La cooperación como proceso: construcción de la etnografía
institucional en Bangladesh
David Lewis*
Abstract
This
paper presents a research into the relationships between the agencies
participating in developing projects, taking as a case study an acuaculture project in Bangladesh. The roots of the present
case study, can be traced back to research undertaken during 1990-92 by the
Overseas Development Institute (odi),
which investigated government and non-governmental organisation
(ngo) linkages during efforts to
promote technical change in the agricultural sector using case studies
collected. in Asia, Africa and Latin America. The research concluded that while
collaboration between ngos and
government agencies was certainly taking place and in many cases generating
potentially useful new approaches and insights, there was no straightforward
‘functional’ division of agency roles. On the other hand, the social, political
and historical contextual factors in different countries were crucial
determinants of link-age effectiveness.
Keywords: ngo,
development projects, acuaculture, inter-agency
partnership.
Resumen
El texto
presenta una investigación acerca de las relaciones entre las diferentes
organizaciones que participan en los proyectos de desarrollo, tomando como caso
de estudio un proyecto de acuacultura en Bangladesh. El origen de este trabajo
es la investigación llevada a cabo entre 1990 y 1992 por el Instituto del
Desarrollo en el Exterior (Overseas
Development Institute, odi), mediante la cual se investigaron
los vínculos de las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales (ong) durante
los esfuerzos para promover el cambio tecnológico en el sector agrícola, usando
estudios de caso de Asia, África y Latinoamérica. La investigación concluye que
si bien la colaboración entre las ong y las agencias gubernamentales ciertamente estaba
teniendo lugar y en muchos casos generaba nuevos enfoques e ideas
potencialmente útiles, no existía una división ‘funcional’ verdadera de los
roles de las organizaciones. Por otro lado, el contexto social, político e
histórico en los diferentes países resulta ser un determinante crucial para la
efectividad de los vínculos establecidos.
Palabras clave:
ong,
proyectos de desarrollo, acuacultura, cooperación interorganizacional.
*
Centro para la Organización Voluntaria, London School
of Economics and Political Science. Correo-e: D.J.Lewis@lse.ac.uk
1. Introducción[1]
En este artículo
se presenta una investigación acerca de las relaciones en proyectos interorganizacionales. En la metodología adoptada durante
esta investigación resultó central adoptar una perspectiva procesual de los
proyectos, lo que generó un conjunto de problemáticas e ideas distintivas. En
un nivel conceptual, las ideas acerca de los procesos también contribuyeron a
ampliar nuestra comprensión de la naturaleza de la cooperación entre organizaciones durante los
proyectos. Las raíces del presente trabajo pueden encontrarse en la
investigación llevada a cabo entre 1990 y 1992 por el Instituto del Desarrollo
en el Exterior (Overseas Development
Institute, odi), en la que se analizaron los vínculos de las
organizaciones gubernamentales y no gubernamentales (ong) durante los esfuerzos para
promover el cambio tecnológico en el sector agrícola, usando estudios de caso
de Asia, África y Latinoamérica. La investigación concluyó que si bien la
colaboración entre las ong
y las agencias gubernamentales ciertamente estaba teniendo lugar, y en muchos
casos generaba nuevos enfoques e ideas potencialmente útiles, no existía una
división funcional
efectiva de los roles de las organizaciones, y el contexto social, político e
histórico en los diferentes países, lo que resultaba un elemento crucial para
la efectividad de los vínculos (Farrington y Bebbington, 1993).
La vertiente sudasiática
de la investigación, documentada por Farrington y
Lewis (1993), atrajo la atención de uno de los grupos consultivos de
investigación agrícola internacional: el Centro Internacional para el Manejo de
los Recursos Acuáticos Vivientes (iclarm, por sus siglas en inglés), que decidió
desarrollar con el odi
un proyecto de investigación para estudiar los vínculos interorganizacionales
en la acuacultura. Con el apoyo de los fondos restringidos de la entonces
Administración de Desarrollo en el Exterior (oda,
por sus siglas en inglés), se diseñó un proyecto conjunto para iniciar la
investigación del odi
usando como caso de estudio la participación del iclarm en la investigación y
extensión de la acuacultura en Bangladesh. Al mismo tiempo, el iclarm buscaba desarrollar una serie de
vínculos institucionales o colaboraciones, de los tipos analizados en el
proyecto de investigación de odi
tanto con el gobierno de Bangladesh como con diversas ong.
Los objetivos de este proyecto de
investigación conjunto (al que se haremos referencia en este documento como investigación
odi) eran de dos tipos:
·
El objetivo primario era sugerir un arreglo institucional a través del cual
pudieran crearse y sostenerse los mecanismos para promover la investigación y
extensión efectivas de la acuacultura;
·
El objetivo secundario era documentar el proyecto interorganizacional
de acuacultura del iclarm
para obtener enseñanzas generales y desarrollar una guía para la planeación de
futuros proyectos.
Antes de entrar a
la discusión del proyecto y de la investigación referida, es necesario hacer
algunas aclaraciones introductorias acerca de la acuacultura en Bangladesh. A
pesar de los notables incrementos en la producción agrícola en años recientes
–de manera que el país se aproxima actualmente a la autosuficiencia de granos–,
el constante crecimiento poblacional ha ejercido una enorme presión sobre los
recursos naturales. En ausencia de nuevas tierras cultivables y ante las
limitadas oportunidades para intensificar aún más la producción agrícola, la
acuacultura se ha convertido en una importante estrategia de desarrollo, puesto
que existe la percepción generalizada de que Bangladesh posee una riqueza de
recursos acuáticos subutilizados o inutilizados (Lewis, Wood y Gregory, 1996).[2]
2. El proyecto iclarm
El iclarm ha
estado involucrado en años recientes en una serie vinculada y consecutiva de
proyectos cortos de acuacultura con el gobierno de Bangladesh, financiados en
gran parte por usaid (ayuda internacional de eeuu). El proyecto actual pretende
desarrollar y proporcionar tecnologías de acuacultura de bajo costo y baja
inversión, principalmente por medio de la difusión detallada de técnicas
adecuadas para el manejo de las lagunas, incluyendo las densidades de colonias
de peces, el régimen de alimentación, la preparación de los estanques y las
mezclas adecuadas de especies que las familias de bajos ingresos puedan emplear
fácilmente como parte de sus carteras de actividades productivas. Un componente
estructural clave del proyecto es la compleja estructura de la cooperación
institucional entre las agencias gubernamentales, las ong y los investigadores
internacionales. Se está capacitando a los trabajadores de extensión del
gobierno y al personal de campo de las ong, quienes transmiten esta
capacitación a los grupos campesinos que buscan desarrollar la acuacultura como
parte de una serie de actividades productivas apoyadas por créditos otorgados
por ong.
