Redes y nuevas tecnologías de información y comunicación
en las asambleas vecinales de Buenos Aires
Tomás
Calello*, Federico Fritzsche**
Aída
Quintar***y Marcela Vio****
Abstract
We analise the appropriation of new information and
communication technologies (tic)
–the internet mainly– by some recent social movements
to create countercultural spaces. We investigate the alternative arrangement of
media developed simultaneously with the self-summoned neighbour
assembly emerged from the protests on the 19th and 20th December, 2001. This organisation
was powered by the extensive use of the internet in
some areas such as the metropolitan region of Buenos Aires (rmba). We also point out some
restrictions on the usage of tic,
in particular, those related to the construction of the urban space. Finally,
we characterise the production of some websites for
assemblies and countercultural social movements considering the potentialities
and limitations.
Keywords: New information and communication technologies (tic), networks, neighbour
assemblies, urban space, metropolitan region of Buenos Aires (rmba).
Resumen
Se analiza la
apropiación de las nuevas tecnologías de información y comunicación (tic) –principalmente Internet– que
realizan algunos movimientos sociales recientes para crear espacios
contraculturales. Se investiga la organización mediática alternativa que se
desarrolla junto al movimiento de asambleas de vecinos surgidos de las jornadas
del 19 y 20 de diciembre de 2001, potenciado por la utilización de Internet, en
la región metropolitana de Buenos Aires (rmba).
Se destacan algunas restricciones en el uso de las tic, en particular las relacionadas con la conformación del
espacio urbano. Por último, se caracteriza la producción de algunos sitios web
contraculturales, considerando sus potencialidades y limitaciones.
Palabras clave:
Nuevas tecnologías de información y comunicación (tic), redes, asambleas vecinales, espacio urbano, Región
Metropolitana de Buenos Aires (rmba).
Los
cuatro autores de este artículo se encuentran adscritos al Instituto del
Conurbano, Universidad Nacional de General Sarmiento, Argentina. Correos-e:
*tcalello@ungs.edu.ar/ **fritzsch@ungs.edu.ar / ***aquintar@ungs.edu.ar /
****mvio@ungs.edu.ar
Introducción[1]
Este trabajo es
continuación de una línea de investigación que profundiza en la apropiación de
las tecnologías de información y comunicación (tic)
que vienen realizando numerosos movimientos sociales. En un trabajo anterior
planteamos ciertas cuestiones que referían principalmente a la potencialidad de
la Internet para el desarrollo de una comunicación horizontal. En ese sentido,
contraponíamos la modalidad instaurada por los medios masivos –en los que la
transmisión de la información es unidireccional, desde el emisor hacia un número
muy amplio de receptores– con la de Internet que se estructura en forma
reticular permitiendo que la información fluya en una multiplicidad de sentidos
tornando difuso el límite entre el emisor y el receptor, lo que unido a su
carácter universal posibilita una capacidad de crecimiento exponencial de los
vínculos. Así, Internet permite establecer una comunicación sin distinción de
estructuras jerárquicas, lo que en términos políticos puede traducirse en una
comunicación democrática y, como tal, permite que desde ‘adentro’ mismo de esa
estructura se puedan construir espacios contraculturales de debate y de
articulación de las acciones de resistencia al modelo hegemónico.
En este sentido,
lo que fue una mera hipótesis en nuestro trabajo anterior comenzó a tomar
cuerpo en el contexto de la ciudad de Buenos Aires hacia fines del 2001 y en el
curso del 2002; tres de las cuestiones que planteamos como centrales en aquel
trabajo, y que pueden hoy ser observadas a la luz de los últimos
acontecimientos políticos y sociales, serán abordadas en este análisis:
1. Cómo se
apropian y qué uso hacen de las tic
–en especial de Internet y del correo electrónico– las asambleas vecinales y
otras formas de expresión política contracultural.
2. Cuáles son los límites que esos colectivos
socioculturales y sociopolíticos encuentran en el uso de las tic en el espacio urbano.
3. Qué características tienen los sitios y
páginas web utilizados por esos colectivos y qué limitaciones en su producción
y en su uso encuentran estos usuarios.
En relación con
la primera cuestión, se analiza el origen de la organización mediática
alternativa que surge junto al movimiento asambleario y la expansión de la
utilización de la Internet entre las asambleas de la región metropolitana de
Buenos Aires. Para ello se recuperará información recogida en entrevistas
realizadas a miembros de las asambleas a lo largo del año 2002.
En segundo
lugar, se analizarán las limitaciones que encuentran dichas asambleas para la
utilización de estas tecnologías y que obedecen a causas relacionadas con la
conformación del espacio urbano. En esta parte se abordará el rol que asume el
territorio en el proceso de difusión de las tic.
En tercer lugar
se esbozará una caracterización de la producción de sitios, páginas web y otros
que difunden información relativa a las asambleas vecinales y otros movimientos
sociales contraculturales.[2]
Finalmente, se
presentan algunas reflexiones que tratarán de dar cuenta de las potencialidades
y limitaciones que esta forma de comunicación ofrece al nuevo protagonismo
social.
1. El papel de la
Internet en las nuevas formas de protagonismo político y social
A pesar del rol
decisivo que tuvo la industria militar en el desarrollo de las tic, el imaginario que las alentó no
dejaba de estar impregnado del clima político cultural emancipatorio
de los años sesenta.[3]
“La gestación de las tecnologías de la información encontró un campo de tensión
social, es decir una lucha tanto en lo simbólico como en lo material”. Esa
resistencia inicial fue protagonizada por un grupo autodenominado hackers que
se organizó como una cofradía rebelde “al orden burocrático del Centro de
cómputo” (Artopoulos, 1998: 54 y 55). Los avances en
el desarrollo de la microinformática permitieron una descentralización y
expansión que pudo ser aprovechada por las tendencias rebelmuros
de la universidad. Esta vez fue a través de la combinación de esa rebeldía
primigenia hacker, visceral, con la de la protesta social y la retórica
política ya tradicional por esos años” (Artopoulos,
1998: 56).
Ya en los
noventa asistimos a una utilización claramente contracultural de la Internet
por parte de diversos colectivos como el Movimiento Antiglobalización, el
Zapatismo en México, los Sin Tierra en Brasil, Madres y Abuelas de Plaza de
Mayo e hijos en Argentina, por
citar algunos de los más conocidos, así como infinidad de foros de debate
político-cultural que circulan por todo el planeta.
