Orientación de los servicios microfinancieros hacia los más pobres

 

Carola Conde Bonfil*

 

Abstract

 

One of the most important discussions in current micro-finance theory is whether it is necessary or counter-productive to focus micro-financial services to the poorest. In this document, we describe the most well known methodologies.

          We conclude that focussing in specific groups restricts the access to others that are considered non-vulnerable. As a result, the so-called inclusion error is corrected, but the possibilities of increasing the exclusion error are greater since the methodologies that guide the programmes have been designed to detect the poorest within 70-80%. Moreover, there is the risk of destroying the existing social capital in the communities where micro-financial projects operate.

 

Keywords: micro-finance, focusing in the poorest, micro-financial institutions, micro-financial services.

 

Resumen

 

Una de las discusiones más relevantes en las microfinanzas actuales se refiere a si es necesario o contraproducente el enfoque de los servicios microfinancieros a los más pobres. En el documento se describen las metodologías más conocidas.

    Se concluye que el enfoque hacia grupos específicos restringe el acceso a los grupos considerados no vulnerables, con lo que corrige el denominado error de inclusión, pero aumenta las probabilidades de cometer el error de exclusión pues las metodologías diseñadas para orientar los programas calculan su eficacia para detectar a los más pobres entre 70 y 80%. Adicionalmente, se corre el riesgo de destruir el capital social existente en las comunidades donde operan los proyectos microfinancieros.

 

Palabras clave: microfinanzas, orientación a los más pobres, instituciones microfinancieras, servicios microfinancieros.

 

 

* El Colegio Mexiquense, A.C. Correo-e: cconde@cmq.edu.mx.

 

 

Introducción

 

El grado en el que los programas microfinancieros pueden alcanzar a los más pobres entre los pobres, y la relevancia de este punto, continúan siendo una discusión abierta. No hay un acuerdo generalizado acerca de que, para tener un verdadero impacto en la pobreza, las microfinancieras deban dirigirse expresa y exclusivamente a los más pobres.[1]

Sin embargo, a partir de 1997, cuando surge la Cumbre de Microcrédito,[2] se convierte en un punto de constante discusión, ya que en ella se establece  la meta[3] de varios organismos internacionales de lograr que 100 millones de las familias más pobres del planeta tengan acceso a servicios financieros en 2005.[4]

Los cuatro temas centrales de la Declaración y el Plan de Acción de la cumbre son: 1) servir a los más pobres, 2) servir y fortalecer a la mujer, 3) formar instituciones autosuficientes financieramente y 4) asegurar un impacto positivo y mensurable en las vidas de los clientes y sus familias.

Al 31 de diciembre de 2002, 2,572 instituciones de microcrédito reportaron haber servido a 67’606,080 clientes, de los cuales 41’594,778 pertenecían a la categoría de más pobres.[5] Si se suponen familias de cinco individuos, los 41.6 millones de clientes más pobres atendidos a fines de 2002 beneficiaron a alrededor 208 millones de personas. Asimismo, 813 instituciones habían definido un Plan de Acción Institucional en el cual delinearon su avance con respecto a los temas centrales de la cumbre (Cumbre del Microcrédito, Informe 2003).

Dado el peso que tiene la Campaña Mundial de Microcrédito, las instituciones microfinancieras (imf) al menos han aceptado la recomendación de que son necesarias algunas medidas cuidadosas para determinar a qué sector está atendiéndose y dar preferencia a los más pobres. De hecho, según el Informe 2002 del Estado de la Campaña de la Cumbre del Microcrédito, actualmente 341 organizaciones están utilizando alguna metodología de orientación[6] en tanto cinco años antes, cuando se inició la campaña, había probablemente 20 organizaciones que aplicaban alguna de ellas.

 

1. Estrategias de enfoque a la pobreza

 

Desde entonces, las imf han desarrollado diversas estrategias para enfocarse a la pobreza, que incluyen (González Aguilar, 1999):

 

·      Formas de identificar a los pobres.

·      Formas de atraer a los pobres.

·      Formas de excluir al no pobre.

·      Formas de desalentar al no pobre.

 

Para lograr enfocarse eficazmente a los más pobres, necesitan tomarse en cuenta:

 

·      Factores relacionados con los agentes (tipo de imf, necesidades del cliente, restricciones).

·      Factores del contexto (marco regulatorio, infraestructura, etc.).

·      Resultados de las microfinancieras (a cuántas personas atienden, qué tan pobres son los clientes, en cuáles sectores participan, dónde viven, calidad de los servicios ofrecidos).

·      Impacto (metodologías de medición).

 

Entre las diversas metodologías que se han desarrollado se encuentra el Índice del Hogar de Cashpor,[7] la Calificación Participativa del Patrimonio (pwr) [8] de Small Enterprese Foundation (sef), la distribución geográfica de la pobreza,[9] la vocación,[10] los préstamos pequeños,[11] las entrevistas ‘casa por casa’,[12] las pruebas de medios y las pruebas de medios proxy.[13] Algunas otras son una combinación de éstas, principalmente de las dos primeras o el complemento de una de ellas con otra información que la imf considere relevante.[14] Veamos brevemente algunas de estas metodologías.

