segreto
(2004) señalan la desarticulación existente entre las políticas municipales de
comercio exterior (pmce) y las estrategias de desarrollo local
en Argentina.
Teniendo
en cuenta estos antecedentes teóricos, en este artículo se plantea que la
relación exportación de bienes diferenciados-desarrollo local en las cppp tiene
ciertas especificidades no consideradas en la teoría del dle elaborada en Europa. Se fija
la atención en este punto para discutir el rol que las pmce[4]
pueden cumplir como catalizadores de procesos de evolución productiva
territorial. Por eso, el objetivo de este trabajo es señalar las dificultades
existentes para que las exportaciones fomentadas cumplan dicho rol cuando se
apoyan sólo en los mecanismos de mercado –sin respaldo de políticas focalizadas
que faciliten el proceso–, y la función que potencialmente puede cumplir la
exportación de bienes para incidir sobre estilos, ritmos y resultados en los
procesos de desarrollo productivo local en Argentina, considerando que su
dotación relativa de activos (o recursos) dinámicos[5]
disponibles para el desarrollo es menor que la disponible en las localidades en
europeas en las que se inspiró aquella teoría.
Para
cumplir con ese objetivo se dividió el artículo en cuatro partes. En la primera
se señalan las enseñanzas que dejan las experiencias exitosas de desarrollo
local o microrregional de los países centrales para
los países periféricos, lo que luego se tomará como antecedente para señalar la
potencialidad de las pmce
como factor de la aceleración de procesos de desarrollo productivo local. En la
segunda parte se definen las pmce
aplicadas en Argentina desde la década pasada y se describen los objetivos
potenciales y reales de esas políticas, subrayándose especialmente sus vínculos
con la promoción de procesos de creación y absorción social de conocimiento
productivo, característica principal de las experiencias de dle observadas en Europa. En la
tercera parte se exponen las expectativas sobre que las pmce podrían incidir
favorablemente sobre el valor estratégico[6] de
los activos locales disponibles para el desarrollo si se adecuaran a las
condiciones precarias reinantes en la Argentina, creando un círculo virtuoso
entre la exportación y el desarrollo productivo local. Por último, en la cuarta parte, teniéndose en cuenta
las experiencias internacionales exitosas (1) y las expectativas cifradas en
las pmce
(3), se realiza un breve ensayo en el que se sintetiza la lógica del proceso de
valoración estratégica de los activos disponibles para el desarrollo. La
propuesta realizada en ese último apartado gira en torno a la valoración estratégica
de activos sociales y privados disponibles para el desarrollo, cuando la
estrategia municipal requiere el uso intensivo de conocimiento productivo, de
organización de la producción, de marcas locales y demás activos con capacidad
potencial de autorreproducción. A esos efectos, el
cuarto punto ofrece una reflexión sobre las formas diferentes en las que se
valoran los activos disponibles para el desarrollo en el centro y en la
periferia, como consecuencia de su diferente dotación de activos disponibles.
1.
Enseñanzas de las experiencias exitosas internacionales desde la perspectiva
del desarrollo local endógeno
Las
últimas décadas se caracterizaron por el aumento de la importancia de los
procesos de descentralización de actividades y la competencia nacional e
internacional entre territorios subnacionales. Ese
nuevo fenómeno explica el surgimiento de la teoría del dle, que parte de la observación
de cambios estructurales producidos en diversos países desarrollados. Esa
teoría asocia los cambios tecnológicos y organizacionales con la construcción
endógena del desarrollo económico local, lo que se refleja en numerosos
trabajos como los de Vázquez Barquero (1993, 1999 y 2005), Alburquerque (1995 y
2004) y Silva Lira (2003).
Ese
avance tecnológico trajo consigo una serie de modificaciones en la organización
del trabajo intra e inter firmas. Uno de los cambios
más importantes que se verificaron en ese proceso es el de los ámbitos en los
que se explotan las economías de escala y en los que reside la flexibilidad. En
el esquema fordista preexistente había grandes
economías de escala en la producción de bienes. En cambio, en la nueva
estructura flexible se redujeron esas economías en la producción de bienes
debido a la disminución del tamaño de la planta tipo en muchos sectores
industriales, pero aumentaron dichas economías en la producción de tecnología[7] y
en las estructuras productivas intensivas en tecnologías de la información y la
comunicación.[8] Como lo describen Kosacoff y López (1998), ese fenómeno es especialmente
importante en los países desarrollados, donde el tamaño medio de las plantas
industriales está reduciéndose en procura de mayor flexibilidad. Es decir, se
prefiere la rápida adaptación a situaciones cambiantes cuantitativa o
cualitativamente, en lugar de la fabricación en serie de productos
estandarizados. La nueva demanda de bienes de capital llevó a los fabricantes
de éstos a reducir el tamaño de sus productos y, por lo tanto, a hacerla más
adecuada a las necesidades de las pymes en el nuevo contexto, devolviéndoles
funcionalidad y convirtiéndolas un soporte fundamental para el dinamismo del
sistema. La reducción de la escala de producción óptima en la producción de
bienes implica una descentralización de actividades, incluso hacia países periféricos.
A su vez, el aumento de la escala en la producción de tecnologías, diseño y
gestión de la marca requiere de un vasto mercado para el cual producir.
Por
su parte, el efecto de la difusión internacional de las nuevas tecnologías de
la información y la comunicación, sumado al encarecimiento de los costos del
comercio internacional evidenciado desde comienzos de la década de 1980
(Alburquerque, 1995), alteró los costos relativos de la producción
descentralizada respecto a la de gran escala para exportación, en favor de la
primera. Se creó así un escenario propicio para trasladar menos bienes y más
información (Castells, 2001). Por lo tanto, se
crearon condiciones para abaratar la producción, acelerar la rotación del
capital, discriminar precios de acuerdo con las características de la demanda y
diferenciar los bienes producidos. Así se potenciaron las nuevas
características técnicas de los bienes de capital con la infraestructura de
comunicación, lo que favorece el aumento de la productividad del trabajo. En
ese nuevo contexto tecnológico, el comercio internacional, como herramienta de
desarrollo de ciudades periféricas, puede pasar a ser más importante por el
aprendizaje productivo que pueden realizar las firmas y clusters exportadores que por la explotación de
economías de escala.