Las mujeres que tienen muy poca o ninguna tierra forman el grupo
objetivo de muchas ong en
Bangladesh.
Los orígenes del proyecto iclarm se
encuentran en los vínculos informales entre algunos integrantes del personal de
campo del Comité para el Avance Rural de Bangladesh (brac, por sus siglas en inglés)
y ciertos miembros del Instituto de Investigación de la Pesca (fri por sus
siglas en inglés); vínculos que se establecieron a finales de la década de los
años 80, cuando brac
empezaba su programa de acuacultura y necesitaba cierto apoyo técnico. El iclarm ya
estaba entonces en contacto con el fri. Al mismo tiempo, usaid estaba buscando formas de
mejorar la efectividad de su trabajo para fortalecer los institutos de
investigación agrícola nacional (incluyendo al fri) en Bangladesh. En 1991 se
estableció un taller entre todas estas agencias y 31 ong, y nació así la idea de
trabajar para involucrar a las ong en el más amplio esfuerzo de extensión de la
acuacultura en Bangladesh.[3] Lo
que surgió como resultado de esto fue un proyecto interorganizacional
titulado: “Transferencia tecnológica y retroalimentación a través de ong” que fue
financiado por usaid.
La Fase I se llevó a cabo en 1992-93 y la Fase II continuó en 1993-94 aunque se
extendió, debido a retrasos, hasta 1995. Este proyecto, que denominaremos el
proyecto iclarm,
es el sujeto del presente artículo.
El proyecto iclarm involucra a agencias
gubernamentales y a ong
de Bangladesh, y fue diseñado para fortalecer la capacidad de investigación en
acuacultura y la sensibilidad hacia las demandas de los campesinos, así como la
capacidad del sistema mayor, que actualmente abarca tanto al gobierno como a
las ong,
como agente de extensión. Hay tres diferentes agencias gubernamentales
participando en el proyecto iclarm.
El fri
es el cuerpo de investigación del sector público responsable de la acuacultura
y tiene su sede en Mymensingh. El fri es una institución de
investigación relativamente nueva que no cuenta con acceso a los recursos
adecuados y con un espíritu de equipo relativamente bajo, pero fue considerada
por el iclarm
como poseedora del potencial para hacer una contribución a las tecnologías
relevantes para el desarrollo, si se le proporcionaba el financiamiento
adecuado por parte de usaid
y el soporte técnico por parte del iclarm.
El Departamento de Pesca (df, por sus
siglas en inglés) controla este servicio en el ámbito nacional, pero también
carece de recursos y personal suficientes, y cuenta sólo con un Oficial de
Extensión Pesquera en cada Thana, la unidad local de
gobierno, que en algunas zonas puede tener hasta un millón de habitantes. El
proyecto pretende involucrar a trabajadores de campo de ong en una relación de
cooperación con el personal de df, aunque éste tiene una orientación más dirigida
hacia los objetivos productivos que hacia la pobreza. Finalmente, el Consejo de
Investigación Agrícola de Bangladesh (barc, por sus siglas en inglés)
es el cuerpo que, desde una posición superior, coordina la investigación y
evalúa el proyecto, aunque en la práctica el barc no tenga una función clara
al interior del proyecto debido a su limitada capacidad para monitorear las
actividades en el campo.
Durante la década de los ochenta,
muchas de las ong
de Bangladesh estuvieron involucradas en la promoción de la acuacultura entre
sus grupos organizados de campesinos marginales y sin tierra, proporcionándoles
créditos y apoyo técnico. Además de las tres agencias gubernamentales
descritas, existen cinco ong
involucradas en el proyecto iclarm.
Para superar las limitaciones del sistema de extensión del gobierno, el
proyecto ha hecho la invitación a las ong para actuar como agentes
adicionales de extensión, trabajando de manera conjunta con el df para
distribuir la tecnología a sus propios grupos objetivo (normalmente campesinos
sin tierras, especialmente mujeres). Las ong también han sido invitadas a
retroalimentar a los investigadores y capacitadores del fri respecto a los resultados y
las necesidades de la investigación. El personal de campo de las ong es
capacitado por personal del fri
y del iclarm
junto con el df,
de manera que esta capacitación pueda después ser transmitida a los campesinos
mediante la demostración y la práctica. Además, las ong otorgan créditos a los
miembros de su grupo. Las ong
involucradas son el Comité para el Avance Rural de Bangladesh (brac), Proshika –dos de las más grandes ong del país–, y tres pequeñas ong locales: Banchte Shekha y Jagorani Chakra, con sus sedes en
Jessore, al sur del país; y Thengamara
Mohila Sabuj Sangha (tmss) que
realiza sus actividades en Bogra, al norte.
Para el proyecto iclarm, el desarrollo de vínculos
de cooperación entre los investigadores del gobierno y las ong resulta central en la idea
del desarrollo de prácticas de acuacultura de baja inversión y bajo costo, que
puedan ser adoptadas y mantenidas por una población rural de bajos ingresos,
capaz, a su vez, de retroalimentar a los investigadores a través del personal
de campo de las ong
y de los trabajadores de extensión. Cada grupo de las ong mantiene un banco de datos
detallado para sus propósitos. Los supuestos clave son que las ong necesitan
apoyo técnico en sus programas de acuacultura, el cual puede conseguirse a
través de la capacitación especializada, y que las ong tienen una gran fuerza
comparativa para establecer vínculos de origen popular (Gupta
y Shah, 1992).
