Dinámica económica y migración en el
centro de México: impronta territorial de dos procesos convergentes
Economic
dynamic and internal migration in central Mexico: territorial mark of two
convergent processes
Guillermo Olivera-Lozano
Carlos Galindo-Pérez*
Abstract
This
paper addresses the economic base of the municipalities and states of central
Mexico, and their influence on the migration flows inside them. The first part
is a summary of recent works in Latin America and Mexico of the migration and
development relation. Secondly, the economic structure and dynamics of
municipalities and metropolitan areas is examined by main economic sector. In
the third section, the interregional migration flows and some characteristics
of migrants are shown to illustrate the occupational aspect of migration that
other studies have.
Keywords: Central Mexico,
internal migration, metropolitan economy.
Resumen
Esta
investigación aborda la base económica de municipios y estados del centro del
país, y su influencia sobre los flujos migratorios internos. Primero se hace
una síntesis de estudios recientes en Latinoamérica y México sobre migración y
desarrollo; después se analiza la estructura y dinámica económica por municipio
y aglomeraciones metropolitanas, por gran sector económico; posteriormente, se
muestran los destinos interregionales de la migración y algunas características
de los migrantes, para ilustrar la faceta predominantemente laboral de la
migración que otros análisis hacen evidente, y que aquí se reafirma, sin
desconocer otros factores. Finalmente se especifican las conclusiones a las que
se llegaron con este análisis.
Palabras clave: México central, migración interna,
economía metropolitana.
*Universidad Nacional Autónoma de México, México. Correo-e: gol@servidor.unam.mx, carlosgp@correo.crim.unam.mx
Introducción[1]
Esta
investigación aporta elementos empíricos para un mejor conocimiento de la base
económica de los municipios y entidades que integran la región Centro del país
−principal espacio económico, demográfico y metropolitano a nivel nacional−,
para reconocer la influencia que esto tiene en la generación de flujos
migratorios interestatales e intermunicipales. En la primera sección se elabora
una síntesis de las investigaciones más recientes y relevantes sobre la
relación migración-desarrollo en Latinoamérica y México; en la segunda parte se
analiza la estructura y dinámica económica de la región a escala municipal y en
sus principales aglomeraciones metropolitanas, por grandes sectores económicos;
en el tercer apartado se muestran los principales destinos interregionales de
la migración, principalmente metropolitanos, y se revisan algunas carac-terísticas de los migrantes, en particular género y
estructura por edad, para ilustrar la faceta laboral de la migración que ya
otras investigaciones hacen evidente,
pero que la información disponible hasta hace poco no permitía calificar con
precisión. Por último, se concluye con una síntesis de los principales
hallazgos.
Si bien, el enfoque del estudio se centra en la
dinámica económica como un factor explicativo de la migración interna, no se
omiten los factores de carácter demográfico, y sobre todo urbano, que motivan
los desplazamientos de la población, particularmente en las ciudades más
importantes a nivel nacional que, por su carácter metropolitano, presentan una
fuerte movilidad poblacional. Así, la hipótesis de este análisis es que la
migración interna en la región Centro del país tiene causas económico-laborales
y urbano-demográficas, así como una dimensión metropolitana, influida por un
proceso de desconcentración-concentrada a escala regional que tienen la
actividad económica y la población. Su intensidad, por otra parte, es
diferenciada con base en el dinamismo económico de cada ciudad y los atributos
de edad, nivel educativo, nivel de ingresos y género de las personas. En
general, los flujos de población se dirigen hacia los espacios de mayor
dinamismo económico y el sector terciario es el sector motriz de la economía de
la región Centro.
1. Migración y desarrollo: argumentación teórica y validación empírica
1.1. Los avances recientes en la perspectiva latinoamericana
En
los estudios sobre migración interna, tradicionalmente se ha considerado su
vinculación con el desarrollo, de acuerdo con ello, las principales causas de
los movimientos de población son las desigualdades socioeconómicas, y por ende,
la búsqueda de mejores condiciones de vida por parte de los migrantes. Este
esquema tuvo un poder explicativo absoluto hasta los años ochenta del siglo xx, mientras la migración campo-ciudad
fue el tipo de flujo poblacional predominante; sin embargo, a raíz de la
reestructuración de la economía mundial y de sus regiones –a fines de ese mismo
siglo–, y del predominio de la población urbana sobre la rural junto con un
proceso de expansión metropolitana de las grandes urbes, así como del efecto de
la transición demográfica en curso, el abanico de causas específicas de la
migración se diversificó, haciendo más complejo su estudio.
Desde
el punto de vista del desarrollo, las condiciones de dinamismo y rezago
económico bastaban para explicar los flujos de población desde regiones menos
desarrolladas a más civilizadas; no obstante, también han sido permanentes las
críticas sobre el particular. Aroca, (2004) y Rodríguez (2004, en cepal, 2007) por ejemplo, refieren que
ese enfoque privilegió las fuerzas de expulsión en el lugar de origen, y a la
búsqueda de mayores ingresos como causa fundamental. Ellos mismos reconocen que
en la actualidad existen otros motivos como el cambio de residencia y la
búsqueda de mejoras en el hábitat, o la reducción de tiempos de traslado de la
vivienda al trabajo, lo cual se favorece por el tipo de urbanización extendida
actualmente dominante. Adicionalmente señalan que la relación
migración-desarrollo no aplica en casos en los que el progreso de algunas
regiones receptoras es reciente, o en regiones metropolitanas en proceso de suburbanización o desconcentración que, de cualquier
manera, expulsan gente por falta de espacio, por deterioro de la calidad de
vida, o por efecto de la regulación y las políticas urbanas.
Con
base en lo señalado, se distingue la persistencia de factores causantes de la
migración interna de tipo tradicional, asociados al desarrollo en su sentido
más general, junto con factores relativamente emergentes, vinculados a
la urbanización en su etapa metropolitana y regional, y a las deseconomías que de ello se han derivado. No puede
considerarse que los segundos sustituyan a los primeros sino que coexisten, de
lo cual deriva la complejidad de la migración que es, al mismo tiempo, un
fenómeno sociodemográfico y económico en permanente transformación.
Entre los aspectos de la relación
migración-desarrollo que siguen prevaleciendo se mantiene la búsqueda de
mejores condiciones de vida, en donde destacan en específico las condiciones
laborales y las remuneraciones como principales detonantes, lo que a su vez se
vincula con ciertas características de la población en términos de género, edad
y nivel educativo. La principal conclusión en este sentido es que la migración
es selectiva y que estaría favoreciendo una convergencia en el crecimiento
demográfico o distribución espacial de la población (Rodríguez, 2004), al mismo
tiempo que produce cambios en su perfil (cepal,
2007; Arroyo, 2001).
Si
bien, con los datos de los censos demográficos no es posible saber si la
población que migra mejora sus condiciones de vida, sí están documentadas, en
cambio, las relaciones entre migración y características de la población a
nivel de América Latina. Se sabe que la población de estratos jóvenes en edad
laboral es la más propensa a migrar, aun cuando hay evidencias de cierta
importancia de la migración de retorno (cepal,
2007). También se sabe que migran más las mujeres[2]
y la población con niveles educativos superiores al promedio, así como se ha
identificado la relación que existe entre la migración y el ciclo de vida de
las personas y el ciclo de desarrollo de las familias.
En
esta misma línea es claro que, generalmente, las áreas receptoras de migrantes
son dinámicas en términos económicos y concentran la inversión pública y
privada, en tanto que las áreas expulsoras se encuentran estancadas y pierden a
la población joven y mejor instruida. Como resultado, los ingresos promedio de
los migrantes son mayores que los de los no migrantes (cepal, 2007: 633), y los hogares con migrantes tienen
mayores ingresos mensuales que los hogares sin migrantes. La migración, a su
vez, se ha facilitado por la reducción en los costos de transporte y tiempo de
traslados.
La
migración, en suma, se traduce, ya sea en un aumento o en una reducción de las
desigualdades regionales, en función de los volúmenes de población implicada y
de sus características. De acuerdo con los volúmenes se tiende a la
convergencia regional; en tanto que con base en los atributos de la población
ocurre una selectividad diferenciada según la variable del caso, lo que se
traduce en divergencia. Asimismo, aunque la búsqueda de mejores condiciones de
vida sigue siendo una de las principales motivaciones para la migración, éstas,
de acuerdo con Rodríguez (2008: 144), pueden en ciertos momentos o
circunstancias estar desvinculadas del crecimiento económico y de los mercados
laborales.
Con
respecto a los factores relativamente emergentes que provocan la
migración, se reconocen los efectos del grado de madurez de los sistemas
urbanos en su actual etapa metropolitana, caracterizada por una notable
movilidad intraurbana e intermetropolitana,
debida a la expansión física de las ciudades y la formación de vínculos
funcionales por causas laborales (empleo e ingreso), pero también por
cuestiones de residencia. En otros términos, se reitera que la migración no es
sólo por motivos económicos sino también puede ser por motivos de estudio, de
salud, por violencia y por cuestiones familiares (Granados, 2007).
Producto
del continuo proceso de urbanización en América Latina, la migración entre
ciudades desplazó desde el último cuarto del siglo xx a la migración rural urbana. Ello,
aunado a la desconcentración demográfica en los sistemas de ciudades, produjo
que la migración dejara de tener el patrón concentrador característico de
épocas pasadas. Las ciudades principales de prácticamente todos los países con
alto grado de urbanización han sido consideradas como expulsoras netas de
migrantes hacia las ciudades secundarias más dinámicas, arguyendo como causa,
los efectos negativos que la crisis del modelo de producción por sustitución de
importaciones tuvo en su base económica a fines del siglo pasado. Una
peculiaridad de este tipo de migración es que en gran parte ha ocurrido hacia
las ciudades del entorno inmediato de la ciudad primada, lo que ha configurado
sistemas de ciudades policéntricos. Sumado a esto, la
migración intrametropolitana hacia la periferia de
las ciudades amplía la extensión territorial de las grandes urbes generando
procesos complejos de reconfiguración territorial y funcional. En consecuencia,
hay dudas respecto a si es del todo acertado considerar a las grandes ciudades
como expulsoras netas de población ya que también continúan recibiendo altos
volúmenes de personas, en tanto que la población saliente se dirige al entorno
inmediato,[3] por lo que se puede estar
hablando de una expulsión ficticia que más bien es parte de la expansión
metropolitana (Aroca, 2004; Guzmán et. al., 2006). Esto correspondería a
un proceso de desconcentración-concentrada (unfpa, 2007; Henderson, 2000; cepal, 2007;
Pinto da Cunha, 2002; Rodríguez, 2002; Garza, 1999).
En este
sentido, se trata de la consolidación de una forma de organización territorial
de urbanización extensiva e intensos vínculos funcionales que articulan los
mercados de trabajo regionales con las economías de escala y de urbanización,
que a su vez, estimulan una determinada localización de las actividades
productivas y se acompañan de ciertos tipos de ocupación residencial. Desde
esta perspectiva, también se reconoce en la base económica de las ciudades y
sus cambios, un factor adicional determinante en la orientación y monto de los
flujos de migración interurbana.
Lo
descrito tiene que ver, asimismo, con el planteamiento de los ciclos urbanos o
ciclos de movilidad de la población, vinculados a los ciclos de vida de las
familias ya mencionados y que se traducen en diferentes patrones residenciales
al interior de los espacios metropolitanos. Dado que la urbanización
campo-ciudad ha perdido importancia, son el crecimiento natural de la población
y los patrones de movilidad residencial por proximidad, junto con la evolución
de los mercados de trabajo, los que se traducen en las actuales formas
urbano-regionales de la expansión urbana. Una de las aportaciones más
importantes en este sentido a nivel internacional, y que tuvo eco en México, es
el modelo de urbanización diferencial de Geyer y Kontuly (1993), quienes explican diversas modalidades
migratorias con base en el ciclo de desarrollo urbano.
Para
estos autores, en un sistema urbano, las ciudades grandes, intermedias y
pequeñas experimentan ciclos de crecimiento rápido y lento, que expresan,
primero, una tendencia a la concentración, y posteriormente, a la dispersión o
concentración, a lo cual denominan urbanización diferencial. En cada ciclo
predomina un tipo de flujo migratorio principal, acompañado de flujos
secundarios, que significan, a su vez, el predominio ya sea de fuerzas
concentradoras o de fuerzas desconcentradoras, mismas
que modelan al sistema urbano. Este modelo explicativo, sin embargo, ha tenido
un mayor impacto en los estudios urbanos que en los que se constriñen al
análisis de la migración interna, como se concluye de los estudios realizados
en nuestro país.