 

1.1 Índice de la vivienda de Cashpor

 

La red Cashpor[15] desarrolló un índice de la vivienda (Cashpor Housing Index, chi) como método rápido y rentable para identificar a los pobres. Este índice se ha adaptado a los estilos de vivienda de todos los países de Asia, donde los programas de la red están funcionando. Sus resultados se comprueban y se refinan por medio de una prueba simple del activo aplicada durante el reclutamiento de miembros cualificados. Este sistema opera en 23 imf que atienden a 300,000 mujeres pobres, principalmente en Asia.

El chi utiliza la estructura de la vivienda para distinguir los niveles económicos de los hogares y para identificar a los que son pobres. Sus fundadores consideran que, puesto que la vivienda es generalmente el activo más importante de los hogares y que la gente generalmente invierte mucho en sus casas, el edificio en sí mismo representa un reflejo extremadamente visible de su abundancia. El tamaño de la casa y del terreno, el material que se utilizó para construirla, el número de cuartos, la presencia de agua corriente y las instalaciones del cuarto de baño, tomadas en conjunto, proporcionan una evidencia muy sólida del nivel económico del hogar. El índice de la vivienda utiliza estas características para determinar quién es pobre y quién está relativamente mejor.[16] El índice es específico del contexto y Cashpor lo ha refinado para la adaptación a diversas regiones.

Para determinarlo, el personal de campo camina sistemáticamente por las aldeas o secciones de aldeas. Observan cada casa y eliminan las que son obviamente costosas y bien construidas. Las demás se registran según su tamaño, los materiales de construcción de las paredes, el piso y el techo y, en ocasiones, otras variables como el abastecimiento de agua, sanitarios, acceso a la electricidad, etc. Los registros de cada indicador se agregan para elaborar un indicador compuesto y se establecen rangos para determinar las casas consideradas pobres y excluir las que estén mejor.

Para construir el índice de la vivienda, Cashpor se basa en los siguientes valores:

 

1. Tamaño

Pequeño = 0

Medio = 2

Grande = 6

 

2. Condición estructural

Dilapidado = 0

Promedio = 2

Bueno = 6

 

3. Calidad de las paredes

Pobres = 0

Promedio = 2

Bueno = 6

 

4. Calidad del techo

Paja /hojas = 0

Hojalata o láminas de acero = 2

Azotea permanente = 6

 

Las características que las imf consideran para componer sus índices de vivienda pueden ser absolutamente mínimas o relativamente extensas. tspi en Filipinas tiene un índice bastante simple de la cubierta que se basa en tres características:

 

1. Tamaño

Grande = 4

Medio = 2

Pequeño = 0

 

2. Estructura

Firme = 4

Moderada = 2

Mala = 0

 

3. Azotea

Azulejos = 2

Nuevo = 1

Viejo = 0.5

Nipa = 0

 

Un individuo con una suma debajo de 4.5 es elegible para un préstamo aunque puede haber ajustes con base en la ubicación específica de la vivienda.

En cambio, en la India, la Society for Helping and Awakening the Poor Through Education (share) utiliza características sumamente extensas de la vivienda para computar su índice, el cual se basa en 13 características:

 

1. Tamaño

Grande = 4

Medio = 2

Pequeño = 0

 

2. Estructura

Firme = 4

Media = 2

Mala = 0

 

3. Material del techo

rcc = 4

Azulejos = 3

Asbesto = 2

Zinc = 1

Madera, piedra y fango = 1

Bambú = 0

Cubierto con paja = 0

 

4. Material de las paredes

Ladrillo = 4

Piedra = 1

Cinc = 1

Fango = 0.5

Bambú = 0

 

5. Fuente eléctrica

Sí = 2

Compartido = 1

No = 0

 

6. Abastecimiento de agua

Posee = 1

Pozo de la comunidad = 0

 

7. Propiedad de la casa

Propia = 3

Heredada = 2

Alquilada = 1

Compartida = 0

 

8. Sanitario

Hoyo = 2

Con flujo de agua = 1

Área abierta = 0

 

9. Combustible para cocinar

Gas = 3

Petróleo = 2

Carbón de leña = 1

Madera = 0

Sin humo = 0

 

10. Radio/grabadora

Nuevo = 2

Viejo = 1

Ninguno = 0

 

11. Vehículo

Ciclomotor nuevo = 4

Ciclomotor viejo = 2

Bicicleta nueva = 1

Bicicleta vieja = 0.5

Ninguno = 0

 

12. Tarjeta de racionamiento del gobierno

Sí = 3

Amarilla = 2

Blanca = 1

No = 0

 

13. Ventilador

Sí = 1

No = 0

 

Los individuos con puntajes mayores a 20 se consideran inelegibles para los préstamos, mientras que debajo de ese límite se entrevistan para determinar su elegibilidad.

 

1.2 Calificación participativa del patrimonio de Small Enterprise Foundation (sef)

 

La Small Enterprise Foundation (sef) atiende a 7,000 microempresarios en la provincia norteña de África del Sur. Su programa enfocado a la pobreza ha sido el pionero en poner en ejecución la metodología de Calificación Participativa del Patrimonio (Participatory Wealth Ranking, pwr) y la ha desarrollado en campo hasta convertirla en un método de identificar a los pobres que califica como “altamente exacto y eficaz”.

