Presentación
Sin duda, este
inicio de siglo del que somos ahora testigos pasará a la historia bajo la marca
de lo global, intentando de un modo o de otro atrapar bajo dicho concepto las
vicisitudes que marcan a la sociedad que nos es contemporánea. Y mientras este
proceso tiene lugar e incluso antes de declararnos ‘ciudadanos del mundo’ desde
nuestro muy específico ámbito local, es preciso hacer una pausa para preguntar:
¿qué tipo de sociedad es la que estamos construyendo, y si acaso tiene alguna
semejanza con aquélla que estamos dispuestos a habitar?
Quizá no sea aventurado afirmar que
la mayor parte de las ideologías que han transitado la historia moderna —cuyo
inicio podríamos ubicar, no sin discrepancias, alrededor del siglo xvi— tienen rasgos comunes, sobre todo
en lo que se refiere a los valores fundamentales del ser humano y las
condiciones imprescindibles de la existencia: libertad, igualdad, justicia
social, equidad han sido los ejes que, de una u otra forma, marcan la búsqueda
constante de todo orden social en la era moderna, pero también han sido los
ideales más vulnerables y los que menos se han logrado concretar.
El problema es que asistimos a una
época en que al tiempo que el mundo parece ampliarse, las posibilidades del ser
humano parecen encogerse. Es quizá ello lo que nos permite comprender cómo, en
una era donde la constante ha sido la concreción del desarrollo y la modernidad
vía la liberalización de los mercados, sea un grupo cada vez más reducido de
personas el que tenga las posibilidades de intervenir en su propio futuro; en
tanto que la gran mayoría se constituye en testigo mudo del ‘desarrollo de la
humanidad’ que en verdad es de unos cuantos, que son los que cuentan.
Inauguramos este nuevo siglo bajo el
poder y el impulso de las variables macroeconómicas, en el marco de un
capitalismo de dimensión mundial y regionalización de mercados; bajo el influjo
de las tendencias de liberalización en el ámbito económico, político y
cultural. Todo ello resumido bajo el curioso eufemismo de ‘lo global’, como un
término que parece contener todo, como una argucia para ocultar que detrás de
toda la discusión de lo global encontramos siempre al mercado, que no es la
economía la que se mundializa sino es el mundo el que se ‘economiza’,
reduciendo todos los valores, materiales y símbolos al precio del mercado.
Se presentan así grandes paradojas:
cuanto más se habla de libertad, más nos encontramos sumidos en la
imposibilidad de elegir; cuanto más se habla de igualdad, más se amplían las
brechas entre países ricos y pobres, y aún más entre grupos sociales; mientras
más se habla de justicia, más disparidades éticas y morales se conjugan en la
definición de una distribución de oportunidades de orden económico, social,
político y cultural.
En esta ocasión, Economía,
Sociedad y Territorio
recoge un conjunto de trabajos que en uno u otro sentido nos permiten
reflexionar sobre las tendencias mencionadas. Los análisis se podrían agrupar
en tres grandes temáticas. La primera de ellas relacionada con los estudios
ambientales, un tema de actualidad que es abordado desde dos perspectivas
analíticas diferentes. Por un lado, Peter Brand toma como referencia la reforma
del Estado para realizar un detallado análisis de las políticas e instituciones
públicas de bienestar, a partir de lo cual explora el traslado de la idea del
bienestar hacia el medio ambiente y su construcción simbólica en las ciudades,
tomando como ejemplo el caso de Medellín, Colombia. También interesados en la
temática ambiental, pero desde la perspectiva de la participación ciudadana en
la definición de políticas ambientales, encontramos el trabajo de Raúl Pacheco
y Obdulia Vega, quienes analizan dos modalidades de participación ciudadana
para el caso específico de México: la formación de coaliciones ambientales y
los procesos de construcción de consensos (o procesos multiparticipativos).
Una segunda línea de análisis se
encuentra constituida por las reflexiones relacionados con los problemas de
justicia y desigualdad social; por un lado, el trabajo de Henio
Millán, quien sostiene que en la adopción de una política económica de
liberalización de los mercados, las autoridades han encontrado en la teoría de
la justicia de Rawls el fundamento para su política
social, particularmente la relacionada con el combate a la pobreza extrema, que
analiza de manera pormenorizada para el caso de México. De igual forma, en la
sección destinada a traducciones, hemos incorporado un interesante análisis de
Philip Oxhorn quien aborda el tema de la desigualdad
social y los derechos ciudadanos a partir de algunas ideas de Marshall, con la
intención de comprender algunos de los principales retos que, en la actualidad,
enfrentan las democracias de América Latina; en este sentido, Oxhorn sostiene que el desarrollo de los derechos
ciudadanos es un proceso paralelo al desarrollo de la sociedad civil.
Por último, tanto Darío Restrepo
como David Corrochano abordan dos temas estrechamente
relacionados con la llamada reforma del Estado. La dimensión espacial y
política es abordada por Darío Restrepo, mediante un agudo análisis de los
procesos descentralizadores en América Latina, particularmente en Colombia, con
la intención fundamental de enfocar y estudiar las prácticas discursivas que se
tejen a su alrededor; ello le lleva, por una parte, a evitar una visión
idealizada y romántica del papel de las posibilidades descentralizadoras y, por
otra, a la necesidad de no abrumar dicha política pública con exigencias,
responsabilidades y expectativas sobre su capacidad. La dimensión político-electoral
es abordada por David Corrochano, quien nos presenta
un muy interesante análisis de identidad institucional tomando el caso
específico del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (tepjf) en el ámbito mexicano; dicha
instancia —a decir de Corrochano— es un claro ejemplo
de una institución sin identidad, dada la dificultad de la sociedad para
diferenciarla de algunas otras con funciones cercanas; para ello nos presenta
el seguimiento de la coyuntura electoral del 2000 a partir del caso Fox
versus tepjf, para mostrar cómo la ausencia de
identidad del tribunal pudo convertirse en un problema para la estabilidad del
sistema y el proceso de cambio democratizador.
Al final de este número, el lector
encontrará en la sección de reseñas comentarios detallados sobre dos libros de
reciente aparición; por un lado Diana Bailleres nos
ofrece sus percepciones acerca del más reciente título de David Harvey: Cities of hope, publicado a fines del 2000 por
California University Press,
y que resulta interesante no sólo por su actualidad, sino también por tratarse
de uno de los estudiosos de las cuestiones urbanas de mayor reconocimiento en
la actualidad, y que con seguridad pronto será traducido al Español. Por
último, Prudencio Mochi nos ofrece sus comentarios en
torno al libro: La convergencia tecnológica en
los escenarios laborales de la juventud, escrito por Delia Crovi y
Cristina Girardo y recién editado por la Universidad
Nacional Autónoma de México a principios del 2001.
Es
así que, con esta novena entrega, el colectivo editorial de Economía,
Sociedad y Territorio
agradece la confianza de los colaboradores, a la vez que se complace por el
envío de artículos y materiales diversos; así como por el invaluable apoyo de
los dictaminadores y de los comentarios de los integrantes del Consejo
Editorial de la revista, así como del Comité Editorial de El Colegio
Mexiquense.