No
obstante, la copia de modelos exitosos no es simple, como lo demuestra la
dificultad para difundir territorialmente la eficiencia productiva que se
observa en los países en los que se llevan a cabo esas experiencias. Probablemente
uno de los ejemplos más citados sobre cómo obtener éxito en el nuevo contexto
sea el de los distritos italianos. En Italia está ocurriendo un fenómeno de
polarización entre atraso y desarrollo. Mientras en los distritos industriales
cercanos a Venecia, Florencia y Bolonia, e incluso en parte del centro del
país, hay pleno empleo y aumenta la productividad del trabajo y los niveles de
vida, en otras regiones aumenta la desocupación y están estancadas
tecnológicamente (Saba, 1997: 23).[9]
Según
Saba (1997), los elementos clave de la competitividad
del norte de Italia son:
· La productividad del trabajo en el
sistema industrial. En ese tipo de economías, las innovaciones tecnológicas
surgen de la unión de muchas empresas extremadamente especializadas. La articulación
de sus esfuerzos de especialización para el crecimiento continuo de la
productividad les permite hacer frente al mercado internacional. Dicha
competitividad internacional se alcanzó por la extrema especialización de la
maquinaria y herramienta, lo que requiere de un nivel cultural e industrial muy
alto. La evolución continua se apoya en el alto conocimiento de trabajadores
calificados en mecánica e informática, por lo que dominan la maquinaria con la
que trabajan. El resultado de esa experiencia es que Italia se convirtió en el
tercer país, después de Alemania y Japón, en la producción y exportación de
maquinaria y herramienta. Esa posición, y el desplazamiento de Estados Unidos,
fue lograda gracias a la especialización en maquinaria de pequeñas dimensiones.
El alto crecimiento del Norte italiano se debe a la división internacional del
trabajo: Italia le compra la maquinaria grande a Alemania, y Alemania es la
principal compradora de maquinaria pequeña italiana, incluso por sobre el
mercado interno italiano. Por lo tanto, el fenómeno italiano se apoya en su
articulación con el resto de Europa.
· La integración interna, por lo que se
construyó una economía flexible basada en la especialización de las firmas. La
maquinaria y herramienta de pequeña escala que se utiliza en cada distrito se
produce en el propio distrito. Gracias a la cercanía territorial, cuando hay un
nuevo proceso de producción o un nuevo producto en fase experimental la pequeña
empresa productora de bienes finales puede mantener un diálogo continuo entre
los productores de maquinaria y herramienta. Ese diálogo posibilitó un doble
progreso: de los productores de maquinaria y herramienta en el
perfeccionamiento continuo de sus productos, y en los productores de bienes
finales en la eficiencia con la que los utilizaban.
· La flexibilidad. Dado que el modelo
italiano se apoya en su articulación con el resto de Europa, la inestabilidad
permanente que caracteriza al mercado internacional exige una alta flexibilidad
de la estructura industrial para amortiguar los impactos. La flexibilidad
permitió la adaptación en forma eficiente y rápida frente a shocks en las finanzas internacionales, al cambio
tecnológico y a la variación de los precios internacionales.
· La calidad. En vez de basar su especialización
en una estrategia de abaratamiento de costos por producción en serie, los
distritos industriales italianos procuran la evolución cualitativa de sus
productos. Se especializaron en producir y vender productos diferenciados para
mercados de alto poder adquisitivo, compitiendo en el mercado internacional más
por calidad que por precio. Esa decisión estuvo inspirada en la observación de
que en el mercado internacional la cantidad física comercializada se reduce
continuamente, pero la cantidad en valor aumenta continuamente.
Entonces,
surge la pregunta: ¿si en el sur de Italia el poderoso gobierno nacional y la
Unión Europea llevan tres décadas de fracasos en sus intentos por acortar la
brecha de productividad entre el Sur y el Norte italiano, por qué suponer que
es posible el desarrollo de las cppp siguiendo la receta de los distritos
industriales italianos? Parece evidente que ninguno de los recursos utilizados
en el Norte italiano da garantías de éxito.
No
obstante, los cambios tecnológicos y organizacionales operados en el centro
inciden favorablemente en la industrialización de la periferia por dos razones
que actúan en forma paralela y son complementarias. La primera razón consiste
en la creación de la necesidad
de modernización. Esto es, la presión que ejercen el aumento de la
productividad del trabajo, la reducción de precios de los bienes
industrializados en el mercado mundial, y el riesgo de desplazamiento de los
mercados internacionales por países periféricos que adquieren tecnologías de
producción más avanzadas, entre otros. La segunda razón es la posibilidad de
aprender que ofrece el nuevo panorama, ya sea gracias a la importación y
exportación de bienes industriales, de la inversión extranjera directa, de la
cooperación internacional, de franquicias u otras formas de asociación con
empresas extranjeras de tecnología avanzada, de las actividades de
investigación y desarrollo que estudian productos o procesos situados en la
frontera del conocimiento mundial, etcétera.
El
hecho de que esas dos razones favorezcan las condiciones de industrializar
territorios periféricos, no implica que faciliten la realización de procesos de
desarrollo autónomo. Por el contrario, esas condiciones suelen generar procesos
de modernización inducida y dependiente. Para que esa evolución en las
prácticas productivas redunde en desarrollo local endógeno, debe cumplirse como
condición necesaria el ejercicio del protagonismo en la modernización por parte
de los actores locales. En otras palabras, las nuevas condiciones tecnológicas
internacionales obligan a los actores locales a redoblar esfuerzos siguiendo el
ritmo de cambios impuesto por un mundo liderado por ciudades que se desarrollan
mediante una combinación de valoración de activos sociales locales y acción
social para el desarrollo endógeno.