La pwr es una modificación de la técnica rural participante de valoración (pra). Es una calificación subjetiva y muy local de la abundancia usada por los miembros de una comunidad para establecer qué miembros dentro de ella son los más indigentes. Los pobladores generan sus propios criterios con los cuales alinear pobreza o abundancia; esto incluye a menudo los factores que no son visibles ni identificados fácilmente por un forastero. Contratando a los habitantes de la comunidad para participar en el proceso, se autoriza a la gente para analizar sus propias situaciones, a menudo dándoles mayor presencia en los programas que se establecen para ayudar al más pobre dentro de sus comunidades.

La pwr comienza con la invitación de un miembro del personal a los participantes de la comunidad. Se pretende animar a las mujeres y es importante asegurarse de que por lo menos asistan algunas personas de cada área de la aldea. El primer paso es dibujar un mapa del área entera que incluye los nombres de todas las casas en la comunidad. En segundo lugar, el grupo registra los nombres de cada casa en una tarjeta separada de la nota. El miembro del personal establece después varios grupos de referencia integrados por pobladores (tres o cuatro grupos de cuatro a seis personas cada uno) y organiza un horario de citas para el día siguiente.

Las reuniones con los grupos de referencia se realizan con un miembro del personal que inicia con una discusión general sobre la pobreza y las características de las personas muy pobres. Entonces, pide a los grupos clasificar las tarjetas con los nombres de las casas en pilas según el estado de abundancia que les parezca que tiene. Cada grupo es libre de formar tantas pilas como desee (con un mínimo de cuatro) mientras en ellas se separe a la gente pobre de los menos pobres. Los facilitadores toman nota sobre las características que distinguen cada pila discutida por el grupo.

Al final del ejercicio (con tres grupos de referencia), se calcula una puntuación para cada casa dependiendo de cómo fue alineada por cada grupo (se suman los números dados a cada casa en los tres grupos de referencia). Los puntajes se identifican como consistentes, inconsistentes (pero utilizables) y no confiables. Las casas que obtuvieron puntajes no confiables necesitan agregar la valoración de otro grupo de referencia o ser comprobadas con otra metodología de orientación (como puede ser el índice de la vivienda) para lograr mayor clarificación.

Una vez que se suman los puntajes y se comparan con las notas tomadas de las discusiones, se determina una puntuación para integrar el grupo objetivo del programa. Las casas con una puntuación menor a ese límite son elegibles para los servicios de microcrédito.

Algunas de las fortalezas de la pwr, según sus promotores, son:

 

·       Las respuestas con base en tres o cuatro grupos de referencia diversos aseguran mayor confiabilidad de los datos y superan la manipulación o carencia de conocimiento de un grupo específico.

·       Los activos específicos de las familias no son discutidos públicamente, lo que disminuye la vergüenza de algunos y la intención de ocultar la información por parte de otros.

·       El personal, como forasteros, aumenta su comprensión de la comunidad, mientras que sus habitantes, como conocedores, definen sus propios criterios y métodos para analizar la pobreza. Además, la mayoría del trabajo real es hecho por los miembros de la comunidad, lo que permite que el personal sólo facilite la discusión y tome notas.

·       La información detallada sobre el área se genera en el proceso. Esto proporciona buenos datos para obtener la puntuación límite y determinar quién es bastante pobre para unirse programa. Esta información puede utilizarse también para el diseño de productos o para medida del impacto (Microcredit Summit Campaign, 1999).

 

Una debilidad potencial de la pwr es que el personal de campo tiene una responsabilidad muy significativa para facilitar efectivamente el proceso. Aunque recoger respuestas de tres grupos de referencia distintos asegura que los problemas sean detectados fácilmente, un trabajo pobre de facilitación puede conducir rápidamente a resultados inconsistentes que deben desecharse, con el consecuente desperdicio de recursos.

Un método para superar y prevenir esta debilidad potencial es poner énfasis en la capacitación del personal en estos métodos y continuar supervisando su funcionamiento.

La fundación Kalanjiam es una de las pocas imf en Asia del Sur que emplea un pwr para enfocarse al cliente pobre. El procedimiento es similar al de sef: primero, el personal de campo y gente de la aldea dibujan juntos un mapa que incluye todas las casas, edificios comunitarios, instalaciones de agua, alumbrado público, tiendas, etc. Los nombres de los habitantes de las casas se escriben en trozos de papel. La imf forma diversos grupos con dos a tres aldeanos en cada uno. Cada grupo clasifica los papeles que contienen los nombres en diversos grupos de abundancia (muy pobres, pobres, moderadamente pobres y ricos) con base en sus opiniones sobre las condiciones de vida de cada casa. El personal pide a cada grupo un análisis razonado de su clasificación. Comparando los resultados de diversos grupos, el personal de campo decide cuáles son las casas más pobres y las declara elegibles para el crédito (Kalanjiam Foundation, 2003).