1.2. Estudios en México
En
México las investigaciones recientes sobre migración interna a nivel nacional y
en la región Centro pueden agruparse en las categorías de investigaciones que
enfatizan aspectos principalmente demográficos de la migración en el sentido de
su dinámica, dirección y volumen; en aquellos que la vinculan con la
urbanización y las tendencias de concentración y desconcentración en el largo
plazo, incluidos los distintos enfoques sobre ciclos urbanos, y los que la
relacionan con el dinamismo económico y con la evolución de los mercados de
trabajo. Sus hallazgos se han influido de forma recíproca y son parte de un
cuerpo analítico sólido con aportaciones metodológicas, que en conjunto
permiten entender las causas y los efectos de la migración interna en el centro
del país.[4]
Entre los estudios ubicados en la primera categoría,
Negrete (1990), al examinar el proceso migratorio hacia la ciudad de México,
identifica tres procesos en ese momento poco estudiados por su novedad: 1) la
reducción progresiva del número de inmigrantes a la ciudad; 2) el arribo de población con una baja calificación
para el empleo, y 3) un reajuste del patrón
migratorio que implicó un incremento de emigrantes desde la ciudad de México
hacia las ciudades circunvecinas a ésta.
En
otro análisis, Negrete (1999) clasifica a los municipios con base en su saldo
neto migratorio en tres tipos: atractores, de rechazo
y en equilibrio. Con este ejercicio, reconoce un proceso de desconcentración
territorial de los migrantes desde la ciudad de México hacia su periferia
conurbada y la corona de ciudades que la rodean, determinado por la pérdida de
capacidad concentradora de la ciudad de México (que impacta su ritmo de
crecimiento), y la reorientación de las corrientes migratorias, influenciadas
por la activación económica de otros núcleos urbanos al interior de la misma
región Centro. Estos hallazgos coinciden con los de Corona y Luque (1992).
Para
Chávez y Savenberg (1995), entre los elementos
distintivos de este nuevo horizonte migratorio sobresale su carácter
diferencial con base en el sexo, la edad y las razones por las que migran las
personas, así como por su alcance geográfico. Por ejemplo, los jóvenes
vislumbran como destino a las grandes urbes con miras a buscar empleo, mientras
que los adultos y su familia buscan las periferias de las ciudades para
establecer su residencia, pero conservan su empleo en el centro. Este patrón
migratorio tiene repercusiones en la reconfiguración sociodemográfica
y espacial de los núcleos urbanos del centro del país.
Con
un enfoque en las diferentes formas de movilidad de la población con origen en
la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (zmcm) y sus alcances geográficos,
Graizbord y Mina (1994) concluyen que la región
Centro representa para sí misma, la principal abastecedora de inmigrantes, lo
que les lleva a reconocer un proceso inmigratorio de impacto megalopolitano.
Con
respecto a los estudios de la segunda categoría sobre migración, urbanización y
tendencias de la concentración y desconcentración en el largo plazo, Graizbord y Mina (1994), así como Ruiz (1999) señalan que
las pautas concentradoras de la población en el centro de México se tornaron
difusas desde los años ochenta y estaban llegando a un punto de inflexión, lo
cual implicaría una reversión de las fuerzas centrípetas a favor de una
desconcentración hacia las ciudades de tamaño intermedio. Sostienen que este
proceso abarcará tarde o temprano a la totalidad del Sistema Urbano Nacional y
todas sus regiones, aún cuando no suceda con la misma fuerza en todas partes.
Esta hipótesis tiene sus antecedentes en el
trabajo pionero de Graizbord (1984) en el que, con un
enfoque ex-ante, considera que el futuro de la urbanización sería
de mayor equilibrio en la distribución territorial de la población y las
actividades económicas.
En
oposición, para Garza (1990), sin medidas correctivas, la concentración en las
grandes urbes tendería hacia una superconcentración
espacial, y el crecimiento de otras ciudades no sería a costa de la disminución
del tamaño de las grandes ciudades (Camas, 1999). Más adelante Garza (1999)
señala que es necesario analizar los procesos desde otra escala ya que más que
un proceso de descentralización, lo que ocurre es un cambio en el ámbito de
concentración, hacia conglomerados megalopolitanos y
regiones urbanas policéntricas. Ambos autores suponen
implícitamente que la migración ocurre desde las áreas estancadas hacia las dinámicas.
Otro
tipo de aproximaciones enfatizan el grado de madurez de los sistemas
metropolitanos. Así, desde el gobierno federal (Conapo,
2002) se realizó un estudio sobre las tendencias de la migración en las grandes
metrópolis del país con base en el modelo de urbanización diferencial de Geyer y Kontuly (1993); en éste
se compara la dirección y flujo de los movimientos migratorios para los años
1987-1992 y 1992-1997 con base en las encuestas enadid 1992 y 1997 para las tres ciudades principales del país,
además de Toluca, Torreón, Puebla y el resto del país. Se concluye que entre
los dos periodos estudiados ocurrieron cambios profundos en los movimientos
migratorios de las zonas metropolitanas, y que la transición urbana y de
movilidad es más avanzado en las ciudades grandes. La zmcm, por ejemplo, reduce los movimientos de
su población en todas direcciones, predominan los flujos que se originan en su
contorno central con destino a la periferia o resto del país, y más
recientemente aumentan su importancia los movimientos desde las áreas
suburbanas hacia el resto del país. Se prevé que en el futuro continúe la
desaceleración del crecimiento demográfico de las ciudades más grandes, por lo
que habría un patrón desconcentrador más maduro con
movimientos en un espacio jerárquico no necesariamente continuo.
Entre
los estudios del tercer tipo que se han ocupado de identificar las relaciones
entre economía y migración en la región Centro de México, o que han ahondado en
el análisis particular de alguna de estas variables, se considera que los
espacios con mayor dinamismo económico constituyen zonas de atracción de
corrientes migratorias, ya que configuran un ambiente laboral propicio.
Chávez
y Guadarrama (2000 y 2004) llaman la atención sobre la transformación del mapa
migratorio al interior de la región Centro, por cambios de las zonas de
expulsión y atracción como efecto de: 1) la desconcentración industrial hacia
algunas áreas urbanas periféricas a la Zona Metropolitana de la Ciudad de
México (zmcm),
y 2) una mayor articulación funcional de los sistemas productivos junto con la
difusión del sector terciario. Procesos que, señalan, ocurrieron bajo un
ambiente de crisis y reestructuración económica, que el país en general y la
región Centro en particular, registraron desde los años setenta hasta la última
década del siglo xx.
También se refieren a la inestabilidad del crecimiento económico en los
diferentes estados y municipios de la región, la cual tiene una relación
evidente con los flujos migratorios en unos espacios, pero no en otros; en este
sentido sugieren considerar las escalas históricas y territoriales en las que
se sitúan esas relaciones.
Granados
(2007), por su parte, estudia el impacto de la dinámica migratoria en el
crecimiento demográfico de Pachuca como ciudad secundaria receptora de
migrantes, así como la relación entre el aumento de la población y el
comportamiento de los sectores productivos de la ciudad. Incluye en su análisis
algunas características socioeconómicas de los
migrantes y se propone ahondar en los efectos que la presencia de éstos
acarrea en los lugares de destino. Se apoya en la posibilidad que permitió el
Censo de Población del 2000 para identificar a los individuos que residiendo en
un municipio trabajan en otro, y de esa manera distinguir entre migrantes
interestatales e intraestales. Encuentra que en la
migración interestatal predomina la femenina y familiar y, que en la más
reciente, los niveles de educación son mayores y tienen más altos ingresos que
la población no migrante; en el caso de los migrantes intraestatales
recientes se trata también de personas más jóvenes, recibe mayores ingresos y,
como los primeros, se asientan en zonas no marginadas.
Como se aprecia, cada uno de estos análisis es un
valioso aporte para entender la compleja relación que se establece entre
dinámica económica y
migración, y son asimismo, las referencias que contribuyen a plantear la hipótesis central de esta investigación, ya
mencionada en la introducción. En las páginas siguientes, previo señalamiento
del procedimiento metodológico, se revisa, a escala municipal y al mismo tiempo
de metrópolis, la distribución y el dinamismo de los tres grandes sectores
económicos en la región, así como su relación con la orientación final de los
flujos de inmigración reciente de acuerdo al género y la edad de los migrantes.
2. Delimitación de la región y procedimiento metodológico
La
región Centro la integran el Distrito Federal y los estados de Hidalgo, México,
Morelos, Puebla, Querétaro y Tlaxcala, cuya superficie total abarca 97,964 Km2,
equivalente a 4.9% de la superficie total del país. No obstante representar una
reducida fracción del territorio nacional, su población en 2005 ascendió a 34.7
millones de habitantes (33.6% del total nacional) con una densidad poblacional
aproximada de 355 habitantes/Km2.
En
materia económica, la región Centro genera, según datos de los censos
económicos de 1999 y 2004 utilizados para este análisis, 42.1% del pib
total nacional; 16.3% del pib
del sector primario; 44.6% del pib
manufacturero y 43.5% del pib
terciario. Estas cifras demuestran que, a pesar de los efectos de la crisis
económica de los años ochenta y la reestructuración económica que experimentó
durante los noventa, la región, en general, y la zmcm, en particular, (como núcleo de la
región), continúan siendo las principales concentraciones demográficas y
económicas del país, si bien la concentración económica es mayor que la
demográfica. Ambos espacios, sin embargo, han reducido su aportación al pib total
nacional desde los años ochenta, al cambiar de 43.5% en 1980, a 41.2% en 1998,
y 40.3% en 2003, en el caso de la región Centro. En el caso de las dos
entidades en donde queda comprendida la zmcm que son el Distrito Federal
y el Estado de México, su participación conjunta ha disminuido para esos mismos
años de 37.4% en 1980 para mantenerse en 32.7% en 1998 y 2003.
El
procedimiento metodológico seguido para el análisis económico-regional requirió
la construcción de una base de datos a partir de los Censos Económicos de 1999
y 2004. Se utilizó la variable de valor agregado censal bruto (vacb) por gran
sector de actividad, para los 553 municipios[5]
y las 12 zonas metropolitanas oficiales que integran la región Centro[6] (Sedesol,
2004; Conapo,
2002; inegi,
2004). En el caso del vacb se realizó un ajuste con base en el pib
del Sistema de Cuentas Nacionales, con
el propósito de que los datos censales reflejen adecuadamente las magnitudes
macroeconómicas. El resultado puede considerarse como pib, mismo que se convirtió a
pesos de 1993, pensando sobre todo en incorporar más adelante, el análisis de
censos económicos de años previos. Por último, se obtuvieron rangos para la
distribución del pib
entre los municipios con base en la desviación
estándar, y los resultados se presentan cartográficamente para su mejor
ilustración.
El periodo de análisis corresponde al final de los
años noventa y principios del primer lustro del siglo xxi (1998-2003 para datos
económicos y 2000-2005 para datos demográficos), que es un periodo de
transición entre la recuperación económica de los años noventa posterior a la década
perdida y la recesión con que comienza el primer decenio del 2000,
vinculada a su vez a la recesión estadounidense de esos mismos años. Así, el
ritmo de crecimiento de 3.0% promedio anual del pib
nacional entre
1993 y 1998, se redujo a 2.5% entre 1998 y 2003; sin embargo, la evolución del pib fue muy contrastante en este último lustro al pasar
de 5.2% entre 1998 y 2000 a 0.7% entre 2000 y 2003. El periodo de estudio, en
suma, corresponde a un periodo de recesión económica nacional y regional.
3. Dinámica económica sectorial en la región centro
3.1. Sector primario: declive y reestructuración territorial bajo un
ambiente recesivo
En
primer término es importante aclarar que en el sector primario únicamente se
consideran las actividades de pesca y acuicultura animal. Esto se debe a que no
existe un censo agropecuario actualizado; por consiguiente, se concede la
observación de que estas dos actividades no son representativas al cien por
ciento del sector agropecuario. Empero, sí se asumen como actividades que
dentro de ese sector son de alto valor comercial y por tanto de alta
productividad; de ahí su marcada concentración territorial, como se mostrará a
continuación.