2.
Objetivos desarrollistas de las pmce
En
ese contexto internacional, algunos gobiernos municipales argentinos buscaron
los medios para apoyar la inserción de empresas locales en el mercado
internacional. Para ello realizan actividades relativamente simples, aunque en
varios municipios éstas tienen una complejidad creciente a lo largo de su corta
vida. En los casos relevados, esas actividades no son realizadas en el marco de
una política cuyos objetivos son expuestos explícitamente. Las entrevistas
brindadas por los funcionarios municipales de comercio exterior –mencionadas en
la nota 3– demuestran que las pmce están implícitas en las actividades realizadas,
aunque el sentido político de las mismas puede ser interpretado por medio de la
concepción política desde la que se generan expectativas de que las
exportaciones promovidas incidan sobre los procesos de desarrollo productivo
local.
Es
decir, esas políticas se fueron configurando, de hecho, en forma tácita, a
medida que el gobierno nacional y los gobiernos provinciales descentralizaron
actividades tendentes a facilitar o promover las exportaciones de los
productores locales y que los propios gobiernos municipales fueron respondiendo
a demandas puntuales de esos productores con el fin de compensar los problemas
de competitividad creados por la sobrevaluación cambiaria de la década pasada (Dabat, 2005). Por lo tanto, tampoco fueron enunciados en
forma sistemática sus objetivos. No obstante, la aspiración de realizar un
aporte al desarrollo productivo local mediante las actividades proexportadoras del gobierno municipal fue enfatizada por
todos los funcionarios municipales entrevistados. Esa aspiración y los
mecanismos previstos para lograrla tienen implícitas ciertas concepciones sobre
el significado del desarrollo y la forma como se lo construye.[10]
Por
otra parte, la experiencia internacional muestra que si bien el comercio
internacional no puede sustituir a la construcción social del desarrollo, puede
ser una herramienta útil para fortalecerlo (Saba,
1997; Dabat, 2005). Entonces, cabe la pregunta: ¿es
posible la utilización de las pmce para fortalecer experiencias de dle en
Argentina? Si bien la respuesta no es simple ni lineal, surge preocupación al
verificar, por medio de la investigación empírica (Dabat,
2003; Dabat y Le Clech,
2004; Leal, 2004; Segreto 2004), que existe cierta
tendencia en este país a la realización de actividades municipales orientadas
al comercio internacional en las que los objetivos de creación y absorción social
de conocimiento están ausentes. El tinte distintivo de la concepción política
que guía las actividades de fomento de las exportaciones en Argentina consiste
en que, en general, esas actividades procuran el desarrollo productivo local
mediante la derrama generada por las operaciones de comercio exterior, lo que
se ve agravado por su discontinuidad en el tiempo.
Como
dijimos anteriormente, lo que le da carácter de política al conjunto de
actividades realizadas es la concepción económica que las orienta. Es decir, la
forma como se concibe el proceso de desarrollo al que se aspira. Desde ese
punto de vista, en el nivel taxonómico más general se puede discriminar entre
las que están guiadas por objetivos comercialistas o
bien desarrollistas.[11]
Los primeros tienen por finalidad directa el logro de exportaciones de bienes
producidos localmente, mientras que los desarrollistas usan las ventas al
exterior como instrumento para el desarrollo económico local. O sea, estos
últimos consideran que una operación de exportación de bienes producidos
localmente no es por sí misma un instrumento de desarrollo; para que lo sea
hace falta la realización de ciertas actividades complementarias (Dabat, 2004a).
Las
políticas comercialistas procuran facilitar las
ventas de las empresas locales en el exterior, ya sea que fomenten el comercio
aun cuando se realice por única vez, o que sólo fomenten las operaciones que se
van a repetir en el tiempo, generando vínculos estables con el exterior. Esas
políticas pretenden hacer una contribución al desarrollo productivo local en
las experiencias de cppp,
en caso de que las operaciones facilitadas se repitan reiteradamente, mediante
los beneficios sociales y privados del comercio y su función anticíclica en épocas de crisis.[12]
Esa expectativa se apoya en la idea de que la ocupación permanente de un
mercado externo es necesaria para explotar sus potencialidades anticíclicas porque la apertura de mercados externos suele
ser muy lenta en relación con las urgencias que generan las crisis económicas.
En esa lógica, esos espacios comerciales deberían mantenerse ocupados aun en
épocas de auge para que estén disponibles en los momentos difíciles. No
obstante, el requisito de continuidad en el largo plazo es especialmente
difícil de cumplir en las cppp
debido a su inestabilidad macro y microeconómica (Dabat,
2004a).
Entonces,
por un lado existe una tendencia a la inestabilidad de las condiciones de
producción en Argentina y, por otro, según lo demuestran los autores vinculados
con la teoría del dle,
el desarrollo es un proceso de largo plazo en el que el afianzamiento de las
relaciones de confianza entre los productores, el gobierno y otras
instituciones crea un ambiente adecuado para la multiplicación de sinergias.
Por lo tanto, cabe la pregunta: ¿ese enfoque endogenista
es aplicable a cppp?
Uno de los problemas más importantes de la aplicación de esa teoría a las
localidades que nos ocupan es que en los países periféricos generalmente no hay
estabilidad macroeconómica. Entonces los planes de largo plazo de aprendizaje
productivo y acumulación tecnológica generalmente no tienen un contexto
favorable, por lo que el papel anticíclico de las
exportaciones podría ser más importante que en los países centrales.
Es
decir, la aspiración desarrollista apunta que las exportaciones de una
localidad argentina podrían cumplir una función anticíclica
para dar estabilidad al cluster productivo en el que se apoya el proceso de
construcción del desarrollo productivo local. Si su inserción en el mercado
externo coadyuvara a que las empresas articuladas para generar sinergias tengan
continuidad en su proceso de aprendizaje y de consolidación de las relaciones
de confianza intra red, reduciría los efectos
destructivos de las profundas crisis características de la los países periféricos
(Dabat, 2004a).