 

1.3 Prueba de medios de Lift Above Poverty Organisation (lapo)

 

lapo desarrolló su medida de la pobreza después de visitar el Banco Grameen en 1990. Su herramienta proporciona un puntaje entre 25 y 100, en el cual los valores más altos indican mayor pobreza. La gente es elegible para los préstamos de lapo si obtiene 50 puntos o más, lo que indica que están viviendo debajo de la línea oficial de pobreza de Nigeria, y las de 70 o más se encuentran en la mitad inferior. Antes de que un cliente reciba un préstamo, los oficiales de préstamo realizan cinco reuniones para verificar la exactitud de la información proporcionada en la primera entrevista. La lista de criterios incluye:

 

1) Personal

a.  Nivel de educación formal

Ninguno = 12

Media primaria = 8

Primaria completa = 6

Media secundaria = 4

Secundaria completa = 2

b. Número de dependientes menores a veinte años de edad

Más de 9 = 10

Entre 6 y 9 = 8

Entre 3 y 5 = 5

Entre 1 y 2 = 3

Ninguno = 2 puntos

c. Estado civil

Viuda = 10

Separados o divorciados = 6

Casados = 5

Solos = 4

 

2) Vivienda

d. Propiedad

Alquilada = 12

Heredada = 6

Propia = 3

e. Tamaño

1 cuarto = 7

2 cuartos = 5

3 cuartos = 3

Piso o bungalow = 2 puntos

f. Forma más alta de entretenimiento poseída

Ninguno = 12

Radio = 6

Televisión = 1

 

3) Negocio / ocupación

g1. Valor de negocio

Ningún negocio o de 1,000 a 5,000 = 15

De 6,000 a 10,000 = 10

De 11,000 a 20,000 = 8

De 21,000 a 50,000 = 5

De 51,000 y más = 3

O bien:

g2. Tamaño de la granja

Pequeña = 15 puntos

Mediana = 9

Grande = 3

h. Ingreso mensual

Debajo del salario mínimo nacional = 12

Sobre el salario mínimo nacional = 5

 

4) Localización

i. Localización

Rural = 10

Semiurbana o jefatura del gobierno local (cabecera

municipal) = 6

Urbana o capital estatal = 3

 

Fuente: Herramienta de evaluación de la pobreza (Poverty Assessment Tool, pat) de cgap (The Microfinance Gateway, 2003 y Henrio et al., 2000).

 

En el pasado, las pruebas estadísticamente rigurosas de los niveles de pobreza de los clientes de imf implicaban encuestas costosas sobre el gasto del hogar. Tales exámenes, por lo tanto, podían solamente ser pocos y originarse en estudios académicos con mucho financiamiento. El Consultative Group to Assist the Poorest (cgap) ha desarrollado la herramienta de evaluación de la pobreza (Poverty Assessment Tool, pat) para proporcionar a los donantes o inversionistas externos una herramienta de bajo costo (los costos medios son alrededor de 10,000[17]) que pueda generar datos rigurosos.

Las aplicaciones de pat usan técnicas de encuesta en una muestra de clientes seleccionada aleatoriamente, así como de no clientes, y está diseñada de modo que los expertos locales puedan utilizarla sin necesidad de asistencia técnica internacional. La pat proporciona información sobre qué tan pobres son los clientes en relación con los no clientes de la misma área. Donde existen datos nacionales, la pat puede permitir a las imf establecer el nivel de pobreza de sus clientes en una escala nacional. Hasta la fecha, la pat se ha utilizado en siete imf en Asia, África y América Latina. Los resultados indican que esas imf están alcanzando con éxito a poblaciones más pobres.

Los indicadores que se sugiere capturar en el cuestionario de la entrevista se muestran en el cuadro 1.

Según sus autores, esta herramienta:

 

·      Proporciona pautas e instrucciones para recoger los datos de la encuesta.

·      Guía a los usuarios para desarrollar un marco de muestreo y realizar el muestreo de casas.

·      Delinea cómo modificar el cuestionario para requisitos particulares estándar para dar cabida a las condiciones locales específicas donde funciona la imf.

·      Describe el nivel de detalle necesario para llevar a cabo con éxito la encuesta.

·      Da las pautas para contratar el proyecto con una institución o individuo cualificado.

·      Se enfoca en el manejo y análisis de datos usando un programa estadístico para las ciencias sociales (spss).

·      Guía el manejo de los datos de la encuesta una vez recogidos, incluyendo cómo introducirlos.

·      Explica cómo los resultados del análisis pueden aplicarse por los donantes para obtener conclusiones.

 

El formato contiene pautas e indicadores prácticos para medir el funcionamiento de una imf en una amplia gama de temas: gobierno, gerencia y dirección, misión y planes, sistemas, operaciones, gerencia de recursos humanos, productos, calidad del portafolio y análisis financiero.