3. Discusión teórica
El trabajo
teórico reciente en las ciencias sociales ha explorado los diferentes tipos de
conocimiento y formas de representación incluidas en los proyectos de
desarrollo. Siguiendo la perspectiva teórica de Foucault (1971) acerca de las
formas en que el conocimiento es histórico, político y socialmente construido
como discurso,
el antropólogo James Ferguson (1990) demostró cómo un
proyecto ganadero financiado por el Banco Mundial en Lesotho
necesitó primero construir y representar un problema rural que podría entonces ser resuelto por una intervención del proyecto.
Sin embargo, Ferguson argumenta que esta realidad
construida o discurso, que se requería para justificar la existencia del
proyecto, no necesariamente correspondía a las realidades locales, y de hecho
era dirigido por las estructuras más amplias del poder institucional, al
interior de las cuales las agencias externas intervenían en la vida económica y
social de Lesotho.
Esta perspectiva resulta útil por
dos razones: en primer lugar, abre la posibilidad de que exista mucho más
detrás de los proyectos de desarrollo de lo que normalmente se describe en la
literatura oficial sobre proyectos (que pueden, desde luego, tanto apoyar como
restringir sus objetivos oficiales). Si estos discernimientos se hacen más visibles
para los actores de los proyectos, es posible que se aprenda más acerca del
progreso y potencial de estos últimos. En segundo lugar, sugiere que entre los
diferentes actores participantes pueden coexistir múltiples realidades al
interior de un proyecto, cuyo reconocimiento puede ayudar a explicar las
diferentes motivaciones para involucrarse en ellos, así como a estimar la
probabilidad de que puedan surgir resultados inesperados.
Todo lo anterior indica que la
visión convencional –y todavía común– de los proyectos como sistemas lineales y
controlados deja de lado aspectos fundamentales de su naturaleza, orígenes y
carácter, y que es posible descubrir más información que promueva un nivel más
alto de aprendizaje institucional. De manera particular, los intentos de
comprender los esfuerzos actuales para negociar entre diferentes intereses y
reconciliar conflictos puede ofrecer la clave para un mejor desempeño. En un
artículo, Long (1996: 57-58) escribe:
Las interacciones entre el gobierno
y las agencias externas involucradas en la instrumentación de programas
particulares de desarrollo, y los llamados receptores o población campesina, no
pueden entenderse de manera adecuada a través del uso de concepciones
generalizadas, como “relaciones estado-campesinado”, o recurriendo a conceptos
normativos como “participación local”. Estas interacciones deben ser analizadas
como parte de los procesos actuales de negociación, adaptación y transferencia
de significados que tienen lugar entre los actores específicos interesados.
Long demuestra aquí lo que él llama
la metodología de “análisis de interfase”, pero sus
comentarios son igualmente relevantes para la perspectiva procesual que hemos
adoptado en este trabajo, y que se discutirá en este documento.
4. El discurso de cooperación
Es sólo
recientemente que los gobiernos y quienes financian los proyectos han
‘descubierto’ a las ong
y las han situado en posiciones más prominentes al interior de los proyectos de
desarrollo (Edwards y Hulme, 1995). El gobierno de
Bangladesh se comprometió de manera explícita a trabajar con las ong como
“socios para el desarrollo” a partir del Quinto Plan de Cinco Años, elaborado
en 1990.
Sin embargo, el lenguaje de la
cooperación es flexible y, como hemos señalado, puede también ser visto como un
discurso foucaultiano producido por la prevaleciente
conformación del poder y la influencia institucionales, a medida que las
agencias de desarrollo, tanto el gobierno, como las ong y el Centro Internacional de
Investigación Agrícola (el iarc,
por sus siglas en inglés) compiten por recursos y estatus en relación con la
dotación externa de éstos. Bangladesh es uno de los países más dependientes de
los apoyos a nivel mundial, que suman casi 8% del pib. Esto significa que lo que
respecta a las cooperaciones, a los vínculos y a otros arreglos de
colaboración, puede no ser tan directo como parece, puesto que es probable que
éstos estén vinculados a las más amplias negociaciones de los recursos entre
los actores de las organizaciones. Por ejemplo, Biggs
y Neame (1995) discuten que los modelos lineales del
desarrollo tienden a obscurecer el hecho de que las ong no son agencias individuales,
sino que operan en un contexto más amplio basado en negociaciones con redes y
coaliciones más amplias, tanto formales como informales, con otras
organizaciones. El proceso de negociación puede ser usado por
las ong
(y por otras organizaciones) para desafiar las percepciones de quienes otorgan
los financiamientos y del gobierno y, por supuesto, para lo contrario.
Dos ejemplos tomados del proyecto iclarm
resultan relevantes:
·
Los motivos de las organizaciones para involucrarse en cooperación (en términos
de lo que cada una quiere obtener de su colaboración) pueden perfectamente
diferir entre las organizaciones participantes. Por ejemplo, mientras que el iclarm ve a
las ong
como las encargadas de difundir las tecnologías de acuacultura entre los
campesinos y de proporcionar retroalimentación, la ong Proshika
tiene sus propios programas, por ejemplo, el intento de influir entre los
campesinos y los investigadores acerca del uso de tecnologías más orgánicas de
acuacultura.
·
Los arreglos en la práctica pueden ser diferentes de aquellos descritos de
manera oficial. Por ejemplo, mientras que, en teoría, df tiene autoridad para la
extensión de la acuacultura en el país, en la práctica no tiene el personal
necesario para llevar a cabo esta labor, pero no necesariamente está dispuesto
a delegar esta tarea a las ong
porque éstas compiten por la misma legitimidad y los mismos escasos recursos.