Si bien la
Internet en Argentina viene siendo utilizada por diversos movimientos sociales
y por asociaciones territoriales y organizaciones no gubernamentales, su uso se
torna explosivo a partir de las jornadas de diciembre pasado. Susana Finquelievich (2002) señala que “a partir del estallido
social de los días 19 y 20 de diciembre de 2001 –que resultó en el primer
cacerolazo, las marchas de la ciudadanía sobre Plaza de Mayo, la represión
policial, el asesinato de veintinueve manifestantes, y la consiguiente renuncia
de Fernando De la Rúa– las protestas tomaron nuevas formas: actualmente las
numerosas acciones de protesta ciudadana se organizan por Internet”. Si bien no
consideramos que la Internet cubra todo el amplio espectro de acciones de
protestas que hoy proliferan en el país, sí es cierto que logra en algunos
movimientos –específicamente el caso de las asambleas de vecinos autoconvocados de la ciudad de Buenos Aires– potenciar los
vínculos para la organización de la acción colectiva y para el debate.
Varios factores
inciden en el uso más extendido que hacen de la Internet las asambleas.
Consideramos de relevancia no sólo aquellos que aluden a las capacidades de los
participantes para operar con estas tecnologías y los referidos a los
condicionantes derivados de la producción del suelo urbano, que serán tratados
en los apartados siguientes, sino también a las concordancias que resultan de
las modalidades organizativas asamblearias y la estructuración reticular de la
Internet, como una red sociotécnica tal cual lo
definiría Callon (1992). Respecto a esto último cabe
destacar que el movimiento de asambleas vecinales es profundamente innovador
por el carácter horizontal de las relaciones que establecen los participantes
entre sí. A diferencia de otras modalidades asociativas, no existen referentes
o representantes formales que operen como conducción, sino que es la propia
asamblea la que en forma deliberativa va definiendo las prácticas que serán
desarrolladas y toma las decisiones sobre los objetivos, modos de lograrlo y
articulaciones con otras instancias contrahegemónicas.
Las asambleas no
se articulan alrededor de una clase, género o demanda puntual, sino que en
ellas convergen una multiplicidad de componentes y motivos de reclamo. En un
comienzo esa diversidad de intereses pareció debilitar la finalidad que
perseguían, en contraste con las demandas concretas alrededor de las cuales se
habían organizado los piqueteros o los trabajadores de las empresas
autogestionarias. Sin embargo, hacia mediados de año, con las prácticas de
recuperación de predios abandonados para otorgarles un uso público en el
barrio, inauguran una nueva etapa en su desarrollo. Un caso paradigmático es el
de la recuperación de la ex Clínica Portuguesa por parte de varias asambleas
del barrio de Flores, que articulándose con el Movimiento Nacional de Empresas
Recuperadas (mner)
y los ex trabajadores de la clínica, están trabajando en el proyecto de volver
a poner en funcionamiento dicha institución de salud, pero ahora en la forma de
una obra social del mner.
Así, las
asambleas suman a su inicial carácter contestatario en relación con las políticas
del gobierno nacional el ir transformándose en espacios de confluencia de
diversos movimientos sociales. De esta manera articulan una amplia trama de
apoyo solidario a docentes y alumnos de escuelas públicas, a vecinos,
cartoneros, trabajadores de fábricas recuperadas o iniciativas provenientes de
diversas corrientes piqueteras. En ese marco nuevamente Internet cumple un
interesante papel al potenciar distintos estilos de democratización en el
debate e impulsar iniciativas contraculturales comunes entre los piqueteros,
las fábricas ocupadas, las asambleas y las miles de experiencias nucleadas a
través del arte o la actividad comunitaria. En esos encuentros se van generando
novedosas formas de cooperación y elaboración de un pensamiento colectivo, que
permiten el enriquecimiento y la creatividad del conjunto.
1.1. Orígenes del
uso de las tic en las asambleas
Uno de los
aspectos más interesantes vinculados al desarrollo de las asambleas vecinales
es la amplia difusión de las tic
en el conjunto del movimiento asambleario. Mas aún,
teniendo en cuenta la manera en que estas tecnologías son inicialmente
apropiadas y los usos a que dan lugar. Tratándose de medios de comunicación
como Internet, que suelen ser utilizados por usuarios individuales y en
espacios privados, el surgimiento de formas organizativas que hacen de estas
tecnologías un medio de vinculación social representa una innovación que da
cuenta de los alcances y limitaciones de las mismas.
Luego de las
jornadas del 19 y 20 de diciembre, surge por iniciativa de algunos grupos de
videastas el colectivo de Argentina Arde y Contracultura, que retomando la
experiencia de los años 70 se une al poco tiempo con el centro argentino de Indymedia. El proyecto contracultural de Argentina Arde era
formar una base de datos comunes que pudiera ser utilizada por los videastas,
permitiendo de esta manera la difusión de informaciones y documentales
referidos a los sucesos argentinos y un tratamiento mediático distinto. Indimedya, a su vez, tuvo su origen en las protestas contra
la globalización capitalista en Seattle (Estados Unidos), caracterizándose por
ser una red mundial de noticias contrahegemónicas,
que en la Argentina se encuentra estrechamente vinculada a las actividades de
las asambleas vecinales. Pero lo más destacable del uso de la Internet por
parte de las asambleas es que esta modalidad de comunicación reticular no fue
el resultado de un desarrollo planificado a priori, sino la respuesta a la
acción de ocultamiento y tergiversación sobre los cacerolazos y el movimiento
asambleario en sus inicios, ejercida por los conglomerados multimedia. El
surgimiento de las comisiones de prensa en el seno de las asambleas se
constituyó en otras de las redes, que vinculadas con las anteriores, otorgan un
carácter local y global a sus iniciativas sociales y políticas, al permitir no
sólo difundir informaciones en las cuales los propios emisores son muchas veces
los protagonistas, y que los medios nacionales tienden a distorsionar, sino
también establecer un puente con los movimientos mundiales de resistencia. En
este sentido, los medios contrahegemónicos proveen a
las asambleas de una legitimidad de carácter global que frecuentemente
contrasta con el tratamiento de las protestas que realizan los medios
nacionales y aun sobre la consideración, en algunos casos, de los propios
asambleístas.
Hacia los meses
de enero y febrero, Indymedia cobra importancia en el
movimiento asambleario por la difusión de las informaciones y resoluciones de
la Interbarrial de asambleas que se reunía todos los
domingos en el Parque Centenario de Buenos Aires. Con el transcurso de los
meses las informaciones de este medio alternativo, nutridas en gran medida como
hemos dicho de sus vínculos con las asambleas, incorporan también las noticias
provenientes de los movimientos de trabajadores desocupados y particularmente
aquellas referidas a las empresas recuperadas y autogestionadas.
La información proveniente de esta red permitió, junto a la disponibilidad de
medios electrónicos en la mayoría de las asambleas, que informaciones
soterradas o tendencialmente presentadas por los monopolios multimedia pudieran
ser difundidas desde la perspectiva del movimiento social considerado. Nos
referimos particularmente a la marcha del 24 de marzo en conmemoración del golpe
que dio lugar a la última dictadura militar, a la denuncia de funcionarios
corruptos y a las noticias referidas al asesinato de Darío Santillán y
Maximiliano Kosteki, durante una marcha de los
piqueteros, entre otras.