 

Cuadro 1

Indicadores recomendados en el cuestionario final

de la Poverty Assessment Tool (pat)

Recursos humanos

Vivienda

Seguridad alimentaria y vulnerabilidad

Activos

Otros

• Edad y sexo de los miembros adultos de la casa

• Estado de propiedad

• Número de comidas servidas en los dos días anteriores

• Área y valor de la tierra

• Indicador urbano/rural

• Nivel de la educación de los miembros adultos de la casa

• Número de cuartos

• Frecuencia semanal de porciones de tres alimentos de lujo

• Número y valor del ganado seleccionado

• Valoración de la superación de la pobreza de no clientes de la imf

• Ocupación de los miembros adultos de la casa

• Tipo de material para techos

• Frecuencia semanal de porciones de un alimento inferior

• Propiedad y valor de los activos relacionados con el transporte

 

• Número de habitantes de menos de 15 años de edad en la casa

• Tipo de paredes exteriores

• Episodios de hambre en el último mes

• Propiedad y valor de los artículos electrodomésticos

 

• Gasto anual en ropa y calzado para todos los miembros de la casa

• Tipo de suelo

• Episodios de hambre en los últimos 12 meses

 

 

 

• Condición estructural observada de la vivienda

• Frecuencia de compra de artículos de primera necesidad

 

 

 

• Tipo de conexión eléctrica

• Tamaño de las reservas de artículos de primera necesidad en la vivienda

 

 

 

• Tipo de combustible usado para cocinar

• Propensión marginal a consumir del ingreso adicional

 

 

 

• Fuente de agua potable

 

 

 

 

• Tipo de letrina

 

 

 

Fuente: Henrio, 2000: 8.

 

Sus autores argumentan que el análisis de esas características institucionales permite una valoración del potencial para la sustentabilidad institucional. En adición, la herramienta soporta comparaciones de superación de la pobreza entre imf y entre países. Sostienen que la metodología es aplicable a toda imf independientemente de su localización, estructura de cliente y forma de superar la pobreza (Assessing the relative poverty of microfinance clients: a cgap operational tool).

La herramienta fue probada en cuatro estudios de caso en Asia, África y América Latina durante 1999. La experiencia acumulativa obtenida de estos estudios fue utilizada para estandarizarla.

 

2. El debate

 

Quienes insisten en que deben promoverse programas orientados hacia los más pobres afirman lo siguiente:

 

La cuestión es cómo se puede beneficiar a la gente sin recursos con el microfinanciamiento si no se sabe quiénes son los que no tienen recursos. ¿Cómo se puede decir que se está llegando a la gente sin recursos si no se mide lo que se hace? ¿Cómo se puede identificar a estas familias en el terreno y fomentar su participación en los programas de microfinanciamiento? ¿Cómo se puede medir el impacto si no sabemos dónde empiezan los clientes?

       Sostenemos que a menos que se utilice una activa concentración en la pobreza, no podremos crear servicios de microfinanciamiento para los más pobres. La experiencia ha demostrado que si se incluye a la gente que está en mejores condiciones, se puede llegar a descorazonar a la gente que quiera ingresar al programa. Por lo tanto, aun cuando nuestro objetivo no sea exclusivamente el de captar a la población sin recursos, a menos que usemos una activa selección de candidatos, existe la probabilidad de que, sin querer, no incluyamos a los que carecen de recursos.

       No se trata de una cuestión de costo o sostenibilidad (si bien ello tiene un gran impacto en la forma en que se efectúa la concentración en la pobreza). Independientemente de que el programa se concentre exclusivamente en un grupo o no, la experiencia ha demostrado que para llegar a la gente sin recursos debemos diseñar específicamente un programa que responda a sus necesidades. La concentración en la pobreza puede ayudar al proceso mediante la concientización de las distintas necesidades que tienen clientes diferentes y permitir que se elijan eficazmente los distintos productos (Simanowitz, Nkuna y KasimTrust, 1999).

 

Otros autores consideran que es importante orientar los programas para evitar que los pobres se sientan intimidados. Esto declara John de Witt, director general de Small Enterprise Foundation:

 

Ahora, los clientes que son muchos más pobres ¿por qué no acuden a usted en grandes números? La razón es que se sienten intimidados por los clientes más ricos. […] Los más pobres ven quién va a su programa y sólo dicen “Este programa no es para nosotros; es para aquella gente que esté mejor”. Y luego, muchas veces, los más ricos, o tal vez los menos pobres, intimidan a los pobres, simplemente al decir: “Esta reunión es para gente seria. Aquí tenemos que ser serios en asuntos de negocios. Alguien que sólo vende unos pocos vegetales no es serio en cuanto a negocios”. Los pobres ya tienen muy poca dignidad, pero si usted añade unos comentarios como esos, se marchan. Entonces, la presencia de los que no son pobres desafortunadamente ahuyentó a los pobres. Y por eso es que tenemos que tener un enfoque exclusivo en los pobres (Cumbre de Microcrédito, 1998).

 

Gibbons, Simanowitz y Nkuna (1999) concluyen, acerca del Índice de la Vivienda de Cashpor y la Calificación Participativa del Patrimonio, que:

 

·       Los dos métodos son rentables, exactos y probados para identificar a los pobres y más pobres, y haber excluido a los no pobres.

·       El costo de orientar los programas debe agregarse a los gastos de explotación de una imf pero, como debe lograr sostenibilidad financiera institucional, este costo debe reducirse al mínimo.

 

En contrapartida, encontramos quienes se oponen al uso de estas metodologías o herramientas con argumentos como:

 

·       Los resultados son muy poco confiables.

·       La aplicación de esas metodologías es demasiado cara.

