Bourdieu en teoría y práctica

 

 Gallegos, Carlos, Luis E. Gómez, Cecilia Imaz y Yolanda Paredes (coords.) (2005), Pierre Bourdieu. Campos de conocimiento: teoría social, educación y cultura, Facultad de Humanidades, unach-fcpys, ceiich, unam, México, 297 pp., isbn: 970-9762-00-1

 

La compleja realidad social y cultural que la humanidad ha desarrollado permite a sus estudiosos generar un sinnúmero de propuestas para comprenderla, explicarla, o bien, transformarla. Estos estudios de la cultura presentan una renovación a partir del discurso sociológico, con una tendencia ya sea descriptiva o explicativa. La primera se centra en constatar la existencia de los fenómenos culturales, pero no los explica, y la segunda los considera susceptibles de ser comprendidos e interpretados.

En el campo de la sociología, constituyen un apartado los estudios de la cultura, entre los cuales destacan los emprendidos por Pierre Bourdieu. Se trata de contribuciones teóricas realizadas a partir de una interpretación de la sociedad, que sobresale por el análisis de la cultura y lo simbólico para comprender las relaciones que posibilitan la reproducción social y cultural, y entender las relaciones y las diferencias sociales, lo mismo que las relaciones de poder en la sociedad.

Esta situación lleva a Bourdieu a plantear que en la reproducción de la sociedad, la cultura ocupa un lugar preponderante, la asume como indispensable para entender esas relaciones y diferencias sociales porque explica el proceso de transmisión de los bienes culturales y simbólicos, así como el proceso de reproducción de las relaciones sociales en la totalidad del sistema social.

Bourdieu aporta a la comprensión de la sociedad una perspectiva relacional, la cual pone énfasis en los vínculos que se establecen entre los agentes que forman los campos de la sociedad. Así, expresa que las “relaciones objetivas que no se pueden mostrar, ni tocar con la mano [… las] hay que conquistar, elaborar y validar a través de la labor científica”. Estas relaciones toman forma estructural mediante la noción de campo, y forma estructurante por medio de las nociones de habitus y capital, conceptos teóricos que permiten dilucidar el sentido de los nexos que se establecen entre los agentes e instituciones de la sociedad, en un doble sentido: entre las estructuras objetivas y las estructuras incorporadas, vía las prácticas impuestas por la lógica del campo y las prácticas que asumen los agentes determinadas por el habitus.

Los aportes de Bourdieu a las ciencias sociales en el México de las décadas de 1960 y 1970 fueron difundidos con las primeras obras del sociólogo que circularon en el país: Los herederos: los estudiantes y la cultura y La reproducción, que elaboró junto con J. C. Passeron. Ambos trabajos están relacionados especialmente con la sociología de la educación, lo mismo que El oficio de sociólogo se adscribe a la sociología y no así al amplio campo de la ciencia social que se vio reflejado en sus estudios.

Diversos espacios curriculares de programas de licenciatura y posgrado en ciencias sociales han incluido los textos de este autor en la formación académica y la investigación, pero en realidad tenemos una producción teórica prolífica y poco leída, discutida, apropiada y puesta en uso, en parte por la demora de la traducción, además de su complejidad.

A pesar de este escenario de la recepción en México de la obra bourdieuana, encontramos en diversas publicaciones universitarias ya sea escritos del propio Bourdieu o bien reflexiones de otros sobre sus teorías. Pero no es sino hasta entrados los años noventa que podemos hablar de una verdadera difusión de su obra, en cuanto a su traducción, por lo que se posibilita su conocimiento desde diferentes niveles de profundidad. De manera que desde los años sesenta estudiantes, académicos e investigadores han ido accediendo a esa producción teórica de forma paulatina, con lo que se inició una acumulación de reflexiones y uso de la teoría que hoy podemos ver concretadas en diversas publicaciones, y que a raíz de la muerte de Bourdieu se han hecho cada vez más visibles.

Por eso, el libro Pierre Bourdieu. Campos de conocimiento: teoría social, educación y cultura, resultado de la reflexión de un grupo de académicos e investigadores sobre los aportes de Pierre Bourdieu a las ciencias sociales, es punto de partida de una tarea de reflexión ardua, difícil, pero enriquecedora, dado que el trabajo teórico de este estudioso consistió en poner a prueba sus ideas respecto al comportamiento de la sociedad con base en minuciosos trabajos de campo, presentados en libros, abundantes en cuadros y estadísticas, y en ocasiones mediante escritos complejos.