Podemos
identificar al menos dos funciones principales que resultan de estas nuevas
formas de apropiación social: por un lado la de contar con un medio que
permitiese la comunicación horizontal entre las asambleas y, al mismo tiempo,
poner de manifiesto las tergiversaciones a que es sometida la opinión pública
cuando carece del aporte y denuncia de las voces alternativas.
Los tipos de
apropiación social de las tic que
tienen lugar en las asambleas vecinales trascienden la privatización del
espacio público que estas tecnologías en algunas circunstancias tienden a
reforzar, para convertirse en un medio de intercambios colectivos, simultáneos
y horizontales. A diferencia de los medios tradicionales de comunicación como
la tv o la radio, que se
caracterizan por la unidireccionalidad del mensaje dirigido
del emisor al receptor, los correos electrónicos e Internet permiten una
vinculación en red no sólo de individuos sino también de grupos y actores
sociales. En este sentido las formas de tratamiento de la información son
también distintas. El colectivo encargado de difundirlas no está sujeto a las
restricciones comunicativas que imponen los medios tradicionales, ya que la
horizontalidad en la toma de decisiones informativas, que se realiza en
asamblea, permite desplegar la multiplicidad de las miradas sobre la
información.
Al tratarse de
medios de comunicación flexibles, que al mismo tiempo son medios de
innovaciones tecnológicas y sociales, las formas frecuentes de apropiación
privadas y reactivas que tienen lugar como consecuencia de la incertidumbre e
inseguridad que presenta el tráfico social cotidiano,[4] se
revierten en las asambleas dando lugar a su despliegue como formas colectivas y
singulares de apropiación. En relación con esto último, las competencias
necesarias que requieren estas tecnologías para difundir las informaciones, y
que asumen en las asambleas una dimensión pragmática, es decir, asociadas a
formas de acción, se desenvuelve mediante procesos informales de
enseñanza-aprendizaje, aprovechando el know
how
que poseen algunos de los asambleístas. Según testimonios recogidos de los
vecinos, la capacidad que tienen para apropiarse de las tic está vinculada con la distribución espacial y social del
saber necesario para utilizar socialmente estas tecnologías, y con la
relevancia política que se otorga a dicha utilización. En este sentido, los
testimonios que hemos podido recoger de los asambleístas son dispares; mientras
que para algunos entrevistados las tic
son un medio muy importante de difusión y organización del movimiento, para
otros se trata sólo de una herramienta necesaria.
Otro aspecto a
tener en cuenta es la ubicuidad de las relaciones sociales y políticas que se
entablan por medio de estas tecnologías, sin desconocer al mismo tiempo el
fuerte anclaje territorial del barrio o zona de residencia para el
establecimiento de las relaciones entre los participantes en las asambleas.[5] En
los territorios donde existe un vínculo previo interpersonal más fuerte (como
en los pueblos y ciudades pequeñas) que es anterior a la constitución de las asambleas,
y a diferencia de lo que ocurre habitualmente en la ciudad de Buenos Aires que
se caracteriza por la anonimia de los vínculos sociales, la comunicación por
medio de tic permite desterritorializar los vínculos para restablecerlos en el
propio territorio. Es decir que no siempre el territorio o la cercanía espacial
se constituyen en fuente primera del vínculo social, ya que las relaciones
tradicionales que prevalecen en algunos lugares condicionan la posibilidad del
vínculo político y el despliegue de las asambleas.
2. Obstáculos y
restricciones para el uso de las tic
Es necesario
esbozar previamente algunos planteamientos que han surgido de manera recurrente
cuando se aborda la relación entre tic
y territorio. Pese a que menudo esta relación es obviada en los estudios sobre
dichas tecnologías, consideramos que el territorio y, más precisamente, los
procesos de producción del suelo urbano condicionan la extensión y difusión de
las tic.
Uno de los
tópicos más recurrentes en términos de la relación entre tic y territorio es precisamente la
exaltación del carácter desterritorializado de estas
tecnologías. Tanto énfasis se pone en la caracterización del ciberespacio que
una de las formas de resaltarlo más aún es negando la dimensión territorial de
la comunicación, por ejemplo, a través de la Internet. Es cierto, como muchos
autores afirman, que las tic han
producido cambios en la noción de la distancia: la Internet ha neutralizado la
distancia en términos relativos, es decir, medida en cantidad de tiempo
necesario para la transmisión de información entre dos sitios. Sin embargo, el
territorio sigue constituyendo efectivamente un factor condicionante en este
proceso; en adelante explicaremos la importancia de incluir la dimensión
territorial en los análisis sobre tic
y en particular en el caso de las asambleas.
En relación con
la homogeneización de los lugares y la regularización de la geografía a través
de la difusión de las tic, la
experiencia de las asambleas se presenta como un buen ejemplo para refutar la
hipótesis de la ubicuidad de estas tecnologías. Por el contrario, las tic se desarrollan en territorios con
dotación de infraestructura que garantice su funcionamiento, de los cuales el
ejemplo por excelencia es el urbano. En este sentido, cabe recordar que el
momento asambleario es un evento que surge y se desarrolla en la ciudad. El
nacimiento mismo de las asambleas y su continuidad en el tiempo está
intrínsecamente relacionado con el espacio urbano. Esto por varias razones:
entre otras porque la ciudad ha sido y es el lugar del encuentro espontáneo.
Recordando el origen de las reuniones que han dado lugar a la formación de las
asambleas, se aprecia la manera en que la ciudad actuó facilitando su
desarrollo y contribuyendo directamente a la dinámica asamblearia. Cabe
preguntarse, entonces, cuál ha sido y es la contribución de la ciudad. A manera
de ejemplo, podemos señalar que permite el encuentro cara a cara, que otorga
cierta visibilidad a la reunión asamblearia, la cual es vital para la inclusión
también espontánea de más vecinos. A su vez, proporciona un lugar de reunión en
el cual todos los vecinos son capaces de establecer una relación de
pertenencia,[6] constituyéndose en un
espacio autónomo para la deliberación pública en su doble rol de soporte físico
y manifestación espacial de los procesos sociales, políticos, económicos y
culturales que han sido determinantes en la organización del territorio urbano.
Volviendo
entonces a la interacción de las asambleas con las tic y tratando de esclarecer la hipótesis de que el
territorio participa de manera activa en esta forma virtual de comunicación,
cabe señalar que por lo menos una parte de la información que hacen circular
las asambleas por Internet está fuertemente territorializada,
se produce en el lugar de la asamblea y no en el ciberespacio. A su vez, esto
remite a las particularidades y subjetividades que intervienen en esta
producción local de la información, la cual se vincula a las distintas
experiencias personales de los vecinos, pero también a su barrio que es el
recorte territorial desde donde ejecuta su acción y con el cual se autorreferencia. En la misma línea, la información que
difunde la asamblea está destinada tanto a aquellos individuos ubicuos que
navegan en la red como a todos aquellos vecinos que residen o tienen alguna
actividad en el barrio donde se desarrolla la asamblea. Estas consideraciones
valen fundamentalmente en ciudades como Buenos Aires, en donde el barrio o zona
de residencia recupera, durante los últimos años, una mayor centralidad para
los procesos de identificación ciudadanos en un sentido que potencia a los
mismos.
