Presentación
Si
bien se pueden llamar modernas a las sociedades que anclan los discursos de
verdad y justicia en los grandes relatos históricos científicos, podríamos
afirmar que dicha legitimación de lo ver-dadero y de
lo justo parece diluirse en las sociedades contempo-ráneas.
Nos enfrentamos, así, con un signo de
los tiempos que nos muestra la dificultad de entender bajo una sola perspectiva
la construcción social del espacio.
En todo caso no es que el mundo esté
fragmentado, lo que sucede es que nuestro conocimiento de él lo está y ello nos
obliga a repensarlo de otras maneras; al menos es éste el reconocimien-to
que emerge desde posturas teóricas de diversas facturas. Tal es la preocupación
de Edgar Morin, para quien el actual reto del
conocimiento científico es revertir la actual tendencia que tene-mos
de separar para analizar, la cual nos ha llevado a formas de conocimiento
excesivamente parceladas y disciplinarizadas. Se
trataría, por el contrario, de buscar formas de conocimiento que contribuyan a
rescatar el pensamiento complejo, es decir, de re-cuperar
la convergencia entre disciplinas, de aprender a pensar ‘juntando’; se trataría
de recuperar la aptitud de contextualizar, de globalizar el pensamiento. De
este modo, Morin desarrolla un ‘paradigma de la
complejidad’, que plantea ya no encontrar la teoría unitaria o el conocimiento
general, sino que se conciba más bien como un método, una forma de pensamiento
que bus-que las ligazones, las articulaciones entre disciplinas.
Quienes en algún momento nos hemos
dado cuenta de que los principios y patrones de nuestras disciplinas, nuestros cam-pos de trabajo y nuestra propia vida se quedan cortos
para desa-rrollar una concepción, un abordaje y una
práctica más amplia de la realidad b y del conocimiento, seguramente hemos
querido ex-plorar más allá de lo convencional, pero al intentarlo,
probable-mente nos hemos encontrado con un panorama tan extenso que creemos
perdernos en él.
En muy diversas épocas y desde
diferentes lugares del mun-do se han iniciado
expediciones en torno a la búsqueda o al des-cubrimiento de nuevos territorios
de la realidad y del conoci-miento. La expedición de
la que vamos a hablar, y de la cual los investigadores tenemos, incluso,
oportunidad de ser actores im-portantes, dispuestos a
emprender esta aventura, es la búsqueda por una nueva manera de ser, pensar,
sentir, actuar y abordar la realidad socioespacial;
todo lo cual se pronuncia por abolir las barreras
disciplinares y pugnar por formas de pensamiento que –si bien podrían
ubicarse dentro del amplio espectro de la inter, multi
o transdisciplina–, coinciden al menos en un punto:
la ine-ludible necesidad de ampliar el espectro
conceptual de cada una de nuestras disciplinas.
Es en las intersecciones entre
disciplinas, y a propósito de la convergencia entre vías separadas, donde han
resurgido problemas renovados de antiguas preguntas previas al enclaustramiento
disci-plinario. En este sentido, Prigogine
aboga para que la fecundidad de las comunicaciones entre interrogaciones filosóficas
y científi-cas deje de verse frustrada por
separaciones o destruida por enfren-tamientos; aunque
no por ello se trata de destruir su diferencia-ción.
La intención es, en suma, salvar las fronteras entre las disciplinas
científicas –e incluso la filosofía–, y con ese pretexto reunir pensadores de
campos muy separados y detener la superes-pecialización
que parece inminente en la ciencia.
A esta peculiar forma de
conocimiento se adscriben diver-sas propuestas que ya
no se circunscriben única y exclusivamente a una disciplina científica (llámese
urbanismo, sociología, econo-mía o planeación
urbana), sino más bien optan por desarrollar sus reflexiones desde los vértices
de muchas de ellas.