Los
resultados del análisis de este sector de actividad en la región Centro
muestran, como rasgo principal, su dinamismo negativo. Así, el pib
primario se redujo de 19.4 mil millones
de pesos en 1998 a 14.3 mil millones en 2003, con una Tasa de Crecimiento
Promedio Anual (tcpa)
de -6.0%; en segundo lugar, de los 12 los municipios[7]
de los rangos uno y dos que en 1998 concentraban 82.6% del pib primario y 14.1% de la población de la
región Centro en 2000, un lustro después, si bien el número de los municipios
más importantes se mantiene casi constante (11), su participación en el pib
se reduce a 58.8% y en la población cae a sólo 1.9% (cuadro 1). Esto habla de una gran
variabilidad en el comportamiento del pib primario (de tipo comercial) en los
diferentes municipios a lo largo del quinquenio,
lo que significa que no existen las condiciones para un desarrollo
estable en el largo plazo.
Cuadro 1
Región Centro: pib primario y población total por municipios según rango, 1998-2003
Rangos pib (miles de pesos)/** |
No. mpos. 1998 |
pib Primario/* |
Población |
|
No. mpos. 1998 |
pib Primario |
|
Población |
Tasas de crecimiento |
||||
1998 |
|
2000 |
|
|
2003 |
|
2005 |
|
pib 1998-2003 |
Población 2000-2005 |
|||
Total ($) |
% |
Total |
% |
|
Total ($) |
% |
Total |
% |
|||||
430.652 - 2,123.108 |
9 |
14,977.6 |
76.9 |
2,419,187 |
7.3 |
|
7 |
6,987.7 |
48.8 |
381,380 |
1.1 |
-14.4 |
-27.78 |
295.695 - 430.652 |
3 |
1,117.7 |
5.7 |
2,247,999 |
6.8 |
|
4 |
1,430.9 |
10.0 |
265,244 |
0.8 |
5.1 |
-31.37 |
160.738 - 295.695 |
5 |
1,052.6 |
5.4 |
942,401 |
2.9 |
|
9 |
2,043.1 |
14.3 |
347,804 |
1.0 |
14.2 |
-16.10 |
25.781 - 160.738 |
25 |
1,880.4 |
9.7 |
3,978,690 |
12.1 |
|
44 |
3,296.4 |
23.0 |
4,262,405 |
12.3 |
11.9 |
1.22 |
12.891 - 25.781 |
13 |
271.5 |
1.4 |
952,615 |
2.9 |
|
20 |
341.9 |
2.4 |
1,104,917 |
3.2 |
4.7 |
2.65 |
1.000 - 12.891 |
43 |
177.2 |
0.9 |
4,649,151 |
14.1 |
|
44 |
211.1 |
1.5 |
2,172,938 |
6.3 |
3.6 |
-12.54 |
< 1.000 |
452 |
3.4 |
0.0 |
17,746,407 |
53.9 |
|
425 |
7.0 |
0.0 |
26,201,615 |
75.4 |
15.7 |
7.10 |
Región Centro |
550 |
19,480.4 |
100.0 |
32,936,450 |
100.0 |
|
553 |
14,318.1 |
100.0 |
34,736,303 |
100.0 |
-6.0 |
0.94 |
/* Incluye: pesca y acuicultura animal. /**Corresponde a pesos de 1993.
Fuente: elaboración propia con base en inegi 1999, 2001, 2004 y 2006.
Visto
a mayor detalle, el impacto negativo del decrecimiento del pib ocurrió en el rango uno de los
municipios que hacían la mayor aportación al pib en el año inicial (76.9%) y que estaban
ligados a economías de aglomeración dada su población de 2.4 millones de
habitantes o 7.3% del total regional (cuadro 2 y descripción del mapa I). Si se consideran los municipios de
los cuatro primeros rangos, que eran un total de 42, éstos contribuían con
97.7% del pib
y 29.1% de la población.
Para
el año final, la actividad primaria se dispersó un poco más, al ser 64 los
municipios que aportaban 96.1% del pib, concentrándose ahora en los de rango tres y
cuatro, sobre todo los segundos, cuya población total era de 4.2 millones de
habitantes. Esto significa que algunos son los mismos municipios que en el año
inicial ocupaban el rango uno, pero redujeron su capacidad de generación de pib en el
sector primario, y fueron reemplazados en esa posición por otros municipios
también vinculados a economías de aglomeración pero de carácter periurbano
(descripción del mapa ii).
En
contraparte, los municipios de rango siete (452 del total) en el año inicial
sólo aportaron 3.4% del pib
agrícola, pero 53.9% de la población. Para el año final fueron 425 los municipios
ubicados en ese rango, que produjeron 7.0% del pib y aumentaron su participación
en la población total a 75.4 por ciento. Esto indica un aumento de la
productividad del sector, pero al mismo tiempo que el avance de la urbanización
en ellos ha sido continuo al tratarse de municipios cada vez más poblados,
ubicados tanto en zonas metropolitanas (zmcm) como en las periferias perimetropolitanas expandidas (alrededor de la zm
de Querétaro, zmcm,
zm de
Toluca, zm
de Apizaco, zm
de Puebla-Tlaxcala, zm
de Cuernavaca y zm de Cuautla). El resto de municipios en
este rango tienen un carácter rural, sobresaliendo en número los de los estados
de Puebla, México e Hidalgo, principalmente.
Los
datos hasta aquí señalados permiten hacer dos importantes inferen-cias:
1) Como resultado del alto grado de urbanización de la región Centro y su
vocación económica orientada a los sectores secundario y principalmente
terciario, la actividad primaria tiene un comportamiento negativo; en su
interior, sin embargo, su evolución es ambivalente pues resulta negativa en los
municipios metropolitanos más urbanizados, pero es positiva en los municipios perimetropolitanos y sólo en algunos metropolitanos. 2) En
consecuencia, y por esta ubicación territorial señalada, los municipios de menor
participación en el pib
primario aumentan su población tanto en
términos absolutos como relativos si corresponden a demarcaciones perimetropolitanas (o incluso metropolitanas), y la
disminuyen si son rurales. Los municipios con mayor participación en el pib primario
en el año final, mientras tanto, disminuyen en términos relativos su participación en la población total, si bien
continúan incrementando su población absoluta. El diferencial de
población se estaría desplazando (presumiblemente), hacia los municipios
económicamente más dinámicos al interior de la región (especializados en el
sector secundario o terciario). Esta pérdida de población aplica
independientemente de si la tasa de crecimiento promedio anual del pib es
positiva o negativa, ya que en ambas situaciones la productividad del sector
primario se mantiene a la alza como resultado de que las tasas de crecimiento
de la población son siempre menores que las tasas de crecimiento del pib
en todos los rangos.
Cuadro 2
Región Centro: pib secundario y población total por municipios según rango, 1998-2003
Rangos pib (miles de pesos)/** |
No. mpos. 2003 |
pib Secundario/* |
Población total |
Tasas de crecimiento |
|||||||
1998 |
2003 |
2000 |
2005 |
||||||||
Total ($) |
% |
Total ($) |
% |
Total |
% |
Total |
% |
pib 1998-2003 |
Población 2000-2005 |
||
3,687.708 - 13,227.721 |
13 |
84,388.2 |
64.4 |
85,017.3 |
63.7 |
10,028,724 |
31.6 |
10,212,419 |
29.4 |
0.1 |
0.3 |
2,541.087 - 3,687.708 |
4 |
9,637.4 |
7.4 |
12,521.1 |
9.4 |
2,574,312 |
8.1 |
2,778,283 |
8.0 |
5.4 |
1.4 |
Subtotal rangos 1 y 2 |
17 |
94,025.6 |
71.7 |
97,538.4 |
73.1 |
12,603,036 |
39.74 |
12,990,702 |
37.4 |
0.7 |
0.5 |
1,394.466 - 2,541.087 |
6 |
10,493.2 |
8.0 |
11,742.9 |
8.8 |
1,495,906 |
4.7 |
1,774,218 |
5.1 |
2.3 |
3.1 |
247.845 - 1,394.466 |
35 |
18,363.8 |
14.0 |
20,403.4 |
15.3 |
5,505,168 |
17.4 |
6,090,399 |
17.5 |
2.1 |
1.8 |
Subtotal rangos 3 y 4 |
41 |
28,857.0 |
22.0 |
32,146.3 |
24.1 |
7,001,074 |
22.07 |
7,864,617 |
22.64 |
2.2 |
2.1 |
10.000 - 247.845 |
101 |
9,113.2 |
7.0 |
6,176.7 |
4.6 |
5,915,314 |
18.7 |
7,224,730 |
20.8 |
-7.5 |
3.6 |
< 10.000 |
394 |
-920.5 |
-0.7 |
-2,445.9 |
-1.8 |
6,195,812 |
19.5 |
6,656,254 |
19.2 |
-21.6 |
1.3 |
Subtotal rangos 5 y 6 |
495 |
8,192.7 |
6.3 |
3,730.8 |
2.8 |
12,111,126 |
38.2 |
13,880,984 |
40.0 |
-14.6 |
2.4 |
Región Centro |
553 |
131,075.3 |
100.0 |
133,415.5 |
100.0 |
31,715,236 |
100.0 |
34,736,303 |
100.0 |
0.4 |
1.6 |
/*Incluye: Industrias manufactureras.
/**Corresponde a pesos de 1993.
Fuente: elaboración propia con base en inegi 1999, 2001, 2004 y 2006.
Mapa I
Región Centro:
distribución territorial del pib primario, 1998
Fuente: Elaboración propia con base en inegi (1999; 2000); (Sedesol, 2004; Conapo, 2002; inegi, 2004).
Mapa ii
Región
Centro: distribución territorial del pib primario, 2003
Fuente: Elaboración propia con base en inegi (2004; 2005); (Sedesol, 2004; Conapo, 2002; inegi, 2004).
Es
conocido en la literatura sobre geografía económica y regional que el
incremento de la productividad agrícola o del sector primario en general
–entendido ello como el aumento de valor agregado por trabajador–, combinado
con el cambio en las estructuras de consumo de la población, da como resultado
una disminución del empleo en ese sector respecto al empleo total de un país o
región. De esa manera, la población desplazada de esa actividad se suma a los
sectores de la economía urbana, con lo cual se refuerza el proceso de
urbanización (Polèse, 1998).
Ahora bien, al identificar con precisión los
municipios que tuvieron mayor participación en la formación del pib primario
durante el periodo analizado, el rasgo más sobresaliente es su inestabilidad,
ya que sólo dos casos se repiten: Tianguismanalco en
Puebla y Atlangatepec en Tlaxcala. Los restantes
municipios no repiten en la lista. Esta inestabilidad puede deberse a que las
actividades del sector primario, aquí consideradas, corresponden a aquellas de
carácter comercial cuya demanda es muy dependiente de la estabilidad en el
ingreso de la población que, como se sabe, está sujeta a los ciclos económicos,
y en algunos casos inclusive, al ser productos de exportación como algunas
hortalizas y flores, están sometidos a fluctuaciones en los precios
internacionales, a la vez que enfrentan una fuerte competencia en el mercado
mundial. Otro aspecto que se puede inferir del cuadro es que en algunos casos
la producción primaria consiste en agricultura urbana o periurbana en pequeños
espacios (fundamentalmente en viveros) en municipios metropolitanos, por lo que
enfrentan la competencia de otras actividades más rentables que pueden pagar
mayores precios por la renta de la tierra y provocan su desplazamiento.
Por
otra parte, al comparar las tasas de crecimiento promedio anual (tcpa) de la
población de los municipios que concentran el pib primario tanto en el año
inicial como en el final, sólo algunos (rangos cuatro, cinco y siete) registran
crecimiento demográfico por arriba del registrado por la región Centro (0.94)
durante el quinquenio 2000-2005. En el caso exclusivo del rango siete, los
municipios que lo integran tienen a la vez el mayor crecimiento económico en
las actividades comerciales y de alta productividad del sector primario,
y la mayor tasa de crecimiento de población. Sin embargo, esto no significa que
sean municipios atractores de población, sino
que, al ser los de menor población total individualmente (menos de 40,000
habitantes en promedio), sus tasas de crecimiento demográfico suelen ser
mayores. Esto tampoco descarta que sean receptores de flujos
migratorios, si bien de muy poco peso, en caso de serlo, respecto del total de
los flujos migratorios hacia la región.