Cabe aclarar que
el territorio constituye un factor central en la construcción del vínculo
comunicativo entre los vecinos. En este sentido, generalmente, la relación
entre los participantes de las asambleas, mediados por Internet o por el correo
electrónico, ya se ha establecido previamente en el territorio; es decir, están
reforzando lazos ya existentes. A su vez, en el caso de que puedan existir
vínculos comunicativos surgidos en la virtualidad de la red, la constitución de
ese sujeto como participante del espacio asambleario sólo se concreta en el
territorio, a partir de su intervención en la asamblea.
El territorio
también puede jugar otro papel en relación con la difusión de las tic, imponiendo restricciones y
obstáculos físicos a un acceso generalizado a Internet por parte de los
ciudadanos. Estas cuestiones, observables en el ámbito de la rmba por su
extensión y los contrastes que presenta, son asimiladas por algunos autores a
una geografía urbana de archipiélagos, que crea enclaves modernos y espacios de
total decadencia y obsolescencia urbana.[7]
Como ya lo señaláramos en un trabajo anterior (Quintar et
al., 2001) el
desarrollo significativo de Internet en la Argentina fue posible gracias al
carácter urbano de su población.[8]
Sin embargo, la discontinuidad territorial que se produce como
consecuencia de la concentración de inversiones en infraestructura en las áreas
urbanas de mayor centralidad en detrimento de otras incide de manera
determinante en el acceso desigual a estas tecnologías. De aquí que la
performance del espacio urbano guarde estrecha relación con estos esquemas de
conexión diferenciada, considerando que la infraestructura constituye el soporte
físico para el tráfico de los flujos de información.
Un ejemplo de
estas limitaciones es la desigual distribución de conexiones a la red para las
distintas provincias argentinas, dado que la mayoría está en las de Buenos
Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos, disminuyendo drásticamente a medida que
nos alejamos de esas jurisdicciones.[9]
Asimismo, el
grado de vinculación de Internet a través de la red se ve restringido por las
características que tiene el mercado de las comunicaciones. En particular, nos
referimos tanto a la escasa cantidad de servidores a través de los cuales se
hace posible el acceso a la red como al dominio de las telecomunicaciones por
parte de pocas empresas con rentabilidades oligopólicas que impiden la baja de
las tarifas telefónicas y que, por el contrario, promueven su aumento.
Por otra parte,
el alto costo telefónico se incrementa, además, por la falta de servidores
locales de Internet que exige llamadas de larga distancia y por la lentitud con
la que se comunican, dado que muchos pueblos y ciudades pequeñas carecen de
ciertos elementos de infraestructura claves (por ejemplo, banda ancha).
3. Sitios de
asambleas vecinales y movimientos contraculturales[10]
Partiendo de la
perspectiva según la cual las tic
(y en particular, la Internet) presentan un carácter potencialmente más
democrático de generación y difusión de la información que los conglomerados
multimedia, resulta de especial interés para nuestro trabajo la utilización que
hacen de estos medios distintas organizaciones sociales, y en especial las
asambleas vecinales autoconvocadas, como expresión
del nuevo protagonismo social que ha venido surgiendo en los últimos tiempos.
A partir de
diversas fuentes de información (análisis bibliográfico, búsqueda de
información en la web, entrevistas y trabajo de campo), hemos relevado una
serie de sitios en Internet correspondientes a nuevas formas de organización
social urbana vinculadas a la protesta y/o a la gestión de las demandas
populares, y, en particular, a las asambleas vecinales. El objetivo de este
relevamiento es analizar el uso de las tic
por parte de dichas organizaciones sociales, teniendo en cuenta las
posibilidades y limitaciones que presentan para productores y usuarios.
Hemos dividido
esta primera muestra de carácter exploratorio en dos grandes grupos: uno más
homogéneo en cuanto a las características de los sitios, que agrupa a las
páginas-web de asambleas vecinales, y uno más heterogéneo, donde incluimos
sitios de información y periodismo alternativos, de protesta, de producción
‘contracultural’ y de organizaciones de trabajadores ocupados y desocupados ‘contrahegemónicas’.
Un primer
aspecto a destacar a partir de este análisis es la gran ‘volatilidad’ del
universo de sitios estudiado, ya que partiendo de un listado obtenido luego de
una primera exploración (mediados del año corriente), que sumaba más de
cuarenta direcciones, el análisis realizado entre octubre y noviembre de 2002
reveló que más de una cuarta parte de aquéllas eran inaccesibles. Esto se debe,
en varios casos, a cambios en las direcciones de los sitios por diversos
motivos (bajas de servidores, ‘hackeos’ e
interferencias en las páginas, etc.), y en otros es el reflejo de la
desarticulación de los grupos que le daban origen. Tal es el caso de varias
listas de correo electrónico de protestas que agrupaban principalmente a
ahorristas.[11]
En este sentido,
se le agrega a la inestabilidad propia de la dinámica de los sitios de Internet
aquella inherente a una serie de nuevos movimientos sociales, que al
encontrarse en el comienzo de su desarrollo y construcción, aún tienen una
escasa experiencia en el manejo de este tipo de herramientas tanto para la
difusión hacia fuera como para la relación entre los miembros de la agrupación.
Esto se verifica también para aquellos movimientos surgidos a partir de
protestas y reclamos puntuales que a veces no logran perpetuarse en el tiempo
como organización social. Es el caso, precisamente y además del de los
ahorristas, de algunos sitios de protestas a la manera de cacerolazos.[12] De
todas maneras, esta no es una regla general, tal como lo veremos en varios
ejemplos concretos más adelante.
3.1. Algunos
aspectos técnicos
Antes de analizar
en detalle los resultados del relevamiento de sitios de Internet, cabe realizar
algunas especificaciones técnicas respecto de las formas de vinculación que
ofrecen a los navegantes e interesados de la red. En este sentido, podemos
distinguir tres grandes grupos:
a) El primero es el más ‘horizontal’, por el tipo
de participación y comunicación que permite: se trata del salón chat. Consiste
en una comunicación en tiempo real (en línea) a la cual se accede mientras se
navega en la página o sitio, que permite escribir intervenciones relativamente
pequeñas (no más de dos o tres frases o un párrafo) cuyo límite depende del
tipo de programa que se ejecuta al acceder a dicho chat. Es decir, se trata de
una ‘conversación on line’ que posibilita
intervenciones y respuestas inmediatas. De todos modos, frente a las ventajas
de la amplia participación a la que dan lugar, cabe mencionar las dificultades
que genera el hecho de que por lo general no cuentan con un moderador o
administrador de la red;[13]
con lo cual, los términos y la pertinencia de las intervenciones escapan de
cualquier posibilidad de control. Esto puede adquirir características
grotescas, como en el caso de algunos sitios de protesta analizados (referidos,
supuestamente, a cacerolazos) en los que encontramos desde interesantes debates
hasta burdas agresiones personales. Finalmente, debemos agregar que esta última
circunstancia se ve agravada por el hecho de que quienes intervienen en el chat
pueden usar un apodo o seudónimo que los preserva en el anonimato, ya que no es
necesario consignar la dirección de correo electrónico. Muchas páginas de
asambleas vecinales cuentan con esta posibilidad.
b) El segundo grupo lo integran los llamados foros
de discusión. Se trata de ‘pizarras’ o ‘tableros’ virtuales en los que se
inscriben los mensajes vertidos por quienes intervienen en la comunicación.