Es, precisamente, sobre esta
perspectiva que la revista Eco-nomía,
Sociedad y Territorio
ha intentado trazar algunas líneas. Si bien su surgimiento, hacia 1997,
respondió a la necesidad de dar voz a diversos planteamientos en el ámbito de
lo que podría-mos llamar ‘estudios urbanos’, como un
medio de difusión de resultados de investigación en ciencias sociales en el
marco de regiones y ciudades específicas, a la vuelta de unos cuantos años nos
es preciso reconocer que nuestro objeto de estudio se nos empieza a desbordar.
Con esta entrega de Economía,
Sociedad y Territorio,
nues-tra revista cumple cinco años de estar en
circulación en los me-dios académicos. Durante este tiempo, los estudios
urbanos y re-gionales han dado giros sorprendentes:
hemos asistido a un traslado en temas centrales de análisis, renovación de paradig-mas; pero sobre todo, se ha agudizado el componente
multidisci-plinar de este campo de estudio.
Los temas que a lo largo de estos
años se han abordado en nuestra revista han transitado de temáticas específicas
y especia-lizadas en el ámbito de los estudios
urbanos y regionales; y poco a poco nos hemos visto en la necesidad de ampliar
ese espectro conceptual, pues, parafraseando a García Lorca, el desarrollo de
las regiones se nos escapa como peces sorprendidos, “unos pocos llenos de
lumbre, la mayor parte de ellos llenos de frío”.
Situados en esta perspectiva,
quienes estamos comprometi-dos en la labor editorial
de esta revista hemos tenido que recono-cer que la
lógica en que se encuentran inmersas las regiones y ciudades contemporáneas
exige ser analizada desde ámbitos que no han sido los tradicionales en los
abordajes de corte territorial; se trata de metrópolis de dimensiones
impensables hace unos pocos años, con formas específicas de vida, que se ven
rotas en varios sentidos. Regiones que no tienen unidad, pues en ellas
coexisten todo tipo de espacios que responden a diversas épocas y mode-los; y donde el habitante sólo conoce y vive algunas
zonas y se reconoce en ellas. Ciudades que se configuran en una topología donde
todos los lugares son equivalentes, donde cada habitante vive su propia ciudad,
que puede tener poco que ver con la que viven sus conciudadanos. La nueva
centralidad –si la hay– es la de los espacios múltiples y de usos diversos en
los que el comer-cio junta lo que la ciudad separó.
Ciudades donde la desigualdad
económica y cultural es cada vez mayor, donde la globalización juega un papel
fundamental porque sus propuestas son excluyentes. El cambio es profundo y
afecta las formas de vida, el sentido y el uso del tiempo; la lógica de la
globalización –que va mucho más allá de lo económico– se impone a través de
cambios que afectan profundamente la vida cotidiana; y donde se ha roto el
entramado ético que les da cohe-sión.
Es muy probable que, quien se
acerque a esta revista por vez primera, la encuentre más cercana a las ciencias
sociales en general, que a los estudios urbanos en particular; y ello es, para
nosotros, una muestra del tránsito hacia la pluralidad de inter-pretaciones que nos es preciso reconocer en este principio
de siglo. Prueba de ello son las reflexiones que se reúnen en este número donde
encontramos una gran diversidad de posturas, te-mas y de formas de análisis.
Presentamos, en principio, una
reflexión que en torno al federalismo fiscal nos ofrece Manuel Díaz. Con amplio
conoci-miento de la temática, nos guía a través de
los principios básicos del federalismo, un tema de actualidad no sólo para
académicos, sino también para quien está involucrado en los ámbitos guber-namentales. Ha sido lugar común advertir las ventajas
que se asig-nan a las prácticas descentralizadoras;
sin embargo, Manuel Díaz nos invita a meditar también en torno a las
desventajas de las formas de gobierno tanto centralizadas como
descentralizadas, de donde emerge la necesidad de recuperar la construcción so-cial del espacio desde diversas perspectivas.
Gerardo Tunal, por su parte, se
interesa en el análisis de la flexibilidad laboral, cuestión que
tradicionalmente ha captado el interés de los estudios territoriales ante la
emergencia de la rees-tructuración productiva. Sin
embargo, contrario al análisis tradi-cional que
aborda este tema tomando como objeto a las empre-sas,
Tunal se interesa por analizar la flexibilidad laboral a la luz de los
contratos colectivos de trabajo, una perspectiva poco abor-dada
y en torno a la cual nos ofrece reflexiones interesantes para el caso mexicano
en particular.