Existen también
suposiciones contrarias detrás de la centralidad del fri en el trabajo del iclarm en
Bangladesh. Aunque es claro que esta relación tiene sus raíces en la autoridad
del iclarm
como organización internacional de investigación para establecer vínculos y
tratar de fortalecer a la institución nacional de investigación ‘apropiada’ en
lo que respecta a la investigación sobre acuacultura, surgen dos problemas de
esta estrategia.
El primero se refiere a las dudas
que existen en algunos círculos acerca de la efectividad del fri como
institución de investigación y acerca de su forma de operar, tanto en términos
de la permanente escasez de recursos, como de la cultura institucional, lo que
hace poco probable el viraje hacia una investigación acuícola centrada en los
campesinos.[4] El segundo problema es la
existencia de dudas más amplias acerca de la importancia global de las
restricciones técnicas en la acuacultura, que pueden ser resueltas mediante la
investigación científica a través de proyectos como éste, comparadas con las
restricciones sociales y económicas (Worby, 1994;
Lewis, Wood y Gregory, 1996).
Por lo tanto, es tentador sugerir
que el iclarm
y el fri
se necesitan mutuamente para la supervivencia institucional individual de cada
organización mucho más de lo que las familias campesinas de bajos recursos de
Bangladesh necesitan de nuevas tecnologías para la acuacultura. El fri
evidentemente necesita un patrocinador, al igual que muchas de las
organizaciones semejantes en Bangladesh. Por otro lado, los campesinos en el
ámbito de la aldea que tratan de involucrarse más en la acuacultura están
luchando con problemáticas como el acceso a los derechos sobre las lagunas, la
dotación oportuna de materiales adecuados para la acuicultura, y con un acceso
al crédito y a los mercados que dista mucho de ser el adecuado; estos puntos se
abordan detalladamente adelante.
Entre más se descubre acerca de
estos discursos, más podemos determinar las bases prácticas para la
colaboración, y las limitaciones al interior del proyecto que pudieran
distorsionarlo. La investigación odi sugiere que en algunos casos la base para el
vínculo de colaboración fue mal ubicada, mientras que, al mismo tiempo, otras
oportunidades de complementariedad entre las organizaciones y los proyectos
fueron ocasionalmente desperdiciadas. Por ejemplo, el Proyecto oda de Pesca del Noroeste, un proyecto
de investigación y extensión en acuacultura, con muchas similitudes y lecciones
que compartir con el proyecto iclarm (ha establecido vínculos con trece ong), no tiene
vínculos formales con el fri
y actualmente ha cambiado sus objetivos originales de producción e
investigación por el de la extensión de tecnologías ya existentes. Tampoco
parece haber un nivel particularmente alto de mutuo aprendizaje entre el iclarm y el oda en Bangladesh.
Otra característica del efecto
potencialmente distorsionador del discurso de la organización dominante es que
se vuelve necesario
para la acuacultura el ser representada sobre todo como un problema técnico
(debido a que los dos socios institucionales clave tienen una prioridad de
investigación), aun cuando hay cada vez mayor evidencia proveniente de las
investigaciones y de la experiencia de las ong que resalta el hecho de que
las limitaciones para la intensificación de la acuacultura en Bangladesh son
principalmente económicas y sociales. Entre estas limitaciones se encuentran la
poca disponibilidad de recursos, los conflictos en torno al uso múltiple de las
lagunas, las dificultades para el arrendamiento seguro de las lagunas, el alto
nivel de riesgo de inversión al que los aldeanos de bajos ingresos se oponen
enormemente, las complejidades de género en la distribución del trabajo y la
ganancia al interior de las familias, y los asuntos de clase y patronazgo en
donde los dueños de las lagunas pueden reclamarlas una vez que quede claro que
éstas son provechosas (Worby, 1994; Lewis, Wood y
Gregory, 1996). Estas inflexibles realidades contrastan mucho con la imagen
oficial de Bangladesh como un país salpicado de cientos de miles de lagunas
inutilizadas o subutilizadas con potencial para un incremento masivo de la
producción acuícola.
5. La metodología de
investigación
El proyecto de
investigación odi
aseguró su financiamiento gracias a los medios restringidos del oda; inició en marzo de 1994 y fue
calendarizado para llevarse a cabo durante dos años. El plan básico de
investigación era que el odi
documentara, en principio, la historia del proyecto iclarm, con énfasis particular en
los procesos de toma de decisiones, en los vínculos de cooperación tanto
exitosos como no exitosos, y en las expectativas y percepciones de la
organización acerca de las actividades del proyecto. Esto puede semejarse a la
idea de la construcción de una “etnografía institucional” del proyecto, término
empleado por Escobar (1995) para describir el registro detallado de los
procesos y las relaciones utilizando enfoques y metodologías antropológicas. La
idea era desarrollar e instrumentar, con los participantes y beneficiarios del
proyecto, las ‘correcciones de rumbo’ que se orientarían a los problemas y a
las limitaciones detectadas.
La intención original del proyecto
de investigación y documentación odi fue conformar tres talleres con participantes del
proyecto iclarm,
seguidos de un grupo semiestructurado y de
entrevistas individuales. Las discusiones y entrevistas iniciales del taller
fueron grabadas para proporcionar un punto de referencia para los supuestos,
actitudes y experiencias contra las cuales podía debatirse en las sesiones, los
éxitos y fracasos reconocidos, y las soluciones desarrolladas. Las técnicas de
observación participante también se emplearían tanto en la oficina del proyecto
como en las salidas de campo a las localidades donde las nuevas tecnologías
estaban siendo presentadas a los campesinos por las ong, el gobierno y el personal
del proyecto. Además de ello, se consultaría la documentación del proyecto, se
trazaría una historia alternativa de éste, incluyendo los resultados planeados
e inesperados, así como discusiones comparativas con otras organizaciones
involucradas en acuacultura.