Aquí las participaciones no están limitadas por las características del
programa, como en el caso del chat, sino que pueden tener la extensión que
desee quien suscribe, ya que se interviene por medio del correo electrónico.
Entonces, la comunicación no es ‘on line’, o en
tiempo real, ya que quien desea dejar un mensaje debe enviar un correo
electrónico a la dirección que centraliza el foro, para que después figure en
la ‘pizarra’. En cuanto al control y las limitaciones, si bien suelen carecer
de moderador de la red, presentan una especie de autocontrol, ya que los
participantes deben consignar su dirección de correo electrónico. En
consecuencia, una intervención fuera de lugar daría pie a respuestas,
desagravios y reprimendas por parte del resto de los integrantes del foro. Esta
modalidad de vinculación está presente prácticamente en todos los sitios
pertenecientes a asambleas que fueron consultados y en varios de los de
protestas y medios alternativos.
c) Finalmente, el tercer conjunto lo forman las
listas de correo electrónico. En este último caso la participación es todavía
más ‘mediada’, porque los interesados en participar deben suscribirse con
dirección de correo electrónico y clave personal (password). Además, existe un dueño de la lista
(owner) que define las reglas para participar y
decide las sanciones para quien las infrinja, que pueden ir desde no difundir
el correo electrónico enviado a las direcciones de la lista, hasta retirar la
suscripción. También puede haber uno o más moderadores que contribuyan a definir
la temática del debate, para que los miembros de la lista encuadren sus
intervenciones. Por otra parte, si bien esta forma tiene la ventaja de limitar
las intervenciones fuera de lugar, al difundirse por medio del correo
electrónico, hace que los mensajes de todos los integrantes lleguen a las
casillas de todos los demás. Esto puede originar complicaciones en la
comunicación y hasta saturación de la casilla de correo, cuando la cantidad de
mensajes supera cierto umbral (el cual, a su vez, depende de las capacidades de
la conexión y del programa de correo electrónico). Entre los sitios
consultados, esta forma de comunicación es la menos difundida.
En cuanto a las
técnicas utilizadas en el diseño de los portales, en todos los casos se trata
de sistemas sencillos, utilizando códigos de escritura html, a veces rutinas javascript, y en muchos casos de sitios de
asambleas, frames (marcos o cuadros) que facilitan la
navegación. Es decir, en ningún caso requieren de un plug-in[14]
por parte del usuario y además las páginas pueden visualizarse con cualquier
navegador (Netscape Navigator o Internet explorer). Esto revela la vocación ‘horizontal’ que inspira
el uso de este tipo de herramienta tic
en el caso de los movimientos sociales aludidos, ya que permiten un acceso lo
menos restrictivo posible desde el punto de vista técnico. Sin embargo, sólo en
algunas páginas se han introducido desarrollos que posibilitan navegar fuera de
línea, lo que permite ahorrar en tiempo de conexión (factor de especial
importancia, cuando se trata de una línea de teléfono convencional).
3.2. Caracterización
de sitios
3.2.1. Asambleas
Como habíamos
planteado al principio del apartado, el primer grupo analizado es más
homogéneo. La estructura de los sitios es prácticamente uniforme, presentando
contenidos de interés barrial, información local, resoluciones y propuestas de
la asamblea, actividades de las comisiones, cronograma de reuniones, así como
de protestas, manifestaciones y eventos.
Sin embargo, se
manifiestan algunas diferencias al interior del grupo. De unas 15 páginas
consultadas, unas siete solamente se actualizan con periodicidad. Por otra
parte, existen algunos sitios que además de brindar información barrial y de la
asamblea en sí, presentan enlaces a otros portales de protestas y de asambleas,
así como a medios de comunicación e información alternativos. También en cerca
de la mitad de los sitios existe la posibilidad de integrar foros de discusión
y en sólo dos, la opción de suscribirse a una lista de correo.[15]
A partir de esta
breve exploración, podemos clasificar a los sitios analizados en tres
subgrupos, de acuerdo con el grado de complejidad y desarrollo de los servicios
ofrecidos por los portales.
a) El primero comprende sitios que podríamos
denominar de presentación, en donde encontramos apenas una información muy
básica sobre la asamblea, su organización y el cronograma de reuniones y
protestas. Es el caso de: Balvanera (Junín y Tucumán), Floresta por justicia,
Morón, Vicente López, Banfield, Wilde y Caballito.
b) El segundo incluye páginas más complejas, que
además de lo anterior, incorporan resoluciones y propuestas de la asamblea y de
las interbarriales e interzonales,
así como enlaces a sitios de información (alternativos y/o tradicionales),
artículos y documentos de interés para los temas abordados por las asambleas:
nuevas formas de hacer política, economía y globalización capitalista,
protestas de piqueteros y cacerolazos, etc. En este subgrupo ubicamos a los
sitios de las asambleas vecinales de Almagro, Colegiales (calle Zapiola), Plaza de Mayo, Hurlingham
(dentro de un portal local denominado Hurlinet),
Parque Chacabuco y Anfiteatro Floresta.
c) Por último, una mención aparte merece el sitio
más completo que hemos analizado. Se trata del correspondiente a la asamblea de
Palermo Viejo. Además de todos los servicios que brindan los sitios mencionados
anteriormente, presenta información y debates relativos a temas tales como la
recolección diferenciada de residuos, una campaña en contra de las empresas de
servicio público privatizadas, recursos de amparo. También cuenta con
gacetillas de prensa actualizadas semanalmente, lecturas recomendadas,
teléfonos útiles e información sobre trueque, empresas recuperadas (colaboran
en el proyecto de Grissinópolis) y la feria artesanal
que funciona en el mismo lugar que la asamblea, el cual resulta de la
recuperación de un espacio público abandonado, proceso sobre el cual también se
brinda información. De más está decir que se trata de un caso excepcional
dentro de los sitios analizados, en donde se evidencia la existencia de un
know-how muy desarrollado acerca de estas herramientas, así como un importante
trabajo colectivo.
Para terminar,
cabe recordar que pese a las diferencias, el grupo de sitios de asambleas
vecinales constituye un conjunto relativamente homogéneo en el cual se
privilegian las relaciones entre los vecinos del barrio a través de la red, y
en segunda instancia se busca un protagonismo en una escala más amplia,
potenciada por el uso de las tic.