3.
Influencia esperada de las pmce
sobre el valor de los activos locales
Según
la tesis sostenida aquí, las exportaciones de bienes diferenciados realizadas
en el marco de procesos de desarrollo de cppp podrían coadyuvar a aumentar
la capacidad de esos procesos para mejorar las condiciones en las que las
empresas locales construyen su competitividad internacional y construir en el
mediano y largo plazos una competitividad sistémica local que garantice
estabilidad al proceso de desarrollo. Es decir, tienen capacidad potencial para
ello. Podrían colaborar, entonces, con la formación de un círculo virtuoso para
el desarrollo local en el que éste aumentara las exportaciones locales, lo que
a su vez mejora las condiciones para un desarrollo local mayor, procurando el
carácter reproductivo de su sistema articulado. Ese proceso podría recibir un
aporte favorable de las pmce
a la creación y difusión social de tecnologías específicas para el aparato
productivo local.
Ese
círculo virtuoso lleva implícita la idea de valoración estratégica –véase nota
6– de ciertos activos disponibles para el desarrollo. Tal como se explicó al
analizarse las experiencias exitosas de desarrollo local en países centrales,
ese éxito estuvo basado en una conjunción de valoración de activos sociales y
privados disponibles para el desarrollo y el uso de esos activos con fines de
desarrollo. La combinación de valoración de activos con el uso de los propios
activos valorados es condición necesaria en cualquier estrategia de desarrollo
productivo endógeno realizada en una cppp.
Por
lo tanto, y tal como fue planteado en el punto anterior (2), la creación del
círculo virtuoso comercio internacional-desarrollo local endógeno no es, ni
puede ser, automática. Necesariamente es un proceso de largo plazo. Entonces,
teniendo en cuenta la inestabilidad del mercado en Argentina, para que el
comercio genere condiciones favorables para el desarrollo local debe ser
orientado por políticas explícitas sostenidas en el largo plazo. Éstas se
deberían encargar de facilitar la difusión de los beneficios de la
internacionalización de empresas locales en la estructura económica del lugar.
Así, las exportaciones de bienes producidos localmente podrían operar sobre la
acumulación y valoración estratégica de activos sociales y privados radicados
allí.
Esos
activos pueden agruparse entre estáticos o de baja capacidad de reproducción
endógena y dinámicos o de alta capacidad de reproducción endógena. Ambos tipos
de activos podrían ser sometidos a procesos de valoración vinculados con el
comercio internacional, entre otros factores. Además de la valoración que
circunstancialmente ocasiona en los activos el comercio internacional, éste
crea condiciones favorables para el aprendizaje productivo y comercial de las
empresas exportadoras y de sus proveedores, lo que podría repercutir
favorablemente sobre las condiciones de reproducción endógena de los activos
dinámicos. Esta idea podría sintetizarse en que en Argentina la exportación de
producción local tiene capacidad potencial como mecanismo de valoración de
activos estáticos, por medio de la ampliación del mercado, con la consecuente
explotación de economías de escala, y de activos dinámicos, por medio del
establecimiento de condiciones para el aprendizaje y el desarrollo de capacidad
innovadora.
4.
El proceso de valoración estratégica de los activos disponibles para el
desarrollo
Para
explicar las diferencias que existen en el significado del comercio exterior en
los procesos de desarrollo local en los distintos tipos de ciudades (cppp y cppc) fue
adoptado el supuesto de que en el entorno en el que se sitúan las cppp hay
proporcionalmente más activos estáticos y en el de las cppc se invierte la relación, lo
que permite ensayar algunas reflexiones sobre la insuficiencia que la teoría
del dle
tiene para ser aplicada a cppp.
De ese supuesto se desprende que si el proceso de desarrollo, y
consecuentemente de valoración, de los activos dinámicos marcha exitosamente,
la proporción de dotación de activos debería irse revirtiendo con el transcurso
del tiempo gracias al carácter autorreproductivo de
los activos dinámicos.
Los
activos estáticos tienen carácter exógeno; es decir, no se reproducen a sí
mismos. Éstos no necesariamente son utilizados para la producción eficiente y
para el desarrollo. Entre los componentes de esta categoría de activos se
encuentran: los recursos naturales, que incluyen factores como la fertilidad
del suelo, el clima, la riqueza minera, etc.; los recursos materiales
(capital), que abarcan capacidad industrial instalada, presencia de grandes
empresas, producción de commodities y bienes no transables, capacidad de inversión de
los empresarios de la región, etc., cuando sus articulaciones locales no
desatan potencialidades autorreproductivas; la
dotación de mano de obra calificada pero no involucrada con el agrupamiento
dinámico del desarrollo y la no calificada, el tamaño de estado municipal y el
del mercado interno en relación con la escala óptima de producción, y la
ubicación geográfica del municipio.
Esos
activos pueden ser valorados por la exportación de bienes intensivos en cada
uno de ellos pero difícilmente dinamizarán las relaciones económicas y
tecnológicas locales. No obstante, ciertos activos estáticos pueden cumplir una
función estratégica clave en aquellos lugares donde la economía local gira en
torno a ellos, especialmente en los pasos iniciales del proceso de desarrollo.
A medida que el aprendizaje y el contacto con un mundo más dinámico alteran la
conducta de las empresas arraigadas en el territorio, es esperable que aumente
la reproducción de los activos dinámicos y, por lo tanto, que tengan una
importancia estratégica relativamente menor los activos estáticos.[13]
Los
activos dinámicos, en cambio, tienen carácter endógeno porque se reproducen a
sí mismos. Entre los componentes de esa categoría de activos se encuentran la
inversión endógena, la marca ciudad, las habilidades de la mano de obra
calificada localmente disponible, el conocimiento productivo y organizacional
de la firma, y el conocimiento acumulado en el sistema productivo o
agrupamiento que contiene a las firmas exportadoras.