Los trabajos que se reúnen en este libro constituyen un esfuerzo de comprensión teórica y de uso práctico de la compleja y vasta –pero concluida– producción intelectual del teórico francés, producción que queda ahora a disposición de investigadores y académicos del campo de las ciencias sociales para reflexionarla, discutirla y utilizarla en la generación de conocimientos sobre la realidad del mundo social.

Así, para quienes se interesan en conocer la obra de Bourdieu, los escritos que componen este libro son un acercamiento a su complejo pensamiento, su trayectoria intelectual, la reflexión de su obra y su uso práctico en la concreción de la realidad social.

Este volumen ofrece ensayos sobre las influencias intelectuales y sociales que originaron la obra de Bordieu, como los elaborados por Luis Gómez, Victoire Bidegain, Josefina Granja, Margarita Favela, Susana García Salord, Juan Carlos Cabrera y Leticia Pons, e Isabel Jiménez. Hay que aclarar que en algunos de ellos también se emplean los estudios del teórico francés.

En los ensayos se sitúa al propio Bourdieu en relación con su obra (que comprende más de treinta libros –algunos en colaboración con J. C. Passeron y otros con Loïc J. D. Wacquant– y más de cuatrocientos artículos, algunos de ellos en coautoría con sus alumnos): su historia de vida determinada por las circunstancias materiales de su entorno; su trayectoria académica, muestra de la acumulación del capital cultural y del habitus, que dan cuenta de su desempeño como investigador y como docente en la compresión del complejo entramado social a partir de una posición de luchador social, de sociólogo comprometido con la sociedad de su tiempo.

Estos textos, en su construcción, revelan el uso de la teoría bourdieuana cuando en ellos se asume que para comprender una obra, hay que comprender primero la producción, es decir, el campo en que aquélla se produce y la percepción del receptor.

En lo que atañe a la reflexión sobre el quehacer de Bourdieu, se presentan ensayos que fueron elaborados tomando como referente algunos estudios o bien alguna noción teórica del sociólogo francés, a partir de las cuales sus autores ponen en juego, como diría Susana García Salord, “su disposición a pensar sociológicamente, incorporando los instrumentos del pensamiento relacional”. En una muestra de un efectivo trabajo de apropiación de la obra bourdieuana, Carlos Castro, Amparo Ruiz del Castillo, Jorge Bartolucci y Daniel Cazés reflexionan en torno a escritos como La reproducción, Los herederos: los estudiantes y la cultura y La dominación masculina.

En cuanto a la utilización práctica de la obra del sociólogo francés, los trabajos de este libro ofrecen realidades diversas, situadas y fechadas, y su explicación con base en las nociones bourdieuanas, entre las que destaca el uso de las que el autor planteó para la comprensión de realidades surgidas en contextos geográficos e históricos distintos. Estos ensayos dan cuenta de que las nociones teóricas aportadas por Bourdieu son herramientas que permiten una mayor claridad sobre los conceptos indispensables para tratar lo que se investiga. Es decir, abundan en nociones como acción social, campo, capital cultural, habitus, capital, poder simbólico, reproducción, arbitrariedad cultural, violencia simbólica, práctica, y otras más que son empleadas aquí en términos de la teoría planteada por Bourdieu, que le permitió acercarse a una realidad concreta: la sociedad francesa, pero que también ha facilitado a los autores de este libro construir explicaciones para realidades similares respetando las singularidades del espacio en que se originan. Sobre esto tratan los trabajos de Daniel Gutiérrez, Carlos Gallegos y Yolanda Paredes, Mauricio Andión, Miguel Casillas, Carlos Rincón, Patricia Cabrera, Eduardo Andión y Teresa Reyes.

Logra asimismo explicar realidades mexicanas a partir de la teoría bourdieuana y, en ese sentido, estos ensayos muestran la validez de dicha teoría, por lo que, retomando a Bourdieu, podría decirse que cuando el caso particular está bien construido, deja de ser particular y, normalmente, todo el mundo podría hacerlo funcionar; es decir, cuando se cuenta con “un programa (se trata de explicitar las estructuras mentales, los principios de clasificación, las taxonomías que se expresan sin duda en los adjetivos), basta rehacer la averiguación, la encuesta, en otro momento y en otro lugar, en la búsqueda de invariantes”.