El concepto del “proyecto como
proceso” fue fundamental para la investigación y apuntaló la selección de una
forma de monitorear el proceso para documentar las expectativas y las actividades,
y para planear las correcciones de rumbo. La metodología de monitoreo e
investigación del proceso –un conjunto de enfoques alternativos al monitoreo
convencional, flexibles y en evolución– difiere de lo que en algunas ocasiones
se ha denominado la visión ‘heliográfica’ de los proyectos, que confía en la
planeación lineal y en el diseño de los proyectos, a menudo como sistemas
cerrados. En contraste, el monitoreo e investigación de los procesos descansa
sobre el supuesto de que los proyectos son sistemas abiertos en donde las
soluciones a los problemas pueden surgir a través de la experimentación y la
práctica, más que a través del diseño. Se concibe al desarrollo como un proceso
dinámico que puede ser percibido de diferentes maneras por actores sociales e
institucionales diversos, y que probablemente genera importantes resultados
inesperados (Mosse, 1998).[5]
6. El análisis del
proyecto iclarm
como proceso
Como se ha
señalado, el proyecto iclarm
está en realidad conformado por una serie de proyectos orientados al desarrollo
y a la introducción de tecnologías sustentables de acuacultura. Estos proyectos
se han extendido y ajustado en la medida en que la experiencia (y los fondos
disponibles) lo han permitido. En ese sentido, puede ser visto como punto de
partida tanto para la comprensión como para el acercamiento a una serie de
problemas importantes en torno a la acuacultura y, de manera más general, a la
cooperación interorganizacional. Los problemas y los
resultados no esperados, como se discutirá aquí, pueden resultar valiosos y
deben, por lo tanto, ser registrados más que omitidos en los documentos de los
proyectos. Esta es una de las ventajas de emplear este tipo de registro del
proceso.
Gran parte del proyecto odi se destinó
a discutir las intenciones originales del proyecto iclarm y a compararlas con lo que
en realidad estaba ocurriendo en la práctica. Los vínculos de cooperación al
interior del proyecto se categorizaron y se identificaron varios niveles de
cooperación. Mediante entrevistas con personas clave del proyecto se hicieron
intentos (algunos de los cuales quedaron inconclusos, como se explicará en la
sección 7) para entender cómo habían funcionado estos vínculos, las
limitaciones que se enfrentaron y las posibles formas en que éstas pudieron
superarse.
Algunos de estos vínculos resultaron
eficaces, otros débiles; estos vínculos se clasifican de manera preliminar en
el cuadro 1. En el caso de aquellos vínculos que fueron categorizados como
débiles, se discutieron algunas acciones para corregirlos. Por ejemplo, cuando
se identificaron tensiones entre las grandes ong y las pequeñas, y entre éstas
y el personal local de df,
se exploró la posibilidad de fortalecer, a través de cabildeos y negociaciones,
un foro regional de acuacultura de la Asociación de Organizaciones para el
Desarrollo en Bangladesh (adab,
por sus siglas en inglés), aunque con resultados diversos. Sin embargo, cada
uno de estos vínculos y los subsecuentes intentos por corregir el rumbo
ayudaron a entender mejor el problema global de la cooperación.
Cuadro 1
Puntaje en
vínculos de cooperación y su eficacia relativa
Clave: F, fuerte; M, media o variada; D, débil. Nota:
Estas son valoraciones indicativas basadas en entrevistas, observación de campo
limitada y percepciones de los actores.
Aunque el proyecto odi
no duró lo suficiente como para alcanzar el resultado esperado, se detectaron
hallazgos significativos. El proyecto iclarm había logrado muchos de
sus objetivos, los cuales proporcionarán oportunidades a las ong para
acceder al apoyo técnico en sus programas de acuacultura, para reportar los
problemas enfrentados por los campesinos con los que trabajan y para comenzar a
crear, por primera vez, vínculos con organismos gubernamentales de acuacultura.
Para finales de 1994, un total de 3, 563 campesinos (de los cuales 2, 029 eran
mujeres) había sido capacitado, 900 lagunas habían sido cultivadas y la
tecnología resultó a todas luces efectiva cuando se aplicó ‘adecuadamente’.
Se ha fortalecido de manera
particular la curva de retroalimentación de los campesinos hacia los
investigadores, a través de las ong. Se han realizado modificaciones al paquete
original de tecnología uniforme del proyecto iclarm, que ha sido rediseñado en
opciones diferentes de manera que se tomen en cuenta las diversas prioridades
agroecológicas con base en la retroalimentación proveniente de los campesinos,
vía las ong
que participan en diferentes regiones agro-climáticas (iclarm, 1994). Además, los
investigadores del gobierno y de las ong están, tal vez por primera vez, dialogando entre
sí acerca de la acuacultura. En el papel, se ha cumplido en gran medida con los
objetivos propuestos. Pero una vez que echamos un vistazo al proyecto tal y
como se inserta en un sistema más amplio de relaciones y discursos, queda claro
que en ciertas áreas clave serían deseables otros resultados. Como era de
esperarse, hay aún algunas áreas débiles:
·
Los vínculos entre las organizaciones pueden no durar más allá del término del
apoyo del ‘respaldo técnico’, el trabajo motivador y la dotación de fondos.
·
La ‘cultura institucional’ al interior de las agencias gubernamentales, como el
FRI, continúa en lo fundamental orientada alrededor del viejo modelo de
transferencia de tecnología. El lenguaje participativo se está asimilando mucho
más rápido de lo que se está llevando cabo y las actitudes de algunos de los
nuevos miembros se están volviendo más abiertas, pero esto tiene poca
influencia si no cuentan con el apoyo de sus superiores.
·
Las relaciones entre las ong
nacionales y las locales son a menudo débiles y faltas de coordinación. Las
grandes ong
tienden a concentrar muchos recursos y requieren de poco apoyo técnico, salvo
el más especializado; las ong
más pequeñas necesitan tanto recursos, como apoyo y capacitación técnica básica.