Cabe aclarar que de acuerdo a testimonios que surgen de entrevistas a miembros
de distintas asambleas (tanto en Vicente López, 20 de diciembre y Plaza de los
Periodistas –en Flores y que no cuentan con página web–, así como en Tapiales
–La Matanza– e incluso en Palermo Viejo) el uso que los asambleístas hacen de
estas herramientas es todavía escaso y hasta marginal. Creemos que este
fenómeno se relaciona, por un lado, con la pervivencia y la recuperación
principalmente de los vínculos sociales barriales, los cuales privilegian y valoran
el contacto ‘cara a cara’, y, por el otro, con la experiencia insuficiente en
el uso social y colectivo de estas herramientas, particularmente en el caso de
participantes de generaciones que abarcan de los 45-50 años de edad en
adelante, los cuales, cabe mencionar, son muy numerosos en muchas de las
asambleas analizadas.
3.2.2. Movimientos
culturales alternativos
Este segundo
grupo es más heterogéneo, tal como lo habíamos adelantado. Desde el punto de
vista técnico, se trata de portales con más desarrollo tecnológico, ya que
varios cuentan con estadísticas, buscadores al interior del sitio, e incluso la
posibilidad de navegar fuera de línea. Además, casi todos cuentan con la opción
del salón de chat y muchos de ellos ofrecen foros de discusión y listas de
correo (véase punto 3.1).
Dada la
heterogeneidad del grupo y el número de sitios analizados (10 páginas web), los
caracterizaremos brevemente, excluyendo a cacerolazo.com que sólo es un salón
de chat sin línea definida por lo cual no reviste ningún interés para este
análisis.
Por el
contrario, el sitio ‘El Cacerolazo’ (www.elcacerolazo.org) presenta una lista
de correo electrónico mejor organizada, con responsables a cargo. Además, es
bastante complejo, ya que cuenta con variados enlaces que permiten seguir las
propuestas y actividades de las asambleas, así como otras actividades de
protesta. Los mismos organizadores invitan a los asambleístas a aportar
información para establecer una red con las demás asambleas, al igual que el
sitio www.plazademayo.com. Cuenta ya con la dirección de correo electrónico de
190 asambleas de todo el país (principalmente las pertenecientes a la rmba, Rosario,
Mar del Plata, Bahía Blanca y Córdoba). También presenta artículos que
describen el desarrollo histórico de las protestas y los cacerolazos.
El sitio
‘Vaciamiento de la Argentina’ presenta características similares al anterior,
aunque sin información sobre asambleas. Por otra parte, el portal plus –‘Por la Unidad y la Solidaridad’–
responde a un movimiento ciudadano originado en Vicente López que promueve el
ejercicio del derecho a la Iniciativa Legislativa Popular, de acuerdo con una
serie de propuestas alternativas formuladas en relación con la política
económica, de gobierno y judicial.
Otro sitio de
protesta y alternativo, pero vinculado a algunos movimientos de trabajadores
desocupados piqueteros (www.piketes.com.ar) ofrece artículos críticos sobre la
llamada globalización neoliberal y sus consecuencias socioeconómicas, así como
otros de propuestas y alternativas, incluso vinculadas a las tic. Además, brinda enlaces con otros
sitios de similares características, así como chat, correo electrónico y un
pequeño curso introductorio de Internet.
Similar, pero
más complejo y desarrollado es el portal de la Central de Trabajadores
Argentinos (cta),
el único movimiento sindical que incluye a los trabajadores desocupados. Además
de contar con estadísticas y la opción de navegar fuera de línea, presenta
extensa información sobre la organización de la central, así como documentos de
análisis de la realidad socioeconómica nacional e internacional, y relacionados
con las propuestas de presupuesto participativo.[16]
También ofrece la posibilidad de suscripción a la lista de correo y un buscador
interno.
Vinculados con
estos sitios de protesta y movimientos sociales alternativos, se encuentran los
de ‘contrainformación’. Entre ellos destaca la
sección argentina de Indymedia (www.argentina.
indymedia.org), que constituye el más completo y complejo de los portales
analizados, no sólo por los servicios que ofrece, sino también por las
características de la organización que lo sostiene. Se trata de un colectivo
internacional de ‘contrainformación’ originado en las
protestas contra la globalización capitalista, que se propone brindar la información
que no aparece en los conglomerados multimedia. En el caso argentino, se volcó
abiertamente a seguir y difundir el fenómeno de las protestas sociales y
políticas en forma de asambleas vecinales y piquetes. La información se
organiza y se presenta en dos columnas. La central, de tipo ‘editorial’ agrupa
las notas y artículos elaborados por los redactores de Indymedia,
quienes funcionan como un colectivo horizontal, en el que todas las decisiones
se toman en conjunto. La columna de la derecha, un poco más pequeña, se ofrece
para que otros usuarios participen como colaboradores ‘libres’, aportando las
noticias y las perspectivas que crean de interés. Este último punto es
interesante y distintivo, ya que diluye la separación entre emisor y receptor
en un medio de información y comunicación. Estas categorías pierden sentido en
la experiencia de este movimiento. Por último, sobre este sitio podemos agregar
que posee un amplio espectro de enlaces a escala nacional e internacional, con
otros portales de protesta y propuestas alternativas (entre los cuales, el Foro
Social Mundial de Porto Alegre, otros Indymedia en el
resto del mundo, Argentina arde, Intergalaktica, attac, etc.).
Además, ofrece buscadores y un inmenso archivo en donde se pueden consultar
todas las notas y artículos publicados por este medio.
Otro sitio de
periodismo alternativo es ‘La Vaca’ (www.lavaca. org).
Presenta, no obstante, algunas diferencias con el anterior, ya que se trata de
una productora de periodismo independiente, orientada a las nuevas tendencias
sociales y culturales. En este sentido, ofrece notas y artículos de críticas a
los medios de comunicación tradicionales y al neoliberalismo, así como
referidos a nuevas experiencias sociales y culturales: cooperativas, empresas
recuperadas, piqueteros, la radio ‘La Colifata’ en el
Borda, y debates sobre la lucha anti-global (con textos de Naomi Klein y Toni Negri). Asimismo, brinda un servicio de suscripción
gratuita.
Otro ejemplo que
hemos analizado es el de la ‘Academia de la Pipa’. Se trata de un sitio de
debate cultural, artístico e intelectual, desde una perspectiva
multidisciplinaria y multicultural al que sus organizadores definen como un
espacio para ubicar interrogantes y dudas a través del pensamiento, un punto de
llegada para re-descubrir la realidad, el siglo xxi.
Si bien no se presenta como una propuesta de contrapoder o anti-sistema, su
mismo formato, organización y contenidos lo ubican como un sitio alternativo.