·       Medir la pobreza es demasiado difícil.

·       Basta con seleccionar áreas marginadas para que automáticamente todos los que viven ahí califiquen como muy pobres.

·       El diseño de los productos microfinancieros excluye a los no pobres porque no satisface sus necesidades.

·       No es posible lograr autosuficiencia financiera si sólo se trabaja con los más pobres.

 

Es innegable que algunas de estas metodologías resultan costosas, difíciles o inexactas, sobre todo porque la mayoría de ellas se ha enfocado en la pobreza relativa y deja fuera gran cantidad de pobres absolutos.[18] Empero, desde mi punto de vista, el problema va más allá. Más bien habría que analizar cómo se han concebido esos proyectos microfinancieros y si asumen conscientemente el riesgo de destruir el capital social existente en las comunidades donde opera.

Lo primero que debería resolverse es por qué es importante orientarse hacia los más pobres. Estoy convencida de que no hay una única respuesta. La decisión depende de la misión de la imf: si una imf decide que su misión es responder a las necesidades financieras de la gente muy pobre o de poblaciones vulnerables específicas, entonces es evidente que necesita asegurarse de que realmente esté alcanzando a esos grupos. En cambio, si su misión es atender a la gente en un área con poco o ningún acceso a servicios financieros, y no centrarse solamente en el muy pobre, la orientación específica a los clientes es completamente innecesaria.

De hecho, todos necesitamos productos financieros, y la mayoría, sobre todo en países como México, quedamos excluidos del sistema financiero (Conde Bonfil, 2001) porque este sector ha funcionado convencido de que la mayoría de la población no requiere esos servicios ni tiene capacidad de utilizarlos. La exclusión va desde el punto de vista geográfico[19] hasta el económico[20] sin dejar de lado el de la ingeniería financiera[21] y la rentabilidad del sistema.[22] Con las metodologías para identificar a los más pobres, esta gran mayoría de mexicanos queda también excluida de este sector.

El enfoque cuidadoso hacia grupos específicos restringe el acceso a los grupos considerados no vulnerables, con lo que corrige el denominado error de inclusión, pero aumenta las probabilidades de cometer el error de exclusión, pues las metodologías diseñadas para orientar los programas calculan su eficacia para detectar a los más pobres entre 70 y 80%.

Aún más: después de varios años de aplicarse, los principales promotores de orientar los servicios hacia los más pobres, la Cumbre del Microcrédito, corrige la definición original de la ‘mitad inferior bajo la línea de pobreza’, ya que:

 

La definición y su implementación tenían sin embargo varias debilidades cruciales. Excluía a decenas de millones de familias muy pobres en los países más pobres del mundo, quienes se encontraban en la mitad inferior del grupo bajo la línea de pobreza. Por ejemplo, incluía la mitad inferior bajo la línea nacional de pobreza en países tales como Níger, Haití e India, pero excluía la mitad superior de ese grupo en esos mismos países, aun cuando muchas de estas familias viven con ingresos menores a us $1 diario ajustado a la ppa. Estas familias en la mitad superior bajo la línea de pobreza en países como Níger eran más pobres que las familias en la mitad inferior bajo la línea de pobreza en un país más próspero como Malasia (Cumbre del Microcrédito, Informe 2003).

 

Lo anterior significa que durante al menos cinco años ha estado excluyéndose a millones de personas en situación de pobreza absoluta por el simple hecho de vivir en un país con demasiados pobres; es decir, ha estado cometiéndose sistemáticamente un error de exclusión.

En realidad, ambos errores (de inclusión y de exclusión) distorsionan la población beneficiaria de los proyectos al aceptar a personas que no cumplen con el perfil y rechazar a algunas que sí lo cumplen, pero su mayor peligro reside en que ocasiona deterioro del capital social existente en la comunidad. Las personas excluidas de la organización no sólo se ven privadas de los servicios proporcionados por ella, sino que desarrollan malestar y resentimiento en contra de los vecinos que sí tienen acceso y, en mayor medida, en contra de los que no cumplen con el perfil y sí fueron admitidos. Pueden también desarrollarse esos sentimientos hacia los promotores de la oscm y los miembros de la comunidad que participaron en el proceso como en la metodología pwr.

Un segundo problema en este sentido es que la operación de los proyectos microfinancieros puede generar un nuevo capital social entre los integrantes de un grupo solidario y constituir “vínculos que unen”[23] o “vínculos que tienden puentes”.[24] Sin embargo, si el grupo está formado sólo por gente pobre, sólo se desarrollarían lazos horizontales del primer tipo y se les privaría de la posibilidad de generar redes verticales del segundo.

En contrapartida, históricamente, muchos programas de desarrollo con intenciones de servir a las poblaciones más vulnerables han terminado deslizándose en forma paulatina hacia los clientes no pobres y menos vulnerables, lo que priva del servicio a los beneficiarios originalmente previstos. Es preciso reconocer que, en parte, esto se debe a la ausencia de las metodologías para orientarse hacia los más pobres, pero en algunos casos ha sido como un resultado lógico de la escasez de servicios financieros para la población en general y a la gran presión que padecen las imf para mantener tasas de interés competitivas y sustentabilidad financiera.