Así, en un sentido bourdieuano, los autores de estos ensayos asumen una actitud distinta ante la teoría, al ponerla en práctica, al hacer funcionar el constructo teórico en la refutación o generalización de la realidad social, a partir de hacer evidente lo aparente.

Los ensayos recuperados en este libro son, pues, una muestra de la posibilidad de utilizar las herramientas metodológicas propuestas por Bourdieu, herramientas que tienen sentido para una sociedad como la nuestra, siempre y cuando sean resignificadas para los objetos de investigación.

De hecho, las aportaciones concretadas en el libro son resultado de dos encuentros que se verificaron en torno a Bourdieu, y contribuyen a lo que él mismo sugería en relación con la teoría: que no sólo se constituya en la discusión sobre sí misma, sino que también se ponga en funcionamiento en un caso específico; esto es, que se haga algo con ella, que funcione para la comprensión de realidades.

El esfuerzo por reunir varios ensayos que permitan la difusión de la teoría y su aplicación a realidades concretas es de suma importancia para la investigación; tarea compleja que supone un deseo: ir más allá de lo ya pensado y escrito por otros, al mismo tiempo que una actitud de exploración de la realidad, en el sentido de entenderla como algo más de lo que se presenta como evidente; se parte del supuesto de que algo se oculta detrás de lo percibido en lo inmediato.

Considero entonces que la tarea de difusión, apropiación y utilización de la obra bourdieuana apenas se inicia, y con este libro se cumple en parte con el objetivo que le dio origen: rendir homenaje a Pierre Bordieu a partir de la presentación de trabajos que recuperan su obra, ya sea como reflexión o bien en su uso. Sin embargo, hay una tarea pendiente, que retomo de Luis Gómez: rescatar la obra bourdieuana “con la finalidad de tener los elementos necesarios para discutirla con intensidad, reconociendo sus aportes, poniendo en juego un aparato conceptual que, como todos, tiene grandes logros y también sus desaciertos”.

La objetivación de la discusión sobre un teórico tan importante para las ciencias sociales de nuestro tiempo, por parte de académicos e investigadores mexicanos, resulta una puerta de entrada a la comprensión de una obra densa y difícil, sin que ello signifique que al leer este libro ya no es necesaria la obra misma de Bourdieu. Por el contrario: este es un libro que invita a sumergirnos en los escritos del teórico francés.

Lo que pone de manifiesto el esfuerzo conjunto de los autores de este texto es que las diversas formas de percepción y construcción de la realidad no se realizan en un vacío social, sino que están sometidas a coacciones estructurales; que las estructuras estructurantes, las estructuras cognitivas, son ellas mismas socialmente estructuradas, y tienen un origen social; que la construcción de la realidad social no es un empresa sólo individual sino también colectiva, y que cuando no se construye el espacio en el que esa realidad se manifiesta, “no se tiene posibilidad de ver desde donde se ve lo que se ve”.

Esta publicación contribuye al establecimiento de condiciones necesarias para el estudio de la obra bourdieuana: ya existe un grupo de estudiosos interesados en esta perspectiva de análisis en México, con lo que podemos decir que este esfuerzo de reflexión y de divulgación de académicos e investigadores que han resignificado la teoría bourdieuana y la han integrado a sus análisis permite iniciar en el país un proceso de formación de investigadores con el método bourdieuano.

 

María Teresa Reyes Ruiz

Escuela Normal para Maestras de Jardines de Niños

Correo-e: mtreyes2005@yahoo.com.mx

 

María Teresa Reyes Ruiz es licenciada en sociología por la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa, y maestra en sociología por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la unam. Estudia el Doctorado en Pedagogía de la Facultad de Filosofía y Letras de la unam. Coordina la gaceta dgenamdf de la Secretaría de Educación Pública, que implica la investigación educativa y revisión académica de los materiales publicados, y la revista Quehacer Normalista, reflexión y práctica de una comunidad educativa. Es profesora en la Escuela Normal para Maestras de Jardines de Niños, en el Centro de Altos Estudios Pedagógicos y Educativos de San Luis Potosí, en la Maestría de Educación con terminación en Docencia, y en la Escuela Nacional de Trabajo Social de la unam. Además de colaborar con notas informativas y artículos en las publicaciones que coordina, tiene el libro Datos básicos de educación normal en México.

rosaceaclomiphene onlinecheap toradolaripiprazole