Los intentos por fortalecer los vínculos a través del foro adab de acuacultura, creado por
la organización nacional que agrupa a las ong, son cuando mucho tentativos,
en parte debido a que los intereses de las ong más grandes tienden a
prevalecer al interior de adab
por encima de aquellos de las ong más pequeñas, y muchas de las ong pequeñas no se afilian a adab y quedan,
por lo tanto, excluidas de cualquier beneficio que pudiera surgir.[6]
·
Ha existido un nivel relativamente bajo de coordinación, así como de
intercambio de lecciones aprendidas entre el iclarm y el oda, que opera un proyecto más grande en
Bangladesh, con al menos algunos intereses comunes.
·
Es posible que los campesinos sean vistos ahora por algunos organismos
gubernamentales como capaces de probar y adaptar las tecnologías que se les
proporcionan, pero no todavía como una fuerza capaz de orientar de manera
significativa los programas de investigación.
·
Los problemas enfrentados por los campesinos de bajos ingresos en la adopción
sustentable de tecnologías de acuacultura son todavía agudos, y sobre todo de
carácter social y económico, más que técnico.
Sin embargo, a
pesar de lo grave de dichos problemas, éstos conforman un programa para la
acción de las organizaciones y de los proyectos que intentan combatirlos. Por
lo tanto, es posible generar una agenda para la acción práctica al crear o
expandir el ‘espacio de acción’ a través del enfoque procesual adoptado por la
investigación odi.
7. Problemas
emergentes
Este análisis
desembocó en varias iniciativas, desarrolladas ya sea por el proyecto iclarm o por
el proyecto odi
(o de manera conjunta), para profundizar en el aprendizaje de los proyectos y
llevar a cabo correcciones de rumbo. Los principales problemas que surgieron
están sintetizados en este apartado.
En primer lugar, las contingencias
del registro de los proyectos no necesariamente llevan a la interrogación de
toda la evidencia disponible (disponible para los socios del proyecto)
relacionada con el desempeño de la cooperación o con la internalización de las
lecciones aprendidas. El hecho de que exista un tercer actor involucrado –el odi, en este
caso– puede jugar un papel útil al respecto. En segundo lugar, la cooperación
sólo tiene sentido si demuestra haber logrado ciertos resultados que no
hubieran sido posibles por cada uno de los socios de manera aislada. Algunas
veces la retórica o discurso de cooperación puede usarse en sí para exigir
atención y recursos, y esto puede responder a una gran variedad de intereses y
objetivos políticos. La documentación del proceso puede alentar a los
participantes del proyecto a confrontar las brechas entre lo que están
diciendo, lo que dicen estar haciendo, y lo que en
realidad hacen.
En tercer lugar, el proceso de
construcción de la etnografía institucional de un proyecto puede generar
actividades nuevas y suplementarias orientadas a corregir las limitaciones.
Algunas veces estas actividades surgen de los resultados inesperados. Pero
muchas organizaciones inmersas en un entorno de dependencia de recursos tienen
dificultades para enfrentarse a las preconcepciones y a las envidias entre
organizaciones, así como para mejorar la comunicación y, por lo tanto, el
desempeño al interior del proyecto. Esta es una de las razones por las que el
ejercicio de investigación de odi terminó prematuramente. Sin embargo, el inicio de
los aportes de las ong
en la formulación de una nueva política pesquera constituye un valioso
resultado inesperado. Igualmente, hemos visto que las organizaciones
decidieron, después del primer taller, asumir un papel más activo en el
fortalecimiento del nuevo (y en algunos aspectos inactivo y marginado) foro de ong de
acuacultura.
Se está desarrollando un conjunto de
líneas de acción a futuro, a través de las cuales los proyectos pueden explorar
en profundidad los problemas de la cooperación, y que permiten a ésta ser
valorada con base en los resultados. Se espera que estas líneas de acción, que
contienen las experiencias surgidas de este proyecto, sean de valor para el iclarm y el oda al planear e instrumentar futuros
proyectos (Lewis y Ehsan, 1996).
Finalmente, existe sobre todo una
visión de transferencia de tecnología en muchas de las organizaciones,
particularmente en las gubernamentales. Como se ha señalado, no es evidente el
hecho de que las limitaciones tecnológicas sean importantes en el desarrollo de
la acuacultura.[7] Sin embargo las
modificaciones a la cultura institucional de las organizaciones gubernamentales
(en particular), así como de las ong, que las hagan ser más receptivas a las
necesidades de los campesinos y perseguir estrategias de trabajo más flexibles
a través de la cooperación, requerirán soluciones a largo plazo. Sin embargo,
esta investigación-acción está comenzando a demostrar que los
talleres interproyectos e interorganizacionales,
así como las discusiones con un tercer actor pueden resultar creativos para
orientar la cultura de las organizaciones hacia esa meta.
8. Reflexiones en
torno a los problemas metodológicos
Durante el
transcurso de la investigación odi fue evidente que habíamos subestimado las
dificultades metodológicas que podíamos encontrar a lo largo de la
investigación y la documentación por parte de un tercer actor. Hubo varios
factores durante el trabajo que es preciso delinear:
·
Bangladesh es un país en donde las organizaciones e instituciones locales,
tanto ong
como gubernamentales, compiten por los financiamientos y la credibilidad en un
contexto altamente dependiente de los recursos. Se construyen alianzas entre
organizaciones individuales, y éstas pueden, en algunas ocasiones, adoptar el
carácter de relaciones patrón-cliente. Sin importar que podamos describirlas,
estas relaciones son altamente sensibles, y por lo tanto es probable que se
resistan a los esfuerzos externos por documentarlas, esfuerzos que pueden ser
percibidos como interferencias. De hecho, esta documentación puede exacerbar
las tensiones al interior del proyecto.[8]
·
El conjunto de problemas antes señalados no se limita exclusivamente a las
organizaciones locales o nacionales. Las organizaciones internacionales de
investigación, como el iclarm,
están bajo una presión externa muy fuerte por parte de quienes las financian
para demostrar la centralidad de sus programas de investigación dentro de las
prioridades de la política nacional, y pueden estar, comprensiblemente, más
preparadas para documentar las fortalezas que las debilidades de sus programas.