Por último, vale
la pena mencionar el sitio ‘Red Telar’. Totalmente distinto a los anteriores,
propone el intercambio sin dinero de servicios que abarcan desde los más
básicos hasta la enseñanza superior y servicios de tecnología. Asimismo, se
adhiere a la propuesta de la Iniciativa Legislativa Popular; para integrar dicha
red es necesario suscribirse. La propuesta de actividad económica que ofrece
este portal, en tanto ‘modalidad virtual de trueque’, aparece también como
alternativa.
Ahora bien, ¿qué
conclusiones podemos extraer del análisis de este conjunto tan heterogéneo? La
primera respuesta está en la misma pregunta. Es decir, recuperar la riqueza de
la diversidad frente a la homogeneización autoritaria de los mercados
globalizados y de la concentración económica. Por otra parte, todas estas
experiencias (más allá de las herramientas tic
que utilizan) constituyen nuevas formas de sociabilidad, en sus dimensiones
política, cultural y económica. Es decir, estas redes pueden construirse
socialmente y potenciarse virtualmente por medio del uso de las tic para escapar o, por lo menos,
constituir espacios de socialización alternativos a los cada vez más
restringidos ámbitos de participación que quedan para crecientes sectores de la
sociedad, en especial los más desfavorecidos por las relaciones sociales de
producción vigentes en el capitalismo globalizado.
Conclusiones
En este trabajo
hemos analizado la capacidad que tienen algunos movimientos sociales recientes
de apropiarse de las tic
–principalmente Internet– para crear espacios contraculturales de debate y de
articulación de las acciones de resistencia al modelo hegemónico. En este
sentido, hemos investigado el origen de la organización mediática alternativa
que surge junto al movimiento asambleario y la expansión de la utilización de
la Internet entre algunas asambleas de la rmba. Asimismo, hemos analizado
algunas restricciones en el uso de estas tecnologías, en particular las
relacionadas con la conformación del espacio urbano. Finalmente, hemos
caracterizado la producción de algunos sitios web de asambleas y movimientos
sociales contraculturales.
A diferencia de
los medios tradicionales de comunicación como la televisión o la radio, que se
caracterizan por la unidireccionalidad del mensaje
dirigido del emisor al receptor, los correos electrónicos e Internet permiten una
vinculación en red no sólo de individuos sino también de grupos y actores
sociales. Las asambleas vecinales se apropian de estas herramientas
tecnológicas, haciendo de ellas un medio de intercambio colectivo, simultáneo y
horizontal. La utilización de estas herramientas por parte de las comisiones de
prensa de las asambleas tiene como ventaja el que no se ven sujetos a las
restricciones comunicativas que imponen los medios tradicionales,
permitiéndoles reproducir la multiplicidad de miradas que caracterizan a la
información que circula en dichos colectivos. Asimismo, al vincularse esas
comisiones con sitios alternativos internacionales, como es el caso de Indymedia, se constituyeron en otras de las redes que
permiten no sólo difundir informaciones en las cuales los propios emisores son
muchas veces los protagonistas, y que los medios nacionales tienden a
distorsionar, sino también establecer un puente con los movimientos mundiales
de resistencia. Cabe destacar, por otra parte, que el uso de la Internet que
realizan las asambleas no es el resultado de un desarrollo planificado a
priori, sino una respuesta colectiva a la acción de ocultamiento y
tergiversación inicial ejercida por los conglomerados multimedia sobre los
cacerolazos y el movimiento asambleario.
Con respecto a
las restricciones y obstáculos físicos que el territorio presenta para la
difusión de las tic, la ciudad se
presenta como el ámbito privilegiado para la utilización de estas tecnologías.[17] A
su vez, el movimiento asambleario surgió íntimamente ligado a las posibilidades
de socialización que ofrece el espacio urbano y, en particular, el de mayor
proximidad, el barrio. En este sentido, los vínculos que se establecen a través
de la red resultan de una relación previa, cara a cara, entre vecinos. De la
misma manera, conviene recordar que si bien la información que generan las
asambleas circula luego por la red, su producción está estrechamente vinculada
al lugar de reunión en el cual todos los vecinos son capaces de establecer una
relación de pertenencia.
Quizá entre las
restricciones mencionadas, una de las que más afectan al acceso universal a
Internet radica en las consecuencias que derivan del carácter monopólico del
mercado de las telecomunicaciones; en particular, el alto y tendencialmente
creciente costo de las tarifas, a lo cual se suma la concentración y escasez de
servidores a medida que nos alejamos de los principales centros urbanos. A
pesar de lo anterior, el estudio exploratorio de algunos sitios web de
asambleas vecinales, no nos permite establecer un patrón territorial definido
en la rmba.
Esto se debe a que hemos encontrado sitios de dispar complejidad en su
desarrollo tanto en barrios y localidades periféricas como en otras más
céntricas, lo que abriría un interrogante acerca de la importancia relativa de
los distintos tipos de restricciones, es decir, las restricciones referidas al
espacio físico y las relacionadas con los vínculos sociales y el conocimiento
tecnológico de los usuarios.
Otra cuestión a
tener en cuenta es la de las audiencias que Internet puede alcanzar. De hecho
no todos los participantes del movimiento asambleario consultan Internet, a
pesar de ser aquel el movimiento social que en Argentina más utiliza este
medio. Vimos que ciertas características sociodemográficas y culturales actúan
como condicionantes par estimular o limitar el acceso
a las tic. En términos generales,
pudimos constatar que en el ámbito urbano y en el marco de ciertos estratos
sociales medios las cohortes más jóvenes tienen mayor familiaridad con la
utilización de los códigos que se manejan en el lenguaje informático que los
mayores. A su vez, esto varía en función de los niveles de escolaridad
alcanzados por los usuarios. Estas diferencias no siempre actúan en forma de
limitación, sino que en ocasiones da lugar a prácticas de cooperación por medio
de las cuales los miembros más competentes en el uso de estas tecnologías
transmiten de manera informal las capacidades requeridas para utilizar estas
tecnologías.
Finalmente, otra
de las limitaciones importantes a tener en cuenta para la difusión de
informaciones por medio de tic,
además de las territoriales, está relacionada con el exceso de mensajes que
generan. La imposibilidad, dada su cantidad, para discriminar la jerarquía de
los mismos, debido a la necesidad de tiempo que insume su lectura, dificulta la
información. O como nos decía uno de los miembros de Indymedia:
“gran cantidad de información, en vez de servir para actuar, paraliza”. La
sobresaturación de la información se presenta inclusive en las comunicaciones
que se establecen entre los asambleístas y entre las redes que vinculan a las
asambleas entre sí. Decíamos al comienzo de este trabajo que Internet permite
establecer una comunicación sin distinción de estructuras jerárquicas, lo que
en términos políticos puede traducirse en una comunicación democrática, y como
tal, permite que desde ‘adentro’ de esa estructura se puedan construir espacios
contra-culturales de debate y de articulación de las acciones de resistencia al
modelo hegemónico. Esta potencialidad plantea algunos problemas porque la
sobresaturación de mensajes, más que facilitar la multiplilcidad
de perspectivas, lo que puede provocar es lo que Baudrillard
(1996) llama “efecto de high fidelity”,
es decir, provocar una ilusión de objetividad en donde todos los mensajes
aparecen como neutros e indiferenciados, promoviendo la inacción. Esta
situación es analizada por los medios contrahegemónicos
–por ejemplo Indymedia– que no sólo manejan el
soporte físico sino que a la información tratan de darle un contenido
diferenciado, discriminando y jerarquizando las informaciones.