La
inversión endógena es aquella que se produce en la localidad como consecuencia
del ahorro generado en el propio lugar y se reinvierte en él. Es resultado del
aumento de la productividad y la eficiencia que genera el desarrollo productivo
local y, a su vez, es fuente de mayor desarrollo. En eso consiste su carácter
endógeno. Por lo tanto, incide sobre la capacidad exportadora local en forma
dinámica, a diferencia de lo que ocurre con la inversión cuya utilidad no es
reinvertida en el proceso productivo local. El comercio exterior de la
producción local, por su parte, mejora las posibilidades de reproducción
endógena del capital al cumplir una función anticíclica
que permite la estabilidad que requiere el agrupamiento dinámico del desarrollo
local.
La
marca ciudad es un activo intangible social, basado en la calidad de la
producción garantizada en forma comunitaria y valorado por la publicidad ante los
mercados potenciales de los productos locales. Esa marca generalmente se
orienta y desarrolla hacia un sector o segmento de sector productivo o a bienes
con características muy acotadas, donde la localidad que la desarrolla tiene
ventajas competitivas. Ese activo puede ser de fundamental importancia en el
tipo de localidades que nos ocupa porque, dado que las pymes que no tienen
larga historia en el comercio internacional todavía no tienen prestigio propio,
la marca ciudad da una referencia sobre la calidad y la seriedad del proyecto.
Las exportaciones sostenidas en el tiempo hacia los mismos mercados ayudan a
consolidar la marca ciudad, dado que demuestran la calidad de la producción
local. Por lo tanto, alimentan el mecanismo de revaloración endógeno de ese
activo.
Otro
activo de fundamental importancia es de los conocimientos productivos
individuales de trabajadores calificados localmente disponibles. Se trata de
conocimientos de los trabajadores de las empresas e instituciones de apoyo o
que están desocupados en la ciudad y son reproducibles endógenamente. En
principio, la mano de obra calificada no ocupada en el núcleo endógeno del
desarrollo es un activo potencial que se convertiría en activo efectivo al ser
contratada por una firma perteneciente al núcleo. La exportación de bienes
producidos localmente puede incidir en forma directa en el aprendizaje de los
trabajadores de la firma exportadora, y en forma indirecta sobre los
conocimientos de los trabajadores de las empresas proveedoras y demás instituciones
vinculadas con el agrupamiento.
El
conocimiento colectivo de la firma ayuda a elevar la productividad del trabajo
y a crear habilidades específicas de la firma que superan a la suma del
conocimiento individual de sus trabajadores, lo que mejora las condiciones para
la inversión en capacitación y para realizar esfuerzos por mejorar
constantemente la organización del trabajo colectivo. Así se genera el círculo
virtuoso que le da al conocimiento colectivo el carácter de activo dinámico
endógeno. El requisito de su capacidad de autorreproducción
pone la atención en la estrategia tecnológica de las firmas y de las redes
locales. La adquisición de paquetes tecnológicos abiertos, aun cuando sean más
caros que los cerrados, generalmente mejora las condiciones para la evolución
de las habilidades de la mano de obra calificada local. Suele implicar un
proceso menos rentable en el corto plazo que el basado en tecnologías cerradas
pero de eficiencia y eficacia crecientes, por lo que puede ser mucho más
aconsejable para proyectos de desarrollo de largo plazo. La relación de
causalidad exportación-valoración del activo tiene, entonces, aspectos
vinculados con la relación paquetes tecnológicos-exportación, por lo que el
carácter endógeno de ese activo depende de la dependencia formal o tácita que
las firmas exportadoras y las relacionadas con ellas tengan con sus proveedores
tecnológicos.
El
activo basado en el conocimiento colectivo del sistema local lleva a la
competitividad de las firmas que lo componen a depender de la lógica de red.
Por lo tanto, la homogeneidad de las tecnologías y prácticas utilizadas por las
distintas firmas pertenecientes a ese agrupamiento productivo pasa a cumplir un
papel preponderante para el desarrollo local. Dicha homogeneidad ayuda a articular
el aparato productivo local reduciendo el costo de transacción y
compatibilizando el sendero tecnológico de largo plazo de las firmas
pertenecientes al agrupamiento. Esa articulación es una exigencia de la
competencia internacional que requiere mucho más que la eficiencia dentro de la
empresa que exporta. Para poder competir internacionalmente en mercados
dinámicos de productos diferenciados hace falta un sistema competitivo. Pero,
en la medida en la que para acceder a mercados externos las firmas locales
deben adaptarse a pautas tecnológicas heterogéneas entre sí, disminuyen las
posibilidades de constituir un cluster exportador con dinámica propia de
reproducción y aprendizaje. Por lo tanto, las exportaciones de bienes locales
diferenciados pueden ser un motor para la articulación del aparato productivo
interno o un freno. Esto es, depende de la estrategia de desarrollo local
seguida por los actores intervinientes.
Por
último cabe aclarar que todo esto no pretende quitarle méritos a la mencionada
teoría, que es el avance teórico más importante para analizar problemas de
desarrollo local desde una perspectiva económica. Por el contrario, es un
intento de examinar problemas todavía no explorados desde esa concepción para
ayudar a su consolidación y capacidad explicativa.
Conclusiones
Durante
la década la pasada, un número considerable de gobiernos municipales argentinos
comenzó a realizar actividades de fomento de exportaciones locales. Esas
actividades se realizan en el marco de políticas implícitas orientadas a
fortalecer las capacidades endógenas del territorio para el desarrollo
productivo local. El sentido político de ese conjunto de actividades tiene dos
orígenes teóricos: la economía de mercado y el desarrollo local endógeno. Ambos
son insuficientes para incidir favorablemente sobre procesos locales de
desarrollo. El primero resulta ingenuo por las limitaciones que tiene el
mercado para seleccionar eficazmente las trayectorias evolutivas más idóneas
para el desarrollo, lo que se agrava por la inestabilidad macroeconómica
recurrente en Argentina. El segundo, si bien está más comprometido con la
acumulación de capacidades locales para el desarrollo, está inspirado en el
éxito que tuvieron diversas experiencias europeas, donde el contexto es muy diferente
al argentino.