Las tensiones entre las oficinas centrales y el personal de campo fueron
percibidas en términos de grados variables de identificación con la
investigación odi.
Esto resultó verdadero tanto en términos espaciales, dada la distancia entre
las oficinas centrales del iclarm
y la oficina del proyecto Dhaka, como en términos temporales, en donde algunos
de los acuerdos iniciales del proyecto se perdieron cuando uno de los miembros
más antiguos del personal del iclarm y codiseñador del
proyecto de investigación odi,
se fue.
·
Como parte del impulso entre los actores clave del proyecto para asegurar la
supervivencia institucional de ambas organizaciones, y los vínculos
institucionales que mantenían unido el proyecto, hubo una tendencia en el
proyecto iclarm
a percibir las perspectivas de la investigación odi como si ya hubieran sido
comprendidas y puestas en marcha. Desde luego, esto era cierto en muchos casos,
pero el deseo por parte del proyecto de ‘poseer’ tanto sus problemas como sus
logros dificultó el trabajo conjunto con los actores del proyecto para diseñar
y poner en práctica los adecuados ajustes.
·
Otros problemas giraban en torno a las diferentes versiones en conflicto de la
realidad; las tensiones entre los investigadores internos y externos, y el
personal del proyecto; cuestiones de estatus entre los investigadores nuevos y
los miembros más antiguos del personal; tensiones entre los investigadores y
los investigados; y la dificultad generalizada (y comprensible) que la mayor
parte de la gente experimenta para hablar de ‘lo que está mal’.
Estos problemas
llevaron eventualmente a una situación en la que la metodología prevista era
incapaz de considerar las complejidades políticas de los proyectos
inter-organizacionales en Bangladesh, por no hablar de las sutilezas de las
cuestiones fundamentales de la investigación. La resistencia al proyecto de
documentación odi
por parte de algunos actores del proyecto cobró la forma de negociación y
conflicto acerca de la orientación que debía tomar la investigación; la falta
ocasional de cooperación para presentar a los investigadores con poseedores de
información clave, quienes agilizarían el proceso; el cuestionamiento de la
legitimidad de las sugerencias de odi para posibles ‘correcciones de rumbo’; la
sugerencia de que la investigación odi se había desviado de sus objetivos originales; y
finalmente, la exigencia de que el proyecto terminara antes de lo previsto
debido al peligro de las actividades del proyecto, y a que la legitimidad de
algunos actores clave podría verse amenazada.
Como resultado de estas
dificultades, sólo el primero de tres talleres proyectados se llevó a cabo y
sirvió para presentar los objetivos del proyecto odi y para destacar los logros y
los problemas en proceso. Este taller cumplió su propósito al generar una gran
cantidad de información básica a la que se dio continuidad a través de varias
estancias en campo y de entrevistas individuales semidirigidas
con actores del proyecto iclarm.
Sin embargo, continuó existiendo una inquietud fundamental entre algunos de los
miembros del personal respecto a que la presencia de extraños (lo que no se
había indicado en los documentos del proyecto original aceptado por el iclarm y por
el Gobierno de Bangladesh) podría desestabilizar las precarias relaciones entre
las diferentes organizaciones gubernamentales, los patrocinadores y las ong. Esta
preocupación fue hasta cierto punto confirmada, y en más de una ocasión ciertos
actores utilizaron información imprecisa para propósitos políticos, lo que
generó una carga extra para los directores de los proyectos.
Las dificultades experimentadas en
el despliegue de esta metodología de investigación y monitoreo del proceso, y
de hecho, el fracaso parcial del proyecto de documentación en sí mismo
contiene, sin embargo, varias visiones útiles acerca de:
·
El trabajo de los proyectos interorganizacionales en
Bangladesh en el escenario de la competencia por recursos escasos.
·
El discurso de cooperación y las formas en que éste se traduce
en la práctica.
·
Las formas en que los problemas de la acuacultura han sido
construidos en Bangladesh por parte de las organizaciones de desarrollo junto
con sus soluciones.
·
Las formas a través de las cuales la retórica de la participación puede ser
asimilada de una manera relativamente fácil con una transferencia
de tecnología del
modelo tecnológico.
De esta manera,
las tensiones generadas por la metodología de investigación crearon una serie
de problemas prácticos muy reales; pero al mismo tiempo han ayudado a producir
algunas visiones valiosas al interior de los procesos de un proyecto. Pocos de
estos problemas son tocados en la literatura oficial sobre proyectos, pero
pueden ser provechosamente explorados en trabajos adicionales realizados
específicamente con ese propósito, como el tipo de monitoreo de procesos que
hemos intentado aquí. Como escribe Escobar (1995)
...un discurso
textualmente mediado sustituye a las relaciones y prácticas reales de los
“beneficiarios”, enterrando su experiencia en la matriz que organiza la
representación de la institución.
En cierto nivel
este enfoque es sostenido por el presente trabajo en lo que toca a que el
proyecto tiende a demandar y a representar un nivel de participación que rebasa
con mucho las relaciones reales que existen, tanto con las personas en los
márgenes, como en el nivel institucional entre las diferentes organizaciones
participantes. Pero hemos tratado aquí de rebasar eso; a diferencia de Escobar,
quien presenta una imagen esencialmente pesimista, creemos que el discurso
dominante no es monolítico, sino que puede contener algunas oportunidades para
la “libertad de acción” mediante el mejoramiento del espacio para la
negociación y la transparencia (Gardner y Lewis, 1996).
En términos más prácticos, la
principal lección que surge es que existe la necesidad de sensibilizarse al
conducir la investigación y la documentación de los procesos, particularmente
en lo que concierne al papel del agente o agentes externos que llevan a cabo el
monitoreo. Este agente externo requiere un amplio conjunto de habilidades en
esta área, como la habilidad de generar confianza entre todos los sectores del
proyecto y entre los diversos participantes de las organizaciones, manifestando
un conocimiento de las, a menudo, inevitables contradicciones implicadas por
las diferentes perspectivas de los actores, mostrando respeto por el duro
trabajo realizado por muchos de los miembros del personal involucrado. En el
caso de la presente investigación, no fuimos completamente exitosos en asegurar
que estas habilidades se hayan puesto siempre en práctica.