En
los mapas i y ii se constata lo mencionado
líneas arriba, en relación a que algunos de los municipios que en 1998
concentraban la mayor proporción del pib primario, forman parte de alguna zona
metropolitana (como las de la ciudad de México, de Puebla-Tlaxcala) o de su
periferia. Alrededor de éstas se identifican también algunas tenues
agrupaciones; por ejemplo, alrededor de San Juan del Río en Querétaro, y
algunos corredores en formación, como los de Puebla-Tehuacán y Apizaco-Tulancingo. También se identifican en ese año zonas en
donde el pib
primario no destaca a escala regional, como es el estado de Morelos, con la
única excepción de Cuernavaca, que es a su vez el municipio que encabeza la
lista de los territorios que mayor participación tienen en la formación del pib primario
en la región Centro en ese año.
Para
2003 –y manteniendo el valor de los rangos para hacer viable la comparación–,
el patrón territorial cambia, pues salvo algunas excepciones, no hay
coincidencia espacial de los municipios con mayor pib primario, con los que forman
parte de las zonas metropolitanas de la región (lo que es de esperarse dada la
reorientación económica de la región hacia el sector terciario).
En
esta ocasión los municipios de alto pib primario son los ubicados en las áreas
periurbanas circundantes a las zonas metropolitanas, donde ciudades pequeñas de
menos de 50,000 habitantes constituyen el soporte material para perfilar la
formación de agrupaciones subregionales al interior de la región.
Sobresale el caso particular de Morelos, que en el
primer año del periodo –con excepción de Cuernavaca– no destacaba por su
aportación al pib
primario, aunque para el 2003 presenta un boom productivo que
territorialmente forma un corredor desde el sureste de la zm de Cuautla, hacia el oeste de
la zm de
Toluca (prologándose quizás fuera de la región, hacia Michoacán). Destaca
también la alta concentración del pib primario en los municipios de Querétaro, lo que se explica,
en parte, por la función de esta entidad como territorio bisagra entre las
regiones Centro y Occidente, particularmente con la zona del Bajío (Guanajuato
y Michoacán) en donde la participación de las actividades primarias es
importante en la formación del pib.
En
suma, el sector primario de carácter comercial en los municipios de la región
Centro registró un declive en el periodo 1998-2003 que impactó principalmente a
los municipios de carácter metropolitano, habiéndose, de esta manera,
desplazado la actividad a otros municipios perimetropolitanos
en los que encontró condiciones más propicias para su desarrollo, si bien con un impacto moderado en su crecimiento
general. Los municipios beneficiados por la dispersión de la actividad
primaria, por otra parte, no experimentaron un crecimiento demográfico
importante. El crecimiento de población observado en el rango siete de los
municipios en el año 2003 es sólo aparente, ya que se debió al cambio a ese rango
que tuvieron municipios ubicados previamente en 1998 en los rangos uno y dos,
principalmente, con alta población. Así, la actividad primaria no está asociada
a un crecimiento demográfico.
3.2. Sector secundario:
estancamiento industrial y desconcentración concentrada
El
análisis del pib
industrial confirma la concentración del crecimiento económico en pocas
unidades territoriales, ya que sólo 17 municipios (3.0% del total de 553) en
2003 concentran 73.1% del pib
sectorial y 37.4% de la población de la región en 2005. El pib manufacturero de esos
municipios creció a una tasa promedio anual 0.74%, la cual, aunque reducida, fue superior a la registrada por la
región Centro en su conjunto (0.35)
en ese mismo sector (cuadro 3). En otros términos, el pib generado en los dos
primeros rangos de municipios tuvo en el periodo 1998-2003 un desempeño
industrial relativamente mejor al promedio regional (0.4%); únicamente los
municipios pertenecientes a los rangos tres y cuatro, por cuanto a su
contribución en el pib
sectorial, tuvieron en conjunto un mayor dinamismo al crecer 2.2% anual, aunque
su participación en el total de la región fue de 24% del pib en el año final (cuadro 2).
Estos dos últimos rangos están integrados por 41 municipios y generaron casi la
misma cantidad de pib
manufacturero regional durante el periodo que el generado en los municipios de
rango uno y dos, y aumentaron en 863,000 habitantes su población o 28.6% del
total (más del doble que los municipios de rango uno y dos). En el caso de los
municipios de rango cinco y seis ocurrió una desindustrialización que implicó
un decrecimiento de -14.6% promedio anual.
La
concentración de la industria en los municipios de los rangos uno y dos es más
evidente con cifras absolutas, ya que durante el quinquenio 1998-2003
produjeron cada uno en promedio 206,000 millones de pesos de pib. El
promedio de los 41 municipios de rango tres y cuatro fue de 80,000 millones, y
el de los 495 municipios de rango cinco y seis fue de 9,000 millones; la
diferencia es bastante clara. Debido a esta situación, el pib industrial en los 58
municipios comprendidos en los rangos uno-dos (17) y tres-cuatro (41) se
incrementó de 93.7% del total regional en 1998 a 97.2% en 2003; al mismo
tiempo, sin embargo, se produjo una redistribución de su localización entre las
zonas metropolitanas comprendidas (véase el apartado que sigue).
Cuadro 3
Región Centro: municipios con mayor generación de pib secundario, 1998-2003
Secundario, 1998 |
Secundario, 2003 |
||||||||
(miles de pesos de 1993) |
(miles de pesos de 1993) |
||||||||
Entidad |
Municipio |
$ |
TCPA 2000-2005 |
Zona Metropolitana |
Entidad |
Municipio |
$ |
TCPA 2000-2005 |
Zona Metropolitana |
df. |
Azcapotzalco |
18,548.0 |
-0.64 |
zmcm |
df. |
Azcapotzalco |
13,227.7 |
-0.64 |
zmcm |
Méx. |
Tlalnepantla de Baz |
10,055.3 |
-0.94 |
zmcm |
df. |
Coyoacán |
10,931.4 |
-0.34 |
zmcm |
df. |
Iztapalapa |
7,615.6 |
0.47 |
zmcm |
Méx. |
Toluca |
8,184.5 |
2.04 |
zm Toluca |
Méx. |
Toluca |
6,724.6 |
2.04 |
Toluca |
df. |
Iztapalapa |
7,368.5 |
0.47 |
zmcm |
df. |
Coyoacán |
5,764.7 |
-0.34 |
zmcm |
Pue. |
Cuautlancingo |
6,787.6 |
3.06 |
Puebla-Tlaxcala |
Méx. |
Ecatepec de Morelos |
5,298.2 |
0.70 |
zmcm |
Méx. |
Tlalnepantla de Baz |
6,454.1 |
-0.94 |
zmcm |
Méx. |
Naucalpan de Juárez |
5,217.0 |
-0.78 |
zmcm |
Méx. |
Naucalpan de Juárez |
6,149.8 |
-0.78 |
zmcm |
df. |
Gustavo A. Madero |
5,027.7 |
-0.61 |
zmcm |
Méx. |
Cuautitlán Izcalli |
5,165.6 |
1.67 |
zmcm |
Qro. |
Querétaro |
4,419.7 |
2.41 |
Querétaro |
Qro. |
Querétaro |
4,615.2 |
2.41 |
Querétaro |
Pue. |
Cuautlancingo |
4,290.4 |
3.06 |
zmcm |
Méx. |
Ecatepec de Morelos |
4,528.2 |
0.70 |
zmcm |
Méx. |
Cuautitlán Izcalli |
4,273.6 |
1.67 |
zmcm |
df. |
Cuauhtémoc |
4,006.9 |
0.17 |
zmcm |
df. |
Cuauhtémoc |
4,193.5 |
0.17 |
zmcm |
df. |
Gustavo A. Madero |
3,860.1 |
-0.61 |
zmcm |
Pue. |
Puebla |
3,596.2 |
1.75 |
zmcm |
df. |
Iztacalco |
3,737.6 |
-0.71 |
zmcm |
df. |
Iztacalco |
2,959.8 |
-0.71 |
zmcm |
df. |
Xochimilco |
3,506.6 |
1.59 |
zmcm |
df. |
Xochimilco |
2,850.7 |
1.59 |
zmcm |
Pue. |
Puebla |
3,314.6 |
1.75 |
Puebla-Tlaxcala |
df. |
Tlalpan |
2,839.1 |
0.77 |
zmcm |
Mor. |
Jiutepec |
3,091.3 |
1.08 |
Cuernavaca |
Mor. |
Jiutepec |
2,699.8 |
1.08 |
Cuernavaca |
df. |
Álvaro Obregón |
2,608.7 |
0.50 |
zmcm |
Qro. |
San Juan de Río |
1,976.7 |
2.65 |
|
Méx. |
Lerma |
2,449.5 |
0.98 |
Toluca |
df. |
Benito Juárez |
1,902.5 |
-0.27 |
zmcm |
Méx. |
Tultitlán |
2,100.1 |
1.60 |
zmcm |
Méx. |
Lerma |
1,813.7 |
0.98 |
zm Toluca |
df. |
Benito Juárez |
2,096.7 |
-0.27 |
zmcm |
Méx. |
Cuautitlán |
1,650.4 |
6.83 |
zmcm |
Qro. |
San Juan del Río |
1,815.2 |
2.65 |
|
Méx. |
Tultitlán |
1,470.6 |
1.60 |
zmcm |
Hgo. |
Atitalaquia |
1,693.0 |
2.40 |
Tula |
df. |
Venustiano Carranza |
1,464.9 |
-0.59 |
zmcm |
df. |
Tlalpan |
1,588.4 |
0.77 |
zmcm |
|
Municipios que destacan en los dos censos económicos analizados. |
Fuente: elaboración propia con base en inegi 1999, 2001, 2004 y 2006; (Sedesol, 2004; Conapo, 2002; inegi, 2004).
Con
base en lo descrito, durante los años considerados ocurrieron dos procesos
destacables: en primer término, un estancamiento del sector industrial en la
región, con origen en los 13 municipios más industrializados del rango uno,
pero principalmente en los menos industrializados de rango cinco y seis; en
segundo lugar, se presentó una descentralización relativa de la
actividad industrial que implicó únicamente a los municipios y zonas
metropolitanas de los rangos uno al cuatro. Este
proceso se aprecia sólo al observar los cambios en la distribución del pib por zonas
metropolitanas (cuadro A-1).
En
lo que concierne a la población de los municipios de los dos primeros rangos por su contribución al pib, ésta pasó
de 12.6 a 12.9 millones de habitantes entre 2000 y 2005, lo que implicó
un aumento de casi 387,000 personas con
una tcpa de 0.5%; en cada municipio la población
aumentó 22,800 habitantes en promedio. En este sentido, el crecimiento de la
manufactura en estos municipios estuvo ligado a un incremento de la población.
De igual manera, el crecimiento del pib en los municipios en los rangos tres y cuatro también se tradujo en crecimiento
demográfico (2.1% anual), lo que significó un aumento de 863,000
personas (o 21,000 habitantes por
municipio), confirmando el vínculo positivo entre crecimiento
económico y demográfico. En sentido opuesto, la población de los municipios
de rango cinco y seis, si bien aumentó en 1.7 millones de personas con una tcpa
de 2.1%, el promedio de aumento de cada municipio fue de 3,500 personas. Las
bajas tasas de crecimiento demográfico de los municipios más industrializados
de la región son producto de sus elevados grados de urbanización y de su
carácter metropolitano.
Una
observación adicional es que la distribución de la población en la región no
tiene el mismo grado de concentración que el pib, y en todo caso es al
contrario, o bien tiene una distribución más equilibrada. Así, por ejemplo,
40.0% de la población se ubica en los rangos cinco y seis de los municipios,
mismos que sólo aportan 6.3% del pib industrial regional; les siguieron los rangos uno
y dos con 37.4% de la población y 71.7% del pib; en una situación intermedia
se ubican los rangos tres y cuatro con 22.6% de la población y 22% del pib. Aunque el
rango uno tiene por sí solo la participación más alta en la población total con
29.4% del total, lo cual se debe a su carácter metropolitano.
3.3. Expresión territorial
Según
se observa en el cuadro 3, que muestra los 23 municipios donde se concentra el
sector manufacturero, éstos son los mismos en 1998 y 2003 en el caso del rango
uno (13 de 13) y en el rango dos (4 de 4); en el caso del rango tres repiten 4
de 6. En total, en los tres primeros rangos de municipios según pib, sólo dos
de los existentes en 1998 no repiten en 2003.
Sobresale asimismo que, con excepción de San Juan del Río (Querétaro),
todos los demás municipios forman parte de alguna zona metropolitana, con la zmcm como el
área de mayor concentración. De esta forma se ratifica la ubicación
preferentemente urbana (en general) y metropolitana (en particular), del sector
industrial.