La
experiencia internacional muestra que la exportación de bienes diferenciados
producidos en el territorio es una condición útil para el dle pero no suficiente, ni
siquiera necesaria. Por lo tanto, las pmce pueden servir para el
desarrollo de cppp, aunque no pueden garantizarlo. En
muchas experiencias exitosas de desarrollo local realizadas en Europa queda
demostrada la importancia de: a) las capacidades del
territorio para la competitividad internacional y de la inserción internacional
para fortalecer las capacidades del territorio; b) el sistema productivo local con la activa
participación de sus pymes debido al achicamiento del tamaño medio de las
plantas y a la necesidad de contar con capacidad de flexibilidad para la
adaptación a las circunstancias cambiantes del entorno; c) la necesidad de contar con ciertas habilidades en
las firmas para aprender en el mercado internacional de las técnicas más
avanzadas y la creación de condiciones favorables para crear esas habilidades
cuando su presencia en el mercado internacional es permanente en el largo
plazo; d) los activos sociales y privados
disponibles para el desarrollo que tienen mayor capacidad de autorreproducción y valoración del territorio, y e) la exportación de bienes diferenciados es un
instrumento fundamental para valorar los activos sociales disponibles para el
desarrollo construido a partir del uso social eficiente de esos activos.
No
obstante, la experiencia europea no es perfectamente replicable en Argentina.
La
imperfecta replicabilidad
de aquellas experiencias se debe a la condición de territorios periféricos de
los municipios argentinos. Tiene dos implicancias básicas sobre la capacidad
potencial de sus políticas de comercio exterior para fortalecer procesos de
desarrollo endógeno:
· La mayor proporción relativa de activos
estáticos en los territorios periféricos que en los centrales complejiza la
capacidad de autorreproducción y valoración
sistémica, por lo que la función que las exportaciones fomentadas por los
gobiernos municipales podría cumplir en el desarrollo local de las cppp es
diferente a la que cumplen las exportaciones locales en los países centrales.
· El mecanismo por el que el comercio
exterior puede incidir sobre los procesos de dle se basa en la valoración estratégica
de activos disponibles en los procesos de construcción social del desarrollo,
lo que no puede ocurrir en forma automática ya que el desarrollo es un proceso
de construcción social de largo plazo. Para que eso ocurra hace falta que el
Estado y demás actores del proceso promuevan la difusión social de los
beneficios del comercio, encuadrándolos en una estrategia de desarrollo.
Entonces,
uno de los aportes que puede hacer el Estado municipal para el desarrollo local
en Argentina es la aplicación de pmce pensadas desde adentro del territorio para
articular los activos disponibles y valorarlos en el mercado internacional,
compensando la inestabilidad estructural que desarticula permanentemente las
cadenas de valor endógenas y conspira contra el aprendizaje colectivo de todos
sus eslabones, y la escasa competitividad del aparato productivo local en
relación con la de los situados en los países centrales.
De
todo esto se desprende que la exportación de bienes diferenciados en los
procesos de desarrollo de ciertas cppp podría ser eficaz, a la vez que el desarrollo
productivo local mejora las condiciones para que las empresas locales eleven su
competitividad en términos internacionales. Por lo tanto, el desarrollo local
puede aumentar las exportaciones locales, lo que a su vez mejoraría las
condiciones para un desarrollo local mayor, generando un círculo virtuoso que
cree condiciones favorables para el desarrollo. Círculo que podría comenzar a
crearse por las políticas municipales de competitividad y comercio exterior. No
obstante, las políticas configuradas por medio de las actividades de fomento de
exportaciones realizadas hasta el momento, en general, no están orientadas a
propiciar condiciones de largo plazo favorables para la valoración de los
activos disponibles para el desarrollo sino a resolver problemas puntuales de
los empresarios locales.
Por
lo tanto, la evidencia empírica disponible sobre los procesos desarrollados
hasta ahora en Argentina no despierta mayor optimismo dado que se manifiesta un
enfoque erróneo sobre las características que deberían asumir los procesos de
desarrollo de las cppp.
De la correcta teorización sobre la potencialidad que ofrece el crecimiento del
valor estratégico para el desarrollo de cada tipo de activo respecto a la exportación
de los bienes producidos localmente depende la comprensión de las oportunidades
que encierran las pmce
para el desarrollo de cppp.