9. Conclusiones
A pesar de los
problemas prácticos enfrentados en esta investigación, puede decirse que la
metodología de investigación y documentación del proceso desarrollada durante
la misma ha generado una serie de enfoques útiles acerca de los trabajos al
interior de los proyectos de desarrollo, y de los campos de poder y discurso
por los que éstos están rodeados. En un nivel práctico la investigación también
proporciona algunas pistas importantes para el potencial progreso futuro en
torno, tanto a la acuacultura en Bangladesh como, en un contexto más amplio, a
la cooperación interorganizacional. Si bien es
difícil generar y mantener una cooperación “proactiva” en un contexto de
dependencia de recursos como Bangladesh, y si bien los diferentes análisis y
prescripciones para promover el desarrollo acuícola están también en
competencia unos con otros, puede haber espacios significativos de libertad de
acción. Algunas organizaciones empiezan a enfrentar ciertos problemas para
lograr que las familias económicamente marginales mejoren sus ingresos y su
alimentación.
Sin embargo, el problema de la dependencia
no sólo significa que la sustentabilidad de los vínculos entre las
organizaciones es cuestionable, sino que también atrae la atención sobre la
naturaleza y el énfasis en la receta tecnológica ofrecida por muchos de los
proyectos de este tipo en Bangladesh. Esto es debido a que el flujo de recursos
puede ayudar a determinar la forma en que los problemas se construyen, de la misma manera en
que ayuda a estructurar la forma en que se realizan las intervenciones. El
enfoque de documentación del proceso empleado en esta investigación ayuda a
mitigar el funcionamiento de estas fuerzas mayores en el contexto de la
acuacultura.
Existen decisiones difíciles a
futuro para los encargados del desarrollo de la acuacultura en Bangladesh. Las
iniciativas de investigación y extensión necesitan volverse más participativas,
menos verticales para, de manera ideal, superar las estrechas definiciones
de la retroalimentación por parte de los campesinos y dar paso a modelos en los
que éstos puedan realmente influir en los programas de investigación, no sólo
hacer comentarios acerca de las tecnologías que se les ofrecen. Existe también
la necesidad de desarrollar organizaciones para aproximarse al espinoso punto
de las importantes limitaciones económicas y sociales, de manera que éstas
trasciendan la justificación de las supuestas habilidades de las ong para
orientarse a los campesinos, como parte de lo que podría llamarse la
perspectiva “instrumentalista” del gobierno y de las relaciones entre ong. Al llevar
a cabo un mayor proceso de documentación del tipo que se describe aquí, se
espera que el desequilibrio que probablemente se genere pueda mantenerse más en
el camino de la creatividad y de las soluciones, que en el de la destructividad
y la contradicción. La cooperación activa entre las ong, y el gobierno y las iarc puede aún
revelar un mayor potencial.
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Enviado: 19 de julio de 2000
Aceptado: 31 de enero de 2001
[1] Esta investigación se llevó a cabo
mientras el autor se encontraba trabajando como investigador asociado en el Overseas Development Institute (odi). El artículo fue publicado originalmente en
inglés en Mosse, D., J. Farrington
y A. Rew (eds.) (1998), Development as process: concepts and methods for
working with complexity, Routledge, London. Traducción de Alma Mancilla.
[2] La pesca de captura, a pesar de su
potencial, ha recibido una mucho menor atención por parte de los investigadores
y de las organizaciones para el desarrollo.
[3] Dr. M.V. Gupta,
antiguo Investigador Decano en Acuacultura, iclarm, Dhaka, comunicación
personal.
[4] Comunicación personal, oda y entrevistas con otras
organizaciones en Bangladesh
[5] El interés actual en concebir los
proyectos en términos de proceso tiene paralelo hasta cierto punto en las
reflexiones recientes entre los teóricos del cambio organizacional, como Dawson
(1994: 4) quien escribe: “...las organizaciones que experimentan una transición
deben ser estudiadas ‘mientras suceden’ de manera que los procesos asociados
con el cambio puedan hacerse evidentes a lo largo del tiempo y en su
contexto... Este marco temporal de cambio puede también ser empleado para
acomodar la existencia de una cantidad de historias diferentes acerca del
proceso de transición organizacional... La versión dominante u ‘oficial’ del
cambio puede a menudo reflejar el posicionamiento político de ciertos
individuos o grupos clave al interior de una organización, en vez de operar
como una verdadera representación de la práctica del manejo de la transición”.
[6] Véase Noble (1995) para una
descripción de la iniciativa adab
y los problemas enfrentados en la cooperación ong-ong en acuacultura. Noble
hace resaltar el hecho de que no existe aún un proyecto de colaboración formal
entre ong
involucradas en acuacultura. Una excepción a esta generalizada carencia de
colaboración es Caritas, que sí proporciona apoyo técnico informal a pequeñas ong locales.
[7] Sin embargo, existen experiencias que
apuntan al hecho de que una vez que los campesinos están convencidos del valor
de la tecnología, requieren de poco apoyo por parte del personal de extensión.
Por ejemplo, el éxito de la difusión de la cultura de desmenuzado de pescado ha
impulsado a Gregory y Kamp (1996: 21-22) a escribir
que “una tecnología de la cual realmente vale la pena su difusión no es difícil
de difundir”.
[8] Un problema persistente fue la sensibilidad del gobierno de Bangladesh en torno al procedimiento y el control, cuando se tratara con organizaciones externas. Una debilidad clave de la investigación odi fue que no había sido incluida como parte de la propuesta del proyecto oficial y original del iclarm, sino que fue un agregado que no encajaba en ninguna categoría burocrática precisa.