La
concentración del pib
secundario en la zmcm
continuó reduciéndose a favor de las otras zonas metropolitanas de la región al
disminuir su participación de 73.3% del total en 1998 a 68.2% en 2003. Como
resultado, la zm
de Toluca aumentó su participación de 8.3 a 10.3% en el mismo periodo; la zm de
Puebla-Tlaxcala pasó de 7.7 a 8.9%; la zm de Querétaro de 4.2 a 5.4% y
la zm
de Cuernavaca de 2.8 a 2.9% (cuadro
A.1). Esta combinación de procesos confirma la tendencia a una relocalización intermetropolitana de la manufactura en la región Centro,
de acuerdo con lo ya señalado en otras investigaciones (Olivera y Guadarrama,
2002).
Acorde
con los procesos de redistribución y de concentración que indican los datos
estadísticos, su traducción cartográfica permite constatar el atributo relativo
del primer proceso y el carácter metropolitano del segundo, que de manera más
apropiada deben caracterizarse como un proceso de desconcentración
concentrada. En primera instancia, entre el mapa iii
(de 1998) y el mapa iv
(de 2003) no se observan cambios importantes; las variaciones más
significativas suceden en los municipios pertenecientes a los rangos de más
baja creación de pib,
al detectarse un patrón territorial menos disperso en 2003. De esta manera, el pib
industrial, se concentra en el interior de
las zonas metropolitanas, o bien, forma pequeños corredores en
detrimento de aquellos municipios alejados que en 1998, no obstante
contar con alguna localidad de entre 15,000 y 50,000 habitantes, en el corto
plazo no pudieron resistir los efectos de su aislamiento. El caso más
representativo es el de Morelos, en donde el sector secundario, para el periodo
señalado, tendió a concentrarse tanto en la Zona Metropolitana de Cuernavaca
como en la de Cuautla, retirándose de la parte sur de la entidad.
Por
otra parte, destaca que los municipios pertenecientes al rango cinco por su
aportación al pib
industrial, que corresponden a los que tuvieron las mayores tasas de
crecimiento demográfico, se localicen preferentemente en las periferias
metropolitanas, coincidiendo con la ubicación de ciudades pequeñas (entre 5,000
y 50,000 habitantes), y formando un gran anillo alrededor de la zmcm y de las
Zonas Metropolitanas de Toluca, Puebla-Tlaxcala y Querétaro.
Mapa III
Región Centro:
distribución territorial del pib secundario, 1998
Fuente: Elaboración propia con base en inegi (1999, 2000); (Sedesol, 2004; Conapo, 2002; inegi, 2004).
Mapa iv
Región Centro:
distribución territorial del pib
secundario, 2003
Fuente: Elaboración propia con base en inegi (2004; 2005); (Sedesol, 2004; Conapo, 2002; inegi, 2004).
También
sobresale por su participación en el pib de este sector de actividad, la presencia,
paralela a los ejes carreteros principales, de los municipios de San Juan del
Río (Querétaro) y Tehuacán (Puebla). Lo que resulta indicativo del carácter policéntrico de la región Centro, proceso que se originó
durante la crisis y reestructuración industrial registrada en la zmcm en los
años ochenta y noventa, y que se tradujo en una desconcentración concentrada
de la manufactura en el ámbito de la región Centro. Como ya se refirió, la
concentración territorial del pib manufacturero ocurre en zonas metropolitanas,
principalmente en las de mayor jerarquía y, al interior de éstas, en sus
municipios centrales o del primer contorno de expansión, que son en los que
históricamente se ha localizado la base productiva industrial.
Otro rasgo territorial que se reconoce con el
análisis de este sector es la formación de corredores; por ejemplo, el que se
forma a partir de la Zona Metropolitana de Toluca, para unirse hacia el norte
con Atlacomulco (en el Estado de México) y un pequeño grupo de ciudades
chicas, para posteriormente proyectarse
hacia el Bajío. Otro corredor y quizás el más importante, es el que desde el
noroeste de la región, en Querétaro (al parecer es una extensión del corredor
del Bajío), articula a San Juan del Río, la zm de Tula, se extiende hacia la
ciudad de México para prolongarse hacia Puebla y posteriormente a Tehuacán (e
incluso llegar hasta Oaxaca).
Por
entidad, 74.4% del pib
manufacturero de la región Centro se concentra en el Distrito Federal y el
Estado de México, 10.6% en Puebla y 6.6% en Querétaro. Las mayores tasas de
crecimiento demográfico en el periodo 1990-2005, mientras tanto, corresponden
al Estado de México y Querétaro, entidades en las que presumiblemente se
relocalizó la actividad industrial durante el periodo analizado.
3.4. Sector terciario: concentración territorial de un sector en
crecimiento
Al
analizar el sector terciario, se ratifica la tendencia concentradora del
crecimiento económico al interior de la región Centro (cuadro 4), ya que en
sólo nueve municipios de 553 se produce 66% del pib terciario de la región, en
tanto que contienen 21% de la población. El conjunto de esos municipios
produjeron 299,000 millones de pesos en 2003, lo que representó un aumento de
31,000 millones de pesos en relación a 1999, con una aportación promedio de
3,400 millones de pesos en cada uno. Asimismo, esos municipios
–correspondientes a los rangos uno y dos según su aportación al pib terciario–
tienen una población de 7.4 millones de habitantes en 2005, de los cuales
224,000 se incorporaron en el último quinquenio; cada uno de los nueve
municipios tendría una población promedio de 831,000 habitantes. Los valores
del pib
sugieren que el terciario, ahí presente, corresponde en gran parte a
actividades de alto valor agregado que requieren niveles altos de preparación
escolar. Estas cifras, por otra parte, corroboran la reconversión económica de
la región Centro hacia el sector terciario.[8]
Cuadro 4
Región Centro: pib terciario y población total por municipio según rango, 1998-2003
Rangos pib (miles de pesos)/* |
No. mpos. 2003 |
pib terciario |
Población total |
Tasas de crecimiento |
|||||||
1998 |
|
2003 |
|
2000 |
|
2005 |
|
|
|
||
Total ($) |
% |
Total ($) |
% |
Total |
% |
Total |
% |
pib 1998-2003 |
Población 2000-2005 |
||
17,630.597 - 99,403.163 |
6 |
229,837.3 |
57.2 |
257,453.3 |
55.7 |
3,984,724 |
12.1 |
4,106,215 |
11.8 |
2.30 |
0.53 |
12,035.301 - 17,630.597 |
3 |
39,057.6 |
9.7 |
42,537.7 |
9.2 |
3,273,440 |
9.9 |
3,376,469 |
9.7 |
1.72 |
0.55 |
Subtotal rangos 1 y 2 |
9 |
268,894.9 |
66.9 |
299,991.0 |
64.9 |
7,258,164 |
22.0 |
7,482,684.0 |
21.5 |
2.21 |
0.54 |
6,440.004 - 12,035.301 |
6 |
42,058.0 |
10.5 |
54,698.0 |
11.8 |
5,085,745 |
15.4 |
5,213,641 |
15.0 |
5.40 |
0.44 |
844.708 - 6,440.004 |
28 |
61,593.4 |
15.3 |
70,809.2 |
15.3 |
8,365,785 |
25.4 |
8,902,767 |
25.6 |
2.83 |
1.10 |
Subtotal rangos 3 y 4 |
34 |
103,651.4 |
25.8 |
125,507.2 |
27.2 |
13,451,530 |
40.8 |
14,116,408 |
40.6 |
3.90 |
0.85 |
422.354 - 844.708 |
29 |
11,935.8 |
3.0 |
16,739.0 |
3.6 |
2,755,607 |
8.4 |
3,150,947 |
9.1 |
7.00 |
2.39 |
50.000 - 422.354 |
113 |
13,962.6 |
3.5 |
16,178.3 |
3.5 |
4,835,317 |
14.7 |
5,078,918 |
14.6 |
2.99 |
0.87 |
< 50.0 |
368 |
3,598.6 |
0.9 |
3,559.1 |
0.8 |
4,635,832 |
14.1 |
4,907,346 |
14.1 |
-0.22 |
1.01 |
Subtotal rangos 4, 5 y 6 |
510 |
29,496.9 |
7.3 |
36,476.4 |
7.9 |
12,226,756 |
37.1 |
13,137,211 |
37.8 |
4.34 |
1.48 |
Región Centro |
553 |
402,043.2 |
100.0 |
461,974.6 |
100.0 |
32,936,450 |
100.00 |
34,736,303 |
100.0 |
2.82 |
0.94 |
Nota:
Corresponde a pesos de 1993.
Fuente: elaboración propia con base en inegi, 1999, 2001, 2004 y 2006.
El pib terciario generado por los municipios de los
rangos tres y cuatro entre 1998 y 2003 creció a una tasa promedio anual de
3.9%,[9]
superior al promedio regional (2.8%). En cada uno de los 34 municipios ubicados
en esos rangos se habrían generado en promedio 642 millones de pesos. En ellos
se genera el 27% del pib
total regional y habita 40% de la población; a cada municipio le
corresponderían en promedio 415,000 habitantes.
Así,
la mayor parte del aumento total del pib regional en el quinquenio ocurrió en los cuatro
primeros rangos de municipios con 88.5%, que se reflejó también en un aumento
relativo de la población de 49.5% o 889,000 personas.
En
el extremo contrario, los rangos (cinco, seis y siete) más bajos del pib terciario,
corresponden a un total de 510 municipios, los cuales, no obstante haber tenido
la tcpa más alta (4.3%), su participación en el
pib
total regional sólo aumentó de 7.3 a 7.9% entre 1998 y 2003 con un aumento de
casi 7,000 millones y un promedio de 13.6 millones en cada municipio. En estos
rangos ocurrió el mayor aumento de población entre 2000 y 2005 con 910,000
habitantes o 50% del aumento total en la región, y un promedio de 1,785
personas en cada municipio. En los rangos uno y dos el incremento promedio de
población por municipio fue de 24,946 para un total de 224,520, y en los rangos
tres y cuatro el aumento por municipio fue de 19,555 para un total de 664,878.
El
mayor aumento de la población en los tres últimos rangos en comparación con los
municipios de los rangos uno y dos o tres y cuatro tiene que ver con que se
trata, en primer lugar, de 510 municipios o 92.2%;[10]
en segundo lugar que se trata de localidades de entre 25,000 y 50,000
habitantes donde los servicios que ahí se desarrollan están principalmente
orientados al consumidor y requieren de una población de menor calificación
para su desarrollo; en tercer término, tiene que ver con el hecho de que los
municipios de los rangos uno y dos son metropolitanos con tasas de crecimiento
demográfico muy bajas e incluso negativas en algunos casos. De cualquier manera
el dinamismo económico y demográfico de esos 510 municipios está influenciado
por su relativa cercanía con las grandes ciudades en un radio no mayor a 100
kilómetros.
De
lo señalado hasta aquí es claro que durante el quinquenio 1998-2003, al mismo
tiempo que continuó la tendencia a la desindustrialización relativa de la
región Centro y la zmcm,
se fortaleció también su proceso de terciarización,
cuyas actividades mantuvieron un crecimiento económico que, aunque moderado,
destacaron en el ambiente recesivo que tuvo la economía nacional en su
conjunto. Por otra parte, y aunque los municipios de los cuatro primeros rangos
redujeron su participación en el pib terciario
regional en seis décimas porcentuales a favor de los municipios de los rangos
cuatro, cinco y seis, su distribución es mayoritariamente metropolitana.
3.5. Expresión territorial
En
el cuadro 5 que contiene las 14 unidades político-administrativas de mayor
concentración del pib
terciario en la región, sobresale el hecho de que, en su totalidad, pertenecen
a alguna zona metropolitana, siendo la zmcm la que mayor peso tiene en
el conjunto; los otros estados representados con algún municipio son Puebla y
Querétaro solamente. No obstante, destaca que las tcpa de la población en el lapso
2000-2005 de los municipios ubicados en el primer y segundo contorno de
crecimiento de la zmcm
son menores a uno por ciento o incluso negativas en cinco de ellos, en cada
año. En una situación contraria se encuentran Toluca y Querétaro con tasas de
crecimiento de 2.04 y 2.41%, respectivamente, así como Puebla con 1.75%. Estos
espacios corresponderían probablemente a los únicos municipios metropolitanos
centrales que atraen población de la periferia de sus propias áreas conurbadas
y de las de las otras metrópolis regionales.