Anexo
Oficinas municipales de comercio exterior*
Ciudad |
Provincia |
Oficina de Comercio Exterior |
Dependencia a cargo de CE |
Avellaneda |
Buenos Aires |
Dirección de
Comercio Exterior |
|
Azul |
Buenos Aires |
Área de comercio exterior con una |
|
|
|
persona encargada
del tema |
|
Bahía Blanca |
Buenos Aires |
Área de Comercio Exterior de |
|
|
|
la Agencia de Desarrollo del |
|
|
|
Municipio |
|
Florencio Varela |
Buenos Aires |
Área de Comercio Exterior del |
|
|
|
Instituto de Desarrollo Económico |
|
|
|
Local con un licenciado en comercio internacional encargado del tema |
|
Lanús |
Buenos Aires |
Dirección de Comercio Exterior |
|
Lomas de Zamora |
Buenos Aires |
Área de comercio exterior del |
|
|
|
Instituto Municipal de la |
|
|
|
Producción, el Trabajo y |
|
|
|
el Comercio Exterior |
|
Mar del Plata |
Buenos Aires |
Departamento de
Comercio Exterior |
|
Morón |
Buenos Aires |
|
|
Olavarría |
Buenos Aires |
Departamento de
Comercio Exterior |
|
Pergamino |
Buenos Aires |
Dirección de
Comercio Exterior |
|
Quilmes |
Buenos Aires |
Dirección de Comercio Exterior |
|
Rojas |
Buenos Aires |
|
Está en proceso de diseño el Plan de |
|
|
|
Internacionalización
de pymes |
San Martín |
Buenos Aires |
Dirección de Gestión
Externa |
|
San Nicolás |
Buenos Aires |
|
Agencia de
Desarrollo Local |
Trenque Lauquen |
Buenos Aires |
Oficina de Comercio Internacional |
|
|
|
(tiene a su cargo la administración |
|
|
|
del Puerto Seco
Trenque Lauquen) |
|
Vicente López |
Buenos Aires |
Dirección General de Comercio |
|
|
|
Exterior. Desde 1989 |
|
Trelew |
Chubut |
Dirección de Comercio Exterior |
|
Córdoba |
Córdoba |
|
– Subsecretaría de Planificación
Estratégica y |
|
|
|
Desarrollo Económico |
|
|
|
–
Secretaría de Relaciones Institucionales y |
|
|
|
Cooperación
Internacional |
San Francisco |
Córdoba |
Dir. Gral. de Desarrollo Económico |
Dirección General de Desarrollo Económico y |
|
|
y Comercio Exterior |
Comercio Exterior |
Chajarí |
Entre Ríos |
No |
Secretaría de Planificación Estratégica yConsejo |
|
|
|
Asesor de la Producción (representación
sectorial |
|
|
|
de los productores) |
a Rioja |
La Rioja |
adex - Agencia de Desarrollo |
|
|
|
Económico y Comercio
Exterior |
|
Godoy Cruz |
Mendoza |
Dirección de Comercio Exterior |
Acaba
de firmar convenio para iniciarse en el tema |
Guaymallén |
Mendoza |
Dirección de Comercio
Exterior |
|
Luján de Cuyo |
Mendoza |
|
|
San Rafael |
Mendoza |
Dirección de Comercio Exterior |
|
Zapala |
Neuquén |
|
Dirección de Desarrollo Empresarial, donde
se |
|
|
|
encuentra la Agencia
de Comercio de Zapala |
Puerto Deseado |
Santa Cruz |
|
Dirección Gral. de
Planeamiento. Relevamientos |
Puerto Deseado |
Santa Cruz |
|
Dirección Gral. de
Planeamiento. Relevamientos |
Rafaela |
Santa Fe |
Área de Internacionalización de |
|
|
|
la Subsecretaría de Programación |
|
|
|
Económica |
|
Carcarañá |
Santa Fe |
|
Desde
2004 existe el área de comercio exterior, donde trabaja una sola persona |
Rosario |
Santa Fe |
Dirección de Comercio Exterior |
|
|
|
e Interior |
|
San Carlos Centro |
Santa Fe |
|
Posee asesoramiento externo para temas de |
|
|
|
comercio exterior. Convenio firmado con
Grupo |
|
|
|
Mutual Benhur de
Rafaela y Grupo Argentina |
|
|
|
Exportadora |
Sunchales |
Santa Fe |
|
Subsecretaría de
Desarrollo Económico |
San Vicente |
Santa Fe |
|
Desde 2001 (no aclara a qué tipo de oficina
|
|
|
|
se refiere) |
Venado Tuerto |
Santa Fe |
|
Oficina en convenio
con la Fundación Exportar |
Río Grande |
Tierra del Fuego |
Área de Comercio Exterior de |
|
|
|
la Dirección de Producción, donde |
|
|
|
se desempeña un solo empleado |
|
* La información brindada aquí se deriva de
una encuesta practicada a los municipios en octubre de 2004 y de constataciones
telefónicas realizadas con posterioridad.
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Recibido:
12 de abril de 2005.
Reenviado:
2 de febrero de 2006.
Aceptado:
9 de marzo de 2006.
Germán
Dabat
es licenciado en economía por la Universidad Nacional Autónoma de México, master en desarrollo económico en América
Latina por la Universidad Internacional de Andalucía, y está por culminar el
doctorado en estudios del desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas,
con el proyecto de tesis doctoral Políticas municipales de comercio exterior en la Argentina.
Perspectiva de la teoría del desarrollo. Fue becario de varias instituciones académicas de
México, Argentina y España. Actualmente es profesor de las asignaturas Modelos
de Desarrollo Económicos Comparados y Política Económica y Comercial Argentina
en la Licenciatura en Comercio Internacional de la Universidad Nacional de
Quilmes, y Desarrollo Económico en la Maestría en Políticas de Migración
Internacional de la Universidad de Buenos Aires. Fue consultor externo de la
Organización de Naciones Unidas (Buenos Aires). De sus publicaciones
sobresalen: Desde adentro.
Políticas municipales de competitividad y comercio exterior, Editorial Universidad Nacional de
Quilmes, 2003, de la que fue coordinador y autor de los artículos “Políticas
municipales de competitividad y comercio exterior” y “Tecnología para el
desarrollo de la competitividad local en el mercado internacional”; también se
encuentra: “Tecnologías en las políticas municipales de comercio exterior”, dhial,
publicación electrónica del Instituto Internacional de Gobernabilidad
(www.iigov.org/dhial), Barcelona, mayo de 2002;
“Políticas locales de comercio exterior en la Argentina: comercio y
desarrollo desde una perspectiva endogenista”, Revista Comercio Exterior, Banco Nacional de Comercio Exterior,
México, mayo de 2005; y con N. Le Clech, “La política
de comercio exterior del municipio de Florencio Varela”, Argirópolis, Universidad Nacional de Quilmes, marzo
de 2004. Ha participado como panelista, comentarista y ponente en 17 actos
académicos.
[1] El presente artículo fue elaborado en
el marco del proyecto Experiencias de desarrollo local
y comercio exterior,
de la Universidad Nacional de Quilmes, y refleja en forma sintética el trabajo
de tesis doctoral Las políticas municipales de
competitividad y comercio exterior en Argentina como instrumento del desarrollo
local endógeno, que
está en proceso de discusión del borrador final en la Universidad Autónoma de
Zacatecas.
