Presentación
Pese
a que siempre se ha
manifestado –sin ponerlo en duda– que la educación tiene una contribución de
gran importancia en el desarrollo, no puede dejarse de lado que el nivel de
desarrollo y crecimiento de un país condiciona las modalidades impulsadas de la
ciencia, la tecnología y el monto del prepuesto asignado a ello. La
interdependencia parece evidente: el progreso de la sociedad contemporánea
sería impensable sin la investigación científica, pero sin desarrollo
científico y tecnológico no puede consolidarse el progreso de una nación.
El monto de la
inversión en investigación y desarrollo en los diversos países del mundo es un
indicador de la importancia que se otorga a este sector: mientras que países
como Japón o Estados Unidos destinan 2.6% y 3% respectivamente de su Producto
Interno Bruto a este sector, la media latinoamericana es de 0.5%. Considerando
este panorama, no es de sorprender la marginalidad bajo la que se desarrolla la
ciencia y tecnología en la región latinoamericana.
Las dificultades
ligadas a la restricción de financiamiento se complican aún más cuando
reconocemos que la de por sí escasa producción científica de los países
latinoamericanos encuentra pocos espacios de difusión con niveles de impacto en
el ámbito internacional.
La ciencia está
en las revistas científicas y su progreso está reflejado en ellas. Es ahí donde
se dan a conocer los resultados obtenidos del proceso de investigación, donde
se difunden las más recientes aportaciones al conocimiento y donde se generan
las principales polémicas que impulsan nuevos planteamientos analíticos y que
dan lugar a nuevas investigaciones.
Al vertiginoso
desarrollo científico y tecnológico –con sus marcadas diferencias entre países–
se agrega, en los últimos años, la proliferación desmesurada de revistas
científicas y su marcada especialización. Ello significa que el avance
científico es cada día más anónimo, además de que la mayor parte de los
artículos se pierde en un mar de literatura.
El incremento de
las publicaciones científicas se explica no sólo por un creciente avance del
desarrollo científico y tecnológico, sino también por los diversos sistemas
institucionales que miden los méritos académicos en función del nivel de
productividad de los investigadores; situación que afecta por igual a
académicos de los países más y menos desarrollados.
Esta situación
ha generado efectos tanto perversos como alentadores, pues si bien la presión
por publicar puede orillar a contar con contribuciones poco originales o
repetitivas; también ha permitido borrar las fronteras nacionales y lograr que
académicos de distintas latitudes colaboren en revistas independientemente del
país de procedencia.
Es interesante
considerar también que la gran mayoría de las publicaciones de los países menos
desarrollados tienen escaso impacto sobre la comunidad científica
internacional; lo cual no significa que su valor sea necesariamente menor, lo
que sucede es que tienen menos visibilidad.
De esta forma,
ante el cada vez mayor cúmulo de artículos científicos en diversas revistas
académicas que luchan por ganarse un lugar entre la comunidad científica,
surgen diversos sistemas de bases de datos cuya intención es hacer llegar a la
comunidad científica –de forma rápida, directa y con el mayor ahorro de medios
y de tiempo– las aportaciones de quienes desean comunicar sus resultados de
investigación a través de las revistas científicas de diversas partes del mundo
Estas bases de
datos se convierten en importantes fuentes de información para aquellos
interesados en conocer el estado del arte de un tema, o para estar al tanto de
los principales hallazgos en un ámbito analítico específico. No obstante, su
funcionamiento no está exento de sesgos, quizá uno de los más acusados es la
baja representación que tienen de la producción científica de los países menos
desarrollados.
Las más
reconocidas bases de datos que registran e indizan las más importantes revistas
del mundo ofrecen, además, índices de citación, ficheros automatizados,
resúmenes y referencias completas de los artículos.
Para el caso de
las ciencias sociales y las humanidades destaca el llamado scisearch que publica el Social
Science Citation Index
y los Sociological
Absracts,
que registra cerca de 1,500 revistas sobre ciencias sociales con unos 16 mil
resúmenes anuales y un Thesaurus
of sociological terms.
De igual forma,
destaca el desarrollo del sitio en línea de la Red
de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe (Red ALyC)
<http://redalyc.uaemex.mx> que busca incorporar a las principales
revistas de ciencias sociales de la región latinoamericana, España y Portugal
con la finalidad de ampliar su visibilidad y constituirse en un mecanismo que
apoye los problemas de difusión y distribución a que se enfrentan.
Sin duda, la
incorporación de las revistas latinoamericanas a estas bases de datos es un
elemento que puede contribuir a mejorar la eficacia del sistema actual de
publicaciones. Es por ello que, quienes formamos parte del colectivo editorial
de la revista Economía, Sociedad y
Territorio,
tenemos el agrado de compartir con nuestros colaboradores y lectores la
satisfacción de que nuestro proyecto editorial ha sido incluido en el Sociological
Abstracts
así como en la Red de Revistas Científicas de
América Latina y el Caribe (Red ALyC). En ambos casos se trata de sistemas
de información que funcionan con el propósito de recopilar y difundir en forma
rápida y eficaz la información de publicaciones seriadas.
Esperamos que ello
contribuya a una mejor actualización de nuestro intercambio nacional e
internacional, con el consecuente beneficio para la proyección y actualización
de nuestros autores. De igual forma, constituye una seria responsabilidad para
mantener la calidad y periodicidad de nuestra revisa, estimulando con ello la
participación de nuestros actuales y nuevos colaboradores.