Como
detalle peculiar, la mayoría de los municipios incluidos en esta lista son
también los que concentran la actividad manufacturera de la región Centro, lo
que corrobora la naturaleza metropolitana del crecimiento económico en la
región, así como de su proceso de terciarización, en
cierta medida vinculado con la actividad manufacturera por la demanda de
servicios especializados que ésta tiene, pero también debido a que la zmcm es la
ciudad de mayor jerarquía en el Sistema Urbano Nacional, la cual concentra los
servicios de más alta especialización y que mayor valor agregado generan.
Cuadro 5
Región Centro: municipios con mayor generación de pib terciario, 1998-2003
Terciario, 1998 |
Terciario, 2003 |
||||||||
(miles de pesos de 1993) |
(miles de pesos de 1993) |
||||||||
Entidad |
Municipio |
$ |
tcpa 2000-2005 |
Zona Metropolitana |
Entidad |
Municipio |
$ |
tcpa 2000-2005 |
Zona |
Metropolitana |
|||||||||
df. |
Cuauhtémoc |
79,470.2 |
0.17 |
zmcm |
df |
Cuauhtémoc |
99,403.2 |
0.17 |
zmcm |
df. |
Miguel Hidalgo |
65,758.0 |
0.04 |
zmcm |
df |
Miguel Hidalgo |
67,732.4 |
0.04 |
zmcm |
df. |
Benito Juárez |
25,545.5 |
-0.27 |
zmcm |
df |
Álvaro Obregón |
28,382.7 |
0.50 |
zmcm |
Méx. |
Tlalnepantla de Baz |
22,302.6 |
-0.94 |
zmcm |
Pue. |
Puebla |
21,307.6 |
1.75 |
Puebla-Tlaxcala |
df. |
Álvaro Obregón |
18,484.4 |
0.50 |
zmcm |
df |
Benito Juárez |
20,942.1 |
-0.27 |
zmcm |
Pue. |
Puebla |
18,276.5 |
1.75 |
Puebla-Tlaxcala |
Méx. |
Tlalnepantla de Baz |
19,685.3 |
-0.94 |
zmcm |
Méx. |
Naucalpan de Juárez |
15,966.6 |
-0.78 |
zmcm |
Méx. |
Naucalpan de Juárez |
17,461.4 |
-0.78 |
zmcm |
df. |
Iztapalapa |
13,089.1 |
0.47 |
zmcm |
Qro. |
Querétaro |
12,570.2 |
2.41 |
Querétaro |
Qro. |
Querétaro |
10,001.9 |
2.41 |
Querétaro |
df |
Iztapalapa |
12,506.1 |
0.47 |
zmcm |
df. |
Azcapotzalco |
8,537.8 |
-0.64 |
zmcm |
df |
Tlalpan |
11,360.6 |
0.77 |
zmcm |
df. |
Coyoacán |
7,761.6 |
-0.34 |
zmcm |
Méx. |
Toluca |
10,386.9 |
2.04 |
Toluca |
df . |
Tlalpan |
7,509.6 |
0.77 |
zmcm |
Méx. |
Ecatepec de Morelos |
9,814.2 |
0.70 |
zmcm |
Méx. |
Toluca |
7,467.7 |
2.04 |
Toluca |
df |
Coyoacán |
8,664.0 |
-0.34 |
zmcm |
Méx. |
Ecatepec de Morelos |
7,152.7 |
0.70 |
zmcm |
df |
Gustavo A. Madero |
7,804.1 |
-0.61 |
zmcm |
|
Mor. |
Cuernavaca |
6,668.1 |
0.53 |
Cuernavaca |
||||
|
Municipios que destacan en los dos censos económicos analizados. |
Fuente: elaboración propia con base en inegi 1999, 2001, 2004 y 2006; (Sedesol, 2004; Conapo, 2002; inegi, 2004).
Los
mapas v y vi confirman lo antes descrito. La mayor proporción del pib terciario
se concentra en las zonas metropolitanas, y dentro de éstas, en los municipios
centrales. Fuera de ellas solamente destacan San Juan del Río en Querétaro y
Tehuacán en Puebla. Dicho en otros términos, el sector terciario de mayor
especialización prevalece en los núcleos de población de alta jerarquía (más
poblados) y en menor grado en ciudades medias y pequeñas; para este último
caso, la hipótesis a contrastar en una investigación posterior, es que la
expansión territorial del sector terciario en la región se debe a la difusión
de servicios y comercios de baja especialización, que se distribuye conforme a
la distribución de la población en general.
Las diferencias que más llaman la atención entre un
mapa y otro es que, de 1998 a 2003, se incrementa la concentración del pib terciario
en las zonas metropolitanas; de hecho la formación del pib en el sector servicios fuera
de las zonas metropolitanas es poco significativa. Adicionalmente se aprecia
que para 2003, los espacios vacíos entre zonas metropolitanas los ocupan
los municipios que registran una muy baja concentración del pib terciario, lo que es posible
interpretar como una tenue activación de economías locales (municipales) con
base en el sector terciario de baja especialización.
Otro
elemento que no se puede pasar por alto es que para 2003, la mayoría de
municipios que cuentan con al menos una localidad de 5,000 habitantes o más,
registran participación en el pib terciario de la región. Por entidad, 82.7% del pib terciario
se concentra en el Distrito Federal y el Estado de México, y 10.6% en Puebla y
Querétaro, siendo el Estado de México y Querétaro los que tuvieron más altas
tasas de crecimiento demográfico en el decenio 1995-2005.
Por
otra parte, con respecto al siguiente punto de esta investigación, se realizará
un análisis territorial de los procesos de migración interna reciente, con base
en los resultados del II Conteo de Población y Vivienda 2005, para
posteriormente, establecer las relaciones dinámicas entre grandes sectores
económicos y migración interna.
Mapa v
Región Centro: distribución
territorial del pib terciario, 1998
Fuente: Elaboración propia con base en inegi 1999, 2000; (Sedesol, 2004; Conapo, 2002; inegi,
2004).
Mapa vi
Región Centro:
distribución territorial del pib terciario, 2003
Fuente: Elaboración propia con base en inegi 2004, 2005; (Sedesol, 2004; Conapo, 2002; inegi, 2004).
4. La migración interna reciente
En
esta sección se revisan algunas características generales de la migración
reciente[11] en la región Centro, así
como de los migrantes, en particular en lo que se refiere a género y edad.
En
primer término, es notorio que es de las mismas entidades que conforman la
región Centro de donde proviene la mayor parte de inmigrantes recientes hacia
ella, al representar 68.5% del total, lo que es un claro indicio de la fuerte
dinámica migratoria intrarregional. Encabezan la lista el Distrito Federal
(38.2%), el Estado de México (17.3%) y Puebla (5.5%) (cuadro 6).
De
las entidades no pertenecientes a la región Centro, las que mayor número de
inmigrantes aportan son Veracruz (7.3%) en primer lugar; Oaxaca (3.9%) y
Guerrero (3.5%) en segundo lugar, Michoacán (2.3%), Guanajuato (2.2%), Jalisco
(1.9%) y Chiapas (1.8%) en tercero, y por último las entidades restantes.
Por
género, destaca el hecho que a escala tanto inter como intraregional,
son las mujeres quienes arriban en mayor número a la región (52% en promedio).
De acuerdo a las características de los nuevos procesos de reestructuración
territorial, así como al dinamismo de los nuevos espacios económicos en el país
y concretamente en la región Centro, reconocer la mano de obra por género es
importante, debido a: 1) la proliferación de industrias o tipos de servicios
que demandan abundante mano de obra femenina, lo que promueve la formación de
mercados laborales feminizados primordialmente de baja calificación, vinculados
con empresas medianas y pequeñas; 2) el impacto de la cantidad de mano de obra
en los niveles de productividad, debido a la presencia de actividades que hacen
uso intensivo de la fuerza de trabajo (De la Garza, 1994: 54-55, 59), y 3) el
mayor acceso que tienen las mujeres para insertarse laboralmente en el sector
terciario, sobre todo en actividades informales (Corona y Luque, 1992; Morelos,
2005).
De
igual forma, el aumento de la incorporación laboral de las mujeres es
consecuencia de las etapas de crisis que han afectado al país desde el decenio
de 1980, lo que obliga a las mujeres a incorporarse al sector formal o informal
(o el subempleo) para ayudar a la economía familiar (Escamilla, 2003: 258).
En
suma, la inmigración a la región Centro se origina en todas las entidades de la
república en mayor o menor volumen, si bien a mayor distancia disminuye el
número de inmigrantes, asimismo, después de las propias entidades de la región
Centro, es desde las entidades de mayor atraso económico (Oaxaca y Guerrero por
ejemplo) de donde la región Centro recibe mayor número de migrantes. Sumado a
ello el hecho de que los inmigrantes son mayoritariamente población femenina,
es posible plantear otra hipótesis adicional a la original: a los municipios de
mayor dinamismo económico de la región Centro, llega mano de obra de baja
especialización en busca de emplearse de manera formal (o informal) en el
sector económico secundario o terciario, principalmente.[12] Estos municipios receptores
serían los que en este ejercicio se identificaron como los que mayor pib reportaron
en los diferentes sectores de actividad. La migración intrarregional, sin
embargo, también tendría la misma dirección en sus flujos.
Cuadro 6
México: emigración desde las entidades federativas hacia la región Centro, 2005
Entidad |
Emigrantes |
Participación (%) por entidad federativa de la emigración hacia la región Centro |
||||
Federativa |
hacia la región Centro, 2005 |
|||||
|
Total |
Hombres |
Mujeres |
Hombres |
Mujeres (%) |
|
|
(%) |
|||||
Aguascalientes |
3,772 |
1,850 |
1,922 |
49.0 |
51.0 |
0.4 |
Baja California |
9,629 |
4,946 |
4,683 |
51.4 |
48.6 |
1.0 |
Baja California Sur |
1,276 |
666 |
610 |
52.2 |
47.8 |
0.1 |
Campeche |
1,788 |
932 |
856 |
52.1 |
47.9 |
0.2 |
Coahuila |
4,365 |
2,225 |
2,140 |
51.0 |
49.0 |
0.5 |
Colima |
1,589 |
818 |
771 |
51.5 |
48.5 |
0.2 |
Chiapas |
16,729 |
8,347 |
8,382 |
49.9 |
50.1 |
1.8 |
Chihuahua |
6,101 |
3,135 |
2,966 |
51.4 |
48.6 |
0.7 |
Distrito Federal* |
360,642 |
177,718 |
182,924 |
49.3 |
50.7 |
38.8 |
Durango |
2,202 |
1,101 |
1,101 |
50.0 |
50.0 |
0.2 |
Guanajuato |
20,321 |
9,204 |
11,117 |
45.3 |
54.7 |
2.2 |
Guerrero |
31,881 |
14,389 |
17,492 |
45.1 |
54.9 |
3.4 |
Hidalgo* |
26,819 |
12,308 |
14,511 |
45.9 |
54.1 |
2.9 |
Jalisco |
17,469 |
8,518 |
8,951 |
48.8 |
51.2 |
1.9 |
México* |
160,283 |
76,686 |
83,597 |
47.8 |
52.2 |
17.3 |
Michoacán |
21,192 |
9,358 |
11,834 |
44.2 |
55.8 |
2.3 |
Morelos* |
15,418 |
7,300 |
8,118 |
47.3 |
52.7 |
1.7 |
Nayarit |
1,436 |
703 |
733 |
49.0 |
51.0 |
0.2 |
Nuevo León |
9,012 |
4,691 |
4,321 |
52.1 |
47.9 |
1.0 |
Oaxaca |
36,190 |
16,493 |
19,697 |
45.6 |
54.4 |
3.9 |
Puebla* |
50,879 |
23,180 |
27,699 |
45.6 |
54.4 |
5.5 |
Querétaro* |
9,996 |
4,665 |
5,331 |
46.7 |
53.3 |
1.1 |
Quintana Roo |
5,396 |
2,734 |
2,662 |
50.7 |
49.3 |
0.6 |
San Luis Potosí |
6,585 |
3,120 |
3,465 |
47.4 |
52.6 |
0.7 |
Sinaloa |
5,106 |
2,514 |
2,592 |
49.2 |
50.8 |
0.5 |
Sonora |
3,812 |
1,920 |
1,892 |
50.4 |
49.6 |
0.4 |
Tabasco |
6,536 |
3,248 |
3,288 |
49.7 |
50.3 |
0.7 |
Tamaulipas |
7,215 |
3,722 |
3,493 |
51.6 |
48.4 |
0.8 |
Tlaxcala* |
12,134 |
5,891 |
6,243 |
48.5 |
51.5 |
1.3 |
Veracruz |
67,884 |
31,584 |
36,300 |
46.5 |
53.5 |
7.3 |
Yucatán |
2,950 |
1,427 |
1,523 |
48.4 |
51.6 |
0.3 |
Zacatecas |
2,403 |
1,102 |
1,301 |
45.9 |
54.1 |
0.3 |
|
||||||
Entidades NO incluidas en la región Centro |
292,839 |
138,747 |
154,092 |
47.4 |
52.6 |
31.5 |
Entidades SI incluidas en la región Centro |
636,171 |
307,748 |
328,423 |
48.4 |
51.6 |
68.5 |
Total nacional de inmigrantes a la región Centro |
929,010 |
446,495 |
482,515 |
48.1 |
51.9 |
100.0 |
*Entidad que forma parte de la región Centro.