Coincido con las conclusiones que algunos autores han obtenido en torno a las microfinanzas (González Aguilar, 1999):

 

·       La mayoría de la gente pobre se ha beneficiado de programas microfinancieros, pero enfocarse estrictamente a ellos no es necesariamente una condición para alcanzar al más pobre. Algunos esquemas a gran escala no orientados han podido alcanzar al más pobre.

·       Puede alcanzarse más gente pobre mediante la construcción de sistemas financieros sostenibles y competitivos que proporcionan una amplia gama de transacciones financieras de pequeña escala, que con estrechos programas orientados a los más pobres.

·       Las microfinanzas tienen limitaciones. No deben ser vistas como la única solución al alivio de la pobreza. En ciertas circunstancias, otras intervenciones pueden ser más eficaces que las microfinancieras.

·       Las microfinanzas no son apropiadas para toda la gente pobre. En algunos casos las microempresas de los pobres no necesitan microcréditos o no están listas para solicitarlos. En otros, los microempresarios no son solventes.

 

En consecuencia, lo fundamental para las imf no es discutir si las herramientas de medición de la pobreza son inexactas, caras o difíciles, sino cuál es el grupo objetivo al que pretenden atender y cuáles son las estrategias que deben desarrollar para ser consistentes con su misión.

 

El pragmatismo se inclinaría por un enfoque que acepte que la mayoría de las imf atiendan a una combinación de clientes, incluso alguna gente sin recursos y de escasos recursos, pero quizás también a los que tengan recursos.  En este caso, la concentración en la pobreza sería fundamentalmente una herramienta para conocer y dar información sobre qué público se atiende. Siempre que se pueda captar eficazmente a gente sin recursos con un programa “mixto”, al aumentarse la escala habrá más probabilidades de captar mucha más gente sin recursos. Aquellos programas que atiendan a varias clases de clientes, no solamente a los que no tengan recursos o que cuenten con escasos recursos, podrán expandirse más rápidamente y beneficiar a cantidades más grandes de personas que los programas que se dediquen exclusivamente a una sola clase. Si lo hacen, es probable que se beneficien grandes cantidades de personas de escasos recursos y sin recursos. Además, esos programas tienen la posibilidad de subsidiar préstamos para los más pobres con los empréstitos más lucrativos que se conceden a la gente de recursos y, de esa manera, se podría alcanzar la autosuficiencia financiera institucional con mayor celeridad (Simanowitz, Nkuna y KasimTrust, 1999).

 

Bibliografía

 

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Enviado: 29 de febrero de 2004.

Reenviado: 11 de mayo de 2004.

Aceptado: 25 de agosto de 2004.

 

Carola Conde Bonfil es investigadora de El Colegio Mexiquense, A.C. Coordina el seminario Estado, Sociedad Civil y Políticas Públicas (cesepp). Obtuvo el doctorado en ciencias económicas por la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa e hizo su estancia posdoctoral en la Université Paris xii (Saint Maur). Líneas actuales de investigación: ahorro familiar no  bancario en México, políticas públicas y finanzas municipales. Entre sus últimas publicaciones destacan: 1) ¿Pueden ahorrar los pobres? ong y proyectos gubernamentales en México, El Colegio Mexiquense, ac-La Colmena Milenaria, Zinacantepec, 2000; 2)¿Depósitos o puerquitos? Las decisiones de ahorro en México, El Colegio Mexiquense, A.C.-La Colmena Milenaria, Zinacantepec, 2001; 3) “Surgimiento de nuevos actores: ong microfinancieras en México”, Memorias del Tercer Congreso de la amer, 2003; 4) “Servicios microfinancieros en el estado de México”, ponencia presentada en el coloquio La economía del estado de México en el nuevo contexto del siglo xxi”, El Colegio Mexiquense, ac, Zinacantepec, 2003, disco compacto, y 5) “Papel de las osc microfinancieras en la construcción de capital social”, ponencia presentada en el xxiv Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología (alas), Mesa 20: Sociedad Civil: organizaciones, actores y movimientos sociales, Arequipa, Perú, noviembre de 2003. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

 



[1] La literatura en inglés denomina este proceso targeting the poorest; en español no existe una traducción única y los textos hacen referencia a “apuntar a la pobreza”, “alcanzar a los más pobres”, “enfocarse a la pobreza”, etc. Para simplificar, en este documento denominaremos “orientados” a los programas o proyectos que incluyen una metodología para asegurarse de que sus servicios lleguen a los más pobres.

[2] Aunque la reunión de Washington optó por el término microcrédito en vez del de microfinanzas que es más incluyente, toda alusión al microcrédito debe entenderse como referencia a los programas que otorgan crédito y otros servicios financieros y comerciales (incluso ahorros y asistencia técnica) para las personas sin recursos.

[3] Denominada Campaña de Microcrédito.

[4] Fundamentalmente ahorro, crédito para el autoempleo y asistencia técnica para la constitución de micronegocios.