También interesados en el análisis
de corte territorial, pero en este caso destacando el papel de la cuestión
electoral, Javier Arzuaga y Carlos Alberto Sara nos presentan un trabajo en
torno a las elecciones presidenciales del 2 de julio de 2000 en México. La
importancia de dicha contienda electoral no sólo está marca-da por haberse
constituido en símbolo de la alternancia en el poder en nuestro país, sino además,
por la emergencia de un fe-nómeno que fue
significativo en los resultados electorales: la lla-mada
‘alianza virtual’. Arzuaga y Sara sostienen que a pesar del fracaso del intento
formal por constituir una única gran alianza entre partidos políticos para
derrocar al partido en el poder, ésta fue generada por el propio electorado.
Desde una preocupación que se sitúa
en el límite de diver-sas disciplinas, Mario Arroyo
nos invita a reflexionar en torno a los diversos discursos que se tejen en
torno a los derechos huma-nos y la estrecha relación –quizá poco percibida– que
tienen con la criminología y victimología. De este
modo, Arroyo nos convo-ca a reconocer que no existe
una sola forma de otorgarle signifi-cado a los
derechos humanos, y que mientras se siga ignorando el vínculo que tienen con
los estudios criminológicos, sólo se está reconociendo una parte del problema
que tienen que enfrentar.
El trabajo que nos ofrece Hossein Godazgar nos obliga a
hacer un alto en el camino. Acostumbrados, como estamos, a realizar nuestros
análisis en el marco de lo global, como ese cu-rioso
eufemismo que parece todo abarcar; no pocas veces olvida-mos
que ciertas sociedades viven y experimentan este mundo contemporáneo de muy
diversas maneras. De este modo, con el pretexto de reflexionar en torno a la
función social de la labor educativa en el Irán actual, Godazgar
nos invita a un recorrido por una sociedad que se nos antoja distante desde
nuestra reali-dad latinoamericana, mediante un
análisis del ‘curriculum ocul-to’
en el sistema de enseñanza del Irán actual –el cual se ha visto modificado a
partir de la revolución islámica de 1979– nos per-mite atisbar las diferencias
sociales y de género que se configuran en una sociedad fuertemente marcada por
la presencia religiosa.
Por último, en la sección de reseñas
presentamos en esta ocasión dos reflexiones. La primera de ellas es en torno al
libro Paris ville invisible del conocido filósofo Bruno Latour y de Emi-lie Hermant y
editado por Découverte en 1998; quienes, a decir de
Antonio Arellano y León Arellano nos ofrecen una teoría de lo social que
reflexiona en torno a las inscripciones presentes en la ciudad, así como las
dimensiones, escalas y totalidades inmer-sas en ella.
La lectura del libro de Latour y Hermant
que nos ofrecen los autores de la reseña, nos permite reconocer que una ciudad
puede ser a la vez muchas ciudades, dependiendo de la forma en que nos
acerquemos a ella desde el análisis; es de este modo que brindamos por la
posibilidad de contar en poco tiem-po con una
traducción al Español de este interesante libro.
Por su parte, Eugenio Martínez
reflexiona en torno al ago-tamiento de las políticas
de asistencia social en México a partir del libro de Gloria Guadarrama: Entre
la caridad y el derecho. Un estudio sobre el agotamiento del modelo nacional de
asisten-cia social recientemente editado por El Colegio Mexiquense. Este
libro, a decir de Martínez, viene a llenar un vacío existente en el ámbito del
análisis de las políticas públicas de asistencia social que han sido, en muchas
ocasiones, reducidas al ámbito de la caridad.
Con esta entrega de Economía,
Sociedad y Territorio
espe-ramos ofrecer a nuestros lectores una
posibilidad para ampliar el espectro conceptual bajo el que se han encasillado
a los estudios territoriales.