Fuente: elaboración propia con base en inegi, 2006.
Pero
por otra parte, si bien no es posible asociar de forma determinista la dinámica
económica sectorial de los municipios y las entidades de la región Centro a su
dinámica migratoria y demográfica, sí es posible hacer algunas observaciones
generales en el sentido de que las mayores concentraciones poblacionales,
económicas y urbanas, de carácter metropolitano, son las principales atractoras de los flujos de migración reciente
nacional y sobre todo intrarregional. Estas metrópolis se localizan en las
entidades más pobladas y concentran las actividades manufactureras y de
servicios, como ya se analizó.
Como
un elemento para comprobar la hipótesis planteada, el siguiente paso es
analizar la dinámica migratoria de los municipios de las principales metrópolis
de la región, y comprobar si existe relación entre los flujos migratorios y las
más importantes concentraciones del pib en los diferentes sectores. Los datos siguientes
sustentan esta idea.
En
primer lugar, de los poco más de 2.4 millones de migrantes internos nacionales:
a) 1.6 millones (68.7%) arribaron a municipios pertenecientes a zonas
metropolitanas; y b) casi 0.93 millones (38.6%) tuvieron como destino algún
municipio de la región Centro (cuadro 7). El Estado de México sobresale por ser
la entidad que absorbió casi la mitad de los inmigrantes llegados a la región
con 44.9%; seguido por el Distrito Federal (20.2%), Puebla (10.4%) y Querétaro
(7.4%). En conjunto, el Estado de México y el Distrito Federal absorbieron 65%
de los inmigrantes de la región.
Cuadro 7
Región Centro: total de inmigrantes por entidad federativa, 2005
Entidad Federativa |
Inmigrantes |
|||||
Totales |
Porcentajes |
|||||
Totales |
Hombres |
Mujeres |
Totales |
Hombres |
Mujeres |
|
Distrito Federal |
187,363 |
86,899 |
100,464 |
20.2 |
19.5 |
20.8 |
Hidalgo |
74,242 |
35,902 |
38,340 |
8.0 |
8.0 |
7.9 |
México |
416,778 |
202,202 |
214,576 |
44.9 |
45.3 |
44.5 |
Morelos |
57,021 |
27,660 |
29,361 |
6.1 |
6.2 |
6.1 |
Puebla |
96,503 |
46,885 |
49,618 |
10.4 |
10.5 |
10.3 |
Querétaro |
69,140 |
33,524 |
35,616 |
7.4 |
7.5 |
7.4 |
Tlaxcala |
27,963 |
13,423 |
14,540 |
3.0 |
3.0 |
3.0 |
Región Centro |
929,010 |
446,495 |
482,515 |
100.0 |
100.0 |
100.0 |
Fuente:
elaboración propia con base en inegi, 2006.
Mayor
detalle sobre el destino de los inmigrantes se muestra en el cuadro 8, en donde
se indica que de los casi 0.93 millones de personas que llegaron a la región
Centro, 0.8 millones lo hicieron a los municipios pertenecientes a alguna zona
metropolitana, lo que permite destacar el carácter inminentemente metropolitano
de los flujos migratorios a la región Centro. La zmcm, fue el destino de 70% de
los inmigrantes metropolitanos que arribaron a la región Centro; en segundo
lugar, pero bastante lejos de este núcleo central, se ubican las zonas
metropolitanas de Querétaro y Puebla-Tlaxcala, y en tercer lugar, las zonas
metropolitanas de Cuernavaca, Pachuca y Toluca.
A raíz de lo anterior se pueden expresar las
primeras conclusiones parciales: la zmcm se mantiene como
la principal receptora de los flujos migratorios en la región, en tanto que las
zonas metropolitanas más próximas a ésta (en un radio de entre 100 y 150
kilómetros), se colocan en segundo como receptoras de los flujos migratorios intra e interregionales.
Cuadro 8
Región Centro: total de inmigrantes por zona metropolitana, 2005
Zona |
Inmigrantes |
|||||
Metropolitana |
Totales |
Porcentajes |
||||
|
Totales |
Hombres |
Mujeres |
Totales |
Hombres |
Mujeres |
zm Apizaco |
6,911 |
3,345 |
3,566 |
0.9 |
0.9 |
0.8 |
zm Ciudad de México |
570,000 |
272,346 |
297,654 |
70.5 |
70.2 |
70.8 |
zm Cuautla |
13,446 |
6,717 |
6,729 |
1.7 |
1.7 |
1.6 |
zm Cuernavaca |
35,451 |
17,020 |
18,431 |
4.4 |
4.4 |
4.4 |
zm Pachuca |
26,527 |
12,878 |
13,649 |
3.3 |
3.3 |
3.2 |
zm Puebla-Tlaxcala |
52,744 |
25,480 |
27,264 |
6.5 |
6.6 |
6.5 |
zm Querétaro |
53,177 |
25,667 |
27,510 |
6.6 |
6.6 |
6.5 |
zm San Martín Texmelucan |
2,065 |
969 |
1,096 |
0.3 |
0.2 |
0.3 |
zm Tlaxcala |
7,829 |
3,795 |
4,034 |
1.0 |
1.0 |
1.0 |
zm Toluca |
28,345 |
14,038 |
14,307 |
3.5 |
3.6 |
3.4 |
zm Tula |
6,260 |
3,038 |
3,222 |
0.8 |
0.8 |
0.8 |
zm Tulancingo |
6,063 |
2,909 |
3,154 |
0.7 |
0.7 |
0.7 |
Total |
808,818 |
388,202 |
420,616 |
100.0 |
100.0 |
100.0 |
Fuente: elaboración propia con base en inegi, 2006.
Por otra parte, es preciso referir que en tanto el
promedio nacional de inmigrantes por municipio es de 981; para la región Centro
es de 1,680. Asimismo, el promedio de inmigrantes por zona metropolitana en la
región Centro es de 30,055 si se incluye la zmcm, y de 20,056 si se excluye.
Ahora
bien, considerando que una de las hipótesis de esta investigación es que los
flujos de inmigrantes en el país en general y en la región Centro en
particular, tienen una connotación eminentemente laboral, un elemento que abona
en este sentido es el que aporta la identificación de la edad de los migrantes
que llegan a la región, concretamente a los municipios de mayor dinamismo
económico que forman parte de las zonas metropolitanas.
Según
se observa en la gráfica i, casi
50% de los inmigrantes que llegan a alguna entidad de la región Centro está en
el grupo de edad de 15 a 34 años, lo que los ubica en el sector de Población
Económicamente Activa (pea) que
demanda un empleo. Pero si se amplia el rango de edad
de los 15-49 años[13] el porcentaje se incrementa
a 70%, y aún más si se considera a la población infantil (grupo entre 5-14
años) como potencial a incluirse a la pea[14] el porcentaje queda en
90.5%; esto probablemente indicaría una migración familiar. El grupo de 50 y
más años tiene un peso de 9.6% del promedio regional, lo que permitiría
suponer, también, un escenario de migración de retorno (Negrete, 1999: 342),
con miras al retiro.
Gráfica I
Región Centro:
total de inmigrantes por entidad federativa, 2005
Fuente: elaboración propia con base en inegi, 2006.
Gráfica ii
Región Centro: total de inmigrantes por zona metropolitana, 2005
Fuente: elaboración propia con base en inegi, 2006.
Para
el caso específico de las zonas metropolitanas, los porcentajes no presentan
mucha variación respecto al registrado en la región. En la gráfica ii se
identifica que el patrón migratorio por edades hacia las zonas metropolitanas
tiene el mismo carácter inminentemente laboral que la región Centro, pero para
encontrar las diferencias porcentuales y de escala de análisis, es necesario
trasladar los resultados a su representación territorial.
Mapa VII
Región Centro:
migración interna municipal, 2005
Fuente: Elaboración propia con base en inegi (2005); (Sedesol, 2004; Conapo, 2002; inegi, 2004).
En
el mapa vii
se observa que son los municipios metropolitanos y específicamente los
municipios centrales de las zonas metropolitanas, los territorios receptores
del mayor número de inmigrantes en la región. Este resultado establece los
primeros nexos para ratificar la hipótesis sobre el carácter inminentemente
laboral que tiene la migración interna en el país y particularmente en la
región Centro.
En
segundo lugar, fuera de las zonas metropolitanas, únicamente sobresalen los
municipios de San Juan del Río en Querétaro, Tepeji
del Río en el estado de Hidalgo, y Atlixco, Tehuacán y Teziutlán en Puebla. El
rasgo característico de estos municipios es que cuentan con localidades entre
50,000 y 250,000 habitantes, lo que permite suponer la presencia de mercados de
trabajo subregionales, pero por su ubicación próxima a las zonas metropolitanas
o en puntos de intersección de los ejes carreteros más importantes de la
región, es posible considerarlos supeditados a la influencia económica de las
zonas metropolitanas cercanas.
En
tercer lugar, los rangos más bajos de inmigración tienen una ubicación radioconcéntrica alrededor de las zonas metropolitanas, en
general, y de la zmcm
en particular, lo que permite inferir que existe una dependencia
económico-funcional (commuting) de estos
municipios de baja inmigración con los municipios metropolitanos de mayor
dinamismo económico (Corona y Luque, 1992).
Otra
observación interesante es la ubicación de los municipios de baja inmigración a
lo largo de los ejes carreteros que cruzan la región. Destacan dos casos: el
primero es el corredor que se forma desde el noreste de la zmcm para enlazar la zm
de Tulancingo
y posteriormente conectarse (fuera de la región Centro), con la zm de Poza
Rica, y el segundo caso es el corredor que enlaza a la zmcm con la zm
de Puebla y las zonas metropolitanas de Xalapa, Córdoba y Orizaba que fungen
como nodos de conectores y de acceso hacia la costa del Golfo de México.
Otra
manera de analizar la inmigración a la región Centro es calculando una tasa de
inmigración, que desde otra óptica, permita apreciar el peso relativo del total
de inmigrantes en función de la población total por municipio. De acuerdo con
el mapa viii,
un primer aspecto a destacar es la complejización del
patrón migratorio identificado, sustentado en la disminución del peso que
tienen los inmigrantes al interior de las zonas metropolitanas y concretamente
de la zmcm,
ya que dejan de ser los municipios centrales los de mayor peso inmigratorio, y
son los municipios metropolitanos circundantes a los municipios centrales, los
que destacan en el conjunto regional.
Mapa VIII
Región Centro: Tasa
de inmigración interna municipal, 2005
Fuente: Elaboración propia con base en inegi (2005); (Sedesol, 2004; Conapo, 2002; inegi, 2004).
Este
dato obliga a referir la hipótesis sobre la intensidad migratoria inter e intrametropolitana, que aluden a la salida de la Población
Económicamente Activa (pea) de
alta calificación (y de mayor poder adquisitivo) a los municipios suburbanos de
las zonas metropolitanas y el arribo de pea
de baja calificación a los municipios centrales de esas mismas zonas (Geyer, 1996).
Con
este nivel de análisis, se realiza una depuración del estudio hasta aquí
realizado, ya que se debe tener en consideración que, si bien, la inmigración
en términos absolutos se registra en los municipios centrales de las zonas
metropolitanas, en términos relativos la inmigración tiene mayor impacto en los
municipios periféricos de las mismas zonas metropolitanas o de sus espacios
periurbanos, lo que, por otra parte, no se contrapone con la hipótesis sobre el
carácter laboral del proceso inmigratorio a la región de estudio.