[2] La teoría del desarrollo endógeno
parte de la idea de que el desarrollo económico es consecuencia de la
aplicación del conocimiento en los procesos productivos y la utilización de las
economías externas que se generan en los sistemas productivos y en las
ciudades. Pone énfasis en que en ese proceso hay rendimientos crecientes y, por
lo tanto, crecimiento económico, gracias a la utilización del potencial y el
excedente generado localmente y a la eventual atracción, de recursos externos
(Vázquez Barquero, 1999: 20).
[3] La investigación de campo realizada
en los dos proyectos mencionados anteriormente comprendió la aplicación de una
encuesta genérica a 119 empresarios del municipio de Florencio Varela, nueve de
los cuales fueron objeto de entrevistas en profundidad para verificar si a
partir de sus exportaciones tuvieron aprendizaje productivo y si consideraban
que habían realizado algún tipo de transmisión de ese conocimiento en el
entorno local, en cuyo caso se explican los mecanismos de transmisión social
del mismo. Por otra parte, se realizó una consulta por vía de correo
electrónico a todos los municipios del país para averiguar en cuáles de ellos
hay oficinas municipales de comercio exterior (véase anexo). Por último, se
realizaron entrevistas en profundidad con funcionarios y ex funcionarios de
ocho municipios de la Provincia de Buenos Aires que tienen distintas
características estructurales entre sí para cubrir los diferentes perfiles de
gobiernos municipales que realizan actividades de comercio exterior; con ellos
se indagó sobre los motivos políticos que los condujeron a realizarlas. Los
funcionarios entrevistados corresponden a los municipios de Lomas de Zamora,
Vicente López, Quilmes, Florencio Varela, Mar del Plata, Junín, y Olavarría y Rauch, lo que cumple el amplio espectro de estructuras
municipales que existen en la provincia de Buenos Aires.
[4] En otro trabajo (Dabat,
2005) se concluyó que la observación de esas diferencias es útil para entender
el sentido político de las actividades de fomento de exportaciones que realizan
algunos gobiernos municipales argentinos, a las que se calificó como pmce. Nótese
que las pmce
son implícitas; no están definidas como tales por los municipios que las llevan
a cabo. La caracterización como “políticas” para el conjunto de actividades de
fomento de exportaciones realizadas por los gobiernos municipales surge de la
interpretación de sentido a partir de la observación de ciertas regularidades y
de las declaraciones realizadas por los funcionarios municipales entrevistados
(véase la nota 3).
[5] El carácter dinámico de ciertos
activos está expuesto en el cuarto apartado de este artículo.
[6] Cabe destacar la diferencia existente
entre el concepto de valor estratégico de los activos y el de desarrollo
endógeno local en sí. El primero se refiere al valor que tienen los activos
sociales y privados en función de la estrategia de desarrollo endógeno local.
Por su parte, el segundo concepto se refiere a una construcción social que
requiere disponer de activos valorados para su ejecución. Por lo tanto, la
valoración de un activo desde el punto de vista estratégico; es decir, en el
marco de una estrategia de desarrollo, puede no coincidir con su precio en el
mercado o con su rentabilidad esperada desde el punto de vista privado.
[7] Las actividades tecnológicas
requieren crecientes gastos fijos cuanto más sofisticada es la actividad innovativa de la firma o institución y, al menos para la
teoría económica tradicional, tienen un costo marginal igual a cero (Dosi, Pavitt y Soete, 1990; Katz, 1976).
[8] La economía de la información creó
los cimientos del nuevo paradigma tecno-productivo que desplazó al anterior con
base en ventajas propias de tecnologías más dinámicas y flexibles. Los bits desplazan a los átomos del centro de
dinamismo del sistema. Los bits pueden reproducirse sin costo y
distribuirse por todo el mundo a la velocidad de la luz y nunca se deterioran.
Los bienes materiales son caros de producir y de transportar y se deterioran
inevitablemente (Varian, 1998).
[9] La teoría del desarrollo local
endógeno interpreta que la capacidad de algunos territorios para desarrollarse
se debe a la cultura productiva arraigada en la sociedad durante mucho tiempo.
Por lo tanto, serían razones sociales las que explicarían el éxito de las
firmas individuales.
[10] La metodología de investigación
utilizada para indagar sobre el significado que se le asigna a los procesos de
desarrollo local catalizados por exportaciones está ampliamente descrita en la
tesis doctoral citada al comienzo del presente artículo.
[11] Esta clasificación es una abstracción
realizada para pensar las pmce
en forma genérica. Aunque los municipios estudiados no se encuentran dentro de
una de esas categorías en forma pura –tienen elementos de ambas–, en algunos
casos se observó una marcada tendencia hacia una u otra categoría. Por ejemplo,
en Olavarría (1996-2005) resulta clara la expectativa de que la derrama
económica de los exportadores incida en el desarrollo productivo local, y en
Junín (1996-2003) la preocupación estuvo centrada en el cómo generar desarrollo
endógeno. Las entrevistas con los funcionarios y ex funcionarios municipales
fueron aplicadas en los ocho municipios enumerados en la nota 3.
[12] Si bien el mercado internacional no
está exento de crisis recurrentes, éstas no han sido históricamente tan
pronunciadas como las atravesadas por el mercado interno argentino, por lo que
las oscilaciones en la demanda externa y en los términos de intercambio del
país no invalidan la capacidad de las exportaciones como instrumento anticíclico en tiempos de crisis interna.
[13] Hay por lo menos tres corrientes interpretativas que explican la relación entre la exportación de bienes de una pyme y su evolución: el enfoque de internacionalización por aprendizaje –enfoque de Uppsala– (Johanson y Wiedersheim-Paul, 1975; Johanson y Vahlne, 1977 y 1990), el de innovación (Lee y Brasch, 1978; Cavusgil, 1998) y el de redes (Brown y Cook, 1990; Johanson y Vahlne, 1990; Ellis, 2000). Los tres comparten el criterio de que a mayores destrezas de la firma y/o de los empresarios que la dirigen, mejores son las condiciones que las empresas tienen de internacionalizarse y de aprovechar las oportunidades que brinda el mercado internacional para evolucionar en su funcionamiento.