[5] El grupo de los “más pobres” en los países en desarrollo se refiere a las familias cuyo ingreso se encuentra 50% inferior de aquellos que viven por debajo de la línea de pobreza en su país. A partir de 2003 incluye, además, cualquiera de los 1,200 millones de personas que viven en pobreza absoluta, con menos de un dólar diario ajustado a la paridad del poder adquisitivo (ppa).

[6] Fundamentalmente el Índice del Hogar de Cashpor (chi) o la Calificación Participativa del Patrimonio (pwr).

[7] Cashpor Housing Index.

[8] Participatory Wealth Ranking.

[9] Consiste en utilizar estadística oficial para determinar las zonas marginadas y con menor desarrollo en el país. Algunas imf consideran que con ello es suficiente para enfocarse a los más pobres.

[10] Define como misión de la imf un grupo objetivo vulnerable y se limita a él.

[11] Algunas imf consideran que el diseño de sus productos es suficiente para desalentar el acceso de clientes no pobres; sin embargo, en áreas donde no existen servicios financieros, los no pobres se conforman con préstamos pequeños para evitar caer en manos de agiotistas.

[12] Al visitar a los clientes potenciales en sus casas, puede observarse cómo viven y qué tan pobres son según las condiciones de la vivienda y sus contenidos.

[13] El término ‘prueba de medios proxy’ se utiliza para describir una situación donde la información sobre el hogar o las características individuales correlacionadas con los niveles del bienestar es usada en un algoritmo formal para aproximarse al ingreso, al bienestar o a la necesidad. Dadas las dificultades administrativas de las pruebas de medios complejas y a la inexactitud de las pruebas de medios simples, se recurrió al uso de otras características del hogar como aproximaciones. http://poverty.worldbank.org/library/view/5496/.

[14] Para los interesados en conocer más a fondo las distintas experiencias de orientación hacia los más pobres, la página http://www.microfinancegateway.org/poverty/exper/aim.htm ofrece información de 23 imf: Alternativa Solidaria Chiapas, ac (AlSol), Amanah Ikhtiar Malaysia (aim), Association for Social Advancement (asa), brac (anteriormente conocido como Bangladesh Rural Advancement Committee), Fondation Zakoura, Freedom from Hunger, Funding-the-Poor Cooperative (fpc), Grameen Bank, Grameen Koota, Kabalikat Para Sa Maundilad Na Buhay, Inc. (kmbi), Kalanjiam Foundation, Kashf Foundation, Lift Above Poverty Organisation (lapo), Nirdhan Utthan Bank Ltd. (nubl), Prizma (anteriormente Project Enterprise), Rural Entrepreneurs Chit-fund Advisory Service (recas), SafeSave Co-operative Ltd., Society for Helping and Awakening the Poor Through Education (share), Swayam Krishi Sangam Microfinance Ltd. (sks), The Small Enterprise Foundation (sef), Tulay Sa Pag-Unlad, Inc. Development Corporation (tspi), Women Economic Empowerment Consort (weec) y Yayasan Usaha Maju (yum). Se trata de una cédula básica en la que se especifica qué herramienta utiliza cada imf, por qué considera relevante orientarse hacia los más pobres, en qué consiste el proceso y la experiencia de la institución al respecto. En el apéndice se presenta un resumen de la forma en que estas instituciones orientan sus programas.

[15] Credit and Savings for the Hardcore Poor (Cashpor) es una red regional de 23 programas de réplica de Grameen Bank Approach (gba) que funciona en nueve países asiáticos.

[16] Algunas variaciones de este método son utilizadas por otras imf, como se mostrará más adelante.

[17] La fuente no especifica la unidad monetaria, por lo que suponemos que se trata de dólares.

[18] El Informe 2003 de la Campaña de la Cumbre del Microcrédito reconoce que al modificar el criterio de pobreza que siete de las 50 instituciones más grandes reportaron 5’244,067 nuevos clientes como resultado de la expansión de la definición (Cumbre del Microcrédito, Informe 2003: 20).

[19] Alrededor de dos tercios de los municipios del país no cuentan siquiera con una sucursal bancaria. Del resto, la mayoría sólo tiene una sucursal en la cabecera municipal excepto en las ciudades medias en las que el número puede ser cercano a 100. Poco más de la cuarta parte de las sucursales del país se concentra en las ciudades de México, Guadalajara y Monterrey.

[20] Los montos mínimos exigidos para apertura de las cuentas y para evitar el cobro de comisiones por manejo de cuenta quedan fuera del alcance de la mayor parte de los habitantes.

[21] La gran diversidad de instrumentos financieros que han operado en el país han sido diseñados más bien considerando las necesidades específicas de los destinatarios de los recursos más que las de los ahorradores.

[22] Para el sistema financiero resulta más rentable operar pocas cuentas con altos saldos promedio que atender a una gran cantidad de cuentahabientes con depósitos ínfimos e irregulares que, usualmente, requieren gran liquidez.

[23] Se trata de un tipo de capital social intensivo con un tejido compacto construido por lazos “de unión” dentro de la propia comunidad (bonding, social capital) al cual recurren los pobres para ‘arreglárselas’.

[24] Es un capital social más difuso y extensivo (bridging, social capital) que, más que “unir”, “tiende puentes” entre grupos disímiles y suele ser el que utilizan aquellos que no son pobres para ‘superarse’.

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