Conclusiones
El
análisis realizado en esta investigación sobre dinamismo económico por gran
sector económico para los municipios de la región Centro, así como sus
tendencias inmigratorias, en conjunto, permite esbozar las siguientes
aseveraciones a manera de conclusión:
La
dinámica económica en la región Centro, se especializa en el sector secundario,
y particularmente en el terciario.
Como
se identificó, el sector primario pierde importancia (absoluta y relativa) ante
el crecimiento del secundario y principalmente el terciario, que se perfilan
como los sectores que marcan la pauta de la dinámica económica en la región
Centro.
Por
otra parte, el secundario se reestructura territorialmente, proceso evidenciado
por una dispersión territorial de las manufacturas hacia ciudades medias y
pequeñas al interior de la región Centro, mientras que el terciario registra un
proceso diferenciado: los servicios y el comercio especializado se localizan en
zonas metropolitanas o núcleos urbanos de alta jerarquía, mientras que los
servicios y el comercio de baja especialización, se distribuyen en localidades
de baja jerarquía urbana.
Los
espacios económicamente más dinámicos en la región Centro son los
metropolitanos.
Si
bien la dinámica económica al interior de la región Centro se enfoca en los
sectores secundario y terciario, son las zonas metropolitanas y concretamente
sus municipios centrales, los verdaderos territorios protagonistas de la
dinámica económica, al concentrarse en ellos los porcentajes más altos del pib secundario
y terciario de la región. Esta tendencia será difícil de revertir debido a la
especialización terciaria que acontece en el conjunto del país y concretamente
en la región Centro.
La
inmigración hacia la región Centro posee un carácter eminentemente laboral y un
destino territorial preferentemente metropolitano.
Se
constata la capacidad de atracción migratoria de las entidades federativas que
integran la región Centro del país, a escala de sus municipios, en particular
de los metropolitanos, pues son las zonas metropolitanas las que concentran
76.2% de la población de la región Centro, 22.9% del pib primario; 93% del pib
manufacturero, y 95.3% del pib
terciario (cuadros A.2). Esto se observa en los mapas que representan la
distribución de las actividades económicas a nivel municipal.
La
tendencia actual del fenómeno migratorio en la región Centro está íntimamente relacionada
con el género y la calificación para el empleo de los inmigrantes.
Si
bien fue validado el carácter eminentemente laboral del proceso migratorio al
interior de la región Centro, se identificó que hay un fuerte sesgo en cuanto
al género de los inmigrantes, debido a las tendencias que se marcan al interior
de los procesos productivos, cuyo rasgo característico es optar por la contratación
de mano de obra femenina y poco calificada, lo que reduce el costo de la
producción e incrementa la tasa de ganancia (Morelos, 2005). Un ejemplo es la
industria del vestido.
Temas
pendientes dentro de una agenda de investigación entre economía y migración.
Para
finalizar, entre los temas que se reconoce quedan pendientes dentro de una
agenda de trabajo: 1) ahondar en el análisis por ramas y subsectores al
interior de los tres grandes sectores de actividad económica para obtener
mejores elementos de análisis y reconocer específicamente en donde se está
dinamizando la economía de la región Centro; 2) analizar la calificación para
el trabajo de los inmigrantes para evaluar su capacidad de inserción a los
mercados de empleo y medir su impacto en la estructura y la dinámica económica
a diferentes escalas (local, regional), y 3) profundizar en la identificación
de la edad y el género de los migrantes para evaluar la tendencia que siguen
los mercados de trabajo y prever su impacto en las disparidades regionales.
Anexo
Cuadro A.1
Región Centro: concentración del pib por zonas metropolitanas, 1998-2003
Zona |
Producto Interno Bruto, 1998 |
|||||
Metropolitana |
Total |
% |
||||
(miles de pesos de 1993) |
Primario |
Secundario |
Terciario |
Primario |
Secundario |
Terciario |
zm Ciudad de México |
4,319.0 |
89,055.4 |
319,821.3 |
31.3 |
73.3 |
83.8 |
zm Puebla-Tlaxcala |
448.6 |
9,306.5 |
20,614.6 |
3.3 |
7.7 |
5.4 |
zm Toluca |
245.0 |
10,030.8 |
10,014.1 |
1.8 |
8.3 |
2.6 |
zm Querétaro |
2.8 |
5,098.8 |
10,674.0 |
0.0 |
4.2 |
2.8 |
zm Cuernavaca |
8,529.9 |
3,401.4 |
8,215.3 |
61.8 |
2.8 |
2.2 |
zm Pachuca |
227.3 |
382.8 |
4,406.5 |
1.6 |
0.3 |
1.2 |
zm Cuautla |
0.0 |
319.6 |
2,217.0 |
0.0 |
0.3 |
0.6 |
zm Tlaxcala |
0.0 |
343.3 |
1,458.4 |
0.0 |
0.3 |
0.4 |
zm Tulancingo |
10.4 |
287.0 |
1,442.5 |
0.1 |
0.2 |
0.4 |
zm Tula |
4.4 |
1,902.7 |
1,368.0 |
0.0 |
1.6 |
0.4 |
zm Apizaco |
3.9 |
799.6 |
1,542.8 |
0.0 |
0.7 |
0.4 |
zm San Martín Texmelucan |
0.2 |
631.3 |
668.6 |
0.0 |
0.5 |
0.2 |
Total metropolitano |
13,791.5 |
121,559.1 |
382,443.1 |
100.0 |
100.0 |
100.0 |
Total región Centro |
19,476.9 |
131,075.3 |
402,043.2 |
|
||
Porcentaje metropolitano de la región Centro |
70.8 |
92.7 |
95.1 |
|
||
|
|
|
|
|
|
|
Zona |
Producto Interno Bruto, 2003 |
|||||
Metropolitana |
Total |
% |
||||
(miles de pesos de 1993) |
Primario |
Secundario |
Terciario |
Primario |
Secundario |
Terciario |
zm Ciudad de México |
885.8 |
84542.3 |
361739.6 |
27.0 |
68.2 |
82.2 |
zm Puebla-Tlaxcala |
45.2 |
10995.3 |
24297.8 |
1.4 |
8.9 |
5.5 |
zm Toluca |
611.1 |
12748.3 |
16177.1 |
18.7 |
10.3 |
3.7 |
zm Querétaro |
117.9 |
6664.0 |
13545.0 |
3.6 |
5.4 |
3.1 |
zm Cuernavaca |
661.3 |
3608.3 |
9579.7 |
20.2 |
2.9 |
2.2 |
zm Pachuca |
0.3 |
378.2 |
4812.5 |
0.0 |
0.3 |
1.1 |
zm Cuautla |
778.1 |
432.7 |
2712.7 |
23.8 |
0.3 |
0.6 |
zm Tlaxcala |
14.2 |
545.4 |
1509.3 |
0.4 |
0.4 |
0.3 |
zm Tulancingo |
9.5 |
149.9 |
1731.5 |
0.3 |
0.1 |
0.4 |
zm Tula |
2.7 |
2603.0 |
1224.6 |
0.1 |
2.1 |
0.3 |
zm Apizaco |
150.0 |
806.8 |
1922.6 |
4.6 |
0.7 |
0.4 |
zm San Martín Texmelucan |
0.0 |
561.9 |
874.1 |
0.0 |
0.5 |
0.2 |
Total metropolitano |
3276.2 |
124036.2 |
440126.2 |
100.0 |
100.0 |
100.0 |
Total región Centro |
14318.2 |
133415.5 |
461974.6 |
|
||
Porcentaje metropolitano de la región Centro |
22.9 |
93.0 |
95.3 |
|
Fuente: elaboración propia con base en (Sedesol, 2004; Conapo, 2002; inegi, 2004).
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Recibido: 4 de mayo de 2010.
Reenviado: 8 de agosto de 2011.
Aceptado: 18 de octubre de 2011.
Guillermo Olivera-Lozano.
Es investigador y secretario académico del Centro Regional de Investigaciones
Multidisciplinarias (crim) de la Universidad Nacional Autónoma de
México (unam). Realizó estudios de licenciatura y
maestría en geografía y actualmente cursa el doctorado en urbanismo, todos
ellos en la unam.
Sus líneas de investigación son reestructuración económica y su impacto
territorial, así como la planeación y el análisis del desarrollo urbano. Ha
publicado varios artículos en revistas y capítulos en libros sobre los temas
señalados. Entre sus publicaciones más recientes se encuentran: “Deterioro
económico y emigración en México, 1990-2004”, en Comercio Exterior, Vol.
58, núm. 7, Bancomext, México, pp. 543-558 (2008);
“Especialización en comercio y servicios al consumidor en Morelos, 1980-2003”,
en Gustavo Garza y Jaime Sobrino (eds.), Evolución del sector servicios en
las ciudades y regiones de México, El Colegio de México, México, pp.
287-384 (2009).
Carlos Galindo-Pérez.
Es licenciado y maestro en Geografía por la Universidad Nacional Autónoma de
México (unam), cursa actualmente el doctorado en
urbanismo en esa misma institución. Actualmente es investigador en el Centro
Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (crim) en esa misma Universidad, como especialista en el análisis
territorial de procesos urbanos y poblacionales con base en el uso de Sistemas
de Información Geográfica. Ha sido profesor de asignatura en el Instituto Mora
y en el programa de posgrado de la Facultad de Economía de la unam. Entre
sus publicaciones más recientes sobresale el artículo: “Los espacios emergentes
de la dinámica rural-urbana”, Problemas del Desarrollo, vol. 37, núm. 147,
Instituto de Investigaciones Económicas de la unam, México, pp. 187-216
(2006).
[1] Los autores agradecen las observaciones de los dictaminadores anónimos.
[2] En el documento Panorama Social de América Latina 2007 de la cepal, se reporta que la selectividad femenina aplica en el caso de la migración campo-ciudad, en tanto que en los flujos ciudad-ciudad los resultados son variables de país a país. En el caso de México se ha encontrado que en lo relativo al nivel educativo más bien hay un intercambio interregional.
[3] Parte de la población cambia su lugar de residencia pero no su lugar de trabajo, lo que da lugar a una movilidad cotidiana o fenómeno de commuting.
[4] Todas estas investigaciones, de hecho, tienen como punto de partida en su argumentación los cambios ocurridos durante los años ochenta en México y Latinoamérica en la dinámica de la urbanización, pero también los cambios observados en países del primer mundo en los años setenta. Reconocen en general una nueva etapa en la dinámica demográfica y en el proceso de urbanización del país a partir de esos años, que se tradujo de manera muy visible en la reducción del ritmo de crecimiento urbano de las grandes ciudades, lo cual se superpuso con una grave crisis económica y la transición de entre dos modelos de desarrollo económico.
[5] El conteo de unidades político-administrativas es el siguiente: Distrito Federal 16 delegaciones; municipios: Hidalgo 84; México 125; Morelos 33; Puebla 217; Querétaro 18, y Tlaxcala 60.
[6] Ver cuadro A.1 del anexo.
[7] Estos 12 municipios corresponden a los comprendidos en los dos primeros rangos de la clasificación de municipios de acuerdo al pib que aportan al sector primario. De ellos, nueve aportan un pib que va de 430,000 a 2.1 millones de pesos de 1993 (rango uno), y tres aportan un pib de 295,000 a 430,000 pesos (rango dos). En total, se obtuvieron siete rangos que se aprecian en el cuadro 1.
[8] Si se considera solamente el rango uno al que pertenecen seis municipios, la concentración del sector es aún más evidente, dado que en ellos se generó 56% del pib terciario en 1993.
[9] Estos datos son demostrativos de la mayor importancia del sector terciario en la economía de la región Centro, toda vez que son tres veces superiores al pib generado por el sector manufacturero en sus tres primeros rangos en los mismos años. Si se compara el pib total terciario y el pib total manufacturero, el primero es también tres veces superior en 1998 y 3.4 veces mayor en 2003. Es por eso que el límite de los rangos es diferente en cada sector.
[10] La población promedio de estos municipios es de 25,000 habitantes, por 831,000 de los municipios de los rangos uno y dos.
[11] Como migración reciente se considera a la población que, en el lapso de los cinco años previos al levantamiento del censo de población, cambió su localidad de residencia.
[12] Esta hipótesis queda agendada para desarrollarse en una próxima investigación.
[13] Para esta investigación, la edad de 50 años se considera como el umbral
para pertenecer a la pea.
[14] Ante los efectos de la recesión y crisis económica en México, cada vez un mayor número de miembros de las familias se incorporan al trabajo informal –mujeres y menores de edad– (Escamilla, 2003: 262).