El dilema para
una gestión democrática de la política comunicacional es, por un lado, la
necesidad de reducir la complejidad de la información y, por otro, determinar
quiénes y de qué manera pueden llevar a cabo esa reducción sin que eso implique
un nivel de centralidad y control que reencaucen este medio hacia formas
semejantes a las que se dan habitualmente en los oligopolios mediáticos. La
alternativa elegida por Indymedia es mantener la
autonomía política, rechazar financiamientos de fundaciones que puedan implicar
condicionamientos y al mismo tiempo potenciar la red de informaciones mediante
una vinculación estrecha con los movimientos sociales.
Bibliografía
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ciudad y sus tic’s.
Tecnologías de Información y Comunicación, Universidad Nacional de Quilmes, Bernal.
Enviado: 13 de noviembre de 2003.
Aprobado para su publicación:
16 de enero de
2004.
[1] Trabajo
presentado en el Seminario Internacional “Redes, Tecnologías de Información y
Comunicación y Desarrollo de Políticas Públicas”, Instituto de Industria,
Universidad Nacional de General Sarmiento, diciembre de 2002, con el título: Construyendo tramas y acercando
distancias desde el nuevo protagonismo social.
[2] Para
ello se realizó un primer relevamiento de carácter exploratorio que incluyó más
de cuarenta sitios y páginas web
pertenecientes a estos movimientos.
[3] Para
profundizar en esta interpretación, véanse las diversas obras de Manuel Castells (1998) sobre la sociedad informacional así como
los trabajos de Michel Callon (1992) sobre las redes sociotécnicas.
[4] En
este sentido, las tecnologías de la comunicación (tales como la radio, la
televisión e inclusive Internet) son utilizadas en el ámbito doméstico,
ofreciendo una especie de sustituto de la participación pública. Esto, a su
vez, tiende a complementar la sensación de inseguridad que experimentan muchos
ciudadanos.
[5] Como
ejemplo, un participante de la asamblea de Olivos nos comentaba que su hermana,
cuya zona de residencia habitual es una ciudad intermedia del interior, se
enteró en la ciudad de Buenos Aires de que en su ciudad de origen existían a
principios de año tres asambleas barriales.
[6] En
este sentido, y citando a Agnew, podríamos afirmar
que la experiencia asamblearia contribuye a recuperar al barrio y a los
espacios públicos, como verdaderos lugares de la comunidad. En
relación con lo anterior, recuperamos la conceptualización de la teoría del lugar,
según la cual la noción de lugar
hace referencia explícita a la vinculación de la sociedad con el territorio a
partir de tres aspectos: a) emplazamiento, b) localización y c) sentido de
pertenencia (Agnew, 1993).
[7] Véase
Carlos de Mattos (1997, 1998).
[8] La
extendida difusión de la Internet en Argentina es corroborada por el society index que
en el año 1999 midió el acceso a las tic
en 55 países del mundo, basándose en 23 parámetros (producto interno bruto,
población, teléfonos por vivienda, celulares, usuarios de negocios de Internet,
entre otros). En ese año la Argentina se ubicaba en el lugar 29, seguida por
Chile en el puesto 32, Costa Rica en el 36, Venezuela en el 38, Panamá en el
39, Brasil en el 41, Ecuador en el 42, México en el 43, Colombia en el 44 y
Perú en el 49 (www.argenguide.com.ar).
En los dos últimos años muchos de los indicadores aquí utilizados como
parámetros se han modificado radicalmente en la Argentina.
[9] De
acuerdo con el Circuito de Ciudades Argentinas, en el país existen 222
localidades con sitios, de las cuales 166 tienen su portal local enlazado a
dicho Circuito, mientras que el resto cuenta con portal propio. La distribución
de esas conexiones es la siguiente: Buenos Aires (incluida Capital Federal)
concentra el 24%, Entre Ríos y Santa Fe, el 17%; Córdoba presenta el 15%, La
Patagonia (es decir, Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego)
participa con el 24%, y el resto del país apenas suma el 20% (www.argenguide.com.ar).
[10] Agradecemos
la valiosa colaboración de Nicolás Ramella y Clarisa Bettatis, quienes realizaron una exploración y análisis
técnico de los sitios de Internet visitados.
[11] Cabe
aclarar que de cuatro grupos consultados en noviembre de 2002, sólo se mantenía
uno en funcionamiento, que contaba con más de cien suscriptos. De todas
maneras, el mayor nivel de participación se registró en los meses de marzo,
abril y mayo, como en casi todos los casos.
[12] En
efecto, de las cinco direcciones del listado original, sólo permanecían en
funcionamiento dos al momento del análisis, de los cuales una revestía la forma
de chat
sin ningún tipo de control, que se alejaba sustancialmente del propósito
original de la protesta (www.cacerolazo.com).
[13] O en
el caso de que exista, éste no restringe las intervenciones por cuestiones
temáticas o de respeto entre los interlocutores.
[14] Se
trata de programas que se instalan automáticamente (previo pedido de
autorización al usuario) cuando se cargan determinadas páginas de Internet, ya
que son necesarios para poder navegar en ellas. Cabe aclarar, además, que de
acuerdo al plug-in del
que se trate, varían las exigencias en términos de sistema operativo y
desarrollo del hardware
(incluyendo el modelo de cpu,
módem, capacidad de memoria ram,
etc.).
[15] Como
opción, en realidad aparece en más sitios, pero en muchos el enlace no
funciona. Sólo es operativo en dos.
[16] Esta
central sindical tiene fuertes vínculos con la Central Única de Trabajadores de
Brasil (cut)
y con el Partido de los Trabajadores (pt),
que han puesto en marcha la experiencia del presupuesto participativo en
diversas regiones del país, entre las que destaca Porto Alegre.
[17] En
este sentido, llama la atención el caso de algunas localidades y barrios de los
partidos del Conurbano que carecen de ciertas infraestructuras básicas (como
agua corriente, cloacas y pavimento), mientras que presentan posibilidades de
acceso a tic. Un trabajo que
analiza la relación entre la producción de la ciudad y las tic lo pone de manifiesto para la
localidad de San Francisco Solano, partido de Quilmes (Schiavo,
1998). Lo mismo podríamos afirmar para localidades de los partidos de José C.
Paz y Malvinas Argentinas (Grand Bourg, por ejemplo).